From hate to love, there is only one step cap 1: Prologo

Kanato POV

Nuestros besos se vuelven más y más apasionados, ignorando el hecho de que alguien nos podría oír, en especial uno de mis hermanos o uno de los suyos.

Da igual, sus caricias, sus jadeos y esos ojos que me atrapaban, tan intensos que siquiera puedo dejar de mirarlos. ¿Desde cuándo este odio arrasador hacia el pelinegro se volvió en un amor tan candente?

Tanto el uno como el otro no lo entendía, no importaba cuantas conclusiones pensara respecto al tema seguía sin tener respuestas.

-Kanato-San... ¿Puedo meter la lengua? -Dijo sin vergüenza alguna mientras unas pocas gotas de sudor pasaban al lado de su rostro, con una mirada totalmente dominante-

No pude contenerme y tan solo segundos después de esa tan desvergonzada pregunta, sentí como mis mejillas ardían. 1, 2, 3, 4, 5, mientras más segundos pasaban, mas enrojecido me volvía.

Mi opuesto no dudo en ninguno de los segundos reír levemente ante mi reacción

-¡N-No te rías, idiota!... Por favor, hazlo.-Hasta yo mismo estaba sorprendido hacia mis reacciones, usualmente al principio que me acorralo hacia una esquina del baño de los chicos de la escuela, lo hubiera matado a golpes, pero desde un comienzo no tenía la intención de lastimarme. Sus acciones lo decían todo, me acorraló, tomó a Teddy y con cuidado lo colocó a un lado, en ese momento quería destruirlo, pero al voltear su mirada hacia mí de nuevo, solo hizo que abriera más lo mis ojos de la impresión, era una mirada realmente seria, no era la que normalmente me haría a mí y todo transcurrió en abrir y cerrar de ojos.

Sus caricias a mi rostro hacían que me estremeciera, mientras seguía atónito por su verdadero propósito, tomo ventaja de mi estado y me beso. No era aquel típico beso robado sin descaro alguno, era un beso que realmente hizo sacudir mi corazón... No sé cómo explicarlo, se sentía tan dulce, más que los pasteles que comía con Teddy en nuestra hora del té diaria, más irresistible que la sangre y las reacciones de temor de Yui-San, solo me dejé llevar sin saber que ese exquisito beso llegaría a más…