Advertencias:

-Fem27

-Un poco de ooc

-Disclaimer: KHR pertenece a Akira Amano-.


~ Counting Stars ~

...


La habitación estaba en completo silencio.

Timoteo Vongola se mantenía sentado tranquilamente detrás de su escritorio; su mirada era serena, pero si se veía con detenimientos podía distinguirse un brillo de incertidumbre.

En el otro extrema de la habitación, Sawada Iemitsu se encontraba parado junto al gran ventanal; se le notaba bastante inquieto y preocupado. Ambos hombres esperaban impacientes por que les dieran una respuesta.

Una que fuera favorable.

Nono – llamó una voz aguda.

Fue cuando el hombre de mayor edad se paró de su asiento para ver ingresar a su asesino de mayor confianza; el Arcobaleno del Sol, Reborn, era acreedor de tal sentimiento y también de las esperanzas del viejo jefe.

– ¿Cómo fue? – preguntó yendo directo al punto.

Reborn negó con la cabeza.

–Es un hecho, Ienobu no tiene llamas del cielo.

Iemitsu se llevó las manos al rostro, decepcionado por lo escuchado. Él siempre había mantenido la esperanza de que su hijo manifestara las llamas, pero ni con el entrenamiento de Reborn las había expulsado y ahora entendía por qué. Su hijo, Ienobu, no poseía llama alguna aún y cuando portaban la misma sangre… la sangre de Vongola Primo.

–Ya veo – musitó Timoteo dejándose caer sobre su asiento, con apariencia derrotada.

Se sentía, de cierta manera, triste y comprendía perfectamente lo que el mismo Iemitsu estaba sintiendo. Después de todo, ambos habían puesto sus esperanzas en el joven Sawada, él especialmente.

Pero esas esperanzas ahora se habían terminado; sus hijos estaban muertos, su hijo adoptivo era un desastre y su única y más fiable opción acaba de desmoronarse. Vongola no tenía heredero.

–Lo siento, Nono – el hombre rubio dejó caer sus brazos, sin fuerza.

–No tienes porque disculparte, Iemitsu. Desde que Ienobu era un niño siempre fue extraña su incapacidad de crear una llama, por más pequeña que fuera. Fuimos nosotros los que nos hicimos ilusiones. Pero está bien, tal vez ahora Ienobu pueda tener una vida normal.

–Eso es verdad, pero también lo es el que Vongola no tiene un heredero – y eso era lo que más preocupaba al Asesor Externo.

–Yo no estaría tan seguro – habló Reborn, después de estar escuchando lo que los otros dos decían había decidido que era el momento de hablar.

– ¿Qué quieres decir? – Nono lo vio intrigado.

Si existiera una posibilidad…

El pequeño hitman le dio una mirada firme.

–Ienobu no es el único hijo de Iemitsu – informó.

– ¿Qué? – Timoteo lo vio sin creer del todo.

Iemitsu lo vio sorprendido, para luego cambiar su expresión a una de coraje.

–Reborn – advirtió con voz grave, sus ojos denotaban peligro y preocupación.

El Arcobaleno le regresó la mirada, no dejándose intimidar y no es como si alguien siquiera pudiera lograr tal hazaña.

– ¿Qué es lo que sucede? – intervino Timoteo notando el ambiente tenso.

–Iemitsu tuvo otra mujer – el mencionado dio un paso adelante –, ¿O acaso ya te olvidaste de Nana?

–Ya es suficiente, Reborn – advirtió una vez más.

–De esa relación nació un bebé, una niña, para ser precisos – continuó sin importarle la reacción del rubio.

– ¿Es eso cierto? Iemitsu – Timoteo se levantó una vez más.

Si lo que Reborn estaba diciendo era verdad, entonces aún quedaba una oportunidad, tal vez esa niña poseía la llama del cielo, tal vez las cosas no estaban perdidas por completo.

La mirada de su consejero y su silencio le dieron la respuesta.

– ¿Cuál es su nombre? – preguntó esta vez.

Reborn ni se molestó en abrir la boca; Iemitsu se irguió y clavó su mirada en nono, una mirada angustiada y derrotada.

–Tsunayoshi, su nombres es Tsunayoshi.

~.~.~

Todo pasaba tan rápido, corría a todo lo que sus piernas podían mientras sorteaba entre algunos cuerpos que aunque maltrechos y sin posibilidad de levantarse aún estaban conscientes. Quién diría que una bola de pandilleros tuviera tanto aguante; claro que eso se debía a su masa corporal de más, que no era más que una enorme barriga lograda gracias a los productos que robaban. Y quien diría que a pesar de considerarse una cobarde, estuviera ahí, haciéndoles frente.

Así que la castaña realmente no tenía ningún remordimiento al pasar sobre ellos.

– ¡Hiiie! – gritó al verse sorprendida por uno de los pandilleros que alcanzó a agarra su preciada carga.

Haciendo uso de su fuerza y aprovechando la poca que le quedaba al otro, la chica jaló la considerable bolsa hasta liberarla de las garras del malhechor. Con zancadas más rápidas por fin logró salir del lugar, una casa destartalada de dos pisos.

¡Qué suerte! Pensó al ver una bicicleta tirada sobre un par de arbustos. La levantó y se montó en ella. Con movimientos rápidos dobló por la esquina de la calle para encontrarse con un grupo más de pandilleros, solo que estos no estaban en mejor condición que los que dejó atrás.

Un chico pelinegro se encontraba parado entre ellos, con un bate de beisbol en las manos y una sonrisa en su cara.

– ¡Tsuna! – exclamó al ver a la chica acercarse.

– ¡Take-nii! – gritó a su vez frenando de golpe frente al chico que ante la ley era su hermanastro, pero ella lo quería y lo veía como su verdadero hermano – ¡Lo tengo! – dijo triunfante enseñándole la bolsa.

– ¡Bien hecho, Tsuna! – halagó mientras golpeaba de manera inocente a uno de los tipos que comenzaba a levantarse –. Lo mejor es irnos pronto, antes de que despierten. Hahaha.

La castaña asintió con una gotita estilo anime bajando de su sien, su hermano apenas y parecía reparar en lo que acababa de hacer. De un movimiento ágil se movió a la placa trasera de la bicicleta para permitir que el mayor se subiera.

–Nanase-san estará contenta cuando tenga sus pertenecías de regreso – comentó Tsuna aferrándose al cintura del pelinegro.

–Ella lo estará, pero no creo lo mismo de Pop's y Kaa-san– apuntó sin dejar su sonrisa, aún pedaleando con fuerza pero con cuidado para no perder el equilibrio y lastimar a su hermana.

–Él lo comprenderá, es por una buena causa – hizo un puchero.

–Sigo preguntándome de donde sacaste esa vena por la justicia – rió un poco, la castaña tendía a ayudar al prójimo y a defenderlos contra las injusticias.

–Yo también me lo pregunto – musitó.

De una forma extraña y particular, ella era como una vigilante.


N/A: Seee... no se como se me ocurrió esto, pero ahí lo tienen~

También, es la primera vez que escribo un FemTsuna, es extraño, pero tengo grandes planes!

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