Después de mi última caza, dejé caer el rígido cuerpo sin vida del animal al suelo y me quedé de pie, dejando que el viento me impactara, contemplando mi próximo movimiento.

Miré al sombrío cielo, rezando por alguna intervención divina o cualquier divinidad para que me escuchara. Quizá mi atención se debería de haber concentrado en comunicarme con el Infierno y no con el Cielo, puesto que, con la más absoluta certeza, puedo decir que, era el Demonio quien me había colocado en esta posición.

Y decidí que ya puesto a ir al Infierno...

Porque no hacerlo del todo y cobrarme de todos aquellos que me lastimaron, lo que tanto deseo?

Ya me canse, he dejado de intentar ser bueno...

En su lugar Ahora voy a hacer exactamente lo que quiero, y que sea lo que tenga que ser...

Condenemos al destino

No busquemos La diferencia entre sí y no… entre lo correcto y lo incorrecto… Porque son demasiado confusas, ¿verdad? No hay ni blanco ni negro en esta situación, sólo tonos grises. Eso es lo que me preocupa

Que Sé que hay un Dios… porque hay un Demonio

y he ahí la diferencia... Se que el primero no baila para los seres integrantes de nuestra estirpe... para los amos de la oscuridad, como nosotros, no existe...

Al único que podemos esperar que conteste a nuestros llamados es, y siempre será, el Diablo... Tenga la Forma que Tenga...

Piénsenlo de esta forma... Somos marionetas del destino… y sus debilidades están basadas en nuestras acciones, nosotros podemos cambiarlo pero es él quien quién da el primer paso…

Es ÈL quien controla nuestras tentaciones.

Es ÈL quien baraja y juega con nuestros más oscuros y lujuriosos deseos…

Es ÈL quien se encarga de manipularnos a su antojo...

Es ÈL quien nos incentiva a hacer cosas de las que después rara vez nos arrepentimos realmente…

Ya que es ÈL, quien tiene total libertad sobre nuestra voluntad y nuestros miedos mas profundos...

Por eso hacemos las cosas que hacemos, y no pensamos en el resto o mentimos al respecto, para salir del problema, porque así es más fácil, más simple. Nadie se entera y no paso nada.

Pero yo había encontrado a mi ángel y este acababa de entrar en el claro.

-Amor? En que tanto piensas?- pregunto dudosa. Se veía hermosa a la luz de la luna.

-En nada importante Bella- conteste

-Vamos te conozco Edward. Ya dime- dijo colocando sus manos en mi pecho y alzándose de puntitas para besarme.

-Si te lo dijera te reirías. Ya volvamos a casa- la tome de la cintura y la bese apasionadamente, para luego sacarla del bosque en que nos encontrábamos.

Definitivamente ella había sido mi salvación.