.
.
¡Hola! 7v7r Se suponía que esto iba a ser solo un OS inspirado en un prompt que vi en Tumblr pero mi cerebro es fastidioso y no quiso subirlo en ninguna de mis colecciones de One Shots pues no calzaba en temática con ninguno y al final mi cerebro fastidioso decidió que no sería un one shot, que sería algo más... algo centrado en el universo original... algo... algo... algo de lo que seguro me voy a arrepentir después... LOL.
QwQ
Disfrútenlo, que yo sufro...
.
.
Disclaimer I: Fairy Tail y sus personajes pertenecen a Hiro Mashima. Yo solo trato de darles más amor a mis amores.
Disclaimer II: Inspirado en un fic del blog en Tumblr: More-incorrect-fairy-tail-quotes.
.
.
Referencias De Lectura:
Narración.
«Pensamientos»
Diálogo.
.
.
AZUL ESCARLATA.
] 01 [
Confesión.
.
.
Tomó un trago más y pidió otro.
La albina le miró preocupada.
Eso no era muy normal en la gran Titania.
―Ara, Erza, si no te conociese diría que estás intentando ahogar tus penas en alcohol ―la maga de take over le sirvió otro trago pero esta vez a la mitad, ya casi era cierre del Gremio y quería evitar lo más que pudiese algún destrozo de última hora.
―¿¡Y por qué no puedo tener penas!? ―se tomó el trago de golpe y con su mano libre golpeó con fuerza la barra que por suerte estaba reforzada con magia y no se rompió como lo habría hecho una normal con semejante golpe―. ¡Yo también tengo penas, Mira!
Mirajane alzó una ceja.
Hasta donde sabía la noche anterior Erza había tenido un encuentro con Jellal.
¿El mago viajero le habría roto el corazón de nuevo a su amiga?
Debía averiguarlo.
―Claro que las puedes tener, Er Chan, pero por lo general ahogas tus penas en pastel, no en alcohol. ¿Quieres un pastel?
La pelirroja la miró molesta.
―¡Al diablo los pasteles! ¡No los quiero! ¡No los... amo...! ―exclamó seriamente al inicio para terminar casi en un sollozo y Mirajane casi pierde el equilibrio al escucharla decir eso.
¿¡Erza odiando a los pasteles!?
«¿Es que acaso crucé a otro mundo alterno como Édolas en donde Erza odia los pasteles?» se cuestionó la albina con total seriedad, era la única razón lógica de que la maga del re equip hablase tan cruelmente de los pasteles.
―Pero todos los demás parecen igual... ―susurró para sí observando atentamente a los miembros de Fairy Tail que aún estaban allí, Natsu peleaba con Gajeel y Gray, Juvia recogía la ropa que Gray tiraba, Lucy y Levy estaban rodeadas de libros que versaban sobre nombres de bebé y sus significados y Wendy hablaba con los tres exceed del gremio.
Nada raro.
Excepto la maga frente a ella que continuaba hablando mal de los pasteles.
―Este... ―carraspeó―, Er Chan...
―¿¡Qué!? ―le miró de mal modo e hizo aparecer una espada de la nada―. ¿¡Acaso vas a defender a ese... traidor!?
―¿Traidor? ―Mira frunció el ceño y sintió su magia envolver su cuerpo, apreciaba al antiguo mago santo, era una buena persona con un gran corazón y entendía toda su situación pasada, pero también sabía que a veces era demasiado mártir y alejaba a su amiga debido a actos que cometió siendo manipulado y que con eso la dañaba, no iba a permitir que eso siguiese así―. ¿Jellal te dijo algo ayer? ¿Te dañó?
Erza la miró como si estuviese loca.
―Jellal... él no... ―negó por completo, y luego sus ojos se llenaron de lágrimas, a lo que Mirajane no supo cómo responder y la dejó continuar―. Yo...
―¿Tu qué?
―Yo... ―su cara se puso más roja de lo que el alcohol la tenía―, ayer yo... me encontré con Jellal ―Mira asintió, todos en el Gremio se habían dado cuenta de eso―, él, preparó una cena para mí y comimos en la playa, al aire libre ―sonrió con dulzura― a la luz de las estrellas...
―Ara~ ―muchísimo más interesada en la historia, Mira acercó un banquillo y se sentó frente a Erza para disfrutar del relato con más comodidad―, muy romántico.
―Bueno, sí... ―la mirada de Erza era la de una tímida niña y comenzó a jugar con sus dedos, solo el hombre llamado Jellal podía poner de esa manera a la temida Titania―, lo fue, hasta me preparó un pastel...
―¿De fresas?
―Que otro si no.
―¿Y entonces? ¡OH! ―Mira se llevó las manos a la cara con horror―. ¡No me digas que sabía mal!
Erza negó de inmediato.
―¡Era perfecto! Era suave y húmedo y dulce y enorme y con muchas fresas...
―Ara, ¿entonces por qué estás así?
―Es que Mira... ―la niña tímida enamorada desapareció y le dejó de nuevo el lugar a la mujer ahogada en penas y alcohol―, cuando terminamos de comer fuimos a caminar, y...
―¿Y?
―Y...
―¿¡Y!?
―Mira, déjame preguntarte algo ―dijo en lugar de responder casi desesperando a la albina―. Ayer Jellal me dijo que me... amaba ―la última palabra la dijo tan bajito que la albina tuvo que acercarse para escucharla y apenas contuvo el grito de emoción que habría dejado a la Reina de las Hadas sorda si lo hubiese soltado, en su lugar, la emocionada Mirajane golpeó la barra varias veces con la mano en forma Satan Soul, provocando que varias cosas se cayeran, llamando la atención de todos en el Gremio.
Fue fácil intimidarlos para que no se acercaran a interrumpir la historia.
Su Satán Soul y su dulce sonrisa de advertencia nunca fallaban.
¡Nadie interrumpiría esa noticia en exclusiva que estaba recibiendo!
―Er Chan... ―dijo cuando pudo controlarse―. Eso es maravilloso. ¿Entonces por qué estás así?
―No te he hecho la pregunta escucha... ―se enderezó en la silla y luego se inclinó hacia ella con la voz llena de mortificación―. ¿Crees que sea muy malo que cuando él me dijo que me amaba yo respondiese diciendo que yo amaba el pastel que hizo?
―...
Mira fue incapaz de responder, si hubiese sido la Mirajane de antes habría usado su modo Alegría para darle un buen golpe a Erza por lo que hizo.
―Es que yo... ¡Entré en pánico! ¡Fue lo primero que salió! ―confesó llevándose las manos a la cara―. No sabía ni que decir, estaba tan feliz, y bueno... antes de que me lo dijera yo estaba pensando en pedirle que si podía hacerme otro pastel porque estaba... ¡Tan delicioso! Y por eso yo...
―Ya veo... ―Mira soltó un suspiro y la miró con compasión―, cuando él te lo dijo tú estabas pensando que...
―Amaba el pastel... ―dijeron ambas en coro y soltaron un suspiro idéntico.
―¿Y no te corregiste luego?
―Lo intenté, pero no encontré el momento, la cara de Jellal me dejó muda, y luego el cambió el tema, seguro para no hacerme sentir incómoda ―Erza sintió como el alcohol la había dejado por completo al recordar el dolor que Jellal trató de ocultar al escuchar su tonta respuesta a su confesión―. Si le decía que yo también sentía lo mismo, él... podría pensar que se lo decía por lástima o algo así...
―Entiendo, es algo que sin duda él pensaría, y de seguro también pensó que no correspondías sus sentimientos y no quería perder tu amistad por ponerte en esa situación...
Erza asintió sintiéndose una basura.
―Yo... ―Erza chocó la frente con la barra y con sus brazos ocultó su rostro― ¡Soy una idiota!
―Ara, ni que lo digas... ―soltó sincera la albina y Erza le dio una severa mirada moviendo apenas el brazo―. Sabes que soy sincera.
―Lo sé... ―dejó su escondite―. ¡Y por eso quiero tomar! ¡Por mi idiotez y por ser traicionada por mis amados pasteles! ―declaró tomando el vaso vacío―. ¡Sírveme otro!
Mira sonrió compasiva, le llenó el vaso y le dejó un par de botellas a la par.
Ella tenía algo que hacer.
Sin dudar en lo absoluto de su muy ingenioso plan, la albina se fue a la cocina, sacó su lácrima de comunicación portátil y realizó una llamada, al terminar, observó como la gran Titania se empinada las botellas una tras otra para luego ir caminando tambaleante hacia los chicos que peleaban por alguna tontería.
La Reina del Sadismo hacía su aparición.
―Ara... ―se llevó la mano a la mejilla―, parece que al final si tendré que limpiar mucho... Espero que él no se tarde y evite esto... ―se dijo a sí misma mientras Erza ponía a todos de rodillas luego de ganarles en una pelea fácil en donde aullaron de dolor los hombres más hombres de Fairy Tail.
Casi diez minutos después, llegó la persona que salvaría al Gremio de su destrucción.
―Ara, Jellal... ―Mira rodeó la pelea y se encontró con él en la puerta―. Lamento causarte molestias, pero creo que solo puedo contar contigo para evitar la extinción de los magos de Fairy Tail ―señaló con una sonrisa la trifulca, en donde Erza, sentada sobre Gray y Gajeel, latigueaba a Natsu, Macao y Wakaba, estos dos últimos con curiosas caras de éxtasis y placer.
Viejos verdes que no cambiaban.
―Oh... ―el azulado observó la escena y suspiró, para luego dejar brotar una pequeña sonrisa llena de ternura―. No te preocupes, no es molestia, haré lo que esté a mi alcance.
Mira asintió con una dulce sonrisa.
Sin duda solo un hombre muy enamorado podría sonreír de esa manera al ver a la mujer que amaba convertida en un monstruo de sadismo sangriento.
Erza había escogido bien a la persona con la que pasaría el resto de su vida.
Y mientras ella pensaba estas cosas, un hombre, que, por muchos sería considerado estúpido y loco al acercarse por detrás al monstruo sádico ebrio y por otros tanto uno de los más grandes y valientes hombres de la historia al realizar tal acción, llegaba a donde la Titania, le tocaba el hombro y la llamaba con dulzura...
―¿Erza?
La mujer detuvo sus violentas acciones de inmediato.
―¿¡Je-Jellal!? ―volteó a mirar a la persona que la llamaba, solo para asegurarse de que no alucinaba con su voz―. ¿Qué haces... aquí? ―preguntó apenada y se bajó de inmediato de su carruaje ―o mejor dicho, de las espaldas de sus compañeros de gremio―. ¡Lucy, Levy! ―las dos mencionadas se levantaron de inmediato de la mesa―. Alimenten a mis caballos ―ordenó señalando a Macao, Wakaba y Natsu.
Jellal contuvo la risa.
―Pasaba por aquí ―contestó en el mismo tono gentil del inicio―, vi que se divertían y entré. Fairy Tail siempre disfruta mucho de sus noches, ¿cierto?
El carruaje, los caballos, las encargadas del establo y todos los demás abusados físicamente lo miraron ceñudos.
¡Por supuesto que eso no era diversión!
―Sí, bueno... ―tímida y tambaleante se acomodó un mechón de cabello tras la oreja―, estábamos pasando una noche divertida.
«¡QUE NO!» pensaron todos al mismo tiempo, su pensamiento tan firme y sincronizado que casi se pudo escuchar.
―Eso me pareció ―le sonrió―, pero ya es un poco tarde ―Erza asintió―. Y ya que estoy aquí, ¿Me permitirías acompañarte a tu casa?
«¡SÍ! ¡LLÉVATE A LA REINA DE LAS SÁDICAS!» Pensaron de nuevo en sincronía el grupo de los abusados.
Mira observó a su alrededor pensando que había escuchado un grito lastimero de auxilio, quien sabe, tal vez Warren había activado su telepatía.
O quizá el sufrimiento compartido en silencio si podía escucharse.
―Amh... bueno... no es necesario...
―Lo sé, pero es algo que quisiera hacer ―Jellal inclinó su rostro, peinó su flequillo escarlata revuelto por la trifulca, y mientras Erza se derretía por dentro, repitió la pregunta―. Scarlet, ―terminó de derretirla por la manera en que pronunció el apellido que él le había dado― ¿Me permitirías acompañarte a tu casa?
―Yo... s-sí... ―soltó un murmulló, tan feliz internamente que pensó que la celebración que los chicos hacían detrás ella era su propia celebración interna.
―Ara~ Vayan con cuidado ―Mira se apareció a su lado como invocada―. Y ten ―extendió su mano a Erza―, las pastillas contra la ebriedad especiales de Porlyusika y las favoritas de Cana por lo inmediatamente efectivas que son ―le cerró un ojo―. Es bueno mantener la mente despejada.
―¡Me niego! ―dijo Erza tapándose la boca―. ¡Sa-saben hor-horbiblesemente... ―negó varias veces, esa palabra ni era la correcta y ni existía― horritibilamente... ―se cruzó de brazos molesta.
―¿Horriblemente? ―ofreció Jellal la palabra, totalmente divertido con la Erza borrachita a su lado.
―¡ESO! ―asintió feliz de dar con la palabra correcta―. ¡Horritabiliametemente... amargas!
Aunque igual no pudo decirla.
―Pero Er-Chan... ―Mira intentó hacerle entender con la mirada que era para que arreglara sobria el problema de la confesión, pero su amiga se re equipó una armadura con casco y volvió a negar, Mira supo que no había manera de ganar esa batalla; así que, con un suspiro, le entregó las píldoras esféricas a Jellal y le guiñó un ojo―. Creo que sí alguien puede convencerla, eres tú ―Jellal alzó una ceja confundido―. Solo diré que a veces ella es como una niña asustada, a veces no dice por completo lo que siente... ¿Lo entiendes?
Jellal miró a Erza re equipando casco tras casco y asintió.
Ya entendía a lo que se refería Mirajane.
Él había imaginado la noche anterior que algo así había sucedido cuando él se le confesó, no la culpaba por reaccionar como lo hizo, la confesión había sido abrupta, además, él una vez también había dicho lo incorrecto en una situación similar.
Algo que también había sucedido en una playa.
―Entonces, nos retiramos ―se despidió de todos y ofreció su brazo a Erza, pero la maga lo sorprendió, lanzándose a su espalda y enrollando sus brazos en su cuello casi de manera mortal, le tomó un par de minutos ―y muchas miradas compasivas del grupo de los abusados―, el lograr acomodar a la maga de la manera correcta en su espalda.
Y así, cargando a Erza en su espalda, salió del lugar.
La noche era ventosa y algo fría, pero la cercanía de Erza lo hacía todo muy cálido.
Eso, a pesar de que llevaba puesta una armadura.
―Ya puedes quitarte el casco ―dijo luego de un largo rato de caminata silenciosa―. Nadie va a obligarte a tomarte esas píldoras.
―¿Peso mucho?
―Para nada ―respondió sincero.
―Puedo cambiar de ropa para no pesar tanto... ¿los bikinis no pesan mucho, verdad? ―emocionada, su cuerpo empezó a brillar con la luz de su magia.
―¡ESPERA, ESPERA! ―la detuvo el mago azulado con la cara roja―. ¡No es necesario! Por favor, quédate así...
La maga tardó en responder pero finalmente su cuerpo dejó de brillar.
Pero igual se re equipó.
Lo que significaba que a pesar de que ahora usaba ropa cómoda que no podía ver, por una fracción de segundo, Jellal sintió suave y cálida piel desnuda contra sí mismo.
Dios le diera fuerza si ella se re equipaba de nuevo.
―También tengo una pijama...
―Eso será útil cuando llegues a casa ―intentó llevar la conversación con tranquilidad.
―¿Y mi traje de conejita?
―Eso será útil... ―Jellal no supo que responder cuando algo así sería útil, además recordar las veces que la había visto usar algo así le secó la boca―, e-en algún momento... ―carraspeó.
―También uno de una fresa gigante.
―Imagino que debe ser adorable.
―También tengo un traje de enfermera.
―Muy... profesional ―respondió luego de carraspear de nuevo.
―Y también... ―Erza susurró algo contra su cuello y él no pudo saber que fue debido a que lo dijo muy bajito y al cosquilleó que sintió por tal acción.
―Perdón, no te escuché.
―Que también... ―Erza se sujetó con más fuerza de él―. También... te amo...
Jellal se detuvo.
Su corazón lleno de gozo.
―¿Jellal?
―¿Puedes bajarte un momento? ―la maga asintió, y con algo de tambaleo, volvió a estar de pie en el suelo.
―Jellal... ―habló ella al ver que nadie lo hacía―. ¿Estás molesto... por... por lo que dije ayer?
―Por supuesto que no, sé que ayer fui muy abrupto y... ―soltó un suspiro―, no te culpo por no sentir lo mismo, por muchos años yo te alejé y...
―¡No! ―Erza negó y zapateó el suelo, si no fuese porque estuvo a punto de caerse al levantar el pie, no parecería que estuviese borracha―. Lo digo en serio, ¡yo te amo!
―Lo que sé es que estás muy tomada, Erza... mejor no hablemos de esto ahora.
―¡Sé lo que estoy diciendo! ¿No me crees? ―le preguntó al borde de las lágrimas.
Jellal acarició su mejilla.
―Te creo, pero de igual manera, es algo que no debe discutirse cuando una de las dos partes no tiene un filtro a la hora de hablar ―se dio la vuelta y le ofreció la espalda de nuevo para que se subiese―. Vamos, te dejaré en tu casa y hablaremos de esto otro día.
―¡NO! ¡NO QUIERO PERDER MÁS TIEMPO! ―Erza se cruzó de brazos, sintió un gran mareo así que re equipo una espada larga para usarla de bastón―. ¡No estoy ebria!
Jellal aguantó una carcajada al verla cuando se dio la vuelta.
―Pues no es lo que parece...
Erza sintió de nuevo su cara roja.
―¡DÁMELAS! ―extendió su mano.
―¿Eh?
―Sé que Mira te dio las píldoras de Poruliusisska... Portyusiska... Por-kyus-lica... ―no pudo decir el nombre correcto de la sanadora oficial del Gremio― ¡Las que hicieron para Cana! ―dijo exasperada― ¡Dámelas!
―Erza ―rió―, no es necesario, ya dijiste que saben mal.
―¡Saben horripidibles! ―volvió a enredarse su lengua pero esta vez no buscó corregirse―. ¡Dámelas! Quiero tomarlas porque me sabe peor el saber que yo... ―las lágrimas amenazaron de nuevo con salir―, saber que yo... dije lo que dije ayer... Por favor, dámelas...
El mago celestial no pudo hacer más que obedecerla.
Tomando todo el valor en ella, Erza Scarlet, la maga del re equip, Titania, la Reina de las Hadas, se tragó dos píldoras.
―¿Erza?
―¡Que asco! ―sollozó pero tragó las últimas dos, se llevó las manos a la boca y giró sobre sí misma mientras brincaba para evitar las arcadas al sentir el sabor de todas las raras hierbas que la curandera del Gremio usaba en esas píldoras.
Sin duda Porlyusika las hacia así de horribles para que quien las usase dejase de tomar.
No que fuese muy efectivo el método, pero al menos sí se vengaba de que tantos miembros de Fairy Tail la llegaran a buscar ebrios, especialmente cuando Wendy y su magia curativa no estaban en el gremio.
¡Montón de humanos borrachos!
―¡Que asco, que asco, que asco! ―continuó la maga ante la mirada preocupada del azulado, pero finalmente se detuvo, abrió los ojos, respiró hondo y enfrentó a Jellal―. Jellal, yo... ―no pudo terminar porque salió corriendo al árbol más cercano al sentir unos deseos enormes de vomitar.
―¡Erza! ¿Estás bien? ―el preocupado hombre llegó hasta ella y pasó su mano por la espalda de la peli-escarlata, ella no vomitó ni nada, pero quería reconfortarla―. Ten ―le ofreció un dulce de fresa que sacó de su pantalón.
―¿Traías un dulce contigo?
―Siempre que sé que te voy a ver ando alguno ―le sonrió al explicar, Erza lo comió para evitar llorar de lo conmovida que se sentía―, pero ven, será mejor que lleguemos rápido a tu casa, necesitas vomitar eso y beber un té o algo... además...
―¡Te amo! ―lo interrumpió ella, masticando rápido el dulce de fresa para no atragantarse―. ¡Yo también te amo! ―se volteó para quedar frente a él―. Te amo tanto como para ponerme nerviosa y arruinarlo, tanto que comería cientos de esas píldoras para que me creas ―por fin las lágrimas que contenía se liberaron―. ¡Y te amo a ti más que a cualquier pastel! ¿Puedes creerme?
Jellal llevó su mano a su rostro, limpió una de sus lágrimas y sonrió.
―Por supuesto que te creo... me parece increíble merecer tanto de tu amor, pero te creo ―Erza soltó un sollozo de alivio y dejó que su rostro reposara en la mano cálida del mago―. Sé que ayer estabas nerviosa, solo quería darte tiempo para que lo procesaras.
Erza rió para alivio del azulado.
―Basta de darnos tiempo, no nos estamos haciendo más jóvenes ―la peli-escarlata dio un paso hacia él y recostó su cabeza en su pecho―. Ya no quiero pasar todo el tiempo lejos de ti...
―Lo entiendo, yo tampoco quiero eso... ―Erza lo abrazó cuando sintió las manos de Jellal enredarse en su cabello y peinarlo con delicadeza―. Te amo tanto, Scarlet... ―ella asintió contra su pecho y agregó para relajar el ambiente―, y día a día lucharé por ese puesto en tu corazón, no vaya a ser que algún pastel me lo arrebate...
―¡JELLAL! ―reclamó y luego rió, apartándose de él con una gran sonrisa en sus labios―. ¡No te burles de mí!
―¡Eso jamás! ―dijo burlón y volvieron a reír.
Finalmente Erza soltó un bufido.
―¿Qué sucede?
―Es que... ―bajó la mirada apenada―, en este momento solo estoy pensando en lo mucho... lo mucho... que quiero que me beses... ―las mejillas de Jellal se colorearon al igual que las de ella, con su mano tomó delicadamente la barbilla de Erza y la alzó hacia él―. ¡NO! ―se apartó ella―. ¡No te atrevas a hacerlo!
―¿Eh? ―ahora sí que no entendía nada.
―No quiero que nuestro... nuestro beso sea horriblemente amargo por causa de las píldoras ―explicó para alivio del hombre, que luego volvió a extrañarse cuando ella aplaudió feliz y orgullosa.
―¿Erza?
―¡Sirvieron! ¡Dije "horriblemente" sin error!
―Oh... ―aguanto la risa, la vida que compartiría con Erza nunca sería aburrida, de eso estaba seguro―. Muchas felicidades por su gran logro, señorita Titania.
―No te burles ―murmuró con mejillas infladas, pero no tardaron en desaparecer cuando Jellal se acercó de pronto, besó su frente, sus mejillas, su nariz y finalmente tomó sus labios sin importarle nada más.
Porque nada más importaba esa noche.
Solo su amor y sus besos importaban.
...Besos que al final, fueron dulces, increíblemente dulces...
.
.
¿Review?
Sus reviews animan a escribir más rápido.
xD
.
.
Prompt:
Tomado del blog en Tumblr:
More-incorrect-fairy-tail-quotes
Erza: Mira, let me ask you something. Jellal told me he loves me, and then I told him I love cake. That´s not bad, is it?
Mirajane: …
Erza: I don´t know what happened! I just panicked and it popped out!
Rincón De La Escritora En Proceso:
Hoy leí el prompt que mencioné arriba y de inmediato me dio esta idea, luego no supe en que colección de One Shots subirlo, y se me ocurrió la idea de agregar más caps de la vida luego de la confesión entre esos dos. xD Casi no tengo fics de ellos en universo original así... ¡BOOM! Ahora los haré... tengo mis baterías Jerza altas porque Jellal ya apareció en el anime, en el especial de White Day de Dice Magic y con suerte en muchas cosas más... xDDD ADFGHJSDFGH... estoy muy feliz, espero que ustedes también estén felices al leerlo.
Mil gracias por leer.
.
.
¡Adieu!
.o./
.
.
