Disclaimer: Harry Potter es propiedad de Jotaká, por eso es su nombre el que figura en todos los libros de la saga, y no el mío.
Advertencia: Ligerísimo slash.
Por el bien mayor.
Eran tiempos de ser inmortal, aquellos.
Corrían los años más luminosos de su vida y él sólo podía pensar en lo sublime de existir en ese tiempo, en ese lugar y en sí mismo.
El jazz, esa maravilla muggle, ronroneaba en sus oídos mientras que él sólo podía contemplar una nueva fotografía donde él y Gellert se mostraban tal y como eran: superados. Superadísimos.
La poca luz que entraba por la ventana dejaba entrever el pergamino más amarillo del mundo. Estaba firmado, porque hay mínimamente diez horas durante la noche y El Bien Mayor no puede esperar tanto. Esa caligrafía emocionada de madrugada no hace más que arrancarle una gran sonrisa. Gellert va a cambiar el mundo, va a conquistarlo, así como lo ha conquistado a él.
Eran tiempos de corridas y zancadas grandes, de sonrisas enormes y de tocar el cielo con las manos. Era una maravilla sublime existir en ese tiempo de veredas y soles, de mundos por conquistar. El tiempo de Gellert, que lo embelesaba como el jazz, como esa mujer muggle de aquel pub en Londres que visitaron la otra vuelta; esa de la ropa que escasea y los ojos brillantes que prometía ir más allá del quinto infierno.
El tiempo de las sonrisas con los ojos y los ojos con palabras, con mensajes subliminales que gritan que pueden y que van a mejorar el mundo.
Eran los tiempos del bien mayor, del bien de todos.
Por el bien mayor pasan horas encerrados en la habitación de Albus, chusmeando como las señoronas de la esquina; por el bien mayor se cartean durante la noche, por el bien mayor son como niños en Navidad. Por el bien mayor se esconden del arisco Aberforth en el árbol de la casa del vecino y desde allí trazan planes entre risas. Por el bien mayor recorren Londres, se abren al mundo. Por el bien mayor buscan reliquias.
Por el bien mayor los días de Albus son con Gellert y los días de Gellert son con Albus. Por el bien mayor son cómplices y amigos, son exitosos, son mejores que lo que fueron y que lo que creyeron que podrían ser.
Por el bien mayor son dos adolescentes escondidos en una habitación a las dos de la mañana y por el bien mayor son adultos serios y responsables que juegan a ser líderes y ostentan el poder.
Y porque son egoístas y no les importa en absoluto el bien de nadie, dejan a un lado todos los pergaminos trazados con planes, datos y estrategias, y se abren paso al combate de quererse sin decir que se quieren y jugarse ante el peligro de dejar el juego a un lado.
…
El título no es nada del otro mundo, pero a Drehn no se le ocurrió otro, y a mí tampoco. El caso es que es un título con ironía barata de por medio; porque en realidad el bien mayor es una excusa. Para mí, Albus estaba como maravillado por Gellert. Él siempre había sido el mejor, superior a todos, y ahora llegaba ese rubio gamberro y era un igual. Maravillado, joder.
Si llegas hasta aquí y no dejas review, por el bien mayor, ellos te matarán ¬¬
Felices pascuas, world :)
Chocolate y besos para el que quiera.