Hola a todos~! Bienvenidos a mi humilde historia de Zankyou no Terror :3
Llevo tiempo queriendo hacer una NinexTwelve así que….esto es lo que surgió de mi cerebro trastornado jajaja.
Me disculpo si las personalidades no cuadran con los personajes, pero por favor disfruten de la hitoria.
Bueno, obviamente Zankyou no Terror NO me pertenece, si así fuera….¡El final hubiera sido otro y Lisa no hubiera existido! ¡O al menos no hubiera sido tan inútil y shipearía a Nine y Twelve! (fans de Lisa, les pido no me odien) sin más, les dejo el primer capítulo.
Dedicado a: kari bezarius
Capítulo 1:
Nine y Twelve, nunca tuvieron algo a lo que poder llamar "Infancia", les arrebataron la inocencia a una edad muy temprana, llenando sus mente de conocimientos que a veces ni ellos mismos podían comprender. Cual ganado, crecieron siendo observados y preparados para "el matadero". Pero eso no les impidió mantener la esperanza, aún cuándo no lo demostraran, en su interior siempre supieron que eran lo suficientemente capaces como para escapar.
Y eso fue lo que hicieron, escaparon de ese tortuoso lugar dejando atrás recuerdos que pronto se convertirían en sus sombras, aquello que noche tras noche les quitaría el sueño…bueno, al menos sólo a Nine, porque si bien Twelve también tenía ciertos traumas de su pasado lo que ahora le molestaba era otra cosa.
Ambos poseían conocimientos de todas las categorías, eso lo hacía entender que lo que le estaba quitando el sueño eran ciertas hormonas propias de su edad. Lo que no podía entender era la razón de las mismas. ¿Era la ansiedad de estar cerca de comenzar con su juego? ¿O era acaso esa fría mirada que Nine le dedicaba cada vez que se acercaba peligrosamente a él? No le molestaba en lo absoluto sentirse atraído hacia su mejor amigo. Por favor ¡No conocían a nadie más! Era lógico haber desarrollado ese sentimiento de necesidad hacia él, aunque aún así, estaba seguro de que aún si conociera a diez mil personas diferentes, su corazón sólo le pertenecería al joven con la mirada de invierno. Un momento ¿Su corazón? No…..quizá era exagerar demasiado, como si él supiera lo que significa "amar".
Por ahora, trataría de encargarse de su desastre anatómico. Se levantó de la cama sigilosamente, no quería despertar al otro y que lo viera de esa manera. Se adentró en el baño y sin vacilar se bajó el pantalón junto con la ropa interior. Tomó su miembro entre sus manos y cerró sus ojos. Con leves movimientos de vaivén, comenzó su acto. Contener los gemidos era posible gracias a que mantenía un ritmo lento, no había razón para acelerarse. Al principio su mente vaciló sin rumbo, pero cuando la sensación de éxtasis se acercaba, fueron esos ojos negros y penetrantes los que se dibujaron en su cabeza. Ese torso desnudo que tantas veces había visto ahora era admirado con detalle por su imaginación. Y fue así que en un inaudible gemido que no pudo contener, alcanzó su límite y dejó caer toda su esencia en el suelo.
Con la respiración agitada se aseguró de no dejar ningún rastro de lo que había sucedido. Abrió la ducha y se dio un rápido baño de agua fría porque a pesar de su descargo, su imaginación aún seguía torturándolo. Literalmente, no podía dejar de verse a sí mismo siendo sometido por el otro joven. ¿Irónico no? Pero sus fantasías no importaban ahora, se sentó en la bañera dejando que el agua de la regadera lo mojara por completo. Volvió a cerrar sus ojos y a suspirar, quizá por centésima vez aunque sinceramente le daba igual. Estaba dispuesto a pararse cuando de repente la puerta del baño se abrió. Como un gatito asustado, ocultó su cabeza entre sus rodillas y agudizaba la vista para seguir la silueta que se movía tras la delgada tela de la cortina que cubría el lugar en donde estaba.
Sabía que era Nine ¿Quién más podría ser? También sabía, que él sabía que estaba allí. Después de todo, la ducha seguía abierta.
—Si sigues tomando duchas a las tres de la mañana porque no puedes dormir, vas a enfermarte —soltó finalmente el joven pelinegro.
—Mis defensas están altas en esta época, no te preocupes —respondió Twelve mientras se paraba, sería vergonzozo que Nine viera que se había sentado cual niño con problemas.
—Claro —
A pesar del sonido de la ducha, el joven pudo escuchar claramente cómo el otro "hacia el número uno". Mierda. Es lo que pensaba al momento en el que veía cómo su miembro amenazaba con volver a despertar. ¿Por qué tenía que estar tan excitado? ¿No podía simplemente ser de vez en cuando? ¿O al menos en situaciones que SÍ lo sugieran? Bueno, no ganaría nada con pelear contra su cerebro.
—En serio Twelve, no quiero que te enfermes. No seas infantil y ve a dormir —con esta frase, salió hacia la habitación.
Después de al menos unos cinco minutos, el joven cerró la llave del agua y se envolvió con una toalla mientras sonreía. Nadie que los "conociera" pensaría que en la intimidad son así de…"sencillos". Eso era divertido. Cuando la sociedad los conozca por el nombre de "Sphinx", no habrá absolutamente nadie que piense en ellos como personas comunes y corrientes. Como adolescentes en pleno florecimiento. Ok, ok, mejor irse a dormir antes de que tenga que volver a ducharse.
Abrió la puerta y después de vestirse rápido, observó con una sonrisa que Nine le había puesto un cobertor extra en su cama. Quizá fue la falta de sueño, o tal vez fue que llevaba tiempo reprimiéndoselo, fuera cual fuera la razón se inclinó hasta la frente desprotegida del joven y deposito un tierno beso. Estaba dispuesto a subir a su cama cuando le agarraron de su remera.
—¿Se puede saber por qué fue eso? —
Twelve palideció ante la pregunta, bajó la guardia y no había notado que estaba despierto. ¡Tenía que pensar en una excusa verídica rápido!... No, no lo haría.
—No lo sé, simplemente me dieron ganas. —respondió mientras escapaba hacia la litera de arriba.
—Ganas eh…—sonrió— Ya duérmete
—Sí señor~ —dicho esto se cubrió bien con las mantas, no quería admitirlo pero sí le hacía frío con el cabello mojado.
Twelve…¿Qué quisiste decir con eso?
Eso significa que también tenía permiso de hacerle lo que le diera la gana. ¿Cierto? Si su relación se basa en la igualdad de términos, tenía razón, pero todo era muy extraño. Bueno, al menos tomando como referencia lo que se considera normal con Twelve. Y si estaba pensando en la persona que ahora dormía en la cama de arriba de la suya y cada tres días se levantaba a la madrugada para bañarse por causas que prefería no considerar en este momento. Cada una de las acciones del joven, eran parte de un plan. Uno maquiavélico y excitante. Hacía tiempo ya había notado que ciertos "contactos" entre ellos eran un poco pasados de la raya, pero siendo tan cercanos como unos hermanos no le dio mucha importancia. O quizá fue que en realidad no le molestaba cuando el otro saltaba sobre sus caderas cuando éste no le prestaba atención a cualquier cosa que le estuviera diciendo.
¿Twelve quería jugar? Jugarían entonces.
Un juego de provocación y lujuria, en el cual el que caiga primero se las vería con el muro. Aquel impenetrable muro de confusión y sentimientos llamado : Amor. En el cual sinceramente, ninguno tenía experiencia. Y por eso la metáfora ¿Qué extragia usarían para atravesarlo?
— O simplemente… ¿Lo harás pedazos? —dijo en un susurro inaudible.
La idea de que su compañero hiciera volar ese muro con….ciertas acciones, no le molestaba en lo absoluto. De hecho, quizás era su turno de tomar una ducha.
¡Muchas gracias por leer!
Espero sus reviews y opiniones, ustedes díganme ¿Debo continuarlo? ¿Está bien?
¿Está horrible y soy un ser humano miserable? Ok, mejor no me respondan eso :3
Recuerden que son ustedes los que me motivan a seguir.
Hasta la próxima, Aru~chan
