El pelinegro camino tranquilo entre las personas con la capucha puesta y una bufanda cubriendo parte de su boca, con pasos apresurados anduvo entre las calles de Gotham que estaban llenas de personas corriendo por todos lados, apresuras entre las frías calles. Dos semanas para navidad y todo el mundo corría para comprar el mejor regalo posible para sus seres queridos, amigos y familiares, cargadas de bolsas y paquetes elaboradamente envueltos. Siguió caminando evitando ver cualquier letrero o insinuación de algún regalo hasta sentarse en una cafetería, dio un soplido antes de mirar al pelirrojo que estaba frente a él con una sonrisa, pidió un café y mientras su amigo hablaba sin parar el solo se limitaba a mirar dando de vez en cuando revolvía con su cuchara su oscuro y aromático café.
-tu café no puede estar más… revuelto-dijo antes de lanzar una risita
-estoy pensando
-eso es obvio ¿no?
-necesito donde quedarme esta noche
-¿paso algo?
-solo no quiero vivir en casa más… ¿tienes una habitación extra?
-tengo un lugar donde dormir, habitación no creo
-¿Qué sucedió?
-bueno tengo a una chica muy linda durmiendo en la habitación justo al lado de la mía-dijo con una sonrisa-
-¿una chica?
-descuida ella es de confianza, ve nos acomodaremos… ¿pero y las cuevas?
-no tenemos una que este desocupada desde que esta Cassandra y Todd aquí, también Katana ocupa una
- no quieres tener ni un poco que ver con el gran jefe ¿no?
-no es eso-desvía la mirada- ya sabes… creo que debería salir de casa un tiempo
-ven a la cena, busca tus cosas y te estaré esperando en casa
-gracias-suspira antes de dar un sorbo-
-solo se buena con mi damita-dijo riendo
El pelinegro le miro dudoso ¿una chica? ¿Con su amigo pelirrojo que hace un año le había dicho que las películas algo subidas de tono eran un pecado según las hermanas? bueno ahora tenía 18 y trabajaba de maestro en el orfanato con los más pequeños, cuidándolos y enseñándole arte gracias a la ayuda de su amigo Robin, quizás las cosas habían cambiado en el pelirrojo. Ahora su amigo dejo esa vieja chaqueta y sombrero para pasar a un traje negro con una chaqueta de cuero castaño y un antifaz, usando sus poderes en su amigo, deteniendo a todo aquel que abusara de los pequeños… un vigilante.
El pelinegro volvió a casa y busco sus cosas a prisa, algo de ropa más que nada, lo demás podía esperar, miro el lugar una última vez antes de cerrar la puerta con llave. Dejo la dirección a Alfred antes de tomar una mochila e irse del lugar, él le enviaría algunas de sus cosas luego, el mayordomo le rodeo con los brazos antes de dejarle partir con su motocicleta yendo al lugar que por ahora sería su hogar.
No era un barrio bueno en especial seguro o bonito pero quedaba cerca del orfanato, perfecto para el pelirrojo, además de que en el piso de abajo había una panadería que seguro le llamaría a comer más de una vez, camino por una escalerilla a prisa dejando su motocicleta muy escondida y abrió la puerta del viejo edificio. Subió con su mochila hasta la puerta algo gastada del pelirrojo y golpeo levemente antes de esperar un momento, escucho un tropezón y una voz antes de que la puerta se abriera dejando ver a una despeinada mujer, ojos de un tono castaño y cabello negro con flequillo amarrado en un bollo y gafas, sonrió animada antes de invitarle a entrar. Miro algo curioso, tenían unos muebles algo antiguos, una mesa con una taza de té, la cocina pequeña y un angosto pasillo que iba hasta las habitaciones y el baño, ella le invito que se pusiera cómodo antes de prepararle una taza de té caliente.
-¿Dónde está Colín?
-el salió a traer comida china para que tuviéramos una cena de bienvenida-dijo riendo- hablo todo el día de su querido amigo
-ya veo-dijo antes de dar un sorbo
-espero que no te moleste dormir con Colín, conseguimos una cama para que estuvieras cómodo
-se ven apretados
-no para nada, tenemos los metros exactos para los tres-dijo riendo
-soy Damian
-oh lo sé-dijo sonriente antes de mirarle- soy Rory Blair… digo Lorelei pero… es mejor Rory
-Rory…-susurro
La contemplo un momento, en su mente era muy linda para su compañero ¿Cómo es que había llegado aquí? Colín siempre dijo que su sueño al salir del hogar era vivir solo, luego de estar atrapado tanto tiempo con un montón de gente todos los días realmente apreciaba la soledad pero ¿qué de la nada haya traído a una mujer a vivir con él? Ella dio un suspiro antes de volver a su taza mientras tenía la televisión encendida mirándole de vez en cuando, miro sus manos, uñas cortas y sin pintar, las manos eran pálidas y se veían suaves.
-trabajas en la panadería que esta abajo
-dicen que él es el mejor detective del mundo-le mira- pero parece que tú eres mejor, Robin
Le dejo helado ¿acaso ella sabía su secreto todo este tiempo? le miro algo incrédula pero sabía que el bocazas de Abuse había dicho su secreto, frunció levemente el ceño antes de escuchar la puerta abrirse y ver a su amigo cargado de bolsas para comer, le miro con una sonrisa pero el seguía con su ceño fruncido ¿Cómo había sido capaz de contar su secreto?
La mujer le miraba de reojo, algo curiosa mientras el evitaba la mirada, jamás alguien aparte de su círculo cercano sabia su secreto y ahora ella, una extraña sabía que él era Robin y probablemente el bocazas había contado todo, se sentía inseguro y extraño, ella finalmente suspiro y agarro su mano.
-ahora vamos a vivir juntos, Dami… tienes que confiar en mi
El miro sorprendido y se sonrojo, la pequeña mano era muy cálida, ella le sonrió alegre pero Colín quito la mano de la mujer de la del pelinegro antes de besarla levemente mientras ella lanzaba una risita pegajosa. Robin finalmente se relajó y la mujer tomo un par de cosas antes de irse a trabajar en la panadería en su turno nocturno. Beso la frente del pelirrojo y luego del pelinegro antes de irse con una sonrisa corriendo escaleras a bajos.
-¿acaso no es una dulce chica?
-demasiado-dijo antes de dar otro sorbo
-¿de qué hablas?
-bocazas-dijo con un bufido
-¿bocazas?-dijo riendo- ella es mi compañera, quien me avisa de cualquier cosa, es mi Alfred por así decirlo-suspira- nos dejó un bocadillo para el patrullaje… -suspira-ella es de confianza, no tengas miedo, Damian
-¿Cómo llego hasta aquí?
-ella estaba en el orfanato un tiempo, trabajaba mucho, finalmente la echaron ya que era la edad y yo la recibí… es amable… cuando le sobra el dinero compra cosas en el orfanato… ellos le salvaron la vida ¿sabes?... llego moribunda al orfanato
-¿de dónde?
-no sabemos… nadie sabe, ella no habla de quien era antes… y por dios no la espíes
-no voy a espiarla-dijo tomando su teléfono- Alfred… busca información de Lorelei Blair
-¡Dijiste que no ibas a espiaras!-
-no la estoy espiando…estoy investigando, esto es serio
-¿para cuándo lo necesita, amo Damian?
-pronto… solo que pase desapercibido
-no hagas caso, Alfred-dijo el pelirrojo gritando tratando de quitarle el teléfono
-¿sucede algo, amo Damian? el joven Colín se ve algo… preocupado por su pedido
-no hagas caso a Wilkes-dijo antes de cortar- necesito saber quién es ella
-¿Por qué?
-porque hay algo extraño en ella
Luego de una absurda discusión con su amigo se preparó para salir, el pelirrojo que seguía molestándole por investigar su querida compañera mientras que el pelinegro solo se dedicó a mirar su querida cuidad, lo único que le quedaba del murciélago, ya no quería acercarse ni saber nada mas de eso, solo de Alfred y quizás de alguno que otro hermano.
El pelinegro miro su edificio… bueno el de su padre, iluminado en medio dela cuidad, cada noche le gustaba mirarlo, el imperio que algún día seria suyo ahora parecía tan lejano y distante, dio un largo suspiro antes de ver a su amigo llegar a dejarle la merienda antes de irse a casa a descansar ya que temprano por la mañana debía llegar a trabajar. No le dijo mucho y encontró una nota dentro de aquella bolsa castaña con una cara contenta y un "buena noche" Busco dentro un Sándwich abundante, dio un mordisco y se sonrojo levemente, tenía hambre y estaba delicioso, dio otro mordida agradecido mientras en su ojos solo se reflejaba el brillo de Enterprise.
