Fairy Tail:

Misión en el País de las Sombras

Saludos, mi seudónimos es Knight Jackal, el caballero de la loca cruzada, creador de Un Nuevo Mal Azota Alabasta, fic para la sección de One Piece en . Esta vez le traigo una nueva historia, pero esta vez no es de One Piece, sino que es para el manga que está haciéndose muy popular que conocemos como Fairy Tail, esta es mi primer fic de este manga espero que sea de su gusto ya que esto será un viaje al reino de las Tinieblas…

Introducción: (El Ritual de la Noche)

Ghoulvania, 31 de Octubre del año X684 era una noche tormentosa con relámpagos pero sin lluvia en el cielo de la montaña Cuerno de Satán, hora 11: 39 pm. Algo estaba ocurriendo en el interior de sus tenebrosas cuevas, en centro de la montaña en una de las cámaras más profundas de ese maldito.

En una cámara en le centro de la montaña, había doce altares de piedra del tamaño de un hombre adulto promedio que formaban una media luna, debajo de cada altar había un canal que iniciaba desde el costado izquierdo de cada uno de los altares y conectaba a uno con el otro hasta llegar a unas escaleras bajas que conducían a una especie de arco y al centro en el techo había un tragaluz donde entraba los casi insignificantes rayos de luna que llegaba hacia un pedestal para poner un libro. La formación en la que el arco junto a los altares estaban puesto recordaría un poderoso rey junto a sus doce subordinados.

Del interior de los túneles se empezaron a escuchar gruñidos y quejidos muy lejanos de lo humano. Un extraño ser de muy baja estatura (un poco más alto que un enano) entró en la cámara. Vestía con un uniforme de overol gris (como los obreros del animé), botas y guates negros, en una de sus manos llevaba una espada y en la otra una lámpara, un casco de alemán y una máscara de oxigeno. Parecería ser un simple minero de baja estatura de no ser por sus membranosas alas de murciélago que tenía en la espalda que hacían de su avanzar torpe y burdo por el interior de los túneles, pero afuera en campo abierto sería un letal adversario en los aires.

El ser miró a su alrededor de la siniestra cámara, luego miró hacia el oscuro túnel y empezó a emitir unos roncos gruñido y quejidos mientras sacudía su espada corta en el aire. Otros tres seres iguales al primero entraron a la gruta escoltando a un hombre muy alto y delgado. Tenía el cabello carmesí liso y largo que le llegaba hasta los hombros, en la cabeza llevaba puesto una especie de mascar metálica muy simple con forma de cabeza de serpiente que cubría hasta los pómulos y la nariz del hombre dejando al descubierto las delgadas facciones de las mejillas, su delgado mentón y su pequeña boca casi inexpresiva, las ranuras de los ojos de la mascar sobresalían los suyos que eran ambarinos con las pupilas rasgadas como las de un reptil. Estaba envuelto por una capa azul marino con unas hombreras que recordaban a las alas de un dragón.

-Perfecto…-dijo el hombre en voz baja mirando el lugar mientras sonreía mostrando sus terroríficos dientes que se parecían a los de un tiburón- todos los preparativos están listos para la ceremonia. ¡Traed a las ofrendas! ¡Los planetas no se van a mantener así de alineados por mucho tiempo!

A continuación, un cuarteto de las mismas criaturas surgieron del túnel cargando un catre a una muchacha joven de quizás de unos 17 o 18 años vestida de blando con una tiara de plata en la cabeza, estaba totalmente sumida en un sueño profundo, mientras su horrible escolta la llevaban al primer altar la izquierda del arco. Otro cuarteto de monstruos surgió también del mismo túnel oscuro trayendo a otra joven de quizás la misma edad y así fueron continuamente apareciendo escoltas continuamente para poner a las jóvenes en los altares de sacrificio.

El hombre enmascarado se paseo por los alrededores del lugar observando cuidadosamente a cada joven que estaba puesta en el altar indicado, mientras emitían un feroz siseo mostrando su filosos dientes haciendo que las criaturas retrocedieran del miedo que le tenían ya que era un ser desalmado. Luego se dirigió hacia un rincón totalmente oscuro y se inclinó frente a ese lugar.

-Mi dios, todos los preparativos están listos para la ceremonia.

De la oscuridad un hombre surgió y avanzó hasta donde estaba el enmascarado, dejando oculto so rostro por las sombras. Vestía muy elegantemente con un traje negro, de dos piezas, el abrigo era muy largo, que le llegaba hasta le mitad de las piernas, las vastillas del abrigo eran rojas decoradas con mancuernillas de oro sólido en forma de espadas con un pomo en forma de calavera, debajo llevaba un chaleco con botones de plata, en el cuello una corbata de pañuelo con un diamante en medio, pantalones negros igual que toda su tenida al igual que sus botas de cuero fino sobre su hombros llevaba una capa negra de cuello amplio con un interior forrado en seda roja de las más fina que llegaba hasta los talones y por último en su mano derecha que tenía un anillo de oro con un rubí incrustado tenían un bastón con una empuñadura en forma de cráneo con alas de murciélago.

-Muy bien hecho Astaroth- dijo el recién llegado con su dulce y melodiosa voz- dentro de muy poco comenzará el nuevo orden y las criaturas de la noche reinarán por siempre.

-Además mi dios, consideremos también que finalmente acabamos con ese odioso Gremio de Sanctuary, gracias a la contribución de los aldeanos.

-Tienes razón mi leal vasallo, si no hubiéramos inculpado a Sanctuary de cometer crímenes que jamás cometió, no hubiéramos podido realizar el ritual y tendríamos que esperar otros cien años para poder realizarlo, además-dijo apuntando con el bastón a una de las jóvenes-¿no es irónico que una de las ofrendas sea una miembro de ese estúpido Gremio?

En efecto, una de las chicas que estaba postrad en uno de los altares, quizás la más joven de cabellos castaño oscuro (de unos quince o dieciséis años) que vestía con un vestido blanco con los brazos descubiertos y en su hombro tenían un tatuaje de un crucifijo con una serpiente enrollada y en su boca sujetaba una rosa. Era símbolo del gremio Sanctuary.

-Ya no quedará ninguno a estas alturas, los aldeanos debieron haberlos matado a todos, ella debe de ser la última que queda un odios grupo de magos que nos han hecho la vida imposible por muchos años, finamente, nosotros ganamos esta estúpida guerra.

-Y el premio ha sido magnifico mi dios-dijo el enmascarado-pronto la humanidad sucumbirá ante el poder de los reyes de las tinieblas… ¡Garjarjarjarjarjar!

De su abrigo, el misterioso hombre de las sombras sacó un libro negro con una hebilla de plata, en la portada tenía el dibujo del cráneo de un demonio y en lo entregó al Astaroth

-Que comience el ritual…-dijo el misterioso de las sombras.

Afuera de la montaña, en la boca de la caverna dos de las criaturas aladas montaban guardia armados con lanzas. Un ruido sonó de entre los arbustos causando que los dos guardias se pusieran alertas, los dos empezaron a discutir con gruñidos y quejidos para saber quien se adentraba para investigar si era algún animal. Finalmente, el que montaba guardia a la derecha se dirigió hacia los arbustos para asegurar que ningún humano interfiriera con los planes de su amo. Con gran rapidez clavó su lanza en los arbustos, pero la punta solo se clavó en la tierra seca que había detrás de la planta, con uno de sus cortos brazos hizo a un lado a la planta para verificar si el que estaba ahí, se habría corrido, pero no vio nada. Volteo para ver a su compañero, pero en su lugar vio algo que le dejó sorprendido detrás de su mascara. Era un hombre alto, delgado con el cabello negro azabache ondulado hasta los hombros, su rostro recordaba a un lobo altivo y soberbio, pero a la vez ejercía ferocidad, vestía de traje oscuro de caballero del siglo XIX a excepción de su abrigo de cuero negro, su camisa blanca y sus botas negras, en ambas manos llevaba dos navajas de afeitar que emitían un brillo blanco sobrenatural, eran navajas mágicas. Atrás de el estaba el compañero en el suelo sobre un charco rojo negrusco, la otra criatura no dudo en entrar en acción y decidió ir al ataque contra el intruso. Lo mismo fue para el recién llegado, quien fue al encuentro de su pequeño adversario.

/ ¡SLASH! /

Los dos enemigos se cruzaron en su enfrentamiento para luego seguir de largo y detenerse en un determinado punto, hubo un lapso de suspenso en la atmósfera hasta que la criatura reaccionó haciendo un respingo para luego desmayarse. Un charco de sangre grasienta se empezó a formar debajo del monstruo.

-Eso fue completamente fácil, master-dijo el intruso guardando sus navajas en el abrigo-descansen hermanos míos-dijo dirigiéndose a sus navajas.

-Muy bien hecho Fenrir-dijo un anciano vestido muy casual como un clérigo cristiano fuera de misa de que salía de los arbustos con una Biblia en su mano derecha-pero por desgracia lo peor está allí dentro.

-Y mi hermana…-dijo Fenrir con tristeza

Miembro de Sanctuary: Fenrir J. Barker, a.k.a "el Barbero"

Edad: 21,

Magia: Navajas Mágicas.

Le gusta: La Carne y La música Blues.

Odia: Su segundo nombre

-Tranquilo-dijo el master poniendo su mano libre sobre el hombro de Fenrir-si impedimos el ritual adecuadamente, Marina estará bien.

-Gracias master Nostradamus.

Miembro de Sanctuary: Master Arthur Nostradamus, a.k.a el "Clérigo".

Edad: 74

Magia: Alquimia Bíblica.

Le gusta: Las Novelas de Misterio.

Odia: las Herejías.

-Si ya terminaron este estúpido sentimentalismo, será mejor que nos apuremos antes de que se desaten los años oscuros-dijo un joven de cabellos verde mar oscuro, anteojos de medialuna, vestía pantalones beiges con rayas verticales, camisa blanca y chaleco sin mangas de seda con la cadena de un reloj de bolsillo, la expresión de su rostro era de un intelectual, pero a la vez muy desagradable y de pocos amigos.

-Te gusta arruinar todos los momentos ¿Verdad Holmswood?-dijo molesto Fenrir.

Miembro de Sanctuary: Jonathan Holmswood.

Edad: 20.

Magia: Poder de Maná.

Le gusta: La Cultura y la aristocracia

Odia: La Ignorancia y a los indigentes.

-¿Tienes algún problema? ¿Eh Jacob? (se pronuncia Yeicod)-dijo con ironía el chico con una desagradable sonrisa.

-Te lo advertí-respondió molesto-te lo advertí, no me vuelvas llamar…

-¡No empiecen ahora! -irrumpió el master interponiéndose entre los dos-estamos en plena incursión a Cuerno de Satán y no quiero que ustedes dos peleen entre sí, sino contra los siervos de él.

-Bien por mí-dijo Fenrir yéndose a un extremo golpeando con el hombro al engreído erudito.

Jonathan se sacudió y se arregló su chaleco.

-Odio cuando ustedes dos pelean-dijo una voz femenina.

Detrás de los tres un chica estaba parada viéndolos en su rostro se veía una expresión de tristeza y disgusto, tenía el cabello negro, la piel pálida casi blanca a excepción de unas ojeras hechas con un maquillaje con una textura más oscura de piel. Vestía con un vestido de noche azul marino con un gran escote en su espalda dejándola totalmente descubierta, botas que le llegaban hasta un poco más arriba de las rodillas, en su espalda tenía un tatuaje (tapado por su larga cabellera negra) en forma de escudo de armas con dos espadas cruzadas, en el medio un hacha de batalla, una lanza cruzada en horizontal abajo y un arco con tres flechas encima del escudo en la misma posición que la lanza.

-¡Odio cuando pelean!-repitió la chica- ¡Se supone que somos un Gremio, somos una familia y debemos cuidarnos los unos a los otros!- dijo pateando el suelo con sus botas de tacón y con una voz tiritona.

-¡Oh! Perdona Zara-dijo Fenrir acercándose a ella- por favor no era mi intención.

Miembro de Sanctuary: Zara Stoker.

Edad: 18.

Magia: Signos encantados (esta magia involucra el tatuaje de su espalda)

Le gusta: su Gremio que es para ella su familia ya que es huérfana.

Odia: Que sus amigos peleen.

-Perdone señorita Zara-dijo formalmente Jonathan acomodándose los lentes- tampoco era mi intención, solo que este bruto animal…

-¡Oye!-bramó enojado y así comenzó una nueva discusión entre los tres últimos jóvenes miembros del Gremio Sanctuary

-¿¡Pueden los tres tranquilizarse!?-exclamó el master- ¡con toda esta algarabía quizás ya nos hayan escuchado!

La discusión cesó, lo tres pararon se quedaron mirando a su master que estaba muy molesto por la actitud poco apropiada para la ocasión.

-Bien, es hora de que entremos en acción, hay que se haga el ritual-dijo el maestro Nostradamus mientras sacaba una antorcha que se encendió y se adentro a la oscuridad.

-Terminemos esto- Jonathan acomodándose los lentes y siguiendo al master a la cueva.

-Más les vale que no le hayan hecho algo a mi hermana-dijo Fenrir sacando sus navajas que empezaron a brillar.

Zara se limitó a mirar el túnel con miedo mientras que sus compañeros se adentraban, tragó saliva y luego miró a su alrededor, al parecer sentía que algo malo les iba pasar.

-¡Zara!-interrumpió Fenrir- Zara ¿Te pasa algo?

La chica se quedó mirando a su compañero por un rato sin decir nada, desde hace mucho tiempo cuando eran más jóvenes a ella le costaba acercarse a Fenrir que siempre estaba hablando con sus amigos o peleando el alguna disputa del gremio, pero en el fondo sentía algo por él, algo que le era difícil de expresar.

-¡Zara!-repitió Fenrir acercándose a ella- ¡Vamos no hay tiempo!-le tomo de la mano haciendo que se sonrojara.

-¿Te sucede algo?-le preguntó "el barbero".

Lo miró por un rato.

-N-n-nada, estoy bien-respondió con tristeza.

Fenrir solo se limitó a asentir con cabeza y sonreírle, luego se dirigió a la cueva nuevamente, esta vez tomados de las manos.

Cuando los dos rezagados entraron a la cueva, el master Nostradamus y Jonathan estaban en la entrada a otra gruta al parecer estaban viendo algo en silencio, el tropezó de Zara con una piedra por la culpa de sus botas de tacón hizo llamar la atención de los dos vigilantes.

-Guarden silencio los dos-dijo en voz baja el master.

-¿Qué es lo que sucede master?- dijo Fenrir acercándose a Nostradamus.

El anciano, solo se limitó a apuntar con la cabeza hacia la salida de la gruta que era una bajada hacia una cámara de piedra, ahí estaban un grupo de cinco alimañas hablando en su idioma que solo eran nada más que un montó de gruñidos y quejidos.

-Son solo un montón de alimañas-dijo Fenrir.

-No solo eso muchacho-dijo Nostradamus- no solo es, también son nuestros guías para llegar al Santuario del Crepúsculo.

-¿Entonces solo los vamos a seguir?-pregunto Jonathan acomodándose los lentes.

-Exactamente.

Vieron que el grupo de alimañas empezó a avanzar hacia otro pasillo de la cueva, su caminar era muy torpe y lento, ya que eran seres voladores, los miembros de Sanctuary empezaron a bajar lo más cuidadoso posible, para no alertar a las malvadas criaturas y así advertir a su misterioso amo y frustrar su planes de interferir con siniestro ritual.

Llegaron a la boca de la otra cueva por donde entraron los pequeños monstruos, era un pasillo muy estrecho y angosto que apenas se podía caminar, pero era perfecto para las criaturas por su tamaño. El master Nostradamus y Jonathan encabezaron la marcha por la gruta, luego iba Zara y al final iba Fenrir cerrando la fila para asegurarse de que nadie los atacara por atrás.

Finalmente, salieron de la gruta estrecha hacia una segunda cámara que era más oscura que la anterior, solo que a diferencia que en frente de la salida de la gruta, se podía ver la débil luz de unas antorchas y unas sombras que iban y venían.

Cuando salieron a la segunda cámara, vieron que era el vestíbulo para llegar al Santuario del Crepúsculo y ahí se podían ver a las alimañas y también al enmascarado de cabello rojo de Astaroth quien revisaba el libro negro meticulosamente como si cada letra fuera algo importante.

- ¡El Grimórium!-exclamó en voz baja Nostradamus al ver el libro.

Zara y Fenrir se quedaron mirando nada de lo que decía su master por lo que decía.

-También conocido como El Libro Negro-explico Jonathan acomodándose los lentes-es un libro maléfico, tiene todas las artes oscuras que podáis conocer pero es muy selecto el libro con sus lectores.

-¿Qué significa eso cerebrito?-pregunto Fenrir molesto.

-No muchos son los que pueden leer el libro sin perder la cordura a cambio, sino eres un mago oscuro bastante poderoso, el Grimórium se alimentará de tu cordura.

-¡Gulp! Eso es horrible no…-pero antes de que Zara pudiera continuar el maestro Nostradamus le hizo un gesto con la mano para que se callara por una obvia razón: el Ritual había empezado.

Astaroth alzó los brazos mientras bramaba el conjuro dirigiéndose al arco como si fuera un público:

"Ojo del Crepúsculo, danos poder.

Acepta esta ofrenda, danos fuerza.

Haz de nuestro poder, la puerta al reino de la noche.

Las penumbras no pueden contener lo que la magia

Rige, somos tus humildes siervos de la noche.

¡Somos tus hijos, Mefistófeles, príncipe del Inframundo!

Acepta a las doce vírgenes que exiges a cambio y ¡danos

A nuestra Reina!"

Los altares empezaron a brillar, las doce jóvenes abrieron los ojos bruscamente, emitiendo una luz blanca por ellos, al igual que ellas, las marcas de los altares empezaron a brillar, la luz fluía como agua por las ranuras de los catre de piedra hasta caer por las canaletas, que rápidamente la energía vital de las muchachas se dirigió hacia los costados del arco. En el portal, un velo de maligna energía morada se empezó a formar en la entrada, de él empezaron a salir espectros malignos, que empezaron a volar por toda la estancia. En la cara del hombre misterioso se empezó a formar una sonrisa revelando dos largos colmillos. "Pronto amada mía". Decía en sus pensamientos.

Escondidos aun, Fenrir miraba con horror como las jóvenes, incluyendo a su hermana sufrían por el dolor que les causaba la pérdida de energía vital, en especial a su querida hermana, su única familia y a la que había jurado proteger tras la muerte de sus padres, por eso no aguantó más el estar escondido y mirando.

-¡NOOOOOOO!-rugió furioso mientras salía de su escondite y corría en dirección hacia el altar donde estaba recostada su hermana. Los otros trataron de agarrarle pero fue muy rápido.

Las alimañas que estaban alrededor fueron a su encuentro para impedir que el intruso interrumpiera el Ritual, Fenrir sacó rápidamente sus navajas mágicas para defenderse de sus enemigos. El hombre en la sombra miró como el intruso se abría camino en dirección hacia donde estaba su querida hermana, estaba a punto de salir de la sombra cuando el maestro Nostradamus se puso al frente a él, con su mano derecha se persignó y luego con la misma mano una marca de un crucifijo de luz salió como el alumbramiento de una linterna hacia el hombre en la sombra, este al ver el signo de luz se tapo rápidamente la cara para no ver el símbolo que odiaba con toda su existencia mientras gritaba de dolor como si lo estuvieran quemando, el master empezó a recitar una unas palabras:

"En el nombre de Jesucristo, nuestro Dios y Señor, fortalecido por la intercesión de la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, del Bendito Miguel, el Arcángel, de los Benditos Apóstoles, Pedro y Pablo, y de todos los Santos, confiadamente nos aprestamos a la tarea de repudiar los ataques y engaños del diablo."

"Dios se levanta; Sus enemigos son desbandados y esos que Lo odian, huyen ante Él. Como el humo es expulsado, ellos son expulsados; como la cera se derrite ante el fuego, también los malvados perecen ante la presencia de Dios."

El hombre empezaba a caerse al suelo y empezaba salir humo de su piel, en verdad tanto como la luz celestial, la oración le hacía daño.

Astaroth volteo para ver como su amo estaba siendo aniquilado por el maestro del Gremio Sanctuary, olvidó por completo la continuación de la ceremonia.

-¡Alimañas!-gritó a las criaturas que peleaban con Fenrir-¡protejan al dios!

Gran parte de la cantidad de criaturas que peleaban con "el Barbero", fueron a socorrer a su amo, eso fue una ventaja para Fenrir, ya que se quedó peleando con dos alimañas que estaban muy cansada y el resto ya estaban muertas en el suelo.

También Astaroth fue en socorro por su amo pero en eso Zara se interpuso en su camino, al igual que el de las alimañas.

-¡Sal de nuestro camino, niña!-ordenó el enmascarado.

-Sobre mi cadáver escorias-respondió mientras que el tatuaje que cubría su pelo empezó a brillar, extendió su brazos y unos floretes salieron de su palmas y se puso en guardia ante Astaroth.

-Magia de signos encantados-dijo Astaroth en voz baja- que interesante.

-Y con esto apuñalaré tu asqueroso corazón- respondió la chica.

Zara saltó en guardia contra el enmascarado y sus subordinados. De su codo, Astaroth sacó lo que parecía ser una daga para enfrentar a la chica y bloquear sus golpes de sus floretes.

Finalmente, Fenrir logró librarse de las alimañas que le estaban estorbando y continuó en dirección al altar de su hermana para salvarla. Astaroth se percató de la acción del chico, con una expresión de preocupación bajó su arma, cosa que Zara aprovecho y le apuñaló el costado, haciéndolo que cayera de rodillas.

-El… muchacho-señalo débilmente a las alimañas-no… dejen… que llegue… o esto… ¡Explotará!

En eso el master Nostradamus se percató de lo que dijo el enmascarado, interrumpió el hechizo que estaba haciendo para destruir al misterioso hombre en las sombras y corrió hacia donde estaba su camarada de Gremio.

Fenrir estaba a punto de llegar donde esta recostada su hermana que perdía poco a poco su energía vital, las alimañas iban tras de él a igual que Nostradamus para impedirle que irrumpiera el ritual sin antes contrarrestar sus efectos.

Mientras él misterios en la sombra se puso de pie, recobrando sus energías que había perdido por culpa del conjuro del master, empezó a retroceder lentamente en dirección hacia las sombras, para luego desaparecer en ellas como si nunca hubiera estado.

Zara estaba apunto de darle el golpe final a Astaroth, pero este tenía un truco sucio escondido, con sus últimas fuerzas, le dio una patada en las canillas a la chica de cabellos negro haciéndola caer a suelo de piedra, soltó sus floretes que rodaron a cada extremo de la cámara, se trató de reincorporar y pudo ver como el malvado enmascarado se disolvía en el suelo como una sombra morada que rápidamente se desplazó en dirección a la salida del lugar.

Jonathan que solo se había dedicado a mirar empezó a retroceder y alejarse por la gruta hasta perderse de la vista de los demás.

Las alimañas que estaban hiendo tras Fenrir vieron que su amos se habían ido, eso se les hizo claro el porqué, el morenos estaba apunto de sacar a su hermana del altar sin contrarrestar los conjuros para cancelar el sacrificio y en eso trataron de huir empujándose pisoteando a sus compañeros sin importar quien quede atrás.

-Hermana…-dijo agotado Fenrir-ya estoy aquí, te sacaré y todo va a estar bien.

Extendió sus brazos para cogerla y sacarla de ese horrible altar.

-¡NO LO HAGAS!-gritó su master empujándolo a un lado, pero el anciano no tubo mucha suerte, ya que este se tropezó cayendo de rodillas y apoyando sus manos sobre la muchacha luminosa que estaba recostada.

Una feroz descarga empezó a recorrer el cuerpo de Nostradamus mientras gritaba de dolor por las descargas que recibía en su cuerpo.

-Dios mío…-susurró Fenrir impactado por la imagen.

-Master…-dijo Zara asustada por lo que veía.

A continuación, la montaña empezó a temblar, las estalactitas comenzaron a caer, las alimañas que aún seguían adentro de las cavernas corrían de un lado a otro inconscientemente mientras grandes rocas caían sobre ellas aplastándolas como las moscas miserables que son.

El viejo master sufría las descargas de la víctima del sacrificio mientras los miembros del Gremio Sanctuary, Fenrir veía con estupefacción el fatal error que habían causado sus actos, dentro de sí corría una culpa imperdonable para sí mismo.

Los espíritus siniestros que recorrían la atmósfera empezaron a desplazarse con mucha más velocidad.

Uno de ellos con forma de lobo atravesó a Fenrir, mientras que otro con forma de un murciélago traspasó a Zara.

Los dos empezaron a sentir un dolor corporal que le quemaba por dentro como si fuera fuego.

Una luz blanca empezó a alumbrar la cámara hasta no verse más.

Afueras del la montaña, en los pies de la zona, Jonathan se quedó mirando como la montaña Cuerno de Satán comenzaba a temblar, un rayo de luz blanca salió de la cima de esta en dirección hacia el cielo.

-Esto es increíble-dijo a sí mismo.

Acto seguido, la montaña explotó en una luz blanca cegándolo por unos minutos, cuando pudo volver ver vio que la montaña estaba completamente destruida.

Jonathan quedó completamente sorprendido al ver las ruinas, mientras unas lágrimas corrieron por sus mejillas.

No le quedó más que persignarse y salir corriendo hasta perderse en la oscuridad del bosque.

En otro lado, Astaroth miraba la destruida montaña sonriendo con sus dientes de tiburón.

-Es una triste pérdida, ¿no es así mi dios?

Atrás de él estaba el misterioso sombrío, que observaba atrás de otro.

-Si, es una gran perdida y un alivio de que nos hayamos librado de ese odiosos Gremio de una vez por todas. Pero es una lastima perder el Santuario del Crepúsculo.

-…Y para colmo, habrá que esperar otros cien años para poder realizarlo de nuevo-agregó rabioso Astaroth.

-Tranquilo, es un sabio dicho que la paciencia es una virtud. Por ahora lo mejor es ocultarnos y reunir nuevas fuerza para poder nuevamente alzarnos.

-… Y así el Crepúsculo gobernará el mundo.

-Bien dicho-dijo mientras se desvanecía-bien dicho.

Astaroth esta vez se empezó a disolver en un líquido morado que rápidamente se empezó a mover en dirección a los arbustos y desaparecer igual que su amo.

A la mañana siguiente en el bosque de Malahauth, amaneció completamente nublado (como es de habitual en Ghoulvania), las aves de la zona empezaban a cantar por los alrededores.

En pleno claro, Fenrir yacía inconsciente en medio de él.

Un cuervo se posó cerca de él y lo miró ladeando su negra cabeza, se acercó un poco para poder empezar a picotera su supuesto desayuno, cuando este se empezó a mover, causando que el ave negra escapase volando lo más lejos posible de él.

Puso una de sus manos para apoyarse sobre el suelo, estaba muy débil para poder caminar en dos pies, sentía calambres por todo el cuerpo y le incomodaba y le ajustaba la ropa como si hubiera crecido abruptamente, no podía abrir todavía sus ojos, ya que la luz le causaba dolor.

Palpó torpemente con sus y siguió arrastrándose hacia afuera del claro, extrañamente sus oídos podían escuchar el rugido de un riachuelo que parecía estar no muy lejos de donde estaba.

Mientras se dirigía hacia ese punto para beber, sentía que sus manos se hundían más de lo que se hundirían en la tierra del bosque, eso era raro para él, ya que en el bosque no hay pantanos cerca de la zona.

Cuando por fin llegó al riachuelo, empezó beber. Fue algo muy extraño, ya que lo estaba haciendo como lo haría un animal.

Cuando por fin pudo abrir sus ojos, vio finalmente lo distinto de lo que era antes, haciéndolo retroceder bruscamente por el susto.

Se miró sus manos, eran enormes, más grandes de lo que eran, habían desarrollado un pelaje gris claro y espeso, mientras que sus palmas parecían tener almohadillas de un color piel más oscura.

Se tocó la cara, era muy diferente a lo que era antes, estaba cubierta de pelo igual de espeso y grueso como el que tenía en sus manos y lo más llamativo era que su cabeza tenía la forma a la de algún canido.

No le quedó más remedio que mirarse en el riachuelo, se acercó lo más rápido que pudo y lo que vio lo dejó impactado: ¡Su cabeza era la de un lobo!

Lo único que parecía mantenerse "normal" para él era su cabello, que adoptó un mismo color gris pero largo, su hocico no era como el de los otros perros, era más flexible y móvil, y le sorprendió ver sus dientes afilados como los del animal. En pocas palabras se había convertido en lo que parecía ser un Licántropo, pero parecía ser un híbrido o más bien un ser incompleto ya que era de día y los hombres-lobo no se transforman a esa hora como él sabía, y a demás estaba consciente de sus acciones y su comportamiento, no como los demás Licántropos.

Tenía el cuerpo de uno pero la mente de un humano.

Se irguió en la nueva forma de sus piernas que parecían ser las de un lobo, recordó la pelea de la noche anterior y de lo que había ocurrido por su culpa a Nostradamus y a Zara.

"Quizás ellos están muertos o peor, quizás se volvieron monstruos como yo". Pensó con remordimiento, luego se acordó de su querida hermana menor Marina. ¿Qué le habría pasado a ella?

-¡Marina!-dijo con su voz que también parecía estar intacta- te he fallado, les he fallado a todos, y es por mi culpa-mientras su voz se quebraba.- ¡NOOOOOOOOOO!- después es "no" se convirtió en un aullido de lobo que resonó por todo el bosque haciendo que los animales y la fauna anormal se estremeciera. Ahora en adelante su vida era la de una bestia como la de un proscrito.

Continuará…

Hasta aquí llega esta introducción de la historia, bueno, sé que no aparecieron los auténticos personajes de Fairy Tail, pero esto es solo una introducción y el comienzo de una nueva historia que involucra el mundo del terror y la aventura, con algunos retoques de películas con ese estilo como: Van Hellsing, Hellboy (tanto las animadas como los live action), Inframundo, La Momia, los juegos de Castlevania, Piratas del Caribe, A Nightmare before Christmas( Conocida también como El Extraño Mundo de Jack), Kingdom Hearts, entre otras películas y juegos que relacionen el mundo oscuro ¿no les suena esto excitante? Pues permítanme decirles que esto para mí si lo es, y se pondrá muy interesante, y si no me comeré un balde de arañas viudas negras, no es broma, pero prometo no decepcionarles y que esta historia sea de si disfrute. Bueno sin más que decir, nos vemos en el próximo capitulo donde ya habrán transcurrido cien años del desastre del ritual y de la masacre del Gremio Sanctuary. Nos vemos

PD: Maravillánte por si lees esto, ¿Que os a parecido la introducción de esta historia?

Disdé yescotria (Id. Gitano: Hasta luego).