Me había levantado más animada esa mañana a pesar de que seria otro día insufrible en el instituto, aún me quedaba este y uno año más para salir, aunque está el lado bueno que es estar con mis amigas ya que al llegar a la universidad tomaremos caminos distintos.
Me vestí y bajé a hacer el desayuno, mi padre permitió que viviéramos sin sirvientas con la excusa de que teníamos que ser independientes en algun momento, y nuestro barrio era el más seguro de la ciudas.
- ¡Hanabi! ¡Ya levántate! - sentí unos pasos perezosos y volví a la cocina.
-Buenos días -saludó Hanabi bostezando- por cierto, iré al cine con unas amigas, tal vez a las ocho este aquí.
- ¿Amigas? ¿No querrás decir el chico que vino a verte el otro día? - vi a mi hermana sonrojarse y no pude evitar reírme un poco, era adorable que mi hermanita ya tuviera su primer amor- a las 7 te quiero aquí, ahora come.
-Está bien... ¿Sasuke nos llevará? - pregunto mientras comía su sándwich.
-Sí, ¿por qué preguntas?
-Por nada.
No pregunté por su actitud, sabía que a mi celosa hermanita no le caía bien Sasuke, ni ningún otro chico con el que haya salido, al terminar de desayunar Hanabi subió a vestirse.
-Hanabi, ¿estás lista? - levanté la voz para que me oyera bien y luego escuché un 'ya voy'. Fuera se escuchó la bocina que anunciaba que Sasuke había llegado por nosotras. Me senté en el lado el copiloto, Hanabi quedo atrás y se puso inmediatamente los audífonos sin saludar a Sasuke, como siempre.
En el camino al instituto iba apoyada en la ventana pensando, esperaba que algo interesante me pasara este año, ya tenía 16 años y quería que algo emocionante pasara por una vez en mi vida, definitivamente tantos libros melosos me estaban afectando.
-TEN MAS CUIDADO, IMBÉCIL- el grito de Sasuke me devolvió a la realidad, un chico rubio con unas extrañas marcas en las mejillas se había atravesado y Sasuke casi lo atropella.
-Tu eres el imbécil, la calle no es tuya - respondió el chico con extrañas marcas de bigotes.
-Piérdete, pordiosero.
- ¡Sasuke! -golpee despacio su brazo, odiaba cuando era así de engreído.
- ¿Cómo me dijiste, pedazo de mierda? - el chico rubio dejo a un lado su bicicleta y comenzó a acercarse furioso, Sasuke estaba dispuesto a bajarse del auto y enfrentarlo, pero lo agarre de su chaqueta para evitar que se siguiera metiendo en problemas.
-Sasuke, solo vámonos no te metas en problemas de nuevo- La repentina pelea me puso muy nerviosa y lo mire con ojos suplicantes- Solo vámonos, por favor.
- ¡Me las vas a pagar cuando te vuelva a ver! - cerro la puerta del auto con fuerza y siguió el recorrido.- espero que sea pronto para romperle esa cara de imbécil- vi una vena palpitante en la frente de Sasuke luego del comentario del chico.
Unos 5 minutos después llegamos. No pude evitar encogerme de hombros cuando noté que todos nos miraban, no era por presumir, pero éramos una pareja conocida en el instituto, además de ser hijos de empresarios muy reconocidos.
- ¡Hinataa! - se acercaba corriendo una chica de cabello corto y rosado, en cuanto baje del auto me tomo del brazo y me arrastró dentro del instituto. - Ino va a hacer una fiesta en su casa el viernes, vas a venir ¿cierto? ¡Nuestra primera fiesta! Ya quiero ver a esa Ino-cerda borracha.
-N-no lo sé, no quiero dejar a Hanabi sola. -entramos a la cafetería y compramos unos refrescos.
- ¡Oh, vamos! Ya es grandecita, o dile que se quede con una amiga.
-L-lo pensare, aún faltan un par de días.
- ¡Genial! Podríamos quedarnos a dormir, la casa de Ino-cerda es enorme, ya sabes, para que tú y Sasuke tengan privacidad- me codeo con una cara de pervertida y yo inmediatamente sentí mi cara ardiendo. - Eres tan inocente, Hinata. - ese comentario habia sonado mal intencionado, y yo sabía exactamente por qué.
-Será mejor que vaya a ver que clases tendré, nos vemos más tarde, Sakura. - me alejé lo más rápido que pude sin hacer caso a los llamados de la pelirosa, salí de la cafetería y me dirigí al segundo piso donde estaba mi salón. Sabía lo que hacía Sakura con Sasuke, aun así, ignoraba ese hecho por el amor que le tenía a Sasuke y la amistad de años que tenía con Sakura.
-D-disculpa, no t-te vi. - nuevamente volví bruscamente a la realidad.
-Hinata! Llegas temprano.
-H-hola Ino-chan. -saludé, estúpido tartamudeo.
- ¡Tengo algo que contarte! Pero antes, haré una fiesta el viernes, tienes que venir, sin excusas, te quedaras en mi casa. - me dijo sonriente.
-P-pero I...
- ¡No! vas a ir, es tu obligación como mi mejor amiga, ahora lo que te iba a contar...-siguió hablando en lo que llegábamos al salón, tomé asiento y no preste mucha atención a lo que decía, algo sobre un chico, veo entrar a Sasuke y se ve más tranquilo, le sonrió un poco y él sonríe ladinamente- Entonces yo le dije que iba a hacer una fiesta y obviamente lo invité, Hinata, ¿Me estás escuchando?
-Si, ¿cómo fue que lo conociste?
-Estas muy distraída hoy, ¿pasa algo? - en realidad, no, solo yo siendo distraída como siempre.
-N-no, ya quiero que sea viernes .-cambié el tema.
- ¡Yo también! Shikamaru se ofreció a llevar las cervezas.
-Yo no me ofrecí, fuiste a mi casa a obligarme -habló el perezoso chico que estaba delante de nuestros asientos.
- ¿Ahora espías conversaciones ajenas, Shika? - reclamó para después golpearlo en la cabeza.
-Eres tú la que habla demasiado fuerte, mujer problemática.
-Como te decía, Hinata, Sai, el chico que conocí el otro día me invito a salir...- no importa cuántas veces Ino diga que con Shikamaru solo son amigos desde la infancia, sé que esos dos se quieren, pero no quieren arruinar esa amistad de años. - ¡Hinata!
-Sigue contándome, perdón.
-Bueno, en fin, ¡el vendrá a mi fiesta! - dijo, sus mejillas se tiñeron de un ligero rosa, Ino nunca se sonrojaba por un chico.
-V-veo que enserio te agrada, Ino.
-Sí, era muy simpático -al parecer nos entretuvimos bastante tiempo ya que habían tocado el timbre para empezar las clases.
- ¿Qué materia toca ahora?
-Historia, con Kakashi... Shikamaru, ¡no te duermas!
Odio la luz del día, sobre todo cuando me llega directo en la cara y tengo ganas de seguir durmiendo, para mejorar las cosas mi teléfono empieza a sonar. Mierda.
- ¿Que? - No tenía idea de quien era, y no me importaba.
-Vaya sí que estar de humor hoy .- Era Naruto, maldito idiota.
- ¿Qué quieres? Son las 7 de la mañana, ¿qué es tan importante como para que me despiertes a esta hora? .-siempre inoportuno, llamándome hasta por lo más insignificante.
-El viejo pervertido nos consiguió donde estudiar, ¡dattebayo! Solo tenemos que ir a una entrevista a las 8 con la directora.
- ¿Estas bromeando? ¿Cómo consiguió eso?
-Ya sabes que el viejo pervertido tiene muchos contactos, al parecer una vieja amiga le debía un favor y ella es directora de un instituto.
-Ese viejo nunca para de sorprenderme .- y era enserio, estuvimos buscando por todo Konoha, en Suna ya nos habían expulsado de las peores preparatorias y no nos quedó de otra que mudarnos a Konoha, pero por los expedientes disciplinarios nadie quería lidiar con nosotros, si no fuera por la insistencia de Temari lo habría dejado hace tiempo. - ¿Por qué mierda no nos dijo antes?
-No lo sé, ¡solo alístate! Iré a tu casa. - cortó la llamada y dejé el teléfono a un lado.
Me estire y camine hacia la puerta para sacar todos los cerrojos, al salir quede frente a mi hermano que también iba a bañarse, nos miramos por unos segundos y salimos corriendo al baño, lo agarre del cuello de su camiseta y tire fuerte haciendo que cayera sobre su trasero, iba a entrar cuando me agarro el pie haciéndome caer, empezamos a forcejear ambos en el suelo.
- ¡DÉJENME DORMIR, MALDICIÓN! - ambos nos detuvimos después de ese grito, normalmente mi papá no estaba tan temprano en casa cuando salía a emborracharse.
En cuanto vi a Temari salir del baño golpeé a Kankuro por última vez y entré, me bañe rápido para poder irme, baje a la cocina donde estaba Temari haciendo desayuno.
- ¿A dónde vas tan temprano? -me miro de reojo mientras daba vuelta los huevos.- No te metas en problemas, Gaara, nos mudamos aquí par...
-Lo sé, empezar de nuevo, Naruto dijo que nos van a aceptar en algun instituto- respondí.
- ¿Enserio? Eso es genial, espero que te acepten, ¿no vas a desayunar? -dijo sirviendo.
-No.- dije apoyado en el refri.
En eso escuchó a Naruto llamando en la puerta, tomo mi mochila y salgo sin despedirme como es costumbre.
- ¡Que les vaya bien! - la escuche gritar, ya íbamos doblando la calle en las bicicletas.
- ¿Podrías decirme dónde es? - pregunte en cuanto alcance a Naruto.
-Espera a que lleguemos- y ahí estaba esa sonrisa típica de Naruto, que nunca significaba algo bueno.
Al llegar al centro me detuve a comprar cigarros, Naruto siguió ya que no me tardaría mucho, a los dos minutos cuando logre alcanzarlo estaba peleando con un chico pelinegro en un auto, pude notar que era adinerado.
El pelinegro iba a bajarse del auto, pero alguien lo detuvo, Naruto estaba hecho una furia, cuando llegue a su lado el pelinegro ya se había alejado.
- ¿Ahora que paso? - me miro con el ceño fruncido y tomo su bicicleta.
-Ese imbécil casi me atropella, no puedo esperar a verlo para romperle la cara. Ya vámonos.
-Tienes que estar bromeando- frente a nosotros estaba él Instituto Voluntad de Fuego, la más prestigiosa y cara de Konoha, solo hijos de millonarios asistían aquí y becados suertudos. - Ni siquiera podemos pagar él estúpido uniforme de este lugar.
-El viejo dijo que nos daría una oportunidad, ¡dattebayo! Entremos- se puso detrás mío y empezó a empujarme dentro, el lugar era enorme comparado con los institutos públicos a los que había asistido antes. Había pocos estudiantes en los pasillos que nos quedaban mirando como si fuéramos fenómenos.
-Este lugar es enorme, creo que nos perdimos, Gaara.
-Pregúntale a alguien por la oficina, idiota. - quien no se perdería aquí, este lugar es enorme.
Cada vez que tratábamos de pedirle ayuda a algún chico que andaba por él pasillo, nos miraban asustados y fingian no escucharnos.
-Llorones- dije, porque eso es lo que eran todos ahí.
Me senté en el suelo mientras Naruto pensaba que hacer, o al menos eso parecía que hacía, en eso una chica paso y Naruto inmediatamente le pregunto dónde estaba la oficina, no sin antes pedirle a la chica que no saliera corriendo.
- ¿Ves, Gaara? No era tan difícil. - dijo con las manos detrás de su cabeza, sonriendo.
-Idiota.
Al llegar la secretaria nos llevó a la oficina de la directora, luego de eso me di cuenta que la mujer llevaba un pequeño cerdo en los brazos, que lugar más extraño. Nos hizo pasar a la oficina, era espaciosa e iluminada, muy elegante.
-Llegan tarde.
- ¡Lo siento! Nos perdimos- se excusó Naruto.
-Como sea, tomen asiento, soy Tsunade, como supuse Jiraiya los envió aquí, se preguntarán por qué un lugar como este admitiría chicos como ustedes, me tomé la libertad de investigar sus casos .- dijo sacando dos carpetas llenas de papeles de un cajón del escritorio- estas son sus infracciones... Del año pasado, peleas con otros alumnos, huir de clases, sospecha de narcotráfico, fumar dentro del establecimiento, peleas con profesores, gritar groserías en el salón, tener relaciones sexuales en el establecimiento, etc, etc...
-Entonces, ¿cuál es su punto? - no entiendo a dónde quiere llegar esta mujer, odio perder el tiempo.
-El punto es que personalmente me gustan los retos, los demás ven un par de chicos problemáticos sin futuro, yo veo un par de chicos que les han pasado cosas malas y tratan de mejorar las cosas de forma... Equivocada, entonces ¿qué dicen, entran o no?
- ¡Claro que sí, abuela! Pero sobre el dinero... .- dijo cabizbajo, pero tenía razón.
- ¡No me digas así! Por lo del dinero no se preocupen, por las calificaciones que ambos tienen, que son bastante buenas, además de ser de bajos recursos puedo ofrecerles la beca completa.
- ¡Eso es genial, abuela, gracias!
- ¡Naruto, ya deja de decirme así!
Nos entregó unos documentos que tenían que firmar nuestros tutores legales sobre el reglamento y otras cosas para él lunes asistir a clases, cuando salimos de ese lugar fuimos a un parque a fumar.
- ¿Qué crees que hizo Jiraiya para que nos aceptaran en ese lugar? -le pregunté a un Naruto medio dormido en el pasto.
-Ni idea, esa mujer se ve muy exigente, pero creo que por fin las cosas se están arreglando para nosotros, ¡dattebayo!
-Hinata, ¿vas a almorzar con nosotras?
-Iré con Sasuke, mañana almorzaré con ustedes .-dije para luego salir del salón y irme con Sasuke al patio, al árbol en el que siempre almorzábamos.
Momentos así con Sasuke eran formidables, el silencio no era incómodo, abrazados disfrutando la brisa fresca.
-Sasuke.
- ¿Hm? - esa era su respuesta a casi todo, recostó su cabeza en mis piernas y acaricie su cuello con las yemas de mis dedos.
- ¿Iras a la fiesta de Ino?
- ¿Iras tú?
-Creo que si, al final logró convencerme, ya la conoces.
-Pasaré por ti a las 9.
-Será divertido.
-Hm- seguí acariciándolo, lo besé y el me correspondió de inmediato. Estuvimos así un rato hasta que tocaron la campana para entrar a la última clase.
Cuando terminó la clase Sasuke tomo mi mano con los dedos entrelazados y me llevo a su auto, el camino a casa fue silencioso como siempre.
-Esta vez no frenaré cuando se cruce- rompió el silencio el pelinegro, sabía que se refería a el chico rubio con el que nos topamos esa mañana.
-Baka-golpee su brazo y nos reímos- ¿por qué no te quedas a cenar?
-Tenía planeado que tu fueras a cenar a mi casa. -dijo, con la mirada en el camino.
- ¿Por qué?
-Itachi volvió.
- ¿Enserio? Que bien, hace mucho que no lo mencionabas. -Itachi se había ido a estudiar a otro país por unos meses, cursos especiales que la universidad le había ofrecido.
-Mi madre organizo una cena, ya sabes como es.
-Me encantaría ir. -la madre de Sasuke es una mujer muy amable y cariñosa, pocas veces se veía enojada.
-Vamos a tu casa te cambias y listo.
-Está bien.
La cena fue tranquila, la madre de Sasuke me recibió muy animada, Itachi me abrazó y me levanto, él era más alto que Sasuke, también estaban los amigos de Itachi, preguntaron por Hanabi y les dije que había salido, al parecer su padre no pudo presentarse, un hombre muy ocupado igual que el mío.
Cuando termino la cena Sasuke me llevo a mi casa, Hanabi ya estaba ahí con su amigo Konohamaru, me sorprendí un poco pero solo los saludé y dije que estaría en mi habitación por si necesitaban algo. Otro día poco interesante.
- ¡Corran por sus vidas, infelices! .- Naruto reía como un maniático, nos perseguía la policía por estar envueltos en una pelea con unos chicos, lo de siempre, solo demostrando quien manda.
- ¡Por aquí! - Kiba ida delante, se metió a un callejón y lo seguimos, saltamos la muralla y los policías nos perdieron de vista.
-Aah, necesitaba eso .- decía Naruto estirándose-. necesitaba un poco de ejercicio, recién anochece, que tal si vamos a casa de Sai? Tengo hambre.
- ¡Claro que sí! - Kiba lo siguió, yo empezaba a alejarme lentamente, creí que no se habían dado cuenta de mi ausencia hasta que un brazo rodeo mi cuello fuertemente.
-No te escaparás tan fácilmente de mí, Gaara- Naruto sonreía triunfante.
-Maldito oxigenado.
- ¡Eh, Sai! - chocaron puños como amigos de toda la vida, yo solo asentí con la cabeza, eso era suficiente y ellos lo entienden, soy de pocas palabras.
El departamento de Sai era grande, era huérfano pero sus tíos cuidaban bien de el, yo de mi madre solo tengo un par de fotos y algunas joyas que guardo recelosamente en el fondo de mi armario.
- ¿Que haremos mañana, chicos? Den ideas, ¡vamos! -preguntó Naruto en el sofá, a su lado estaba Kiba en un puf.
-Mañana hay clases, idiota.
-Cierto ¡Yo y Gaara iremos al Instituto Voluntad de Fuego! - soltó, con ambas manos en su nuca.
Kiba escupió su cerveza.
- ¡¿Que?! ¡Yo voy ahí y becado! Me costó mucho entrar, ya casi terminamos él semestre.
-Jiraiya. -respondí.
- ¡Iremos juntos entonces, Kiba esto será genial! -mientras Kiba y Naruto tenían su mini celebración, Sai me contaba sobre una chica que lo invitó a una fiesta y nos sugirió ir también, era una de esas niñas mimadas.
Ya pasada las 11 de la noche cada uno se fue por su lado, apenas entre a mi casa Temari apareció preguntando sobre el instituto, ella y Kankuro estaban felices, subí a bañarme para cenar con mis hermanos, Temari había hecho algo especial para celebrar o algo así. Hasta que ese hombre al que llamaba padre entró a la casa, borracho, como siempre.
Rápidamente nos encerramos en nuestras respectivas habitaciones, ignorando los gritos de ese hombre sobre los malos hijos que éramos.
Mi celular vibró, era un mensaje del pesado de Naruto, en resumen, Obito estaba molesto.
Sin ganas de lidiar con eso, me desvestí para dormir, ya solo en bóxer me acosté sin taparme y cerré los ojos. Dos horas después seguía sin poder dormir, recogí mi pantalón y bajé al patio a fumarme un cigarro. Al darme la vuelta para entrar a la casa Temari estaba recargada en la puerta.
- ¿Insomnio de nuevo?
-Si.
- ¿Quieres que te preparé algo para comer?
-No, yo lo hago, gracias. -para los demás, mis respuestas no podían ser mas que frías, para mis cercanos que respondiera con amabilidad ya era casi muestra de afecto.
Llevaba casi 20 minutos mirando el techo, luego de que Konohamaru se fuera llegó mi primo Neji y cenamos los tres juntos, Neji vivía en un enorme departamento con el hermano gemelo de mi padre, su padre. Ambos viajaban mucho por asuntos de la empresa, nos cuidábamos entre los tres ya que la madre de Neji desapareció tiempo después del parto, nuestra madre murió de cáncer cuando éramos muy pequeñas.
- ¿Hinata?
- ¿No puedes dormir? -pregunté, como era costumbre cuando Hanabi aparecía en la noche en mi habitación, le sonreí y me movi para dejarle un espacio, saltó a la cama y la arrope.
- ¿Crees que papá vuelva este mes?
-Nunca se sabe, ya sabes cómo es con su trabajo.
-Me gusta que seamos solo nosotras aquí, con papá es...incomodo. Es demasiado estricto.
-Solo no estás acostumbrada, pero sabes que es bueno.
-Hm... Como sea, mejor dormiré, buenas noches.
-Buenas noches, Hanabi .-besé su cabeza de manera maternal y cerró los ojos.
Lo que decía Hanabi era cierto, nuestro padre era muy estricto cuando se trataba de sus hijas, por eso pensamos que era una broma cuando nos dio la autorización de vivir solas. No preguntamos por qué decidió permitirnos eso, temíamos que cambiara de opinión.
Era agradable vivir así, sin sirvientas ni chofer, ni un padre sobreprotector llamándote a cada minuto preguntando por que tardaste 10 minutos más de lo usual en llegar a casa. Ni estrictos horarios. Solo yo y mi hermana viviendo normalmente.
Aun así extrañaba a mi padre, era mi padre, no podía no quererlo. Con ese último pensamiento me dormí profundamente.
;
Esta historia ya la habia subido hace un par de años y llevaba varios capitulos, la borre para poder editarla y mejorar varias cosas.
La opinion siempre es bienvenida
