BROKEN HEART

Me llamo Rachel Berry, soy una persona bastante talentosa y por si no lo notaron, batante modesta, amo los musicales y Broadway pero... ¿saben que llegue a amar mucho más que eso? A ella. La amé con mi alma, con pasión, con la valentía que tenía al subir a los escenarios a cantar, o cada solo que yo pedía en el Club Glee, y amarla fue el mejor y el peor error de mi vida.

Ay Quinn Fabray, siempre te importo ser el centro de atención, siempre mintiendo, siempre buscando tu bien antes que el de los demás.. ¿Cómo pude haber sido tan ciega?

Siempre fue claro pero... vaya, el amor es ciego, de verdad es cierto.

Recuerdo cuándo la conocí, era mi segundo año en Mckinley, era la líder del Club Glee y pues, no eramos los más populares pero, eramos felices, sabíamos ser auténticos a nuestra manera, estabamos buscando nuevos miembros, buscabamos motivarlos para hacer más popular al Club.

Yo estaba en mi primera clase, recuerdo que era muy temprano, asi que tenía muuucho sueño, ¿Saben que era lo peor? Era Matemáticas y yo, bueno, yo ODIO esa materia, sin embargo estaba resignada y hasta cierto punto emocionada pues conocería mas gente y a mi nuevo maestro, yo estaba entretenida en mi celular cuando de reojo vi a alguien entrar al salón, se sentó en frente de mí y yo hice la banca a un lado para que pudiera pasar mejor (Cuándo me nace ser amable en serio que lo soy).

No le tomé más importancia y seguí en lo mío, se sentía la tensión y la incomodidad del nuevo grupo, casi nadie hablaba y yo suelo hablar hasta por los codos, así que esto se estaba volviendo incómodo y desesperante para mi, y como ví que esa chica no tenía iniciativa de hablar, pues ¿adivinen quién habló? Sta nena xd

-Hola- dije con un tono amable

-Hola- me respondiste y hasta ese momento, no había caído en cuenta de que tan linda eras, algo que creo que recordaré mucho tiempo son tus ojos, siempre me gustaron, y yo me dije mentalmente: "Wow"

-¿Este es el grupo 415?- me preguntaste

-Si no te preocupes, es este- respondí

No recuerdo que tanto hablamos, solo recuerdo que nuestras risas inundaron el salón. Todos pensaron que nos conociamos de antes, pero no, a pesar de que igual era tu segundo año, tu y yo jamás coincidimos. Jamás me había llevado tan bien con alguien, jamás había reído tanto en un rato con un desconocido y desde ese momento marque mi destino.