||Capítulo 1||
Café... el olor del expresso, los aromas dulces y amargos tan exquisitos, tantas esencias, tantas variantes de una misma bebida, llevándome a una sola salida: estoy enamorado.
Eran las 4:20 y según West ya íbamos tarde, nos metimos en el carro y comenzó a manejar rumbo a la cafetería de un amigo suyo, debe ser un buen amigo suyo ya que se arregló más de lo normal y hasta se puso del perfume caro, en fin yo me veo awesome incluso sin arreglarme.
-¡Oe West! Te ves preocupado... ¿Estás nervioso?- intenté hacer algo de platica mientras llegábamos.
-Claro que no, estoy tranquilo y feliz ¿ves?- dijo tratando de hacer una sonrisa que más bien daba miedo, nunca había visto a mi bruder comportarse de esa manera, quizá ya había dejado de ser un niño para convertirse en un hombre, pensé por un momento las veces en las que le había dejado mi viril enseñanza, sonreí pensando que había hecho lo mejor.
Llegamos a las 4:35 West fue directamente a disculparse por haber llegado 5 minutos tarde, a lo que su amigo muy calmadamente le dijo que no importaba que había llegado bien, sonrió amablemente y presentó a su hermano mayor, un joven delgado y un poco más alto que su hermano menor, de cabello castaño cobrizo, con un rulito sobresaliente de su cabeza parecido al de su hermano, ojos verdes olivo y una mirada retadora pero hermosa, el chico se llamaba Lovino, sonreí un poco nunca había escuchado semejante nombre, West me presentó, alcé la mano para saludar al amigo de mi bruder y su hermano, pero lo único que recibí por parte del mayor fue un 'como sea... germán bastardo' seguido de la suplica de su hermano para ser más amable conmigo.
West se fue a otro cuarto con su amigo, y yo me quedé en la barra mirando las maquinas y todas las esencias que tenían, los pastelillos y galletas que se veían tentadores en aquella vitrina, el mayor parecía ignorarme con su ceño fruncido mientras preparaba un poco de café o al menos eso parecía.
-Con que te llamas Lovino ¿eh? kesesese
-¡¿Por qué te ríes bastardo?- dijo azotando una taza contra la mesa -¿Qué tiene de gracioso mi nombre?
-¿Ehh? No nada, es que nunca había escuchado un nombre así- sonreí divertido por lo rápido que ese italiano se irritaba.
-Che palle! ¿Y te vas a quedar ahí sentado sin tomar nada?-
-¿Tienes cerveza?
Me miró horrible y después me contesto enojado
-¿Qué crees que es esto? ¡Es una cafetería bastardo! Así que deja de ser un cabeza de patata y pide algo normal.
-Tsk... no tienes que ser grosero... el café no es tan awesome como la cerveza, así que impresióname- le sonreí mientras le guiñaba un ojo totalmente divertido.
El italiano me miró y después empezó a preparar expresso, le puso sabores y demás cosas, se veía muy concentrado en lo que hacia, de hecho se veía que aquello le apasionaba, se veía tan distinto cuando lo preparaba cambiaba totalmente, hasta se podría decir que se veía hermoso, me quedé como hipnotizado entre los olores y la forma de moverse de Lovino, hasta que me regresó a la realidad el sonido de la taza sobre la barra.
-Aquí esta idiota a ver si te gusta.
Tomé la taza, le eché un vistazo, la olí un poco y después le dí un pequeño sorbo, quedé maravillado aquello sabía extremadamente bien, era muy diferente a la cerveza, pero aun así era awesome.
-No sabe nada mal, kesesese sabes preparar este tipo de bebidas bastante bien- le alagué un poco sonriendo amablemente mientras le daba otro trago al café, creí verlo sonreír pero quizá fue mi imaginación.
-Grazie, idiota...- dijo secamente mientras se quedó unos segundo mirándome fijamente, le miré de la misma manera y sólo vi como el moreno se ponía un poco rojo y miraba rápidamente a otro lado quejándose de que no vaya a ensuciar nada, tomando un trapito y comenzando a limpiar donde ya estaba limpio.
Al terminarme mi café apareció West y su amigo abrazándolo de un brazo, despidiéndose de mi y West, Lovino sólo me lanzó una mirada penetrante sin decir nada, el menor sacudía su mano despidiéndose.
-Vee~ ¡vuelvan pronto!
