Sailor Moon no me pertenece, ni ninguno de sus personajes. Todos son propiedad de Naoko Takeuchi.
Esta historia es para fines de entretenimiento .
SE HA IDO EL AMOR
Tokio de cristal se alza majestuoso e imponente. Ante todos, la familia real saluda, todos muestran sonrisas y alegría, son la familia perfecta los nobles y plebeyos envidian el gran amor que se profesan los reyes y la pequeña dama es envidiada por tener una familia tan perfecta. La familia real saluda desde el balcón, un aniversario más de la pareja, un año más de aquella utopía, un año más de falsas sonrisas y máscaras, un año más de mentiras. La fiesta que se ofrece en el palacio es magnífica, pero cuando las luces se apagan y todo termina, cuando las puertas se cierran en recamara de los monarcas, toda la farsa acaba, ellos son muy buenos interpretando sus papeles pero en la soledad de su habitación, a solas se acaban las sonrisas falsa, y la máscara cae
La reina se acuesta sin siquiera mirar al hombre con el que comparte una vida y el rey coge una capa mientras la reina finge dormir, se marcha por una puerta secreta, oculta tras una pintura recorre el largo pasillo al final del cual están unas escaleras desciende con cuidado y apresura sus pasos, al final del largo corredor continuo a las escaleras hay una habitación oculta encaja la llave y abre la pequeña puerta sube por otra larga hilera de escaleras sus paso lo llevan a una habitación amplia y finamente decorada, la puerta se abre y el verdadero objeto de su amor entra, su largo cabello negro meciéndose a su espalda y sus brillantes ojos amatistas lo ven con anhelo.
— Darien - dice la mujer con una sonrisa mientras se acerca al rey
— Rei – susurra él y sin más la toma entre sus brazo, besa esos labios de pecado, sabe que está traicionando a su esposa pero no le importa.
Ambos se besan con pasión con deseo, con lujuria, ella sabe que está mal lo que hace pero no puede resistirse, lo ama siempre lo amo y no le importa traicionar a su amiga, no le importa ser la otra, solo quiere disfrutar del momento, olvidar que ella es una guerrera, que su misión es velar por la seguridad de la familia real, solo quiere olvidar que está engañando a Serena, que la esta traicionando y robándose el amor de Darién, solo quiere ser egoísta por una noche. Se entrega a él con amor, con aquel amor que no puede gritar, que no puede demostrar abiertamente porque está prohibido, porque él es el rey y ella es la guardiana de la reina. Pero cuando la besa todo se le olvida y se permite ser egoísta, se permite amar aquello que esta prohibido, aquello que le fue negado por un destino ya escrito.
El pelinegro deja caer la capa y levanta del suelo a la chica llevándola a la gran cama que hay en la habitación besa a la pelinegra con todo el amor y deseo que no pude demostrar, la ama y aunque está mal lo que hace no quiere parara, con sus manos diestras desprende la delgada tela que cubre la piel de la mujer, besa esos labios prohibidos, y recorre la piel de la guerrera embriagándose de pasión.
Mientras que ellos se entregan el uno al otro como jamás lo harán con sus respectivas parejas, por la puerta entre abierta un joven de cabello negro observa a su esposa ¿porque las cosa habían terminado así? siempre amo a Rei y se casó muy ilusionado, pero ella amaba al rey de Tokio de cristal y su matrimonio era solo una farsa, una máscara que le servía a la pelinegra para ver a escondidas a su verdadero amor. el pelinegro apoyo su frente contra la puerta se sentía un estúpido por creer que ella lo llegaría amar, ¿cómo alguien como ella podría amarlo? suspiro y cerró los ojos no quería seguir viendo más, Endimión y Rei traicionaba a Serena y él, era parte de eso aunque no quisiera, pues era cobarde y no decía nada, cada mañana cuando despertaba Rei estaba a su lado, le sonreía y le daba un beso y con esa migajas era feliz y fingía que no sabía nada de la relación que sostenían Rei y Darién , el también traicionaba a Serena con su silencio.
— ¿Cuándo te volviste tan cobarde Nicolás? - se preguntó mentalmente antes de darse la vuelta y marcharse.
La pequeña dama despertó sobresaltada por una pesadilla abraso su luna pelota y se encamino a la recamara de sus padres abrió la puerta y sus ojos se dirigieron hacia la gran cama, subió muy asustada esperando encontrar el consuelo que buscaba pero con decepción hallo la cama vacía, ni su madre o padre estaban allí, los ojos rojizos se cristalizaron y aunque ella intento evitarlo las lágrimas traicioneras resbalaron por sus mejillas, otra noche más en soledad, otra noche más que sus pesadillas se empezaban a cumplir abrazo su luna pelota y se recostó en medio de la amplia y solitaria cama queriendo que todo aquello fuese solo otra pesadilla desaba despertarse y hallar a sus padres con ella quería escuchar a su mamá decirle que todo fue solo un mal sueño.
Con el alba el rey volvió a la cámara que compartía con su esposa allí hallo a la pequeña dama dormida y con restos de lágrimas en los ojos, suspiro, quería mucho a la niña pero cada que la veía no podía evitar pensar en que ella fue la causa de todo. busco con la mirada en la recamara y no hallo rastros de su esposa, otro suspiro escapo de sus labios, se desprendió de la capa y la dejo sobre un perchero, con cuidado cogió a la niña y la saco de la cama para proceder a llevarla devuelta a su habitación.
— ¿Papi? - pregunto entre sueños la pelirrosa al sentir como su padre la alzaba
— Duerme pequeña dama - dijo el en un tono un tanto frió
Después de dejar a la princesa en la habitación el rey volvió a la recamara principal, aún era temprano, y tal vez no se encontrase con ella cuando volviera pero la suerte no estuvo de su lado en el momento en que el entraba Serena también ingresaba a la habitación saliendo desde atrás de una gran pintura.
— Serenity - dijo el a modo de saludo
— Endimión - respondió la reina evitando cruzar los ojos con los de su esposo
Hay que aceptarlo
no somos los de antes
el reconciliarnos una y mil veces
creo que no es solución
Serena se recostó en la cama dándole la espalda al rey, miles de cosa pasaban por su mente todas la noches ambos fingían dormir y mientras uno fingía el otro escapa hacia lo prohibido, hacia aquello que les fue negado ambos tenían una habitación secreta y mientras el rey visitaba a la guerrera de marte la reina visitaba a una estrella viajera, ambos eran infieles, ambos se engañaban y ambos aparentaban ante el mundo que eran felices y que todo iba de perlas.
En la recamara de la sailor del viento la rubia suspiro nuevamente, ellas depositaron su fe en aquel futuro que Setsuma les contó y es que en aquel momento el futuro era tan prometedor pero ahora se habían dado un golpe con la dura realidad, los reyes no se amaban la pequeña dama no era feliz y la luna perdía su brillo cada vez mas.
Hay que aceptarlo
perdona mi llanto
me duele hasta el alma
pero nadie engaña a nuestro corazón
Prepara tus lagrimas
mujer, mujer
se ha ido el amor
— Haruka - llamo Michru ingresando a la habitación de la rubia
— ¿Qué es lo que hicimos mal? - pregunto la mujer
— Impusimos nuestra voluntad a la princesa y la llevamos a un mundo utópico de perfección pero también de infelicidad – respondió la peliceleste sentándose alado de la rubia
— ¿No era este el futuro perfecto, no se suponía que cabeza de bombón sería muy feliz casándose con Chiva? - pregunto frustrada
— Los reyes nunca fueron muy demostrativos con la pequeña dama – les respondió Setsuma
— ¿Y eso te parecía normal? tu conocías a cabeza de bombón, sabias como era y te pareció normal que no le demostrase amor a su propia hija - interrogo incrédula Haruka
— Tal vez ese era el motivo por el que la pequeña dama disfrutaba tanto vivir en el pasado alado de Serena, compartir con la chicas y con Darién - opino Hotaru
— Ahora ese comportamiento tan inusual tiene más sentido si lo ponerse así - dijo Michiru
— Si hubiera una manera de corregirlo- susurro Haruka – daría lo que fuera por evitarle esto a cabeza de bombón - agrego
Porque el fuego lo apagamos con lagrimas
porque en vez de dar mas dimos menos
por perdernos en orgullos absurdos
que no hacían mas que herirnos
y amargarnos la vida
se ha ido el amor, se ha ido el amor
se ha ido el amor, se ha ido el amor
de descuido en descuido
sin decirnos adiós
Mientras tanto en la recamara de los reyes de Tokio de cristal. El pelinegro se puso de pie y se preparó para asistir a la reunión matinal, se miró en el espejo y sonrió. Serena se hallaba sentada en frente al tocador cepillando su cabello, sus ojos azules antaño llenos de vida y brillo lucían opacos y apagados, aparto la mirada incapaz de ver más su reflejo y automáticamente empezó a hacerse su típico peinado, estaba ya listo un lado cuando de su mano cayo el cepillo que rodo hasta chocar contra los pies del rey
Se ha ido el amor, se ha ido el amor
nos hicimos la guerra
y perdimos los dos
Se ha ido el amor, se ha ido el amor
destruimos un nido
se moria de frio
y se fue el amor
— ¿Te encuentras bien Serenity? - pregunto el cogiendo el cepillo del suelo
— Ya no puedo - susurro ella
— ¿Qué ? - pregunto el pelinegro poniendo el cepillo sobre el tocador
— Ya no puedo fingir más, estoy cansada de aparentar ser feliz, de tener una familia perfecta, de la vida maravillosa que supuestamente tenemos, ya no quiero seguir adelante solo quiero parar…-
— Serenity… yo-
— ¡No soy Serenity mi nombre es Serena y tú no eres Endimión! eres Darién, ¿porque estamos aquí pretendiendo ser alguien que ya no somos?; nosotros teníamos nuestras vidas, sueños, metas pero nos dijeron que compartimos un pasado que no obligo a acercarnos y eso no fue todo, nos impusieron un futuro ya forjado no hubo elección desde mucho antes ya sabíamos cómo acabarían las cosas - dijo ella
— Serena - susurro sorprendido y anonadado, no sabía que decir ni que hacer pus esos eran los mismos pensamientos que llenaban su mente desde hace mucho
— Darién, ¿que estamos haciendo? - pregunto nuevamente - ¿porque cambiamos tanto desconocimos hasta nuestros nombres llamamos a nuestra hija "pequeña dama" que es lo que estamos haciendo? - pregunto frustrada
— No lo sé - dijo él en un susurro y se dejó caer sobre el sillón más cercano.
— tenia tantos sueños, tantas ilusiones soñaba con este futuro pero ahora ya no lo quiero — dijo la reina mirándose al espejo la mujer que le devolvía la mirada no era ella era una desconocida, una mujer que murió hace mucho tiempo en el reino que había en la luna - soy Serena Tsukino, no soy tu princesa Sereniy - dijo
Se que es muy triste
nos invaden recuerdos
eras casi una niña
cuando aquel primer beso te hizo llorar
Mas hay que aceptarlo
asi es el destino
a veces nos regala
a veces es un ladron
soñabamos con hijos
mujer, y hoy
se ha ido el amor
Suaves golpes en la puerta los obligaron a reaccionar, Serena deshizo su intento de peinado cogió una liga y sujetó todo su cabello en una coleta alta dejando aun lado la corona, Darién la miro sorprendido dejo su bastón sobre la cama se quitó los guantes y también los dejo allí, suspiro con cansancio y se sentó frente a su esposa serena tenia razón, aquel lugar en el que vivían era todo mentiras y falsedad, habían sacrificado tanto por este mundo, esta utopía perfecta, si había paz y todo era hermoso pero nadie en el palacio era feliz las antiguas amigas de la reina se convirtieron en sus guardianas y fue como si un muro los separara de todo ellas abandonaron sus nombres y atrás también quedaron esas alegres personalidades esas sonrisas tan fáciles y sencillas de su pasado ahora cada que sonreían era porque devian hacerlo, porque así lo dictaba el protocolo y entonces descubrió que él, también estaba cansado.
Porque el fuego lo apagamos con lagrimas
porque en vez de dar mas, dimos menos
por perdernos en orgullos absurdos
que no hacian mas que herirnos
y amargarnos la vida
se ha ido el amor, se ha ido el amor
Se ha ido el amor, se ha ido el amor
de descuido en descuido
sin decirnos adios
nuevamente los golpes en su puerta llamaron su atención mas los dos monarcas estaban perdidos viendo el espejo, viendo a aquellos personajes que ambos representaban pero en cuyos ojos no se podían hallar.
— majestad - dijo Jupiter entrando, había tocado varias veces pero al no recibir respuesta desidio ingresar
— Júpiter, diles a los del consejo que no podremos asistir a la reunión matinal – ordeno el pelinegro sin despegar los ojos del espejo donde la reina tenia la mirada perdida
— Pero… - intento refutar la gerrera
— ¡ahora! - ordeno y no dejo lugar a replicas
— como ordene – dijo la chica y se marchó cerrando la puerta tras ella. Jupiter salio al pasillo sorprendida algo había pasado no sabia que pero iba a confrontar a Mars pues seguro era su culpa
— ¿Serena que podemos hacer? - pregunto suspirando, ya frustrado y cansado de toda la situación.
— siempre creí que esto era lo mejor para Rini, pero no es justo pra ella no es justo para nadie - dijo la reina
— Serena — la llamo al ver como la rubia se ponía de pie e invocaba al cristal de plata - ¿que aras? – pregunto
— darnos una oportunidad de corregir nuestros errores volviendo al único momento en que no fuimos prisioneros del destino - respondió ella
El cristal de plata brillo intensamente ilumino la habitación de los reyes y su luz se extendió por todo el palacio y fue creciendo hasta rodear la tierra, el tiempo dio marcha atrás volvió sobre sus pasos y cedió ante el poder de la diosa de la luna y a los deseos de la portadora que pedía a gritos volver a empezar tener una oportunidad de decidir su futuro sin ataduras, sin un destino ya escrito.
Serena abrió los ojos se hallaba en una terraza a su lado estaban las chicas sus amigas, Darién a su lado miraba todo igual de confundido ambos se vieron a los ojos y Serena sonrió como hace mucho no asía. Darién vio el brillo perdido en los ojos de la que hasta hace unos instantes era la reina de Tokio de cristal ella lo había logrado.
— bombón… yo nuca te olvidare - dijo una voz que la chica conocía muy bien
— Seiya — susurro sus ojos brillaron más y Darién asistió retirando su brazo de los hombros de chica
— ¡Seiya! - grito Serena y corrió hacia el anonadado pelinegro, se lanso a su brazos y lo beso dejando sin palabras a todos, Darién solo sonreía y las chicas no entendían que pasaba
— ¡te amo, no me dejes! - dijo ella al separarse
— bombón - el pelinegro de cabello largo no podía creer que algo así estuviera pasando - yo también te amo - dijo alsando a la chica del suelo y sin poder reprimir la enorme sonrisa de felicidad.
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ja déjenme sus cometarios y háganme saber que les pareció amerita una continuación o se queda allí que dicen
deveria estar actualizando mi otras historias pero no lo pude resistir tenía que escribir esta historia ,la cansion se llama se ha ido el amor de Ricardo Arjona por si la quieren escuhcar
