Sonreí al ver mi habitacion oficialmente lista, la ultima caja que quedaba de la mudanza ya estaba vacia, todo estaba perfectamente ordenado hasta ahora. Bajé y mi madre cocinaba mientras tarareaba una canción y bailaba, mi padre llegaría en la tarde, desearía salir pero aun no conozco a nadie aquí ya que las clases empiezan mañana.
Me llamo Uzumaki Naruto, hace poco cumplí los 17 años antes de mudarme de Estados Unidos con mis padres, dejando a mis amistades para venir a un país donde no conozco nada ni a nadie, pero mis padres siempre me han enseñado a ser positivo, algo bueno debe tener este lugar.
-Vendrán a cenar unos viejos amigos, su hijo menor es de tu edad y va en tu escuela, podrían hacerse buenos amigos, ¿Sabes? -habló mi madre desde la cocina.
Ahora entiendo por que cocina tan animada, como no tenia nada que hacer la ayude preparando la cena, mi padre llegó y poco después los invitados.
-¡Mikoto! -gritó mi madre abrazando a la señora que acababa de entrar, detrás de ella venia su esposo y dos chicos, cabello negro y expresión seria.
-Hijo, saluda -habló mi padre poniendo una mano en mi espalda- ellos son los Uchiha.
-Eeh.. Es un placer conocerlos, ¡dattebayo! -sonreí con una mano detrás de mi cabeza.
Me presentaron a los hijos, el mayor tenia 21 años, Itachi Uchiha, y el menor 17 años, Sasuke Uchiha. Ambos son muy callados y casi inexpresivos, sobre todo Sasuke. La cena fue tranquila, al parecer los señores Uchiha son grandes amigos de la universidad de mis padres. Los hijos a pesar de ser tan callados, son simpáticos y fue fácil entablar una conversación con ellos.
Ahora estoy en mi habitación con Sasuke, mientras los adultos charlan en el comedor. Hablamos de música, videojuegos, deporte y la escuela que empezaba mañana, por desgracia.
-¿Tienes novia, Naruto? Tienes cara de nunca haber tocado a una mujer -soltó el pelinegro con una risa de burla.
-Cortamos, las relaciones a distancia no son lo mío -dije con una sonrisa.
-¿Ah, si? Seguro lloraste como una niñita.
La verdad, no. Pero ella si que lo hizo, la extrañé los primeros días que estuve en Japón, ahora solo son agradables recuerdos, desde pequeño me enseñaron que algunas cosas no duran para siempre, las relaciones a esta edad sobre todo.
-Teme.. ¿Y tu, tienes novia?.
-Si -dijo, secamente, bajando la mirada y frunciendo el ceño.
Hasta que se fue con sus padres, jugamos en la nintendo, para olvidar el tema que se volvió incomodo, no pude evitar notar que Sasuke se puso tenso cuando hablaba de su novia, ademas de sus respuestas cortantes, quedamos en juntarnos en la escuela, después de todo no creo que sea tan malo, por lo menos ahora conozco a alguien.
Decidí salir a correr un rato, acostumbro a correr de noche por que según yo, me ayuda a dormir. Cerca de mi casa hay un parque enorme, pero este tiene mucha mas decoración y color que los parques de Estados Unidos, y no era el único que gustaba de correr a estas horas, por lo que no me sentía tan solo, aun pasaban parejas y familias con sus pequeños.
Llegué al extremo del parque y volví, deteniéndome a descansar en una banca frente al lago, en este había un puente de madera que llegaba a una pequeña caseta, tenia flores y luces alrededor.
Había una pareja sentados en la escalera de la caseta, un pelirrojo y una chica de cabello largo y oscuro. No se veían como la típica pareja acaramelada que pasaba por el parque, mas bien, parecía que discutían. Bajé la mirada cuando la chica se levanto disgustada y su novio la siguió, tomándola bruscamente de la mano para voltearla.
Estaba a punto de entrometerme si no hubiera sido por que se besaron segundos después. Volví a mi casa, antes de acostarme deje el uniforme ordenado a los pies de mi cama y abrí una ventana para no morir de calor mientras dormía, tenia un buen presentimiento sobre mañana.
