-Bueno, ¡otra vez!- exclamo la instructora. (La canción se llama "Como la ve primera" de Comisario Pantera)
La música comenzó a sonar de nuevo. Era la vez milésima vez que la practicábamos, aunque sonara increíble. Nos preparábamos para una presentación en la casa de la cultura local. Una buena oportunidad.
Iba en segundo año de la carrera de artes, tarde mucho en adaptarme a mis horarios que resultaban desde las 7 hasta las 4, con horas quebradas. No sé si eso era legal. Finalmente hace unos 2 meses mi horario cambio a ser corrido y permitirme entrar a un grupo de baile. Bailaba casi todo, salsa, bachata, un poco de jazz, amaba bailar.
La coreografía me resulto complicada al principio, el rock and roll era mucho ritmo, cargadas y locura. Para mi sexta pirueta ya no sentía las piernas. Pero me gustaba.
El fin en split había sido un premio para mí.
-Muy bien, se vio bien. Sin embargo, no es suficiente. -comenzó a caminar la instructora viendo al suelo. - Requerimos excelencia. El evento dentro de 3 semanas es muy importante, personas encargadas de los eventos de la ciudad verán las participaciones de no solo nuestro grupo, sino de mínimo 9 y debemos destacar si queremos que nos busquen.
"He decidido agregar un dueto solo sorpresa, para el final del baile"
Todos nos miramos con sorpresa y entusiasmo. La maestra Melissa era conocida por ser estricta y no dar solos a cualquiera.
-Jared-menciono a mi compañero de tez morena que salto de la emoción.- y... Lo acompañara-hizo silencio Bella.
Al mencionar mi nombre cubrí mi boca de la emoción.
Mis compañeros nos felicitaron y comenzamos a recoger nuestras cosas.
-Bella - me habló la maestra.
Me dirigí hacia ella confundida.
Habló antes de que pudiera decir si quiera porque me había llamado.
-Eres una gran bailarina y te di la oportunidad porque tus líneas son las mejores -felicito sería- la cosa es que te he observado muy bien, y te falta intención. Este tipo de baile es energía, vivacidad y a veces siento que decaes . Como mencione necesitó excelencia y me temo que si no mejoras en lo que mencione tendré que quitarte el solista.
Mi cara se deformo en una mueca.
-No quiero asustarte, quiero motivarte, busca el sentido de lo que bailas.
Asentí.
-Mejorare.
Nos despedimos. No sé cómo pude actuar normal mientras por dentro me moría de miedo .
Regrese a casa, eran casi las 5. Entre a mi casa, las paredes eran azules aqua, muy modernas con sofás café claro.
Tenía hambre y me aproxime a la cocina.
-Mamá, ya estoy en casa- anuncia.
-Tu madre no está, pero hice de comer- dijo mi abuela materna saliendo de la cocina.
"Ay no" pensé mentalmente.
-Bueno- me acerqué a regañadientes y le di un beso. No es que odiara a mi abuela pero tampoco era el mejor momento.
- Pero que traes puesto- acuso viéndome de pies a cabeza.- esos pantaloncillos son muy pegados. Ya le dije a tu madre que no te compre esa ropa es muy atrevida, seguramente todos tus conocidos piensan que te ofreces.
Rodé los ojos.
-Abuela, todos en esta época usan este tipo de shorts, porque hace calor y además ensayo y me incomodaría traer pantalón.
-Pues sale igual, he visto cómo te quedan y son muy pegados.
-Tampoco usare falda hasta la rodilla.
Y ahí venia otra vez la discusión por la que no era mi idea favorita verla. Sus ideas eran antañas. Demasiado.
En ese momento apareció mi mama gracias al señor.
-Mama- tuve ganas de correr hacia ella como niña pequeña.
Venía cargando unas bolsas y fui a ayudarla.
-Qué bueno que te veo hija, Bella está usando esa ropa y tú se la compras te dije que no lo hicieras- regaño mi abuela a mi madre.
Dejamos las bolsas y ella suspiro.
-Es lo que todos usan mama, no tiene nada de malo, además el respeto uno de lo gana y no anda por lados peligrosos.
-Pero uno nunca sabe- alegó - Se parece a mi hermana mayor así de destrampada.
Mi madre se colocó los dedos en el puente de la nariz.
Ella vivió 23 años de su vida con ella antes de casarse y sabia lo irritante de la situación.
Comimos media hora más tarde para mi pesar. Mi abuela siguió contando historias sobre mis tíos, diez para ser precisos. No comprendía todas las referencias. Hijos de ellos, primos, esposos de los primos que nunca había conocido y dudaba conocer. Finalmente me fui a mi cuarto, mire con una mueca a mi mama de desesperación y ella solo asintió.
Me dispuse a llamar a mi mejor amiga Rose. Ella era mi confidente, juntas desde la secundaria separadas por la universidad. El teléfono dio dos sonidos y contesto.
-Bella - Exclamo. Llevábamos varios días sin conversar.
-Hey, ya te extrañaba- replique alegre.
Seguimos la plática, ella era alegre y le estaba yendo muy bien en su carrera. Me contó las últimas novedades, antes solíamos salir, más me mude y todo se redujo a menos de la mitad .
-Oye, ¿cómo vas con Edward?- hizo la temida pregunta.
-Pues, a ti no te puedo mentir. Igual que la última vez que hablamos del tema.
Oh si, ese día tomamos una hora tendida sobre el asunto.
-Ah, sigue portándose como un imbécil- recrimino enojada.
-Tu sabes que está muy tenso- defendí tocándome el brazo.
-Sí, sí que su horario se extendió y las practicas, pero ¿y?
Suspire. Sabía que esto pasaría.
-Nada le cuesta brindarte una llamada de cinco minutos. Es más ¡un mensaje!
Cerré los ojos muy fuerte.
-Bueno, quizás se ocupe con la tarea o este muy cansado.
-Deja de justificarlo- Me regaño.- Es más llámale y cítalo, porque no llevan dos años juntos para nada.
Me mordí el labio y cedí con mi segundo suspiro.
-Está bien.
-No solo accedas, ¡hazlo!. Lo siento debo ayudar en la cena. Te quiero mucho y no dejes que te hagan tonta, eh, tú te mereces lo mejor.
-Gracias, también te quiero amiga. Cuídate.
Colgué. Rosalie podía llegar a ser muy explosiva, pero se preocupa por mí.
La puerta sonó.
-Pase.
-Hija- me hablo mi mama acercándose.
Suspira (mucho por hoy).
-¿Se quedara mucho tiempo?- Inquirí directo.
Hizo una mueca y sonrió.
-Un mes.
Abrí la boca sorprendida. No iba a sobrevivir.
-Tu tía se fue a visitar a tu prima y ya sabes, hace mucho no la ve.
Compadecí. Mi tía tenía que lidiar con mi abuela y se merecía tiempo de calidad .
-Comprendo- accedí- Pero no me dejare de lo que diga.
-Jamás lo haces - respondió con sonrisa cansada. Se levantó y salió de la habitación.
Me acosté un momento en la cama y cerré los ojos. Inevitablemente comencé a recordar en mi relación. Cuando solíamos ir a caminar por una nieve. La vez del zoológico. Parecía increíble ya llevara 2 años y 11 meses con él. De pronto el miedo me embargo. Vi muchas relaciones romperse en ese tiempo y me creí afortunada por casi llegar a los tres, pero podía sólo engañarme a mí misma, quiero decir estábamos el uno sin el otro la mayor parte del tiempo, en su escuela veía chicas de las ingenierías.
Sacudí mi cabeza intentando alejar esos pensamientos. Mejor recordar lo bueno.
-Flash back-
-Ponte bloqueador, te quemaras-dijo embarrando un poco en sus manos.
-Pues si mi papá ve que me lo quieres poner el que se va a quemar es otro-reí.
El día estaba radiante para la playa ,agradecí la insistencia de mi madre.
Edward no podía faltar, un año comiendo en mi casa lo volvía parte de la familia.
-Pues mejor me pongo el mío y tú el tuyo-dijo nervioso.
Corrimos hacia el mar. El agua se sentía fría al primer tanto, mas luego la tibieza era acogedora. Mis padres fueron a comprar comida y aproveche. Le robe un beso a mi novio. Él sonrió encantadoramente y me beso de vuelta.
Abrí los ojos . Era suficiente. Busque mi móvil y aplane el cuadro con su nombre en la pantalla táctil.
Dieron unos 8 tonos antes de contestarme.
-Bueno- Contesto.
-Hola amor, disculpa si te interrumpo.- Dije tímida.
-De hecho estoy a mitad de un trabajo urgente que debo entregar mañana.
Su voz era tan neutral que me asusto.
-Lo siento- dije torpemente- Solo quería saber si mañana tienes un tiempo para vernos.
-Mm- dudó- la verdad no. Tengo que quedarme al laboratorio, vamos a montar unos cables.
-Bien, comprendo, entonces luego- dije lastimosamente.
-Perdón, debo colgar.
-Sí, te amo.
-Yo también.- Colgó.
Tercer suspiro. Basta.
Mejor decidí hacer mis deberes en lugar de quedarme viendo las paredes lila.
Acabe temprano, demasiado para mi gusto. Me sentí sofocada.
Baje mientras mi mama picaba verduras.
-Mamá, saldré un rato a tomar aire.
Levanto su vista con la ceja alzada.
-Regresa para las ocho.- Ordenó.
Asentí.
Comencé a caminar del lado contrario. Necesitaba algo diferente, despejar mi cabeza. Subí una escalera de asfalto incómodamente colocadas. Parecía tonto hacer esa subida y de pronto me quedé estática. Había un arco. Y no era cualquier cosa, se veía antiguo, era de piedra con un estilo muy delicado.
-¡Vaya!- Murmuré. -quien pondría una estructura así aquí.
Decidí regresar a casa. Cenamos con la charla de mi mala vestimententa para variar. Mi padre llegó tiempo después escuchando insultos de mi abuela.
-Me retiro -dije al terminar -provecho.
Escape de ahí agotada. Me bañe, me puse la pijama y empecé a dormitar.
Solo venían imágenes de un chico alto de pelo castaño que me miraba, que posiblemente ya me estaba olvidando también y pensé: Es la sonrisa más hermosa del mundo.
Esta historia ya la había publicado en wattpad. Si encuentran nombres raros es que son os nombres de la historia en general.
