¡Hola a todos!

Como habrán leído en mi perfil, los que no, véanlo, reemplazaré a Nina14j y continuaré los fics que ella no puede, con éste incluído, aunque tengo otros más a escribir, pero no soy TAN directa, así que esperarán a que eso ocurra... okay, ¿de qué otra cosa me olvidé? ¡Ah, sí! ¡La renuncia!

Renuncia

Los personajes no me pertenecen, sino a Kevin Eastman, Peter Laird, Nickelodeon, Mirage y cada marca que, hace de esta caricatura, la mejor del mundo.

Los OCs usados aquí, solo uno me pertenece, los demás son de nina14j y saruina99, utilizados con autorización de ambas.

Con todo eso dicho, ¡leamos!

Como cualquier otra noche -luego de haber salvado Nueva York y a los humanos-híbridos Kraang de esos extraterrestres asquerosos, sin olvidarnos de la ayuda de los Poderosos Mutanimales-, las tortugas estaban en su muy recurrente patrullaje nocturno, algo más que costumbre en sus jóvenes vidas de adolescentes.

¿Acaso sería así por siempre? ¿El Kraang jamás se rendiría de intentar invadir la Tierra? ¿Destructor nunca dejaría de lado su bendita vendetta, o como única opción, se verían obligados a acabar con él? ¿Algún día Nueva York conseguiría tener paz definitiva? ¿Lograrían, en algún momento los humanos, aceptarlos tal y como son, o estarían destinados a vivir bajo tierra por siempre?

Por suerte, contaban con tener a varios amigos: Abril O´Neil, kunoichi en entrenamiento, Casey Jones, vigilante nocturno, Melina Kwanson, kunoichi de entrenamiento recién empezado, Irma Langinstein, también con el objetivo de volverse kunoichi, al igual que María Lisa Calleigh, mejor conocida como "Mona Lisa", jóven boxeadora, Kevin Standish, joven entrenando cómo ninja, también amigo de las tortugas, Flor de Loto, joven kunoichi, aliada con el deseo de vengarse de Oroku Saki, Chaplin, el científico pelirrojo, compañero de ciencias de Melina, Catherine Evans, apodada Nozomi por Mikey, chica tortuga mutante de un oscuro pasado, Logan Willson, de apodo Ryu, antiguo servidor y ahora traidor al Clan del Pie, quien ahora es aliado de las tortugas... ¿más amigos podían pedir?

(N/A: Si quieren saber quiénes son los dos últimos mencionados, aparecerán en la re-creación de Los Nuevos Amigos de nina14j)

Aparte de eso, aunque no con menor importancia: ¡Rescataron a Karai! Exacto: Karai, de verdadero nombre Miwa, había regresado con su verdadera familia, para antes de eso, averiguar la verdad de su familia. A pesar de que tenía bastante por aprender o adaptarse a su nueva familia, daba lo mejor de sí. Su padre, el verdadero, Hamato Yoshi, por parte suya, estaba bastante feliz con tener a su hija de regreso a su lado, ya que Karai, era la viva imagen de Tang Shen, incluyendo lo único que quedaba de ella.

¿Conseguiría Karai obtener una vida "normal", junto a su familia mutante? ¿Podría dejar de ser perseguida por Destructor? ¿Lograría el Clan Hamato conseguir paz? Ni ella, ni Splinter, ni las mismas tortugas lo sabían con certeza.

También hay otro evento de importancia a señalar: Al huir a la granja O´Neil, descubrieron a alguien bastante particular... Una tortuga femenina, una tortuga kunoichi... Todo el mundo quedó impactado al verla, y Hamato Yoshi, no encontró mejor opción que confesar la verdad: Al adoptarlos, fueron en realidad CINCO tortuguitas, pero perdió a la niña en el Día de la Mutación. Ella, de nombre Mei Pieh Chi, había sido criada por un anciano curandero, llamado Chung I, quien a duras penas, falleció la misma noche que Mei regresó con su familia, cargando paz dentro de su corazón.

Mei Pieh Chi, o a como Mikey la había apodado: Venus de Milo, formaba parte del Clan Hamato. Anhelaba con todas sus fuerzas que su amado clan ninja resurgiera con los honores merecidos, ya que dieciséis años atrás, éste fue exterminado por el Clan del Pie, firma hecha por el mismísimo Oroku Saki. Tenía propuesta como misión restaurarle el honor perdido al Clan Hamato, obviamente, con ayuda de todos sus hermanos y su padre. ¿Conseguiría ver hecha realidad la propuesta ideada en su joven mente? Quién sabe.

Claramente, nadie puede saber su futuro. ¿O sí?

Los cuatro hermanos estaban sobre un tejado, en ésa fresca noche. Puede que en ése momento, esas dudas no rondaran sobre sus cabezas. Lo único que hacían, era contemplar la ciudad, en su apacible oscuridad de la noche, desviando la vista hacia las calles. No había actividad de importancia alguna. No había a malvado que detener.

-Supongo que debemos irnos. -dijo finalmente el líder de azul- No hay nada.

-Bueno, últimamente todo ha estado aburrido. -comentó Rapha.

-Tranquilos, la ventaja es que... ¡veremos a Crognard, el Bárbaro! -gritó Mikey con entusiasmo.

-¡Chicos, miren! -dijo Donnie, señalando hacia las calles.

Los hermanos lo observaron con extrañeza y luego voltearon a ver. Al observar la escena, abrieron los ojos como platos: un grupo de Kraangs estaba rodeando a alguien, aunque no se distinguía bien al principio. Lo único distinguible en ésa persona, era que era del sexo opuesto... en otras palabras, una chica. Ella tenía pinta de tener entre 14 o 15 años que, con suerte, intentaba defenderse de los robots.

-¿Qué se creen que hacen, peleando con una chica? -preguntó Mikey.

Los gritos que ella daban, eran bastante extraños. O hablaba incoherencias, o algo era muy serio.

"-¡No sé por qué tengo que pelear contra estos robots tontos! Mi papá dice que son malos, así que los convertiré en chatarra."

-¿De qué rayos estaré hablando? -preguntó Rapha.

-No lo sé, pero hay que ayudarla... -dijo Leo.

-Pues, esto involucra al Kraang y... peor es nada, ¿no? -dijo Donnie.

Cada uno preparó sus armas y llegaron al suelo, rodeando a la chica en pose protectora. Claro está que Mikey no dejó su clásico:

-¡Booyakasha!

Combatir a esos robots, hoy en día, era como comer pastel. Leonardo, Raphael y Miguel Ángel desenvainaron y atacaron con sus respectivas armas, destruyendo a cuanto robot se les cruzase. Donatello optó por lazar shurikens al azar, utilizando su mente brillante para calcular sus lanzamientos y que, al aterrizar en un arma láser, esta perdió el control, lanzando disparos a lo metralleta.

-¡Cuidado! -advirtió el joven ninja científico.

La chica, a simple vista, parecía tener muy buenos reflejos. Llevaba puestos unos leggins negros hasta por encima de los tobillos, zapatillas grises y negras, una blusa color violeta de mangas largas sin hombros, una musculosa negra debajo de ésta y un cinturón rojo sobre la blusa. Con todo ese atuendo, tenía permitido moverse con agilidad, porque este no es de esos casos de "estoy usando falda, no puedo saltar".

Ella observó a sus salvadores. Todo robot que una vez estuvo ahí, ya estaba hecho trizas.

-Gracias, creo. -dijo ella con amabilidad. Aparentemente, ellos no le influían miedo, a pesar de ser mutantes.

Los hermanos se la quedaron viendo. Era muy poco usual que la gente no saliera corriendo al verlos -claro, omitiendo a sus pocos amigos-. Además, finalmente consiguieron apreciar el aspecto de la chica. Su cabello era una combinación perfecta de pelirrojo con un toque de castaño, de longitud por debajo de los hombros. Sus ojos también eran de esa combinación, roja y castaña, muy bonitos... aunque, puede que fueran algo hostigadores, ya que ella los observaba muy detenidamente. Demasiado para su gusto.

-¿No te damos miedo? -preguntó Rapha, antes de que a ella se le ocurriera levantarles los brazos, para lograr determinar si eran de verdad tortugas gigantes a quienes observaba.

-¿Deberían? -contestó ella con otra pregunta. Supuso que sonreír sería bueno para que ellos se ganaran su confianza y agradecimiento por haberla salvado.

-Bueno... -intervino Mikey-, siempre que algún humano nos ve, gritan que somos feos mutantes verdes que portan armas ninja...

-Para serles honesta, yo no lo haré. -les dijo ella- Agradezco el que me hayan salvado. Soy Kathy.

-¿Kathy? -preguntaron los hermanos.

-Bueno... Katherine, aunque me dicen Kathy o, en casos poco comunes, Kath. ¿Acaso... son ninjas?

-¿Cómo sabes que... ?

-Aaahhh... -dijo ella tratando de buscar el pretexto perfecto-, es que... ¡tienen armas ninja! Sí, eso es, jejejeje.

Las tortugas se vieron entre sí. Ella sí que hablaba raro.

-¡Ustedes son como... "Tortugas Ninja"!

O ella estaba un poco chiflada, o había gato encerrado.

-Soy Leonardo... -dijo el líder, antes de llevarse otra sorpresa, más rara que la anterior.

-Yo soy Miguel Ángel... -se presentó, sonriendo presumidamente.

-Yo... soy Donatello...

Ellos tres voltearon a ver a Raphael, quién estaba cruzado de brazos, como que fingiendo ser invisible.

-¿Qué? -preguntó él.

-¿No vas a presentarte? -preguntó Mikey.

-¡Qué tontos son! ¡¿Cómo dan sus nombres a una desconocida?!

-¡Oye! -se defendió ella- Yo fui la primera en presentarse, así que, técnicamente, no soy una desconocida.

-Está bien. -se rindió él, no muy convencido que digamos- Soy Raphael...

-¡¿Como Raphael Sanzio?! -preguntó Kathy con emoción, cosa por la cual se le quedaron viendo.

-Ah... ¿De qué rayos estás hablando? ¿Qué nos ocultas? -preguntó Raphael.

-¿Yo? ¡Nada! -se excusó con nervios recorriéndole por la espalda- Es sólo que... ¡tienes el nombre de un artista del Renacimiento, ustedes igualmente!

-Si, eso lo escuchamos muy seguido. -dijo Donnie algo preocupado. ¿Cómo es que sabía esas cosas? ¿O si lo que creía era verdad, y simplemente adivinó?

-¡Ustedes son Leo, Rapha, Donnie y Mikey! -exclamó emocionada- Pero... falta alguien...

-Eh... jamás mencionamos eso. -le dijo Donnie.

-¿A qué alguien te referías? -preguntó Leo.

-E-es que... es que... -decía mirando hacia varios lados, como queriendo buscar una excusa- ¡son muy lindos sobrenombres! ¿verdad? -creyó que sería una buena idea evitar el asunto del "alguien", anteriormente mencionado.

-Eh... -los hermanos se habían quedado sin habla.

Con ésta oportunidad, pudieron verla con mejor detenimiento. Tenía maquillaje similar al de Karai, aunque no en su misma cantidad, sino que menor; delineador de ojos violeta, y labial color rosado. Traía puestos unos aretes de plata, con la forma de la letra H. Sin mencionar las maniobras que utilizaba en defensa contra los Kraangs, en caso de que no fueran usadas por ellos, requerían de cierto nivel de destreza para ejecutarlos ¡Momento... ! ¿Acaso era... ?

-¿Eres una... kunoichi? -preguntó Leo.

-Eh... ¿tal vez?

A pesar de todo lo ocurrido, a Donatello se le cruzó otra persona por la cabeza.

-¿Sabes? Me... haces acordar a alguien.

-No tengo ni la más mínima idea de lo que dices... -dijo ella- Oigan, ¿conocen a algún científico por esta zona? Yo no conozco a ninguno. -mintió. Eso, mintió.

-¡Donnie es un científico! -gritó Mikey sin pensar, para luego recibir un golpe en el coco, cortesía de Raphael Hamato.

-¿Ah sí? ¡Entonces supongo que eres el indicado!

-¿Para qué?

-Para ayudarme. -le respondió ella a Donnie- Eres científico, ¿o no?

-Pues, sí lo soy, el tarado de Mikey aquí ya te lo confirmó.

-¡Oye! ¡Respeta a tu hermano!

-Hermanos ¿eh? Pues, ¿cómo no serlo, con lo parecidos que son?

-¡Okay, es hora de que hables! -le gritó Rapha- ¡Número uno: yo no soy parecido en nada al bobo de Mikey o a cualquiera de estos dos... !

-¡Oye! -gritó Mikey.

Leonardo y Donatello no hicieron más que rodar los ojos.

-¡Número dos: ¿Por qué das tantos detalles de nosotros, por qué tanta confianza con Donnie y, sobre todo esto, POR QUÉ PARECES UNA KUNOICHI?!

Los presentes se le quedaron viendo. Qué bien, otro de sus muchos ataques de ira.

-Se los voy a explicar... -dijo ella con nervios- si me llevan a su hogar. No suponen que Donnie pueda reparar lo que necesito aquí afuera, ¿no crees?

Una vez más, se vieron los unos a otros. Leo les hizo un ademán de hacer una rueda para poder hablar de forma menos pública.

-Esto es intrigante. -confesó él- ¿Creen que sea una... espía?

-Sí, como pasó con Karai...

-No es el momento, Rapha.

-Ella quiere que la ayude, pero no estoy seguro si pueda.

-Sé que puedes hacerlo, Donnie, pero tengo más interés en qué otras cosas podamos averiguar de ella... No lo sé, pero algo me huele mal aquí.

-Lo siento, comí espárragos para el almuerzo...

-¡MIKEY!

-¡No me regañes, Rapha! Si llevamos a Kathy a casa... ¿Cómo explicárselo a sensei?

-Admito que, para ser Mikey, tiene un buen punto. -dijo Donnie- Se enojó conmigo al descubrir a Timothy en casa.

-Eso fue porque Timothy es un bobo. Yo no. -interrumpió Kathy, provocando a los hermanos a saltar del susto. Perfecto, además de astucia, tenía la tendencia de entrometerse.

-Oye, ¿como conoces a Timothy? -la interrogó Leo, seriamente.

-¿Quién? ¿El Pulverizador? ¿Mutaman? Ya se los dije: si me llevan a su alcantarilla se los explico.

-Oye, las condiciones son impuestas por nosotros, muchas gracias. -le dijo Rapha.

-¿Qué parte de "si me llevan a su alcantarilla, se los explicaré", necesito repetirles?

-¿Cómo sabemos que podemos confiar en ti, eh? -le preguntó Mikey.

-De acuerdo... -dijo ella, mientras se quitaba los aretes y los posaba en manos de Donnie- Se los dejo como garantía.

Donatello los observó un instante. Sí, por su misma apariencia, afirmaría que eran muy lujosos.

-Jamás me separaría de ellos, a no ser que fuera un asunto de vida o muerte. -les dijo Kathy- Si sólo de esta forma logro ganarme su confianza,y me ayudan a reparar lo que necesito, entonces que así sea.

Leonardo contempló a sus hermanos por un segundo. Mikey se encogió de hombros, Donnie tenía pinta de creer el la palabra de la chica, confiando en su garantía, y Rapha... digamos que parecía empezar a confiar un poco... UN POCO.

-Bien, bien. -dijo Leo, luego de un fuerte suspiro de rendición- Veremos qué decirle a sensei, cuando el momento llegue.

Entonces no tuvieron mejor opción que llevarla a la alcantarilla. Esperaban hacer varias pausas para poder esperarla, pero quedaron sorprendidos al ver que era casi tan rápida como una tortuga... hablamos de la mutante, que quede claro.

-Hago ejercicio. -afirmó ella, antes de que le preguntaran.

Pues, decidieron confiar. Al llegar a su hogar, notaron que no había ni un alma, además de ellos, en la alcantarilla.

-¿Sensei? -preguntó Mikey.

-¿Está aquí, sensei? -preguntó Leo levantando la voz.

-Miren, chicos. -dijo Donnie señalando una hoja de papel. Al leer la escritura, dedujo con seguridad quién lo había dejado ahí, sin siquiera tener que leer la firma.

-¿Qué dice? -preguntó Mikey.

-Lo dejó Abril. Sensei la llevó a un ejercicio de entrenamiento para que Karai, Loto y Nozomi la ayudaran. Probablemente por eso Venus...

-Por eso Venus no los acompañó, ¿eh? -dijo Kathy, como si la pregunta se las hicieran a las tortugas así de seguido.

-¿Cómo sabes quién es Venus? -preguntó Rapha.

-Wow... ¡bastante acogedor! -dijo Kathy, sentándose en el sillón, frente al televisor, ignorando a Rapha por completo.

-Es hora de que hables, niña. -le dijo Leo.

-Bien -dijo ella, al darse cuenta de que los cuatro la estaban rodeando- , pero deben prometer que no creerán que soy una paranoica, loca y/o mentirosa. Lo que estoy a punto de decir, es duro de creer.

-Dadas todas las cosas que han pasado, cualquier cosa es creíble. -dijo Rapha.

Katherine empezó su explicación.

-Vengo... del futuro.

-¿En serio? -preguntó Donnie.

-Sí, muy en serio.

-Por el momento, voy a creerte. Si ése es el caso... ¿de cuantos años en el futuro estamos hablando?

-Veinticinco años. Esperaba que pudieras ayudarme a reparar esto. -dijo sacando un aparato, con pinta de control remoto con varios botones: La máquina de viaje en el tiempo.

-¿Esta esa tu máquina del tiempo? ¿Dónde la conseguiste?

-Donnie, lo tomé... del laboratorio de... -necesitaba buscar una buena terminación a su historia-... mi padre. Con éste artefacto regresaré a mi época.

-¿Acaso tu padre es científico? -preguntó Leo.

-¡Sí! -exclamó aliviada Katherine, al oír que no podía tener mejor pretexto- Él lo inventó. Yo andaba curioseando por su laboratorio y, accidentalmente, lo agarré y terminé en ésta época. ¿Podrías ayudarme?

-Mmmmm, te ayudaré cun una simple condición: Dinos, por qué sabes tantas cosas sobre nosotros. ¿Por qué no te asustate al vernos? ¿Por qué esa actitud? ¿Por qué esa habilidad para esquivar los ataques del Kraang?

Ella simplemente se le quedó viendo. Al fin y al cabo, que le hicieran tantas preguntas a la vez, ya casi era como costumbre para ella.

-O sea -respondió ella- , soy del futuro. A ustedes los conozco, más o menos. Mi padre los conoce.

-¿Ah sí? -preguntó Rapha.

-Aunque ustedes aún no lo conocen. Dentro de unos años será.

-¿Cómo somos?

-No sé, más... grandes, altos, de mayor musculatura... algo así. Además, Karai, Loto, Venus y Nozomi lucen fantásticas. Son fantásticas.

-¿Cómo es que sabes de ellas? ¿Qué más sabes de nosotros? -preguntó Leo.

-Han vivido aquí toda su vida. Su maestro y padre, Hamato Yoshi, es una rata mutante y, anteriormente, un humano, con esposa e hija, Tang Shen y Miwa. Su peor enemigo es Oroku Saki, mayormente conocido como Destructor, líder del clan ninja, autonombrado "El Clan del Pie". Su mayor objetivo es detener a los Kraangs, por prevención a una no muy asegurada invasión extraterrestre...

-Wow... -dijo Mikey.

-Su lista de aliados es larga: Abril O´Neil, el amor platónico de Donnie...

-¡¿Cómo es que tú... ?!

-Simplemente lo sé. Leo se enamoró por accidente de Karai, sin forma de saber que era Miwa, la hija "fallecida" del maestro Splinter...

-Sí, y ya les había dicho que lo superé.

-En una huida conocieron a alguien muy especial: Mei Pieh Chi, Venus de Milo, la tortuga femenina, la hermana de la que no sabían que tenían. Desde ése entonces, jamás se separaron...

-¡Incluso sabe de nuestra hermanita! -gritó Mikey.

-Rapha tuvo a Spike como mascota, quien ahora es Slash, líder de los Poderosos Mutanimales... Y Mikey tiene la tendencia a bautizar cosas, personas y/o mutantes. Puedo decirles mucho más, aunque algo de lo que pueden estar seguros es que, en un futuro no muy lejano, son conocidos como "Las Tortugas Guerreras": Cinco tortugas guerreras.

-¿Nosotros? ¿Guerreros? -preguntó Rapha.

-¿Acaso no lo son?

-Pero...

-Será mejor continuar con el interrogatorio. -lo interrumpió Donnie- Kathy, ¿acaso eres kunoichi?

-De hecho, en entrenamiento. El maestro Splinter es muy bueno conmigo. Él me entrena.

-Lo que significa que te conocemos bastante bien. -dedujo Leo.

-Al... go así. -respondió ella con nervios.

-Wow. -dijo Donnie- A ver si entendí: Debes regresar a tu tiempo...

-Ajá...

-Y debo ayudarte a reparar tu máquina del tiempo...

-Correcto...

-Y así volverás...

-Exacto...

-Y todo el mundo aquí fingiremos que nada de esto jamás ocurrió...

-Así es, Donnie.

-Pues, por mí, no hay problema. -dijo tomando el aparato de viajes en el tiempo.

Se fue a su laboratorio y Katherine lo siguió. Mientras tanto, las otras tres tortugas no salían de su impresión.

-Esta noche sí que se puso rara. -dijo Mikey.

-Sabe que a Donnie le gusta Abril, que Leo estuvo enamorado de Karai en un principio, que Karai es Miwa, que tenemos una hermana menor con la que no pasamos nuestra infancia; conoceremos a un científico, seremos tortugas guerreras...

-Demasiado bueno como para ser verdad. -dijo Leo- Hay que dejar un ojo puesto sobre Katherine. Recuerden: con cautela ninja.

Sus hermanos asintieron y se acercaron a la puerta del laboratorio para poner severa atención a toda palabra que brotara de la boca de Kathy.

Dentro del laboratorio, Kathy tenía mucha confianza para conversar con Donatello, mientras este recostaba el aparato sobre la mesa y, a su derecha, tenía esa caja de herramientas que decía "Mikey, no lo toques".

-Kathy... ¿Sabes, si... Abril y yo... bueno... ?

-La amas, ¿cierto?

-Por supuesto.

-Bueno, uno nunca sabe. Mejor esperar a lo que el futuro te tiene reservado ¿okay? Dar éste tipo de datos no me corresponde.

-De acuerdo. -dijo Donnie, no lo suficientemente convencido, luego de suspirar y resignarse a no saber la respuesta a la pregunta- Y... ¿los Kraangs o el Clan del Pie?

-Hmm, sólo puedo decirte que son sujetos obstinados. Hacer que se rindan, es más difícil que hacer a Mikey inteligente. -al oír eso, Mikey casi le reclama, cosa que no ocurrió, ya que Raphael le tapó la boca con la mano.

-Como decir que todo extraterrestre en el Universo es malo. -dijo Donnie, quitando la tapadera del control remoto.

-No todo extraterrestre es malo, Donnie. -dijo ella, casi sin pensar. Se quedó contemplando a Donnie, quién la miraba con extrañeza.

-¿Qué fue lo que dijiste?

-Oops. Eh... por favor, pretende que nunca dije eso.

-¿Por qué?

-Demasiada información.

-¿Okaaay?... Háblame de ti. ¿Qué tal con tu familia?

-Muy buena familia. Me quieren, aprecian, protegen... Voy a la escuela, entreno ninjutsu... Pero nadie como las tortugas guerreras.

Al pensar tanto en su familia y el hecho de que estarían preocupándose por ella en ése momento, decidió cambiar de tema. Observó a Donnie, batallando con el control de viajes en el tiempo.

-¿Cómo va el aparato? -preguntó ella.

-Más complicado de lo que esperaba. Éste tipo de tecnología es demasiado avanzada para mí. Pero... creo que podré repararlo.

-Me imagino. Esta época es muy anticuada a comparación de la mía. Sin presiones pero, espero que quede tal y como nuevo. -pidió mientras señalaba el control- Si por alguna razón mi padre descubre que toqué su aparato sin permiso, me asesina.

-Seguro que sí.

-Además, este asunto de viajes en el tiempo alteraría la historia.

-Leyes científicas, Katherine.

Kathy giró su cabeza para observar el laboratorio del joven científico mutante. Sonrió al observar la esquina a su derecha.

-Cabeza Metálica es un gran invento.

-Gracias. -contestó Donatello sonriente- Tuvo sus fallas... pero ya lo arreglé.

-Es bastante certero.

Nuevamente, el cuarto estuvo en silencio, cosa que le permitió a Katherine analizar toda frase o movimiento que hiciera. Donatello, por otra parte, logró concentrarse en reparar el control de viajes en el tiempo.

-Bien, creo que ya lo hice.

-Wow, lo lograste. -dijo Kathy, mientras recibía el control en sus manos.

Con la sola pronunciación de esas palabras, las otras tres tortugas aparecieron en el laboratorio.

-¿Lo reparaste, Donnie?

-Sí Leo. Algo de avanzada tecnología, pero nada que yo no pudiera manejar.

-Bien, ahora puedes demostrar que sí eres del futuro. -dijo Rapha señalando el control.

-Creo que sí, Raphael. -dijo ella, sonriendo con nostalgia mientras observaba a las tortugas- Ya tengo que irme. Donnie, eres increíble. Gracias por arreglarlo.

-No hay problema. -respondió entregándole sus aretes- Cumpliste tu parte del trato.

Kathy tomó los aretes en manos e hizo un ademán de despedida. Aunque, en el momento de oprimir el botón de viajes en el tiempo, uno de los aretes se le cayó y, obviamente, lo iba a recoger. Al momento de agacharse, algo se cayó de su bolsillo, cosa que, al observarlo las tortugas, estaban bastante sorprendidos.

-¿Eso qué es?

-Yo... yo... -tartamudeaba Katherine-... puedo explicarlo, chicos.

Era un medallón, con el emblema del Clan Hamato en el centro, similares a los que las tortugas poseían, esos que Splinter les había dado en el momento de entrenamiento en el plano espiritual. Como si no fuera poco, al agacharse para recogerlo, un tessen también con el símbolo del clan ninja presente, se le cayó al suelo, muy parecido al de Abril O´Neil, Karai Hamato, Venus Hamato y Flor de Loto.

Las tortugas analizaron estos hechos y comenzaron a pensar. Momentáneamente, Katherine se paseó por el dojo y, además de eso, sabían que Venus portaba dos tessens, así que tal vez había olvidado alguno. Por otra parte, las tortugas siempre dejaban sus medallones guardados, no los usaban en sus patrullajes por miedo a perderlos y que descubrieran sus identidades.

¿Acaso era posible que Katherine fuera capaz de lo que ellos suponían?

-¡No hay nada a explicar! -agregó Leonardo- ¡Robaste el medallón!

-No... -se quiso defender Kathy- ¡No robo! ¡Yo no soy ladrona!

-¡Sólo los miembros del Clan Hamato pueden portar los medallones! ¿Cómo es que tú lo tienes? -gritó Mikey.

-La única explicación es el robo. -dijo Leo con sumo enojo.

-¿Y qué dices del tessen? -se unió Rapha, obviamente más molesto que Leo- Por lo que yo sé, sólo Abril, Karai, Venus y Loto tienen uno con el emblema del Clan.

-Puedo explicárselos...

-¿Luego de que Donnie te ayudó con ese aparatito tuyo o qué sé yo? -le reprochó Rapha, una vez más- ¡Apuesto que ni siquiera eres del futuro! ¡Seguro eres una espía de Destructor! ¡Te envió por perder la lealtad de Karai y Ryu para siempre!

-¡Sí soy del futuro! ¡Jamás estaría del lado de Destructor! ¡No es razonable ser enemigo de las tortugas guerreras!

Observó a Donnie, quién la miraba con sumo enojo. Ay no, ahora estaba escrito que él no confiaba en ella.

-Donnie -suplicó Kathy- , tú reparaste el remoto, sabes que sí es para viajes en el tiempo...

-Confiar en ti, es difícil ahora, Kathy. ¡Devuelve eso!

-¡NO! Mi padre me los dio!

-¡¿Cómo tu padre, un científico, te daría objetos ninja, altamente sagrados para el Clan Hamato?!

Katherine lo observó de nuevo. Decidió decirles la verdad. De no ser así, no encontraría salida a esa situación. Esa era su primer opción, la segunda era, ser acusada de ladrona, que Hamato Yoshi se apareciera y se metiera en peores problemas.

-¿Acaso no entiendes? -preguntó, con tono suplicante- Donnie, mi padre es científico, me dio esos objetos, son míos...

-¿Cómo es que puedes probar que lo que tú... ?

-Escúchame: Mi padre... ERES TÚ...