Una extraña vagabunda
Por el gran y frondoso bosque que se encuentra en las afueras del país del fuego se ve caminando a tres chicos de aproximadamente doce años.
- Cuando sensei despierte y vea lo que le hicimos, y descubra porque lo hicimos vamos a estar en verdaderos problemas.
Comenta con cierto fastidio mezclado con resignación el chico que va caminando atrás de los otros dos. Su caminar es tranquilo y tiene sus manos cruzadas atrás de su nuca viéndose despreocupado.
Sus facciones son lindas, dejando ver que cuando pierda toda facción infantil se convertirá en un chico muy apuesto. Su tono de piel es claro, y su cabello es corto de color castaño oscuro, lo lleva alborotado, dándole un aire rebelde. Tiene unos grandes ojos de un extraño color rojo, y con esa mirada tranquila lo hacen ver atrayente. Las proporciones de su cuerpo y estatura que posee son perfectamente normales para un chico de su edad.
Lleva puesto un bermuda color café oscuro; una playera de color negra que tiene mangas cortas, pero cuello de tortuga, tapándole parte de la barbilla, y le queda levemente holgada. Cubriendo su frente lleva una bandana ninja que en la parte metálica tiene grabado el símbolo de Konoha. Sus pies hasta sus tobillos son cubiertos con vendas, y usa sandalias ninja de color negro al igual que las rodilleras y coderas que usa. Amarrado en el cintillo del bermuda lleva un estuche de armas. Para finalizar en su espalda lleva colgando sobre sus hombros una gran mochila de viaje de color caqui.
- No lo creo, a sensei le da flojera todo, y enojarse para él es problemático como todo lo que hace.
Responde despreocupado uno de los chicos que va caminando unos pasos delante del castaño, mientras lo dijo volteo a verlo sobre sus hombros mientras caminaba y se encogió de hombros mostrándose despreocupado.
Este chico también posee facciones lindas que incluso lo hacen ver tierno. Su cabello es más corto que el castaño y lo lleva más alborotado, con algunos mechones alzadnos haciéndolo ver travieso. Su cabello es de color negro y su tono de piel es levemente bronceado haciendo que resalten más esos grandes ojos color amatistas que reflejan un brillo travieso. Es un par de centímetros más bajo que el castaño y su complexión del cuerpo es igual a la de su compañero.
Viste un bermuda color verde seco, una playera que le queda levemente ceñida de color blanca y encima de esta un saco que le llega a la cintura y es del mismo color que el bermuda, además tiene varios bolsillos en este y lo lleva abierto. Sus pies son cubiertos por unas sandalias ninja y sus manos hasta sus codos son cubiertos por vendas. Sobre su frente lleva una bandana ninja con el símbolo de la aldea de Konoha. También cargando en su espalda lleva una mochila de viaje igual de grande que la de su compañero.
- Aun así sigo pensando que nos vamos a meter en problemas por lo que estamos haciendo. Sensei puede ser muy perezoso, pero no creo que nos deje sin castigo por esto. –el castaño suelta un profundo suspiro mostrando resignación.
- ¿Tú crees? –el pelinegro ahora muestra inseguridad en su mirada que sigue puesta en el castaño que asintió levemente con su cabeza. –Jamás he visto a sensei enojado… creo que debimos pensar mejor las cosas antes de actuar. –una sonrisa nerviosa adorna su rostro.
- Si van a seguir quejándose regrésense… en primer lugar nadie les pidió que vinieran conmigo.
Dice de forme cortante y despectiva la femenina del equipo, manteniendo su mirada en el camino, haciendo que el pelinegro deje de mirar al castaño mientras camina para mirarla a ella dolido, en cuanto el castaño posa su mirada tranquila en la nuca de su compañera.
La femenina del equipo posee una larga y lacia cabellera de color plata, la cual la lleva suelta dejando caer en cascada sobre su espalda. Su tono de piel es mucho más claro que el castaño haciendo que resalten más esos grandes ojos levemente rasgados de color verde esmeralda. Sus facciones son lindas e incluso angelicales no haciendo contraste con esa mueca huraña. Su cuerpo es delgado, cintura pequeña y por su edad deja ver que apenas se van definiendo sus curvas, de estatura es igual a su compañero pelinegro.
Viste un short de licra color negro que le queda un par de centímetros arriba de la rodilla, ante el material de la tela le queda ceñido; el top que trae puesto es del mismo material y color, encima de esta lleva puesto una blusa que le queda levemente holgada, es de mangas cortas, con la derecha caída dejando al descubierto su hombro y permitiendo ver los tirantes gruesos del top. Sus pies hasta los tobillos están vendados y las sandalias ninja que usa son de color negro. Sus manos son cubiertas por unos guantes de piel color negro que solo cubren hasta los nudillos de los dedos. Su estuche de armas lo lleva aparrado en su pierna derecha y su bandana ninja la lleva amarrada en su brazo derecho.
- ¡Qué cruel Rei-chan! –el pelinegro mira con ojos acuosos a la peli-plata mientras hace un infantil puchero. – ¡Y yo no me estoy quejando, es Azuma! –dice de forma acusadora apuntando a su compañero que va a unos pasos atrás de ellos, al cual le resbalo una gota de sudor en la nuca.
- No me quejo, solo digo que lo que estamos haciendo tendrá consecuencias para que lo tengan en mente... –Azuma se encoge de hombros restándole importancia. –… en especial tu Eiji, siempre haces las cosas sin estar consciente de las consecuencias. –su voz denoto cierto reproche.
- Eso no es verdad. –Eiji posa su vista la frente mostrándose ofendido y cruza sus brazos a la altura de su pecho.
- Tks… pues si tanto miedo les da son libres de regresar. Ya les dije que nadie les pidió que vinieran. –la peli-plata los mira de reojo sin detener su paso.
- Como si fuéramos a dejar que te fueras sola. –Azuma roda los ojos con fastidio.
- Si Rei-chan, somos un equipo, donde va uno van los demás. –Eiji voltea hacia donde está su compañera y le sonríe de forma amigable.
- No los necesito, yo sola puedo completar esta misión tan absurda. –dice con firmeza.
- ¿Qué quieres probar?... Somos solo gennin es normal que nos asignen esta clase de misiones… misión que por cierto debemos hacer con nuestro sensei asignado. –Azuma se encoge de hombros nuevamente, mostrando indiferencia.
La peli-plata detiene su paso haciendo que los demás la imiten y voltea hacia Azuma fulminándolo con la mirada.
- ¡Estoy harta! –exclama furiosa. –harta de que me siga subestimando poniéndome esta clase de misiones. Le probare que yo sola puedo cumplir esta clase de misión para que a la otra me asigne misiones verdaderas, así que lárguense. –la peli-plata aprieta los puños mostrándose más furiosa.
- Rei-chan. –susurra Eiji.
- Eso es muy infantil Reiko. –Azuma vuelve a rodar los ojos mostrando fastidio y Reiko frunce más su seño.
- ¡Azuma! –lo llama con reproche Eiji, volteando hacia él.
- Solo déjenme en paz. –Reiko da media vuelta y sigue su camino dando pasos acelerados.
- ¿Vez lo que hiciste Azuma?... Rei-chan se enojo y tanto que batalle para que nos incluyera en el plan. –dice con reproche Eiji. – ¡Espera Rei-chan! –grita corriendo, intentando darle alcance.
Azuma suspira con pesadez y comienza a caminar, siguiendo a sus compañeros.
- Odio que todos me traten como una niña y me subestimen… no necesito niñeras. –Reiko camina de forma acelerada teniendo la cabeza inclinada hacia abajo haciendo que su cabello le cubra el rostro y sus puños están fuertemente apretados.
Por no ir mirando por dónde camina choco contra algo haciéndola caer de sentón al suelo a la par con quien choco.
- ¡Rei-chan! –Eiji se detuvo a su lado y la miro preocupado. – ¿Estás bien? –pregunta preocupado.
Azuma que va llegando a donde están sus compañeros también detiene su paso a un par de metros atrás de ellos y alza una ceja extrañado al ver con quien choco su compañera, sintiéndose mas sorprendido porque haya ido tan distraída como para chocar de esa forma contra alguien siendo que es una ninja supuestamente entrenada.
Reiko gruñe unos cuantos insultos hacia ella misma por semejante y estúpido error. Furiosa alza el rostro dispuesta a desquitarse con el culpable de que haya caído viendo a una persona de complexión delgada y baja quien no se le ve el rostro debido a esa vieja, rota y sucia capucha de color café que trae puesta.
- Fíjate por donde caminas. –dice de forma despectiva Reiko mientras se pone de pie.
Eiji voltea para ver a quien insulta su compañera, estaba más preocupado por saber si está bien que no había visto ni con que había chocado.
- ¿Un pordiosero? –Eiji lo mira como si fuera un bicho raro.
- Estas nuevas generaciones no tienen modales… ¿Qué en la academia ya no les enseñan a respetar a sus mayores? –dice con reproche el vagabundo, y su voz sonó gangosa, como su estuviera ebria, pero eso no sorprendió a los chicos, sino oír ese tono femenino provenir del supuesto vagabundo. –la mocosa en vez de disculparse me habla así y el mocoso me llama pordiosero… enserio ya no hay respeto, el mundo esta corrompido. –la mujer se pone de pie con algo de dificultad y al hacerlo se tambalea un poco haciendo que a los tres chicos les resbale una gota de sudor en la nuca.
- Una vagabunda ebria. –los tres chicos miran incrédulos como la mujer se tambalea de un lado a otro.
- Malditos temblores. –murmura con voz gangosa haciendo que a los tres chicos les resbalen mas gotas de sudor en la nuca.
Logrando estabilizarse un poco, o por lo menos mantener el equilibrio la mujer alza el rostro permitiéndoles percibir esas facciones finas de una femenina, pero debido a que la capucha le sigue cubriendo la cabeza le oscurece el rostro por lo que no logran vérselo bien, pero lo que si distinguen son esos grandes y levemente rasgados ojos de hermoso color jade, los cuales están acuosos seguramente a su estado de ebriedad.
Cuando la mirada de la mujer se posa en Reiko ensancha levemente los ojos y a los pocos segundos ya está frente a ella, tomándola de los hombros e inclinada, teniendo su cara muy carca de la chica.
- ¡Aléjese, apesta a alcohol! –exclama asqueada, teniendo la frente sombreada de negro e intentando alejar su rostro de la vagabunda.
- ¡Oiga no moleste a Rei-chan! –exclama molesto Eiji dispuesto a alejarla de su compañera, pero trompiza con una pequeña roca haciéndolo caer de lleno al suelo golpeándose el rostro, haciendo que a Azuma le resbale otra gota de sudor en la nuca.
- ¿Te conozco? –pregunta curiosa la vagabunda, analizándole más el rostro con la mirada, por consecuencia acercando mas el suyo al de la chica que marca más su mueca de asco cuando el aliento alcohólico de la mujer le dio de lleno.
- No lo creo, yo no conozco vagabundas ebrias. –dice con desprecio.
- Que grosera. –la vagabunda indignada se endereza y la suelta de los hombros, haciendo que la peli-plata agradezca que haya dejado de invadir su espacio personal, con ese hedor la estaba mareando. –Dime tu nombre mocosa.
- Me dices grosera, cuando eres tu quien pregunta mi nombre sin antes decir el suyo. –Reiko la mira de forma despectiva.
- ¿Ah? –la vagabunda parpadea, para luego sonreír amigable, mostrando su blanca dentadura. – lo siento, mi nombre es…
- No me interesa. –Reiko comienza a caminar haciendo que una vena se hinche en la nuca de la vagabunda.
Cuando Reiko pasa alado de la vagabunda esta la toma del brazo, jaloneándola hacia ella, para después jalarle las mejillas.
- ¡Suejtejme! –se queja con dificultad.
- ¿Qué tu padre no te enseño modales? –dice con reproche.
- No. Es una mimada. –dice con burla Azuma haciendo que Reiko lo fulmine con la mirada y la vagabunda sin dejar de jalonearle las mejillas alce la mirada hacia él.
La vagabunda suelta rápidamente a Reiko, que se soba las mejillas adoloridas viendo como ahora la vagabunda esta frente a Azuma, tomándolo de los hombros e inclinándose hacia él, teniendo su rostro muy pegado al del pobre chico quien ahora aleja su rostro teniendo la frente sombreada de negro al ser hora él quien recibe el tufaso de la vagabunda, cosa que agradeció Reiko, se lo merece por decirle mimada.
Eiji quien apenas se despierta de la inconsciencia que el fregazo le provoco alza su rostro aterrado y enrojecido por el golpe, viendo que ahora la vagabunda esta con Azuma.
- Tus ojos se me hacen conocidos…. ¿Cómo te llamas? –pregunta curiosa la vagabunda.
- Sarutobi… Sarutobi Azuma. –dice algo nervioso, sintiéndose mareado ante el olor a alcohol que desprende la mujer.
- ¿Vez? –la vagabunda se endereza y voltea hacia Reiko. –Así debiste responderme tu… buen chico. –la vagabunda le da fuertes palmadas en la cabeza a Azuma quien ante lo fuertes que son el rostro se le inclina hacia abajo y hace muecas de dolor.
Tanto a Reiko como a Eiji les resbalo una gota de sudor en la nuca, seguro tanto golpe le va a matar las neuronas a su pobre compañero.
La vagabunda que tiene sus ojos cerrados debido a la gran sonrisa que adorna su rostro, abrió los ojos de pronto los cuales mostraron seriedad.
- ¡Cuidado! –grita Azuma en el momento que se impulsa contra la vagabunda haciéndolos caer a ambos en el suelo justo en el momento que varios kunai se clavaron en el suelo, justo donde estaban ellos parados hace unos segundos.
Eiji y Reiko también saltaron hacia los lados, esquivando los kunai que se clavaron en el suelo donde segundos antes estaban parados.
- ¡Auch! –adolorida la vagabunda abre los ojos topándose con los ojos de Azuma.
- ¿Se encuentra bien? –pregunta preocupado.
- Eso creo… ¿qué pasa? –la vagabunda lo mira confundida.
- Estamos siendo atacados. –Azuma se pone de pie.
- ¿Atacados? –la mujer se muestra más confundida mientras se sienta y se soba la nuca, donde se golpeo cuando la tumbaron.
- Azuma, protege a la vieja. –Reiko salta colocándose frente a ellos, dándoles la espalda y mirando seria al frente mientras se pone en posición de ataque.
A su lado salto Eiji quien tiene la misma pose que su compañera, solo que él mantiene su mano lista para tomar un kunai de su estuche de armas que está amarrado en su cintura.
- ¿Vieja? –un tic nervioso apareció en el ojo derecho de la vagabunda a quien también se le hincho una vena en la cabeza.
Azuma asintió y volteo, dándole la espalda a la mujer, sacando un par de kunai de su estuche de arma, los cuales mantiene preparados para atacar si es necesario.
- No se separe de mí, quédese cerca…. Yo la protegeré –dice con seriedad Azuma, mirando de reojo hacia donde está la mujer quien parpadeo un par de veces, para después asentir, sonriéndole levemente.
Cinco ninjas renegados de entre veinte y treinta años aparecieron frente a ellos. Las cicatrices en sus cuerpos son clara muestra de que son ninjas experimentados, razón por la que Eiji y Reiko se mantuvieron más alertas.
- ¿Seguro que esos mocosos tienen el pergamino? –pregunta con burla uno de ellos.
- Si, los vi quitarles el pergamino al junnin que los acompañaba mientras los espiaba. –le responde uno de ellos.
- Un pordiosero y tres mocosos, esto será fácil. –otro de ellos sonríe con burla.
- Esto será como quitarle un caramelo a un bebé. –otro de ellos se relame los labios dando una imagen sádica.
- Mátenlos y traigan ese pergamino. –ordena de forma sádica quien parece ser el líder.
- Como si se los fuera a permitir. –Reiko sonríe de forma torcida, y mira de reojo a su compañero, viéndolo mostrarse inseguro en la mirada, incluso algo temeroso. –Hagámoslo como en los entrenamientos Eiji. –el mencionado la mira a sorprendido, para después sonreír sintiéndose más confiado y asintió.
La vagabunda sonrió levemente al ver lo que hizo Reiko, para después negar divertida.
- No cabe duda que eres su hija.
Azuma mira serio como sus dos compañeros correr hacia donde están los enemigos quien los esperan mostrando burla en su mirada.
- No solo nos ganan en número, sino que estoy seguro que son más fuertes y experimentados—Azuma chasquea la lengua, apretando con más fuerza los kunai en sus mano.
Dentro de una cama de acampar que se amarra con unas sogas a su cuerpo, impidiéndole moverse se encuentra un hombre que aparenta tener más de veinticinco años. Tiene pequeños y rasgados ojos de color negro, su cabello es castaño, lo tiene amarrado en una coleta alta y en forma de picos haciendo que parezca una piña. Sus facciones son varoniles y tanto su expresión como su mirada reflejan flojera.
En su frente tiene pegada con cinta un papel con algunas frases.
- Ser sensei es casi tan problemático como las mujeres… si no fuera porque le hice esa promesa a Azuma-sensei ni loco hubiera sido sensei de gennin. –dice aflojerado. –Tengo que admitir que Reiko fue lista al haberle puesto algo a mi te de anoche para que durmiera profundamente, lo que más me sorprende es que lo haya hecho sin que me diera cuenta… sabiendo quien es su padre debí mantenerme más alerta. –el castaño suelta un profundo suspiro. –Incluso me amarraron, esos mocosos son tan problemáticos. –el vago cierra los ojos, concentrando su chakra en sus brazos y al abrirlos hizo fuerza, rompiendo sus ataduras, para después ponerse de pie de un brinco y quitarse la nota que le pegaron sus alumnos en la frente.
Shikamaru-sensei:
Lo siento, pero no lo pude evitar. Así que me les termine uniendo.
PD: no se lo diga a mi mamá, usted sabe el miedo que da cuando se enoja.
- Al menos Azuma tuvo la decencia de disculparse. –el vago vuelve a suspirar mostrando el cansancio que siente hasta con respirar, sino fuera necesario hacerlo para vivir, no lo haría. – ¡Demonios! Había olvidado que había alguien siguiéndonos… de haber sabido lo que esos mocosos harían lo hubiera interceptado antes y no esperarme a que se mostrara solo. –Shikamaru chasque la lengua. –Si les pasa algo cierto Hokage y Kurenai-sensei me torturaran hasta la muerte. –de solo pensarlo se estremeció e incluso palideció.
- ¡Demonios!, no solo son fuertes sino que son rápidos… y los muy bastardos están jugando con nosotros. –Reiko está de pie, levemente inclinada y posando su mano derecha sobre su brazo izquierdo, cubriendo la herida que le hicieron hace unos momentos.
La chica se ve cansada y agitada, mira furiosa al par de ninjas que están frente a ella.
- ¿Qué pasa mocosa? ¿Estás cansada ya?... resiste un poco más que me quiero divertir mas contigo. –el hombre le sonríe de forma burlona haciéndola fruncir el seño.
Un cuerpo chocar contra algo seguido de un gemido de dolor la hizo voltear hacia donde está su compañero viendo a Eiji con su espalda pegada en el tronco de un árbol, sentado en el suelo teniendo una mueca de dolor. El estado del chico no es mejor que el de Reiko, tiene varios golpes en todo el cuerpo.
- Esto ya me aburrió. –dice con fastidio el ninja que golpeo a Eiji.
- Si… termina con esto. –su compañero que esta un par de pasos de pie atrás de él teniendo los brazos cruzados mira aburrido al chico.
El ninja saca un par de kunai de entre sus ropas y los mueve ágilmente en sus manos.
Eiji adolorido abre los ojos que se ensanchan al ver como son lanzados los kunai hacia él.
- ¡Reiko! –grita Azuma preocupado.
Eiji ensancha los ojos al ver la espalda de Reiko frente a él, la cual ha puesto sus brazos frente a su rostro en forma de escudo.
Reiko tiene sus ojos cerrados, esperando el impacto de las armas en su cuerpo, pero solo escucha el chocar de los metales haciendo que quite los brazos de su rostro viendo la espalda de la vagabunda frente a ella quien maniobra con un kunai entre sus dedos y los que fueron lanzados hacia ellos están en el suelo, dejando ver que con ese kunai los bloqueo.
Reiko ensancho los ojos mostrando sorpresa al igual que sus dos compañeros y los ninjas enemigos, no se esperaban eso.
- Ya es suficiente juego para los niños por hoy… es hora de un juego de adultos. –la mujer se baja la capucha dejando ver el extraño color rosa de su cabello, el cual lo tiene corto, le llega a los hombros, en medio de su frente tiene la marca de un rombo y lleva un pañuelo rojo usándolo como diadema.
Sus facciones son hermosas y su tono de piel es claro, a pesar de estar algo aterrado no disminuye lo hermoso de su rostro y esa sonrisa que le hace cerrar los ojos le da un aspecto inocente.
- Así que no eres una simple vagabunda. –el líder sonríe con mofa.
- Nunca hay que juzgar un libro por su cubierta. –la peli-rosa saca un par de guantes negros de entre la capucha y se los coloca, cubriendo sus manos. –Ahora es momento de darle una lección a los chicos malos que no les importa meterse con niños. –la peli-rosa abre los ojos mostrando mofa en ellos.
- ¿Y que harás zorra? No podrás contra nosotros, somos más. –el líder se coloca frente a ella y le sonríe con altanería a sus lados se colocan los otros cuatro ninjas.
- La cantidad no lo es todo. –la peli-rosa sonríe de forma torcida, para después golpear el suelo haciéndolo temblar, creando una gran grieta en este.
Reiko, Azuma y Eiji caen de sentón al suelo ante el temblor, teniendo los ojos muy abiertos, mirando anonadados como los cinco ninjas caen en la gran grieta que el golpe de la mujer causo, cayéndoles varias rocas encima noqueándolos al instante.
- Creo que me excedí. –la peli-rosa se rasca la nuca y sonríe apenada mirando hacia donde están los chicos los cuales cayeron estilo anime.
- Oiga ¿por qué no nos dijo que era ninja y una muy poderosa? –Eiji se pone de pie y la mira con reproche.
- Porque no me lo preguntaron. –la peli-rosa les sonríe traviesa haciendo que a los tres les resbale una gota de sudor en la nuca y entrecierren la mirada.
- La verdad me la imaginaba más vieja, pero ahora que la veo bien a lo mucho parece ser cinco o seis años mayor que nosotros… es sorprendente que sea tan poderosa. –Azuma la mira con cierta admiración y Reiko la mira de forma penetrante.
- Me alagas, pero la verdad soy mayor que ustedes más de cinco años, de hecho tengo veintinueve años. –la peli-rosa se rasca la nuca apenada mientras Eiiji y Azuma ensanchan los ojos mostrando sorpresa.
Al sentir una penetrante mirada la peli-rosa voltea topándose con los ojos verdes de Reiko quien muestra seriedad, por lo que camina acercándose a ella, deteniéndose a pocos centímetros de donde está.
- ¿Qué? –Reiko la mira retadora y sus compañeros las miran curiosos.
- Estas herida. –la peli-rosa se quita el guante derecho con sus dientes y Reiko dirige su mirada a la herida en su brazo al igual que sus compañeros.
La peli-rosa estiro su mano hacia el brazo de la peli-plata, quien se alejo un par de pasos, mostrándose defensiva.
- No te hare nada. –la peli-rosa le sonríe amigable y Reiko frunce el seño, pero permitió que ella pose su mano sobre la herida de ella, apenas rosándola y un chakra verde comenzó a emanar de ella, sorprendiéndolos más al ver como la herida de Reiko comienza acerrar.
- No solo es poderosa, sino que también es ninja-medico. –Reiko mira sorprendido el rostro de la mujer que en este momento muestra concentración.
- Listo. –la peli-rosa se endereza, alejando su mano de la herida de ella. –Por cierto, déjame felicitarte, no solo le diste apoyo a tu compañero de equipo sino que lo intentaste proteger, sin duda eres una buena compañera de equipo. –la peli-rosa posa su mano sobre su cabeza y su sonrisa se amplio.
- ¡Jum! –Reiko voltea su rostro a un costado intentando ocultar de sus compañeros y de ella el sonrojo que sus mejillas adquirieron por el alago haciendo que Azuma y Eiji sonrían divertidos.
- ¡Wooo! Acabo de recordar que tengo prisa… ¡fue un gusto conocerlos chicos! –la peli-rosa salta a la rama de un árbol y agita su mano derecha en son de despido y sin más se fue saltando de rama en rama.
- Se fue. –Azuma mira extrañado por donde se fue la extraña mujer.
- Ni si quiera me dejo agradecérselo como se debe. –Eiji también mira por donde se fue.
- Debí dejar que me dijera su nombre. –Reiko también mira por donde se fue.
- Bueno esto nos enseñara a no juzgar por lo que vemos. Al verle las fachas pensamos que era un vagabunda ebria, pero en verdad es una hermosa y poderosa ninja ebria. –Azuma sonríe divertido mirando a sus compañeros que les resbalo una gota de sudor en la nuca.
- Al fin los encuentro equipo problemático.
Los tres chicos se tensaron al oír esa voz atrás de ellos, temerosos voltean viendo a su vago sensei de pie teniendo sus brazos cruzados a la altura de su pecho y teniendo esa expresión de flojera total.
- ¡Jejeje…! Hola sensei. –Eiji le sonríe nervioso.
- Es problemático esto, pero me han obligado… ¿qué castigo será el adecuado? –Shikamru los mira con aburrimiento.
Los tres se miran entre sí, para después asentir dispuestos a huir, pero no pudieron moverse, bajan la mirada viendo como su sensei los tienen capturados en su técnica de sombras haciéndolos bajar la cabeza derrotados.
- Mmmm…. Tal vez decirles a sus padres su comportamiento. –los tres chicos se tensan, en eso la mirada del vago se topa con los ninjas desmayados entre los escombros en el suelo. – ¿Qué paso? –pregunta apuntando con la mirada a los ninjas.
- ¡Fue sorprendente sensei! –exclama emocionado Eiji. –Una ninja muy guapa y de extraño cabello rosa los derroto con facilidad.
- ¿Cabello rosa? –Shikamaru muestra sorpresa en sus ojos.
- Si. Y ojos verdes, no como los de Reiko, sino verde jade, un color extraño también. –platica mas emocionado Eiji.
- Cuentéenme exactamente que paso desde que me dejaron amarrado y robaron el pergamino. –exige, extrañando a sus alumnos porque esta vez no hablara aflojerado.
En la oficina del Hokage sentado tras el escritorio se encuentra Hatake Kakashi quien no ha cambiado mucho, sus ojos muestran más madurez y mucha más pereza, aunque algunas tuenes arrugas se ven en la comisura de sus ojos.
El peli-plata lee tranquilamente su inseparable novela de la cual parece nunca aburrirse.
- Vaya sorpresa. –comenta despreocupado y sin despegar la vista de su novela justo en el momento que en la ventana que esta atrás de él se ve sentada a la peli-rosa quien se ha colocado nuevamente la capucha sobre su cabeza. –uno de mis alumnos ha venido a visitarme después de tantos años. –el hombre al fin quita la vista de su libro y voltea viendo como la chica se baja la capucha y le sonríe amigable, y él le sonrío de la misma forma bajo la máscara.
- ¡Estoy de regreso Kakashi-sensei!
- ¡Bienvenida Sakura-chan! –ambos mantienen sus sonrisas por un momento más sintiendo algo de nostalgia.
Continuara
bueno aki con el otro nuevo fic ke les platike, como ya le di fin al de "Te quiero solo para mi" me dije a mi misma: mi misma ¿porque no subir el otro que tienes escrito?... y asi fue como decidi subirlo de una vez jajajajajajaja
spero el kap les haya gustado, la vdd adore la aparicion de sakura y su faceta de vagabunda borracha jajajajajajajajaja
besos
kriss
