Rin sabía lo que provocaba en Sosuke. Tiempo atrás y siendo víctima de un severo ataque de celos, Sosuke le había declarado sus sentimientos. Lo hizo con tal vehemencia que Rin sintió por todo su cuerpo un satisfactorio estremecimiento. No era que Rin no lo supiera ya, sino que le sorprendía la manera en que Sosuke le decía que la amaba. Esa cercanía en la que él la tenía atrapada, sintiendo su aliento sobre su cara y la presión de la mano de Sosuke sobre su brazo. Habían tenido muchas discusiones subidas de tono, eran incontables, pero era la primera vez que él pasaba ese límite. Ella miró hacia otro lugar, no quería que Sosuke viera su sonrojo. Sosuke, claramente mal entendiendo la acción de Rin, la liberó de su agarre y le habló con la calma que ella conocía en él.
Recordaba este episodio de vez en cuando. No sabía realmente porque lo hacía pero siempre le causaba la misma sensación. Ella siempre había estado encaprichada con Makoto, desde que recordaba y desde que su otro buen amigo se convirtiera en ese chico tan atractivo, había tonteado con él y había dejado a Sosuke de lado, en un segundo lugar. Sosuke nunca se había ido de ahí, esperando una oportunidad, en silencio.
Pero Sosuke también se había convertido en un atractivo hombre. Con su alto y bien construido cuerpo, su tono bronceado natural, sus lindos ojos verdes y su fuerte carácter. Sobre todo ese fuerte carácter y su mirada penetrante, Rin se encontró un día preguntándose como sería meterse a la cama con Sosuke.
Habían decidido vivir juntos ahora que estaban en la universidad, tal era su amistad. Aunque la realidad era que Rin se había aprovechado siempre de esa debilidad que tenía Sosuke por ella. El atractivo joven la colmaba de atenciones, la cuidaba y protegía, la mimaba. Y este era el punto fuerte de Sosuke. Mimar a Rin. A cambio Rin le hacía berrinches, pucheros y toda clase de niñerías que Sosuke aceptaba con paciencia. La convivencia en el apartamento siempre era amena. Por algún motivo, luego de que Sosuke le confesara sus sentimientos aquella noche que se fueron de copas, Rin actuaba con él de una manera muy provocadora. Se paseaba por el lugar casi sin ropa, coqueteaba con él cuando hablaban, se metía en su cuarto de noche para dormir juntos y demás. Sosuke no había vuelto a sacar a relucir el tema y nunca se propasó con ella. Si bien era cierto que, en algunas ocasiones podía sentir como la devoraba con la mirada, con unas ganas que se notaba le hervían a flor de piel.
Pensaba en todo esto cuando la voz ronca de él la devolvió a la tierra. Habían quedado en verse en la cafetería del campus, para acomodar su viaje a la playa ese fin de semana que salían de exámenes.
—¿Tendrás examen el viernes?—preguntó el alto joven a su bella amiga mientras se sentaba frente a ella.
—Si, pero el profesor me lo puede programar para mañana—. Respondió mientras posaba su mirada en Sosuke. Este, al escuchar la respuesta, sonrió maliciosamente.
—No debería llevarte de paseo a ningún lugar, has sido un desastre este trimestre—. La miró seriamente.
—Mueres por hacerlo—. Rin dio donde quería. Le sonrió lo más provocativamente que pudo. Sosuke la miró con sorpresa pero se compuso rápidamente, puso su cara seria otra vez.
—¿Eso piensas?— la voz ronca de Sosuke le sonó demasiado seductora. Rin no sabía que responder, quería molestarlo pero no pensaba alargar esa conversación. Últimamente se sonrojaba fácilmente estando con Sosuke. Y él ya lo empezaba a notar. Rin hizo un gesto tonto volteando los ojos para preguntar con fingido aburrimiento.
—¿Nos vamos el viernes, entonces?—ahora lo observaba con ansiedad.
—Tu decides— fue toda la respuesta de Sosuke. Ella le sonrió de esa manera que si bien, nunca había estado enamorada de Sosuke, ambos sabían que utilizaba sólo con él.
En lo que Rin no decidía era en la vida sentimental de Makoto, que se apareció con una nueva novia. Inmediatamente dejó de hacer contacto visual con Sosuke, pues este siempre sabía hacerla sentir como tonta cada vez que Makoto la desilusionaba.
Al caer la noche el alegórico grupo de amigos salió a recorrer el pueblo. Luego de un rato en el bar Makoto se despidió y se fue con su novia, dejando a Rin desolada y sintiendo un maldito balde de agua fría caerle encima. Por la costumbre de sentirse a salvo con Sosuke lo buscó con la mirada. El le devolvió una mirada fría que le caló profundo en el corazón. Se levantó a tomar aire.
—¿Que te duele, el corazón?—su voz ronca la estremeció, no pensó que él la seguiría.
—No estoy para tus crueles bromas, Sosuke.
—Bromas... pensabas que esta sería otra oportunidad. ¿No te avisó que ya tenía nueva novia?—sus palabras estaban siendo más hirientes que de costumbre.
—Sosuke, déjame sola ¿quieres?—empezó a alejarse del lugar, no quería hablar con nadie menos con Sosuke, que sabía claramente lo mal que ella se sentía.
Caminó hasta que llegó a la cinta de la playa, donde una pequeña choza con bancas le ofrecía la soledad que buscaba. Sin poder evitarlo se puso a llorar. Más que por tener el corazón roto, por verguenza. Por sentirse como una tonta, despues de tantos años seguía sintiéndose igual. Puso sus manos sobre su rostro y amargamente dejó salir toda su frustración, había decidido que Makoto al fin supiera lo que sentía por él. Que patética se sentía. Lloró hasta que ya no quiso llorar más. La soledad de la playa la asustó, nunca se había sentido tan sola en la vida.
—¿Ya estás mejor?—otra vez esa voz ronca la sacaba de sus pensamientos, lo buscó para afirmar que realmente Sosuke estaba ahí y no era su imaginación. El la miró, impasible.
—So..Sosuke...—aún impresionada por verlo ahí, con ambas manos se limpió el rostro.
Él la tomó por el hombro y la acercó a él, Rin se estremeció por lo repentino de la acción, el abrazo de Sosuke era cálido, fuerte. Ella percibió su aroma, ese que siempre le decía que era Sosuke el que estaba cerca. Se sonrojó. Le correspondió el abrazo, porque lo necesitaba. Él pudo acercarla aún más. Con su otra mano tomó a Rin por el mentón para que lo viera. La cercanía era total. Lo vio mover los labios.
—¿Mejor?—al hablar con susurros su voz ronca le gustó demasiado. Sus ojos la miraban muy de cerca, estaba atrapada entre los brazos de Sosuke ya que este había soltado su mentón y había cercado la cintura de Rin completamente.
—So...Sosu...ke—¿porqué estaba tartamudeando? De repente se encontraba muy nerviosa, respirando agitadamente, su corazón palpitando mas rápido que de costumbre. Cuando Sosuke la liberó de su fuerte abrazo se sintió profundamente desilusionda.
—Regresemos—. Sosuke le ofreció la mano para ayudarla a levantarse. Rin estaba confundida, hubiera asegurado que Sosuke iba a besarla, incluso lo esperaba. ¿Acaso ella lo había imaginado?
En silencio regresaron con el grupo y luego al hotel. Recordó que en su cabaña se acomodaría Makoto con su nueva novia, sintió ganas de llorar otra vez. Buscó entre sus cosas un abrigo. De ninguna manera dormiría ahí. Se dirigió al lobby del hotel, pero no funcionó, no habían más habitaciones disponibles, el verano estaba en su máximo esplendor. Se acercó al área del bar, pidió una piña colada y luego otra.
—Todavía te queda mi habitación—la voz ronca de Sosuke la estremeció.
