Disclaimer: Los personajes le pertenecen a JKRowling, y nada de esto está hecho con ánimo de lucro ni con intención de ofender a nadie, solo con los fines de entretenerme y de hacerles pasar a ustedes un buen rato. Si no les gusta el Slash, chao (:

¡DISFRUTEN!

Si aquello no funcionaba, Albus desistiría en sus intentos de animar a su colega Scorpius, dándose por vencido. Su rubio compañero llevaba un par de semanas más deprimido de lo normal, porque por muy raro que pareciese, sus exámenes no le habían salido demasiado bien que digamos.

El moreno, harto de que su amigo se comportase como un alma en pena, había hecho todo lo posible por animarlo, desde hacer las cosas que más gustaban a Scorp hasta comprarle una caja entera de juegos de la franquicia de sus tíos Fred y George, pero por lo visto, aquello no surtía el más mínimo efecto.

Albus se mordió el labio inferior nervioso, mirando como Scorpius cogía sonriente el bollo que le acababa de ofrecer y le pegaba un bocado. Si todo salía como el creía, Scorpius se animaría, y con ello cesarían sus quebraderos de cabeza. Su perfecto último plan había sido inyectarle a uno de los bollos preferidos de Scorp una suave poción para devolverle el buen ánimo a su mejor amigo. Por ello, ahora mismo se encontraba mirando ansioso la reacción del rubio, el cual, ya había tragao el pedazo del bollo de pocos segundos más y su amigo estaría fenomen...¡¿PERO QUE NARICES ESTABA HACIENDO SCORPIUS?!

Su amigo había tirado el bollo a un lado y se había pegado súbitamente a él, acorralándolo contra la pared. ¿Era deseo lo que leía en los ojos de Scorpius? No podía ser...

-Albus...-la voz ronca del rubio lo sorprendió.

-Que...¿Qué haces Scorp?-el susodicho agarró sus manos, colocándoselas sobre la cabeza, inmovilizándole. El pecho del moreno ascendía y descendía rápidamente descontrolado.

-Eres...Perfecto.-su compañero lo miraba como si realmente se lo fuese a comer, con los ojos brillándole de extraña manera, casi...felina.

-No digas chorradas Scorp. -¿Qué le pasaba? La poción debía de haber fallado, pues ese no era el resultado que tanto había esperado.

-Lo digo muy enserio, Al. Me encantas...Tus ojos, tu pelo, Merlín, tu boca...-dicho eso el más alto de ambos bajó su rostro hasta los labios del otro, uniéndolos a los suyos en un suave beso. Albus, sorprendido, no pudo cerrar sus ojos, anonadado debido a lo que su compañero acababa de hacer. Quería apartarle, pero no podía, y en cierto modo realmente sabía que no quería. Se dejó llevar, por el beso, por las manos de Scorpius las cuales se enredaban ahora en su oscuro cabello, por la espalda del otro, la cual acariciaba ahora con sus propias manos. Boca contra boca, piel contra piel, sus lenguas danzando en la boca del otro luchando por tomar el control y proclamarse rey del beso.

La falta de oxígeno hizo mella en los muchachos, que se separaron levemente, dando grandes bocanadas de aire. Albus miró entristecido al rubio. Aquello no estaba bien...Sí, Scorp le gustaba, desde hacía ya mucho tiempo, pero la reacción de su amigo solo estaba siendo causada por la poción, asi que técnicamente se estaba aprovechando de él.

-Scorp, suéltame. -el moreno clavó su mirada verde en la plateada del otro, con suma seriedad.

-Para ello deberás pagar tu fianza, Al...-el rubio sonrió con picardía, restregándose contra el muchacho, haciéndole notar lo que portaba entre sus piernas, y no era la varita precisamente...

-Scorpius Hyperion Malfoy, si no quieres que te...-un gemido escapó de los labios de Albus al sentir como el otro lamía lentamente la piel de su sensible cuello.- Te cruciaré como no me sueltes.

-Inténtalo.

La simple provocación le bastó a Albus para demostrarle que no tenía que ponerle a prueba. Agarrando la muñeca de Scorpius, el más bajo de ámbos dió un brusco giro, haciendo que el rubio acabase en el suelo con expresión dolorida.

-¿Nunca te lo mencioné? De pequeño cursé artes marciales Scorp. Un pequeño capricho muggle de mi padre, el cual parece que por fín me sirve de algo...

-Nnng...-el gemido dolorido de Scorpius le hizo arrepentirse de inmediato.

-¿Estás bien? ¿Te hice demasiado daño? -Albus se agachó un poco para ver si su amigo se encontraba bien. Caso error, pues Scorpius aprovechó la oportunidad y rodeó el cuello del moreno, pegándolo a su cuerpo, para luego cambiar las posiciones, acorralando a Scorpius contra el suelo y su cuerpo.

-Merlín, necesito la ayuda de Rose...¡He creado un monstruo!