Ninguno de los siguientes personajes me pertenece, son propiedad de la grandiosa Rumiko Takahashi. Lo único mío es esta historia, hecha sin fines de lucro, sólo para entretener.
Único capítulo: Escape nocturno
Las sombras se extienden hacia ella, esas manos grandes, peligrosas, están cada vez más cerca. Podrían romper su cuello si lo desearan. No puede moverse, ni siquiera siente su respiración. El monstruo no le ha ordenado respirar, y ella no puede evitar que la controle.
El sudor la empapa, una sonora inhalación retumba en sus oídos, sacándola del trance. Se levanta con violencia de la cama, lanzando de una patada las cobijas que la cubrían.
Era un sueño.
Pero ella aún no está lo suficientemente despierta. Está entre la conciencia y la inconciencia. Sus piernas se mueven por sí solas, quieren escapar de las sombras, se mueve atravesando con agilidad la recámara. Está grabada en la memoria, sólo tropieza con objetos fuera de su lugar.
Sabe que está bajando las escaleras, pero tampoco quiere detener su carrera. Tiene miedo, quiere huir de la pesadilla, de lo que hay detrás de ella. Las lágrimas amenazan con romper su estado soñoliento.
Una pared la detiene.
Una pared cálida, que la envuelve. Le pone un alto justo antes de cruzar el umbral de la entrada de su casa. Pero no duele, incluso se lleva el dolor que dejó tras de sí la pesadilla. Comienza a olvidarla, en su nariz el aroma a colonia le trae recuerdos más dulces.
Cuando el dorado la observa con fuerza. Cuando sus ojos amenazan de muerte a las sombras y las espantan, lejos. Entonces se rinde y despierta.
Con eso triunfa.
El hombre que la sostiene está molesto, ella lo sabe. Pero también sabe que no es con ella, que es con aquello que la atormenta, aquello que no puede romper simplemente porque no existe.
Hace mucho tiempo que dejó de existir. Su nueva morada es el interior de su mente, intentando ganar terreno dentro de su alma.
Siempre perdiendo ante un simple toque de realidad.
Él es frío, a ella no le molesta. Pero esta vez su cuerpo sigue afectado, temblando. Y sorprendentemente, es abrazada. No es dulce, es protector, afirmando su presencia, imponiéndose ante cualquier residuo de temor.
Es todo lo que necesita para volver a dormir, no sin antes permitirse corresponder el abrazo. No iría a ningún lado, no cuando su hogar estaba ahí.
Adiós a las sombras por esta noche. Volverán a atacar. Por hoy, ellos ganan.
¡Hola! Gracias por leer, agradecería si me dejaran un review.
