Renuncia legal: Los personajes y parte de la historia no son míos son de JK, y los uso sin fines de lucro.
¡Hola!, soy relativamente nueva jaja, acepto de todo, comentarios, dudas, sugerencias, nada más les pido que tengan un poquito de paciencia con la historia, muchas de las cosas que pongo por aquí encuentran un sentido lógico después.
Preguntas
Todo el tiempo, cada día que pasa, o tal vez cada segundo, nos preguntamos cosas nuevas, o a veces nos preguntamos siempre lo mismo cuando esas exquisitas preguntas que nos hacemos no tienen una respuesta clara.
Pensamientos Lo malo del odio y el amor es que no puedes saber cuál de ellos es el que estás sintiendo, porque los dos son tan intensos, que en el momento de calificarlos obtienen el mismo lugar, más no hay que olvidar que el odio destruye y el amor puede darte una salida a toda esa destrucción.
¿Qué es lo que piensan las personas muggles del odio y el amor? Esa pregunta hecha en otro instante para ella hubiera tenido miles de significados. Sin embargo, ese día no daba una, habían pasado la mayoría de sus clases y todo lo que se había dedicado a hacer eran garabatos. En transformaciones, la profesora McGonagall había pregunta algo que sin duda, ella, Hermione Jane Granger, debía saber a la perfección. En pociones, Horace Slughorn les había pedido realizar una poción sumamente fácil y ahí tenía a Ron, a su lado, diciéndole cómo se realizaba la poción que él en su vida hubiera hecho bien. Así habían pasado todas las clases y ahora estaba en estudios muggles, preguntándole algo de lo que ella había leído cientos de veces, con respuestas de millones de pensadores tanto muggles como magos, pero simplemente no sabía la respuesta.
¿La razón?, bueno, desde diferentes puntos de vista, lo más probable para Ron era que estuviera mirando a McLaggen, lo cual le daba unos celos enormes… Y debía admitirlo. Según Harry, todos tenían sus momentos en que los pensamientos dejaban muy poco espacio para ponerle atención a lo que estaba a su alrededor, así que básicamente a él no le importaba, al menos no mucho. Para la persona que realmente sabía lo que pasaba, la respuesta era otra, la respuesta era lo que la atormentaba, lo que hacía que su ser se estremeciera de la idea de lo que pudiera pasar después, aunque no supiera en cuánto tiempo más y, sobre todo, porque no sabía cómo había llegado a esa situación.
Y para Malfoy… bueno Draco Malfoy, si que disfrutaba que la chica estuviera en ese estado de trance ya que él lo aprovechaba para burlarse de ella cada vez que podía, diciéndole cosas como: "juntarte con Potter y la comadreja ya está haciendo efecto en ti", o "estás actuando como cualquier sangre sucia…ah se me olvida lo eres"; sin embargo, la chica no le hacía caso alguno y sus amigos eran los que salían a defenderla.
Sólo una vez se dio cuenta del insulto que había proferido el chico; sangre sucia la había llamado, no era algo nuevo y era menos hiriente que lo que había dicho antes; pero, contra todo pronóstico, la chica sólo volteo la cara y le sonrió.
- Malfoy, es hora de que muestres un poco del cerebro que te queda ¿Cuántas neuronas tienes?… Tal vez sólo una y es la que usas para tener sexo. - Dijo la chica sarcásticamente al notar cómo Astoria Greengrass pasaba por el lado izquierdo contoneando las caderas con movimientos por demás atrevidos.
- No, Granger, si sólo tuviera una entonces no podría desempeñarme tan bien.
- Ah, entonces tienes dos… Eso es un avance. - Dijo dando media vuelta buscando a sus amigos, los cuales sólo la veían e intentaban mantener la boca cerrada.
- Vamos, Hermione - Dijo Ron tomándola del brazo y haciendo que caminara en dirección opuesta a donde estaba el rubio.
- Ay Granger, si te sigues juntando con ellos dentro de un poco tendré una más que tu - Gritó maliciosamente el chico, lo cual molestó a Hermione. La chica dio media vuelta para encontrarse cara a cara con el rubio y lo abofeteo en frente de toda la escuela.
- Entiende Malfoy, puede que tu catalogues a MIS amigos en un estatus más bajo que el tuyo, y sinceramente no esperaba más de ti, porque según tú, eres el amo y TODOS los demás están por debajo de ti como descerebrados aunque sepas que no es cierto, ¿pero, sabes qué?, me das lástima, porque al menos yo tengo amigos, no como tú, que sólo tienes a personas a tus pies que sin duda alguna sólo te siguen porque tienes "poder", pero en cuanto se te acabe ese poder, buscarán a otra persona. - Dijo la chica y siguió andando hacia donde la habían dirigido antes sus amigos.
- ¿Hermione estás bien? - Preguntó su amigo pelirrojo
- Si, Ron, gracias por preocuparte. - Dijo la chica mostrando una radiante sonrisa en el rostro, aunque por dentro seguía estando ausente.
Seguía pensando en la persona que ocupaba sus sueños, en esa persona que poco tiempo antes había reñido con ella por causa de neuronas; sonrió, debería de contarle a alguien antes de que otra cosa pasara, aunque claro, ni Harry ni Ron lo entenderían, así que buscó con la mirada la respuesta a su pregunta silenciosa, y la encontró, la chica iba hacia ellos con una sonrisa en el rostro.
- Hola, chicos - Dijo con voz cantarina
- Hola, Ginny - Dijo su hermano con voz extraña
- ¿Qué pasó ahora, Ronald? - Dijo la chica fastidiada mientras centraba la atención en la actitud ausente de Harry y la sonrisa enorme de Hermione como si estuviera planeando pedirle algo.
- ¿Qué más puede suceder?
- Puede acabarse el mundo, pero no me digas, fue Malfoy. - Dijo la chica riendo.
- Ginny… ¿Podemos hablar? - Dijo Hermione sin borrar la enorme sonrisa de su rostro.
- Claro, Hermione - Dijo la chica, Hermione se levantó de donde estaba y empezó a andar hacia la sala común.
- ¿Puedo pedirte un adelanto? - Pregunto la pelirroja divertida, pero calló cuando vio que su mejor amiga estaba en un trance; había dejado de caminar y su mirada estaba ausente – Hermione - Dijo la chica cautelosamente -¡Hermione! - Exclamó Ginny al ver que su amiga no había contestado a su primer llamado.
- Lo siento Ginny, ¿qué decías? - Dijo la castaña distraídamente mientras volteaba hacia todos lados.
- Hermione, no sé qué te pasa, ¿crees que no me doy cuenta?, pero yo no soy como Harry o el idiota de mi hermano, pero aún así, si quieres decirme algo sobre eso, estoy aquí y sabes que puedes confiar en mí. - Dijo la chica.
- Lo siento, Ginny – Dijo Hermione mientras veía a su amiga y el gesto que tenía. - De hecho, iba a hablarte sobre eso - Decidió decirle sin rodeos.
- Entonces, Hermione, entremos a la sala común - Dijo señalando el cuadro y riendo.
- "Chocolate con menta" - Dijo Hermione y el retrato de la Dama Gorda se abrió para dejarlas pasar – Bien, Ginny, pero debes jurarme que no se lo dirás a nadie.
- ¿Tan malo es?
- Ginny… - Suplicó su amiga, y viendo que esta sonreía y le guiñaba el ojo supo que ella no le diría a nadie - Verás, desde hace tiempo he tenido ciertas…visiones.
- Bueno, eso no es malo, digo, como bruja debes tener un sentido más desarrollado que otro, y eso sería una característica marcada en ti.
- Ese no es el verdadero problema, Ginny, ¿sabes?, no me importaría tener visiones sobre ti, sobre Ron o Harry o cualquier persona con la cual me lleve bien. El problema es que mis visiones se limitan a Malfoy, además de que siempre he odiado la adivinación. - Dijo la castaña soltando un suspiro.
- Malfoy… - susurró - Hermione, ¿qué ves sobre él? - Preguntó curiosamente.
- Bueno, muchas cosas, pero últimamente lo que más veo es a él pidiéndome ayuda. - Dijo la chica casi en un susurro.
- ¿Crees que él admita que necesita ayuda alguna?, o mejor dicho, ¿que necesita tú ayuda?
- No, no lo creo, porque si así fuera, él dejaría de comportarse como un completo idiota. - Dijo sonriendo; en el momento en que Draco admitiera que necesitaba de su ayuda dejaría de comportarse así, o al menos eso creía ella y no tenía un buen argumento con el cual comprobar que así fuera.
Las chicas siguieron hablando hasta que la campana sonó anunciando que debían regresar a sus clases, cada una tomó un rumbo diferente, Ginny fue hacia el aula de "adivinación" mientras que Hermione se dirigió con Harry y Ron a "Defensa contra las artes oscuras"
- ¡Chicos, esperen! - Gritó la chica detrás de ellos para que frenaran su andar.
- Hermione - Dijeron al unísono y se detuvieron a esperarla, la chica se veía mucho mejor que en la mañana y eso los hacía sentirse mejor también.
La clase pasó sin muchos daños, y Hermione había logrado hacer todos los hechizos no verbales que les había pedido Snape haciendo que este último sonriera maliciosamente y se volteara hacia Ron, el cual puso cara de desconcierto cuando el profesor empezó a preguntarle. Harry evitó reír muy fuerte; sin embargo, Snape lo escuchó y fue una muy agradable excusa para quitarle puntos a Gryffindor. Al final de la clase, la casa de los leones había perdido 30 puntos, diez porque Harry se había reído, otros diez más porque Ron había hecho mal un encantamiento y lo restante se lo debían a Neville y sólo porque le dio un ataque de hipo mientras Snape escribía en la pizarra. Ante esta acción Hermione negó con la cabeza pero no dijo nada, salvando a Gryffindor de perder más puntos.
Sin embargo; cuando iban para Herbología, Hermione se quedó en silencio y muy quieta, estaba sintiendo mil cosas a la vez. Observó su entorno, podía 'oírlos' a todos… desde Ron y sus ganas de comer a pesar de haberlo hecho ya, a Harry que se hacía muchas preguntas y no sabía cuál era la más importante, hasta a Malfoy que estaba recargado al final del pasillo y pensaba en algún insulto hacia el trío.
- Hermione - Dijo Ron ansioso - Harry, Hermione esta… Rara - Llamó al chico a su lado, pero Hermione no se inmutó ya que intentaba descifrar de dónde venía el pensamiento más ausente - ¡Hermione! - La llamaron los chicos al mismo tiempo - Creo que esta vez la perdimos, Harry. - Dijo el chico tomándola de los hombros y sacudiéndola levemente.
- Lo siento - Dijo la chica de pronto, lo cual hizo que Ron dejara de sacudirla y suspirara aliviado.
- Hermione, ¿qué te pasa? - Preguntó Harry.
- Nada, Harry, sólo pensaba en que olvidé un libro en la habitación. - Dijo la chica sonriendo; sin embargo, Harry no se lo había tragado.
- Dime la verdad, Hermione. - Dijo el chico reprimiéndola.
- En la mañana, la profesora de estudios muggles preguntó lo que pensaban los muggles acerca del odio y el amor, y buscaba una respuesta lógica a esa pregunta. Sin embargo, las personas pensamos tantas cosas sobre eso que siempre llegamos a una conclusión equivocada, sean muggles o magos, siempre estamos lejos de lo que podría ser la verdadera respuesta. - Observó Hermione dulcemente logrando convencer al chico.
- Hermione - La llamó Ron - Puede que las personas estemos equivocadas sobre el odio y el amor; y, sin embargo, creemos en esos sentimientos enormes, pero los dos llevan a la destrucción, el odio lo hace siempre, con odio puedes destruir hasta a una persona, pero con amor… El amor destruye cuando es mal utilizado; así que cuando combinas estos dos sentimientos y logras ponerlos en un equilibrio perfecto, no hacen destrucción, solo logran la neutralidad. No nos hace perfectos pero nos hace felices. - Terminó el chico y sonrió.
- Entonces, ¿si no odias y amas con la misma intensidad, no puedes ser feliz?
- ¿Tú eres feliz? - Preguntó Ron y siguió caminando, dejando a Harry y a Hermione atrás. La chica sonrió y siguió avanzando con una tranquilidad infinita; Harry, por su parte, estaba analizando todo lo dicho por su amigo pelirrojo, él no era completamente feliz, pero entonces, ¿qué le faltaba hacer? ¿Odiar o amar?
