Capitulo 1 : El cofre de mi tío Walter
Nadie había tenido la intención de dejar sola a Mara esa tarde, pero sucedió que todos tenían que marcharse, por una razón o por otra. La señora McFarland asistía a su juego de cartas de cada fin de semana. Papá estaba en la oficina, como de costumbre. El novio de Melanie, la hermana, había llegado inesperadamente para llevarla a un largo paseo en auto. Por lo que Mara tuvo que quedarse en casa con Helena, la sirvienta, que tenía una naturaleza inquieta. Mara se quedó pensando:
"Apenas soy dos años menor que mi hermana, y a ella si la dejan salir cuando se le plazca"
Mara pensaba que siendo la menor, le darían mimos y tendría más ventajas, pero no, sus padres salían todo el tiempo y apenas tenía tiempo de verlos, digamos que no llevaban una relación muy estrecha, ya que le gustaba más estar sola que rodeada de gente, al contrario de lo que ocurría con su hermana, Melanie, una chica solo dos años mayor que podía hacer lo que quisiera, que era de las más populares, y que siempre tenía amigos vaya donde vaya, se sentaba en la mesa de los populares en el colegio mientras que ella jamas había tenido una amiga... la verdad Melanie y Mara no se parecían en nada.
Helena, interrumpió los pensamientos de Mara:
- ¿ Le molestaría mucho, niña, si voy al otro lado del callejón a decirle un par de cosas a la muchacha que trabaja con la señora Tomic? -le preguntó a Mara
-Claro que no- respondió Mara-. Será mejor que cierres la puerta de atrás y te lleves la llave, porque voy a estar arriba.
-Eso haré, claro que si, niña- respondió encantada la sirvienta y corrió a pasar la tarde con su amiga, dejando a Mara sola en la enorme casa, y encerrada, para completar la situación.
Mara subió las escaleras, paso por muchos pasillos hasta llegar a una puerta, tenía una placa dorada que decía:
"Mara Joanne"
Había un pedazo de papel pegado a la puerta decía así:
"Yo respeto tu privacidad, tu respetas la mía"
Debajo de ese había otro cartel rojo que tenía escrito: "WARNING", entro a la habitación, las paredes eran color rojo escarlata, con leones dorados, tenía una cama con dosel, una estantería llena de libros, un escritorio con una computadora, un álbum , un armario y su baño privado; pero había algo raro : un ibro que Mara jamás había visto estaba sobre su cama, lo tomo delicadamente entre sus manos y leyó :
"Harry Potter y el Cáliz de Fuego"
Mara se sentó en el suelo a examinar el libro,sin darse cuenta comenzó a leerlo, "un capitulo y nada más" se prometió, peror siguió y siguió hasta acabar el libro, lo cerro y dejo cuidadosamente en su cama, ¡el libro le había fascinado!, menos por la muerte de ese tal Cedric, que parecía buena gente; luego se quedó pensando ¿qué hacer?, estaba muy aburrida y recién eran las 8 de la noche y sus padres volverían a las 12, Helena a las 10 como siempre y su hermana probablemente a las 3 de la madrugada por lo mínimo; de pronto Mara recordó algo, cuando era chica siempre quiso entrar al ático , pero nunca pudo ya que su alturano le permitía alcanzar las llaves encima de la repisa en la lavandería, una vez subió las escaleras de caracol logró entrar, todo estaba bien iluminado por tres ventanas abuhardilladas y se sentía tibio y agradable. Contra las paredes habían hileras de cajas y baúles, montones de alfombras viejas, muebles dañados, paquetes de ropa que ya no se usaba y otras cosas de más o menos valor.
Luego Mara notó algo extraño, en el fondo de la habitación había un cofre negro de madera que su tío Walter había traído desde Italia años y años, antes de que Mara y hasta que Melanie nacieran,recordaba que alguien le comento alguna vez que su tío Walter deseaba que esa caja quedara sellada hasta que el volviera a casa. Y de como su vagabundo tío era un gran cazador, había ido a cazar elefantes a África y nunca más se había sabido más de él, según dicen el escondió la llave en esta casa, pero la buscaron y como jamás la han encontrado, el cofre terminó en el ático sucio e olvidado.
Pasados unos minutos, Mara estaba dispuesta a abandonar la búsqueda cuando tropezó con una caja y chocó contra el muro y una llave oxidada y vieja cayo del cuadro justamente a sus manos; Mara sonrió triunfante, abrió el cofre y no pudo ver nada adentro, porque una luz cegadora salía como si tuviera un sol dentro; Mara entró y todo se volvió negro.
