Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Toby Fox creador del videojuego Undertale.

Notas de autor:

* Frisk y Chara son ambas de genero femenino en este fic.

*Las edades de los personajes son indeterminadas así que pueden sacar sus propias conclusiones en base a la información en el fanfic.

*Fanfic basado en la ruta pacifista post-Genocida de Undertale

*Este fanfic contiene fuertes spoilers sobre todas las rutas del juego. Se recomienda que jueguen el juego en su totalidad para una total comprensión de este Fanfic. (Aunque también podrían spoilearse por youtube. Una de dos, nadie los juzga :vr) (Digo yo jugué neutral y pacifista y luego vi partes la genocida en youtube porqué soy una cobarde y no quiero matar a nadie :v)

*Frisk en este fanfic es un personaje mudo. Tiene un problema en la garganta que la obliga a comunicarse por lenguaje de señas y eso es lo que significan las negrillas con el asterisco que sustituyen el diálogo de Frisk. Aún así, esto no impide que ella emita balbuceos, piense con palabras normales, grite o pueda pronunciar palabras en voz baja de vez en cuando. Esto ultimo le provoca un ardor insoportable en la garganta. (¿Les gusta la idea? Si quieren decir algo al respecto les recomiendo leer las notas finales.)

ALERTA LECTOR! se les ruega que lean las notas de autor al final de la historia. Hay algo que quiero informales sobre el fanfic que podría interesarles.

Deseo que esta historia sea de su gusto y sin más que decir...

Comencemos

Cierras aquel libro con aburrimiento y miras el reloj con pesadez. El hecho de que sean las seis en punto de un domingo por la mañana no te pone muy feliz, no tenías mucho que hacer. Tratas de sacar de tu mente algo que te había despertado muy temprano por la madrugada, algo que te había robado el sueño y que ahora se te hacía muy difícil olvidar. Si bien las imágenes perdían forma y coherencia con el pasar de los minutos, tú todavía te sentías aterrada y culpable por todo aquello. No recordabas muy bien exactamente qué fue lo que "hiciste", pero sentías que estaba relacionado con aquella línea temporal que habías jurado a ti misma nunca volver a repetir. Sacudes tu cabeza al caer en cuenta que de nuevo estabas pensando en aquello, no te hace bien, así que decides dejar de darle vueltas al asunto y te levantas de la cama. Mala idea, empiezas a perder las luces y en tu cabeza sientes que todo empieza a dar vueltas, te sostienes de algo para evitar caer y con tu mano libre sostienes tu frente tratando de aliviar el mareo.

-"Demonios… Demasiado rápido"- piensas y te sientas de nuevo en tu cama tratando de estar en calma. Una vez te sientes mejor miras a la ventana que permitía el acceso de la poca luz que había en tu habitación. Sonríes, el sol ya había salido y por la ventana entraba una suave brisa que te relajaba completamente. Te detienes a mirar el paisaje con atención: Un hermoso prado de flores recién florecidas te deleitan con su hermosura y al ser de mañana te resultaba fácil escuchar el canto de las aves.

-"Es un hermoso día allá fuera."- Piensas y sin querer, más malos recuerdos vienen a tu mente.

"Los pájaros cantan, las flores florecen.

En días como estos…

Niños como tú…"

En serio deberías dejar de pensar en esas cosas. Y todo por esas estúpidas pesadillas…

Comenzaron desde el primer día en el que saliste del subsuelo y liberaste a la raza de los monstruos de su injusta prisión, convirtiéndote en su embajadora y amiga. Desde allí, conforme el tiempo pasaba, las pesadillas fueron disminuyendo intensidad y constancia a través de los años. Y no era para menos, pues tu trabajo por la paz entre humanos y monstruos no podría ir mejor. Si bien hubo muchas dificultades y arduas peleas, habías logrado que se les permitiera a los monstruos construir un pueblo a los alrededores del monte Ebbot donde pudiesen ser libres y también se les permitía a los humanos visitar pacíficamente y convivir con la nueva especie. Con el tiempo, aquel pueblo se volvió una discreta y pintoresca ciudad de monstruos la cual tenía como alcalde a tu querido padre adoptivo y era muy conocida mundialmente.

Sí, todo iba bien y no había razón de amargarse la vida por unas tontas pesadillas. Solo necesitas relajarte… Y mirar por la ventana te acababa de dar una idea de cómo: Una pequeña caminata hacia tu lugar preferido era en definitiva una mejor perspectiva de cómo aprovechar el tiempo antes de que los demás despertaran. Después de todo, quedarse en la cama y tratar de dormir no daría resultado… Lo sabías por experiencia.

Decidida te levantas de la cama, te das una rápida ducha y te vistes decentemente para ir a caminar. Claro, todo esto tratando de no ser ruidosa; si bien "ligero" no es un adjetivo que describiera el sueño de tu madre adoptiva no querías arriesgarte a dar explicaciones o pedir permiso. Ya te considerabas demasiado grande para eso. Con cuidado sales de tu habitación y te diriges a la cocina para buscar algo que poner debajo de los dientes e irte con un estómago menos vacío, no contabas con que ya había alguien despierto allí dentro.

-¿Que se supone que haces despierta a esta hora, idiota?- dice "muy amablemente" una voz chillona que provenía del mesón de la cocina.

*Le das a Flowey los buenos días y haces un chiste diciéndole que floreció temprano.

Tratas de no reír ante la escena: La flor dorada yacía en el mesón de la cocina con su cara de pocos amigos, sosteniendo con una de sus hojas un periódico y con la otra una taza de café. Era simplemente adorable.

-Ja Ja -rio sin gracia ante el chiste. -Pues como apenas dijiste, las flores florecen temprano. ¿Cuál es tu excusa?-

*Le dices a Flowey que saldrás a caminar, luego tomas una tostada de la despensa y la metes en tu boca para darle un mordisco.

-¿A esta hora? ¿Por qué?- pregunta intrigado.

*Bromeas llamándolo por su verdadero nombre y diciéndole que no hay necesidad de actuar como un hermano mayor sobreprotector porque tú estarás bien.

-¡No me llames así!- gritó enojado haciendo una de sus caras aterradoras que ya no te hacen efecto. -Yo solo lo decía por si mamá o Papá preguntan por ti, no quiero que me molesten más de la cuenta. Por mi puedes tirarte de un puente si quieres.-

*Haces un chillido de "Awwww" y le dices que tú también lo quieres mucho y que aprecias que se preocupe por ti mientras le acaricias los pétalos.

-¡Arggggh! ¡Ya largo de aquí, patética niña melosa!- exclama luego de quitar tu mano de su cabeza y tratar de morderte.

Decides dejar de irritarlo para que no grite más y estropee todo, le guiñas el ojo en forma de despedida, metes en tu celular un par de tostadas más y una caja de jugo, guardas el teléfono y te vas de casa usando tus auriculares. Tu destino estaba a las afueras de la ciudad, por lo cual te quedas en la estación de buses hasta que el primer bus salga. Fueron los veinte minutos de viaje más relajantes de tu vida, acuerdas mentalmente repetir la experiencia con frecuencia y bajas del bus. Desde allí podías ver a la lejanía tu objetivo, lo cual formaba una sonrisa en tu rostro y llenaba de nostalgia tu corazón… y tal vez de algo más.

*Ver el monte Ebbot después de tanto tiempo te llena de determinación.

No pierdes más el tiempo y comienzas a caminar a paso seguro por el bosque. Los rayos del sol se vuelven más intensos a medida que la mañana avanza, así como su calor.

-"Agradable."- piensas mientras sientes que el sol acaricia tu rostro.

Los minutos pasan y con el tiempo estas apunto de llegar a tu destino. Piensas que fue más fácil que la primera vez, habías tomado el sendero equivocado llevándote por el camino más empinado para caer al final por un enorme hoyo en el suelo a la cual caída inexplicablemente sobreviviste. No, ésta vez elegiste el sendero principal por el cual los monstruos salieron la primera vez y por el cual tú entrarías una segunda vez.

-"Irónico."- piensas mientras emites una pequeña risilla calmada, la cual se esfuma una vez alzas la mirada hacia la entrada y es reemplazada por una pequeña mueca de fastidio y confusión.

-" ¿Qué hace él aquí?"-

Delante de ti una figura mayormente azul y blanca se encontraba recostada y profundamente dormido sobre un pequeño puesto de vigilancia. Imposible no reconocerlo, pero la incógnita de qué hacía allí seguía presente. No lo habías visto desde hace tiempo y ahora aparecía allí por alguna razón. En ese momento recuerdas un dato importante: El subsuelo había sido convertido desde hace poco en un lugar turístico en el cual seres humanos y monstruos podrían conocer y recordar, teniendo solo que pagar un pequeño costo en la entrada. La idea había sido aprobada por tu padre quien, tratando de recaudar fondos para la ciudad en crecimiento, dar trabajo a los monstruos y acudir también a aquellos que habían decidido quedarse, llevó el proceso a cabo. De lo que sí no estabas enterada es del hecho de que tu huesudo amigo trabajara allí, cosa que de cierta manera no te sorprendía, pero aun así la cosa no te era para nada beneficiosa. Todo lo contrario, si bien antes te mostrarías seguramente entusiasta ante su compañía, ahora tenías un hueso roto que ajustar* con el esqueleto y sinceramente no era un buen momento para discutirlo -aún estabas resentida por aquello- así que simplemente pasas de largo a paso seguro con una cara amargada tratando de ignorarlo y seguir adelante.

-Hey, niña ¿Aún no sabes cómo saludar a un viejo amigo?- escuchas estando a punto de sobrepasar la entrada. Resoplas y te quejas mentalmente ¿Cómo es que se había despertado? No lo sabías, no era para normal en todo caso; lo conocías muy bien como para saber que él siempre cae en coma cuando duerme.

Te giras a mirarlo de mala gana, pero no le respondes, simplemente te quedas de brazos cruzados teniendo una expresión que decía de mala manera "¿Qué quieres?" en el rostro mientras él se posiciona enfrente tuyo.

-¡Vaya! ¿Qué con esa cara, niña? Estar tanto tiempo con tu nueva familia te tiene constantemente…- hace una pausa para reírse en voz baja. -¿Cabreada?-

*Ba dum tsss!*

Quieres reírte -y mucho.- pero sabes que si lo haces perderás tu postura enojada y no volverá a tomarte en serio de nuevo. De verdad querías que se disculpara por aquello, por lo cual estabas determinada a no ceder por muy gracioso que fuese tu amigo.

-¿Nada? ¿Ni siquiera una pequeña risa? Vamos niña, sé que adoras mis chistes o ¿A calcio me equivoco?-

*Ba dum tsss!*

Desvías tu mirada hacia otra parte y te tapas la boca con la mano como último recurso para evitar reír. No te queda más opción que hablarle antes de que te de un ataque de risa.

*le dices a Sans que ya no eres una niña y que debería dejar de llamarte así.

-¿No? ¿Desde cuándo? Que yo recuerde tú… Espera ¿Qué edad tienes?- preguntó bastante confundido, cosa que casi te hace reír.

"Vaya amigo." dirían muchos, pero tú sabes perfectamente que no es su culpa, es tuya, nunca le has dicho tu edad a nadie más que a tus padres por cuestiones jurídicas y de la escuela pero siempre manteniéndolo en secreto. Incluso cada uno de tus cumpleaños es celebrado sin velas o algún número que pudiese delatarte. Era un capricho tuyo, nunca aparentaste la edad que en realidad tienes o siquiera de qué género eres, seguir las normas y reglas de edad y género no era lo tuyo y trataste de evitarlas ocultando estos datos básicos todo el tiempo hasta que…

*Le dices a Sans que no lo sabes y le preguntas si quiere la información para otra apuesta de las suyas de una manera poco amable y sarcástica.

-Oh, ya veo. Así que es por eso que has estado de malas conmigo todo este tiempo. Vamos chica, eso pasó hace ya un mes, no tenía idea de que fueras tan rencorosa.- se excusa alzando los hombros con desinterés.- Además, no es mi culpa que los monstruos estuvieran tan interesados en saber el género de su ahora adorada embajadora hasta tal punto de apostar por ello, es más, yo ni siquiera aposté. Solo lo abrí las apuestas y cobré los fondos una vez obtuve la información.-

*... Le dices a Sans que eso quiere literalmente decir que es su culpa.

-Oye, aquí el juez soy yo, y digo que deberías echarle el muerto al ex rey fluffy buns si de verdad quieres encontrar un culpable. Él había apostado una gran cantidad y fue el encargado de darnos la noticia después de todo. Nada de esto habría llevado a cabo sino fuera por él.- informó con semblante medio adormecido para después soltar un bostezo mientras tú estabas allí sin poderlo creer.

-" ¡Demonios papá! ¡¡Tenías sólo un trabajo!"- piensas para ti misma mientras te das una palmada en la cara. En realidad todo era culpa de la maldita escuela que había convocado a sus padres y a ella para exigir dicha información ahora debido a un viaje a otra ciudad que se estaba organizando en el cual el grupo de alumnos que participaron al evento deberían alojarse separados por género en el mismo hotel. Estabas entusiasmada por el viaje hasta que le dieron ese detalle y ya no podías retractarte. Con pesar tuviste que revelarte como la chica que secretamente siempre has sido delante de tus padres y del ahora antipático director. Esperabas poder continuar con tu capricho al menos con el resto de tu familia y amigos, pero al regresar a casa te encuentras con la noticia de que todo el Subsuelo lo sabía gracias a la dichosa apuesta de tu amigo.

Tu vida de libertad de usar lo que querías y actuar como querías se había ido por el caño. Lo único bueno de eso es que al menos ya no tenías razones para ocultar tu desarrollo femenino que con el pasar de los años se había vuelto más visible y difícil de ocultar. Pero eso no te consolaba en nada, aunque ahora sentías que no podías seguir enojada con Sans; no estabas llegando a nada con eso de igual forma.

-"Estúpido papá, espero que hayas perdido esa apuesta."- piensas amargada mirando mal con dirección a la ciudad.

-Ahhh~... Bueno. Ya que hemos aclarado eso ¿Vas a decirme que es lo que haces aquí tan tarde?- pregunta aún somnoliento soltando un bostezo pesado.

Espera, ¿Tarde?

*Le dices a Sans bastante confundida que son las 6:50am del día domingo.

Ahora era el esqueleto quien estaba confundido. Abrió un poco más las cuencas por el asombro y dejó de bostezar para mirarte desorientado. Tu sin falta alzas tu mano y apuntas hacia el oriente señalándole el sol naciente que ya empezaba a mostrarse completo en el horizonte. Sans se quedó mirando perplejo por unos momentos.

-Oh, Demonios. Papyrus va a matarme.-dijo con aria resignada pero manteniendo la sonrisa que tanto lo caracteriza.

*Preguntas cómo es posible que se haya quedado toda la noche dormido en el trabajo aún después de que cerraran.

-Bueh… No es la primera vez que sucede en realidad. En teoría el trabajo termina para mí después que cierran, pero el tipo que debería cuidar el lugar de noche es un jodido aprovechado.- explicó perezosamente mostrándose un tanto fastidiado por el asunto. Tú ríes por ello y con el tiempo él se une a la diversión acabando ambos riendo como felices dementes en la cima del monte.

Ahh… Y este les brindaba un panorama mañanero bellísimo, tanto así que una vez la risa se fue poco a poco esfumando ambos se quedaron en silencio mirando el amanecer cuyo protagonista, el sol, brillaba lujoso sobre mar. Entre la colina y la gran ciudad… Justo como aquella vez. Una sonrisa grande se forma en tu rostro, una vez más estás satisfecha por todos tus esfuerzos. Todo iba de maravilla y nada podría hacerte más feliz que eso.

"Pero eso es ridículo ¿Verdad?"

"Sí, eres la clase de persona que NUNCA será feliz."

-¿A-ah?- balbuceas confundida al escuchar aquello. Inmediatamente te giras hacia tu acompañante buscando explicaciones. Te lanzas hacia atrás por el susto.

Un ojo brillante que parpadea en colores claros e irradia un aura de magia hostil, te miraba con rencor, decepción e ira desde una cuenca vacía y oscura siendo acompañado por una terrificante sonrisa.

*Sientes tus pecados arrastrándose por tu espalda.

-¡No!-

Caes al suelo en un acto desesperado y repentino de huir. Cubres tus ojos con tus temblorosas manos mientras sientes como tu garganta arde por el grito y como tus ojos amenazan con llorar hasta que tu alma se quiebre. Sientes unas huesudas manos aferrarte las muñecas con algo de desesperación pero a la vez lo suficientemente delicadas para no dañarte con su tacto. Una voz preocupada llega a tus oídos.

-¡Frisk! ¡¿Qué fue lo que pasó?! ¡¿Qué tienes?!-

Sientes como estas manos empiezan a ejercer algo de fuerza para apartar las tuyas de tu rostro, no opones resistencia y una vez tus manos están fuera del camino contemplas como aquella amenazante mirada había sido reemplazada por una llena de confusión y preocupación. Aquel ojo que te condenaba había cedido su espacio a dos iris blancos brillantes que te miraban atentamente buscando que estaba mal en ti. Lo habías imaginado todo.

*Apartas delicadamente a Sans para ponerte de pie y le mientes diciéndole que estás bien y que te asustaste con nada en un vago intento de calmarlo.

-¿Quién crees que soy? ¿Papyrus? Deja de mentir y dime que te pasó. Parecía que habías visto un fantasma.- reclama poniéndose también de pie y colocando sus manos sobre tus hombros. Tratas de calmar el temblor de tu cuerpo para evadir su preocupación.

Insistes en que estás bien y le explicas con algo de dificultad que esto es algo que suele suceder cuando no duermes muy bien, como hoy. Que solo necesitas relajarte y es por eso que habías venido en primer lugar.

-¿Estás segura de eso, Frisk? Porque esa explicación sigue sin convencer...-

*Insistes en que estás bien nuevamente. Insistes en que él debería regresar con Papyrus a casa cuanto antes. Insistes con cabeza gacha en que todo está bien.

Insistes... Sin siquiera estar completamente convencida de ello.

-...Está bien. Como quieras, pero no creas que me has convencido ¿De acuerdo?- rectifica con aria resignada sin dejar de mirarte fijamente. Afloja su agarre y tú te alejas sin despedirte a paso lento hacia la entrada custodiada por una barra que no te dejaba pasar.

-Sí, en teoría deberías comprarme una entrada. De otra forma estarías entrando en contra de la ley.- informa.

*Preguntas sin girarte cuánto deberías darle. Tus manos se muestran demasiado agitadas al momento de hablar.

-Serían 10G, pero ¿Sabes qué? Olvida el dinero. Va por mi cuenta, este lugar está cerrado, no tengo pases a la mano y se ve que lo necesitas.-

*Le das gracias a Sans por el favor te dispones a seguir caminando.

El antiguo centinela usó su magia para abrir la barra que se atravesaba en tu camino dejándote pasar finalmente. Sientes como una ráfaga de viento se te adelanta y se introduce fría en la enorme caverna.

-Ah y, Frisk.- Te detienes nuevamente. -Dos cosas: Asegúrate de salir antes de la hora de apertura a las cuatro de la tarde si no quieres meterte en problemas. Y por el bien de todos; cuida de ti misma, porque a muchos les importas.-

Alcanzas a devolverle una media sonrisa como respuesta antes de verlo partir. Luego de eso finalmente entras al subsuelo, lugar que parece no haber cambiado ni un poco en todos estos años. Esos infelices pensamientos que tratabas de evadir seguían allí, así que te apuras en llegar a tu destino. Waterfall nunca fue un lugar difícil de llegar. Necesitabas con cierta urgencia escuchar el relajante rumor del agua caer y así tal vez aclarar tu mente. Mientras subes al primer ascensor después de haber recorrido New home empiezas a cuestionarte el cómo solo una pesadilla podría causarte tantos problemas. En ese momento te vienen a la mente los recuerdos de los primeros días en la superficie después de la liberación, este tipo de pesadillas eran frecuentes y te torturaron cada noche por un considerable periodo de tiempo para después desvanecerse con los años. Además, nunca eran más que eso, simples pesadillas que atacaban solo de noche mientras dormías. Ya no eras una niña pequeña para estar aterrada de un mal sueño tanto así de tener alucinaciones. Habías pasado por cosas peores que esa…

-Tra la la~ Me gusta montar en mi bote ¿Te me unes?- Alzas la cabeza inmediato cayendo en cuenta de en donde te encontrabas, habías llegado al puerto de Hotland sin darte cuenta debido a que estabas muy absorta en tus pensamientos. Se te escapa una pequeña risa nerviosa.

-"Vaya… Si sigo así algún día caeré directo en la lava sin darme cuenta."- piensas imaginando la escena con algo de gracia, tus preocupaciones se hacen menos pesadas de repente.

*¿Usar el bote?

(Sí.) No.

*Saludas amablemente al Riverman y aceptas su invitación subiendo al bote con una sonrisa.

-¿A dónde iremos hoy?- continuó con su monólogo moviendo lentamente su cabeza para los lados como de costumbre.

*¿A dónde iremos hoy?

Snowdin. (Waterfall).

-Entonces nos vamos. Tra la la.- informa, te sientas en el bote buscando mayor comodidad para disfrutar del corto pero relajante viaje. A medida que el bote avanza por el río el rumor de las aguas en movimiento te arrulla con su canto. Cierras los ojos y respiras la nostalgia.

-Tra la la~ huele a pensamientos problemáticos ¿O será solo el hedor de mis pies? No lo sé. Tra la la.- El extraño mensaje te saca una carcajada alegre mientras el pequeño bote se acercaba a la orilla. Bajas del bote y te das cuenta de que ahora te sentías un poco mejor debido a eso, y todo gracias al Riverman.

-Tra la la~ regresa alguna vez.-

*Le agradeces al Riverman por el pasaje y también por animarte a su manera.

Das unos pasos hacia adelante y luego una idea fugaz te detiene. Te diriges con la mirada hacia el barquero una vez más.

*Le preguntas al Riverman amablemente si puedes decirle River como sobrenombre.

-Tra la la~ Me gustan los atajos, incluso en los nombres.- responde con su típica voz alegre, lo tomas como un sí y prosigues.

*Le preguntas a River que haría si tuviese problemas con pesadillas.

La atmósfera se torna fría y silenciosa de repente. Tu amigo encapuchado se toma su tiempo para responder, dirige su mirada al río como si estuviese meditando seriamente en la pregunta como un enigma difícil de resolver.

-Despertar.- responde apático sin canción o meneo de cabeza. En silencio se quedan mientras él permanecía mirándote fijamente.

Sentías como si la nada misma te estuviese observando.

*Agradeces…

River se inclina hacia ti como respuesta. -Tra la la~ me gusta ayudar.- Canturrea feliz nuevamente mientras gira su vista hacia adelante para empezar a marcharse. La atmósfera se había calentado de nuevo, escuchabas de nuevo la relajada canción de fondo característica del lugar. Te preguntas cómo era posible para alguien controlar el ambiente así, pero te rindes de inmediato. Si había un monstruo lleno de misterios sin resolver -Bueno, más que todos los demás.- era él. Así que no valía la pena.

Sigues caminando un poco más llegas a la habitación del pequeño y obstinado pato amarillo y lo encuentras durmiendo plácidamente. Te enterneces ante la escena y decides no molestarlo, así que tomas un poco de carrera para dar un salto hasta el otro extremo con suceso. Luego de mirar que el pato continuase durmiendo -porque si se daba cuenta de lo que habías hecho seguro se lo tomaba mal.- sigues con tu camino hasta llegar a la habitación anhelada. Aquella en donde las aguas bajas brillan en un color verde aqua y el techo rocoso estaba lleno de diamantes que simulaban las estrellas. Sientes todo el peso del viaje en tus hombros, así que con el menor cuidado lanzas el celular y los auriculares al suelo y te arrojas al agua sin importar nada. Éstas no eran para nada profundas, tanto así que aun estando acostada boca arriba el agua no cubría boca, ojos o nariz, por lo cual podías respirar perfectamente. Oh~ y estaba fría, agradablemente fría. Tan fría que era perfecta para enfriar la mente o causar un resfriado, pero tú prefieres concentrarte en el primer efecto ahora. El plan -a pesar de todo.- había sido un éxito monumental, estabas tan relajada entre el "cielo estrellado" y el rumor de las cascadas en la lejanía que no notaste cuando tus párpados empezaron a hacerse pesados y allí, entre toda la paz, caíste rendida a merced del sueño

*Escuchas tus pasos, lentos, indolentes…

*De vez en cuando, das un paso, se escucha un grito, un quejido. Algo se quiebra, se desvanece… Te aferras a un objeto en tu mano.

*Con cada grito, una risa, se hace más fuerte… Más y más fuerte. Esto es tú culpa.*Detectas un olor en el aire ¿Cenizas tal vez? A medida que el olor aumenta así también aumenta el silencio. Tus manos se sienten sucias.

*No puedes volver, no puedes enmendarlo.

*Pediste ayuda… Pero nadie vino.

*- ¡Se acabó el tiempo~!-

-¡AHH!- Te incorporas con desesperación temblando de frío. A tu grito le sigue un ataque violento de tos seca, se te hace difícil respirar. Tu garganta arde; tus cuerdas vocales son muy débiles, apenas y te permiten susurrar palabras cuando tienes que, dos gritos en el mismo día era simplemente demasiado. Sin mencionar que las ahora heladas aguas sólo empeoraron la situación. ¿En qué estabas pensando? Pasaron unos buenos minutos antes de que la tos se calmara. Ahora simplemente yacías hincada hacía delante recuperando el respiro mientras tiemblas y las heladas gotas de agua se deslizan sobre tu cuerpo.

Sientes de repente una inesperada fuente de calor a tu lado. Una luz dorada comienza a vislumbrar tu rostro. Te giras para confirmar tus recientes sospechas. Brilla delante de ti.

-" Un... ¿Punto de guardado? "-

*-Tócalo.-

Aquella voz interna resonó desde lo más profundo de tu mente. Era familiar.

(El sentimiento repentino de que algo grande viene, te llena con DETERMINACIÓN.)

(Guardar.) Quitar.

*-Dejemos que los juegos inicien.- :)

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¡Alerta lector!

¡Greetings!

Aquí Dreams reportándose con una nueva historia para ustedes. Está es mi primera historia en el fandom de Undertale, así que espero sea de su agrado.

Me da gusto que estén leyendo esto. He aquí la información de la cual les hablaba:

1. Es un experimento, tú decides si continua o no: Como ya dije es mi primera historia en Undertale, pero no es la primera que he leído. Mi punto es que no hay muchos fanfics que tomen este tema como argumento principal sin meter en medio ships y demás cosas. Es por eso que tal vez esta historia no sea muy leída y no quiero gastar mi tiempo en algo que no sea requerido. No se preocupen, no pido mucho, solo quiero una señal de vida por parte de ustedes. Votar o comentar estará bien, y tampoco soy tan presuntuosa. Por mí con que haya al menos diez personas leyendo esto estará bien y me ayudará a continuar con este proyecto. :3

2. ¿Quieres aportar para esta historia?: Esto tiene que ver con el punto 1. En caso de que la historia sea bien recibida la continuaré como un fanfic más largo de los que tengo por costumbre. Ahora, yo tengo ya un esquema y un final pensado para esta historia, pero me gustaría que ustedes decidieran algunas cosas poco triviales por mi. Sí, así es, dentro de unos días publicaré en este libro una serie de preguntas sobre qué les gustaría a ustedes que haga. Por ejemplo:

"¿Les gusta que frisk sea muda?

Sí. No."

Ustedes votarán mediante los comentarios por la opción que más les parezca y la historia seguirá su curso con la respuesta mas votada.

3. Quise usar los corazones como indice de que cual respuesta se escogía (Como en el juego) pero el pinche fanfiction no me deja ni siquiera con los emoticones :'v.

Gracias por el apoyo

¡Nos leemos!