Una pequeña historia sobre el Espeluznante Fred y su salida del manicomio, tras recibir el alta, el sobrino de Muriel parte para buscar a su novia Barbara, a quien no ve desde hace mucho tiempo. Pero los viejos vicios y la obsesión por cortar el cabello de la gente, llevan a Fred a una encrucijada: ¿Volver al vicio o estar con la persona que siempre amó?. No soy dueño de Coraje El Perro Cobarde, éste pertenece a John R. Dilworth y a Cartoon Network.
P.O.V. de Fred: - "Allí, Mi Querido Lector, allí me encontraba, tendido en aquella sala de observaciones, siendo el objeto de interés de esos doctores y psicólogos, todos analizando mi mente, buscando respuestas al por qué, cuándo y quién era yo. No me considero un caso perdido, simplemente soy alguien que "se desvió un poquito", jeje, pero lo admito...He sido un poco...travieso...en lo que he hecho a la gente. Pero, ¡cómo dejar el cabello! Esa fuente de belleza que hace que mi piel se erice de la emoción, que mi sangre aumente su velocidad en mis venas y que mi corazón palpite cuando lo veo y lo siento entre las yemas de mis dedos. Es como estar en el Paraíso y así era yo: El Espeluznante Fred" Dije para mis adentros, mientras que la camilla en donde estaba puesto se elevaba un poco y me ponía ante la vista del vidrio donde los grandes expertos en psicología y enfermedades de la mente me examinaban y tomaban nota, yo simplemente sonreía, no me importaba si iba a estar allí para toda la vida, yo simplemente sonreía, aunque no estuviera en la vereda de verdad, yo lo hacía y ellos simplemente mostraban esos gestos y caras de que yo no estaba listo para ser reinstalado en la sociedad. Simplemente me decían que yo era una amenaza para ellos y para la gente.
- Las pruebas ya han finalizado, friki y no saldrás de aquí, volverás a tu celda y ni se te ocurra hacer alguna locura o pasarás la noche en el cuarto solitario. Me advirtió el Jefe del Hospital, nunca le caí bien, se ve que ya me conocía y todos los dolores de cabeza que le causé, jejeje, en especial cuando le corté el pelo a mis dos compañeros de celda, jaja, sí, ahí nací de vuelta como el Ave Fénix, sintiendo de vuelta mi obsesión recorrer mi cuerpo: Simplemente había tomado unas tijeras que se le había caído a una de las enfermeras, las cuales eran para rebajar las uñas de las manos y los pies, así de simple lo hice y a la noche, comencé con mi "proyecto". Tenían que ver sus caras cuando se despertaron al día siguiente para la inspección, ellos gritando y los guardias de Seguridad venían para verlos. Bueno, era obvio que había sido yo, me tomaron del cuello del chaleco de fuerza y estuve más de una semana en el cuarto solitario, pero la pase bien, ahí solo y sin nadie. Fue muy tranquilo.
Termina el P.O.V. de Fred: Dos forzudos y gigantescos guardias de Seguridad llevaron al sobrino de Muriel de vuelta a su celda, en donde sus dos compañeros que tenía antes, fueron llevados a otro pabellón para estar a salvo. Al abrirse la puerta, arrojaron a Fred contra el piso pero él no lloró ni nada, simplemente se levantó y mostró esa tétrica sonrisa, que hasta ellos mismos sintieron algo, pero ¿qué sería? Era obvio que esa forma de sonreír le hacía efecto hasta en los hombres más valientes y musculosos.
- Ya oíste al Doctor en Jefe, Alfred Strange, llegas a causar un incidente, el más pequeño, te vas al Cuarto Solitario por un mes, ¿entendiste? Le advirtió uno de los guardias.
Fred simplemente hizo un "Sí" con la cabeza y los dos agentes se retiraron, pero murmurando por lo bajo que tal vez deberían tener una guardia.
- ¿Para qué escaparme cuando puedo divertirme con ustedes? Yo no soy un caso perdido, Caballeros: Simplemente soy alguien...travieso. Sentenció Fred sobre sí mismo, pero los guardias se retiraron, burlándose.
- Te apuesto que si lo sueltan, en menos de 24 horas lo devuelven. Apostó uno de los agentes a su compañero.
- ¡Sí! Yo apuesto lo mismo, vayamos con los muchachos a hacer la apuesta. Propuso el segundo hombre y se retiraron.
Fred quedó solo en su celda, a la espera de que llegaran los resultados de las pruebas psiquiátricas y psicológicas, pero al tardar, simplemente se sentó en su cama, hasta que de la puerta de ingreso al pabellón, apareció el correo: El cartero iba escoltado por dos Guardias de Seguridad, los cuales llevaban poderosas escopetas en sus manos, para proteger al hombre de las cartas.
- ¡Buchinsky! Gritó uno de los guaridas, mientras que el sujeto repartía los mensajes.
- ¡Carter! Le dio la carta al interno.
- ¡Fred! Llamó el primer Guardia pero no respondió.
- ¡FRED! Volvió a gritar pero este fue el segundo agente hasta que el rubio respondió, girándose hacia ellos, levantándose de su cama y apoyando las manos en los fríos barrotes de la celda.
- Tienes una carta, hijo, espero que tengas suerte en los resultados de tus exámenes. Cuídate. Le extendió el cartero la carta a Fred, éste siempre había tratado al sobrino de Muriel como si fuera parte de su familia, caso contrario con los guardias y los médicos del manicomio.
El rubio de aquella sonrisa tomó la carta y la abrió, mientras que todo volvía al silencio, abrió la solapa pegada suavemente, pero en ese momento, al abrirla, un dulce perfume inundó su pequeño Mundo, arrastrándolo en una corriente sin final, en donde viejas emociones y un recuerdo del pasado afloraba su mente tan perturbada.
Al leer la primera parte de la carta, su corazón se detuvo, la sangre dejó de fluir a ese ritmo tan acelerado y sus ojos se abrieron como dos enormes platos de porcelana fina o china, la respiración se le detuvo también cuando vio quién era la persona que firmaba la carta.
- No. Dijo Fred y comenzó a leer lo que decía.
- "Querido Fred: ¿Cómo has estado? Espero que bien, hace ya más de cinco meses que no te veo ni quería volver a verte, pero...Viejas emociones me vuelven a llevar hacia ti. Es complicado tener que perdonarte por lo que me hiciste en el pasado, espero que lo sepas, cuando me dejaste calva de mi cabello rubio con mis largas trenzas, ¿por qué lo hiciste, Fred? ¿Por qué? Éramos novios, a veces me cuesta tener que comprender que tú me prometes que vas a cambiar pero no lo haces, hasta dejé de visitarte, porque siento tristeza de verte encerrado en esa celda tan pequeña. Si tan solo hubiera una sola oportunidad para que la aproveches y no seas un lunático, las cosas serían mejores. Rezo a Dios para que te cures y te den el alta. Y justo hoy me vengo a enterar de que te harán esos exámenes que definirán si vas a permanecer encerrado un largo tiempo o si serás liberado, por favor, hazlo por mí, Fred, cúrate; no permitas que esos viejos vicios vuelvan a ti.
Por favor, quiero recuperar a aquella persona que amé en el pasado. Vuelve a casa, Fred, por favor. Te extraño.
Cuídate mucho.
Barbara"
Fred al terminar de leer la carta, cerró el puño, nunca había sentido ese sentimiento, ¿qué era? No era locura ni vicio, sino algo llamado miedo y angustia. Miedo porque no temía perder a la única persona que lo amó de verdad y angustia de que si las pruebas fallaban, él se quedaría allí por un largo tiempo, tal vez hasta que llegara el día en el que muriera de causas naturales.
Una lágrima bajó por sus ojos, cruzando su mejilla derecha y luego otra, otra y otra, hasta que rompió en llanto. Un llanto de silencio, un llano de dolor, cualquiera podría decir lo que sería en esos momentos: Era alguien que ahora pasó de ser el Emperador del manicomio a ser un prisionero que pedía a gritos que lo liberaran, pero ¿cómo? El Jefe del Hospital Mental le había advertido que se comportara todo ese tiempo, pero él nunca lo hizo, simplemente disfrutaba de burlarse y sonreír, volverlos locos, pero nada servía ahora, de seguro, ellos le iban a dictar el confinamiento permanente en el lugar y esa sería su desgracia eterna.
- Barbara...Lo siento...Lo siento tanto. Ojala...Ojala hubiera alguna forma de pedirte disculpas por lo que te hice. Lloró en silencio, mientras que el frío se podía sentir afuera, él sabía que dentro de pocos minutos, los médicos saldrían y le leerían la noticia y de ahí, le harían preguntas sobre qué iba a hacer ahora y si se arrepentía de lo que había hecho en el pasado.
P.O.V. de Fred: - "Lo estropee todo, lo sé, soy un tonto y la extraño...Ella era mi Mundo y ahora, estoy solo" Me lamentaba todo el tiempo, uno de los Guardias que pasó por el pasillo, me vio que estaba acurrucado en mi cama y golpeó las barras de acero con su porra.
- ¡Oye, friki! -Me llamó y dirigí mi mirada, al verme con los ojos llorosos, simplemente cambió el tono de su voz a uno un poco más suave- Ejem, el Doctor en Jefe, Alfred Strange, te va a pedir que vayas a su oficina para ver si recibes el alta, estate atento. Me pidió y de ahí se fue, yo simplemente asentí con la cabeza, un suave "Sí" y de ahí, a esperar otra vez.
Esperé y esperé un tiempo, tal vez pasaron como dos horas hasta que me vinieron a sacar de la celda, dos médicos me ordenaron que me pusiera de pie y lo hice, de ahí simplemente no ofrecí ninguna travesura, solo me dejé llevar y ellos me condujeron hacia la sala de reuniones, en donde estaban Strange y los demás del Cuerpo Psiquiátrico para darme las buenas nuevas.
Me sentaron en una silla donde adelante tenía a todos los miembros del hospital mental, mirándome, esas miradas hacían que en mi interior llorara el niño de mi pasado, parecía que estaba en una película de terror propia, pero yo era el director de la misma.
- Muy bien...Fred, aquí tenemos las pruebas: Has pasado. -Me comunicó el Doctor en Jefe Strange, quien al verme tan callado y sin decir ni una palabra, simplemente no dijo nada más.
Pero no iba a ser fácil, una de las psiquiatras se me acercó para hablar conmigo.
- Fred, antes de que te aprobemos en tu salida del hospital y que recibas el alta, debes reconocer que te arrepientes de tus errores cometidos en el pasado. ¿Entiendes? Me preguntó, yo simplemente hacía un "Sí" moviendo la cabeza, pero nada más.
- Ya escuchaste a la Doctora Valentine, no podrás salir de aquí a menos de que te sientas arrepentido y no vuelvas nunca más a cometer esos actos tan espeluznantes, Fred. Y aquí va de nuevo la pregunta: ¿Estás listo para ser re-incluirte de nuevo en la sociedad? Me preguntó ahora Strange.
"¿Qué debo hacer?"
Termina el P.O.V. de Fred: Strange inmediatamente le acercó los papeles con los que su libertad estaba en juego, una simple orden y el sello en rojo iba a marcarle que no era él una persona apta para la reintegrarse a la sociedad y debería pasar allí más tiempo en confinamiento.
- ¿Entonces? ¿Qué nos dices? Le preguntó de vuelta el médico en Jefe.
Hubo silencio, pero ya no podía más, quería salir y estar con su querida Barbara de nuevo.
- Yo...Iba a decir y vio que todos los médicos se le acercaron más.
- ¿Sí? Queremos oír lo que vienes a decir. Pidió que siguiera Strange.
- Yo he ido bastante travieso, una persona desquiciada, tal vez fue por haber vivido en un entorno familiar hostil y en el que solo mi imaginación me llevó a este tipo de coas. Yo lo siento mucho. Habló siendo sincero con ellos y consigo mismo.
- ¿Crees que puedes remediar lo que hiciste? ¿Dejarás atrás esto? Le preguntó otro médico.
Fred tomó un respiro.
- Me gustaría poder hablar con ese chico que una vez causó todo eso en el pasado: Cometí esos actos horribles y la verdad, siendo sincero, me siento muy arrepentido de lo que hice y quisiera poder pedirle de que hablamos a ese chico, de que hablemos de lo tan estúpido que fuimos, pero no puedo, ya no. Pero lo único que quisiera es poder morir, cuando me llegue mi hora, de morir en libertad. Soy joven, pero no quisiera estar toda mi vida en un lugar como este. Reflexionó sobre todo lo que había hecho, quería volver al Pasado y evitar todo lo malo que había causado, pero no lo podría hacer.
Los médicos se quedaron pensativos hasta que finalmente, tal vez vieron que las palabras de Fred eran de verdad y no mentiras, así que firmaron los papeles que aprobaron su alta para salir de allí. Y así fue, salió, tomó sus cosas e inmediatamente se dirigió hacia el Oeste, en donde allí esperaba encontrar a su querida Barbara, la hermosa chica de cabellos rubios, pero, ¿iba a tener suerte?.
Capítulo que viene, el último. Tal vez haga un crossover de esta gran serie que fue Coraje El Perro Cobarde con algún anime, por ahí con Blood + o con Touhou, este no es un anime, pero bueno, por ahí lo agregue. Un saludo a AkumuHoshi :D y también un fuerte abrazo para ella.
