Holaaaaaaaaaaaa!

Si, hace tanto tiempo que no publicaba nada y yo diciendo que tengo muchas historias. De verdad que lo siento muchísimo, pero este año ha sido como que muy intenso. He tenido mil cosas que hacer, era mi último año de preparatoria y tenía que prepararme para hacer mi examen de la universidad, muchas cosas que hacer y cero tiempo de escribir e inspirarme. Pero ya estoy libre, estoy de vacaciones y aquí les traigo una nueva historia para que no sufran en este hiatus de Bones, que por cierto la novena temporada estuvo muy dfkjgfkgfldfgjaskdd. No superó la boda y season finale.

hace unos días fue comic con y la temporada 10 suena que estará muy buena, a ver que pasa.

Espero les guste

ya saben: BONES, NI SUS PERSONAJES ME PERTENECEN, SON DE FOX Y SUS CREADORES.

Disfruten...


Brennan estaba sentada en uno de los sillones de la amplia sala de su casa, llevaba aproximadamente una hora vagando en sus pensamientos. Y es que hacía días que estaba con un pensamiento inquietante, desde que vio el calendario y se dio cuenta que el cumpleaños de Booth era en una semana.

Desde ese momento, se ha puesto a pensar en que regalarle a su esposo para su cumpleaños. Tenía que ser perfecto, pero Booth era muy difícil en cuestión de regalos. Tenía casi toda la colección de camisas de los Flyers, su equipo de hockey favorito. Todo lo que tuviera que ver con su equipo lo tenía. Entonces no sabía exactamente que regalarle, era sumamente difícil porque Booth siempre le decía que no le comprara cosas costosas, pero ella insistía en hacerlo. De vez en cuando, por supuesto, pero siempre terminaban discutiendo por eso.

Habían pasado 3 días pensando en el regalo de Booth, en algo que no fuera demasiado costoso, pero perfecto y que le gustara a su pareja.

El año pasado le había regalado un cupón, que decía que lo podía canjear por lo que él quisiera, idea que Ángela le había dado y Booth cambio su cupón por una cena romántica con ella. Que terminó siendo más regalo para ella que para él porque terminaron esa noche muyyy bien. En palabras de Booth, había sido el mejor regalo de cumpleaños, pero sabía que él solo lo decía por educación, aunque ella no quedo conforme, quería darle algo más.

Era su cumpleaños, solo es una vez al año y quería festejarlo de la mejor manera, pero Booth no era del tipo de persona que le gusta festejar a lo grande sus cumpleaños, solo con que estuviera su familia y sus amigos más cercanos, era feliz.

A veces le sorprendía que Booth fuera así, un hombre tan sencillo que con cosas tan pequeñas e insignificantes le hicieran sonreír y emocionarse. Como cuando Christine le regaló un dibujo, hecho por ella, donde dibujaba a su papá con una capa de superhéroe y debajo decía "Feliz cumpleaños papi". No dejo de decir que había sido uno de los mejores regalos, por lo que había comprado un cuadro exclusivamente para el dibujo y lo había colgado en la pared de su oficina.

Pensó en recurrir a su mejor amiga, pero siempre hacía eso y lo que quería era darle algo que fuera idea de ella y no de alguien más. Pensó y pensó por más de dos horas, hasta que una pequeña de cinco años llegó y se sentó a su lado, interrumpiendo sus pensamientos.

-Mami… ¿a qué hora viene papi?- preguntó la niña algo impaciente

-No tardara, faltan exactamente diez minutos- le dijo a la niña mientras señalada el reloj en su muñeca.

-Ok… Mami, ya casi es el cumpleaños de Papi y quiero hacerle un pastel- dijo una sonriente Christine

-¿Un pastel?... pero y como lo harás?-Sonrió Brennan ante las ideas de su pequeña

-Si mami, uno de chocolate… porque le gusta mucho. ¿Me ayudaras a hacerlo?- hizo un puchero igual al de su padre para persuadirla, el cual siempre funciona con ella, por desgracia.

-Claro que si cielo, juntas le haremos un pastel a tu papá- iba a darle un abrazo a su hija cuando la puerta trasera se abrió, dejando ver al hombre que inundaba sus pensamientos en los últimos días.

-Hola, ya llegue…- saludó Booth mientras Christine se levantaba rápidamente del sillón y corría a darle la bienvenida.

-¡Hola papi!...- Booth la levantó y la cargó para darle un fuerte abrazo.

Brennan veía la tierna escena de las dos personas que amaba y sonrío pensando en que nada haría más feliz a Booth que pasar su cumpleaños con su hija y con ella. Siempre sonreía de una manera más efusiva y más alegre cuando estaba con las mujeres de su vida. Entonces, como si aquel momento fuera una señal para ella, tuvo una idea de que podría regalarle a Booth para su cumpleaños.

-hey Bones ¿no hay abrazo para mí?- preguntó Booth mientras sostenía a Christine aún en sus brazos, viendo que su esposa, seguramente estaba pensando en algo, porque tenía ese gesto particular de fruncir el ceño que siempre hacía cuando pensaba.

Brennan se acercó a su esposo, dándole un beso en la mejilla y dejándose abrazar por el brazo libre del agente, para dar una tierna escena de una familia feliz.

Era la hora de cenar y Brennan comenzó a servir los platos, esperando que Booth y Christine regresaran de lavarse las manos. Iba a poner los platos en la mesa cuando llegó cierto agente del FBI, con ropa más cómoda, sin ese traje que lo hacía ver muy apuesto. Le hizo un gesto divertido y le quitó los platos de las manos.

-¿Por qué hiciste eso?- preguntó Brennan confundida

-Tú hiciste la cena, la serviste y pensé que sería justo que yo pusiera los platos en la mesa, al igual que también los lavare después de cenar- dijo con una sonrisa, acercándose a la mujer que amaba dándole un pequeño beso en los labios.

-Está bien- iba acercarse a darle otro beso pero una personita llegó diciendo que tenía hambre, por lo que simplemente se dedicaron una sonrisa y se dirigieron a la mesa.

La cena transcurrió normal, siempre Christine platicaba con sus papás acerca de la escuela y de como ella era la más inteligente de todos sus compañeros. ¿De quién habrá sacado cierta modestia?

A la hora del postre, como siempre la pequeña quiso ración doble de helado de chocolate pero le fue negada porque antes de dormir no debe comer demasiada azúcar. Pero hubo alguien que prácticamente a escondidas si obtuvo doble ración.

Brennan se había levantado de la mesa con la excusa de que guardaría el bote de helado si no se iba a derretir. Pero lo que en realidad hizo, volteándose para no ser vista, fue servirse un poco más de helado. Booth por supuesto que lo notó, ella no era muy buena tratando de ocultarse. Tratando de contener la risa, Booth trató de hacer como que no había visto nada y siguió charlando con su pequeña sobre muñecas, osos de peluche y mesas de té.

Una vez que terminaron con la cena, llevaron a Christine a la cama. Brennan la puso la pijama y Booth le contó un cuento. Una vez que se quedó dormida, ambos bajaron hacia la cocina donde dejaron todo ordenado y pasaron a la sala para ver televisión, el día siguiente era sábado, por lo que podían estar hasta tarde.

-Booth… ¿Quieres vino?- preguntó Brennan con la botella en la mano antes de sentarse junto a su esposo.

Se quedó pensativo y dijo-No se me antoja, lo que quiero es que vengas tú y te acuestes junto a mí- sonrió pícaramente, guiñándole un ojo.

Brennan sintió calor en sus mejillas ante la petición del hombre que amaba. Se dirigió al sillón y antes de sentarse Booth la jalo del brazo haciendo que se sentara en su regazo, quedando a centímetros de su rostro.

-¿Qué haces?- Era demasiado extraña su actitud de seductor.

-Bones, eres muy mala tratando de comer helado a escondidas- no pudo evitar reírse al recordar aquel momento.

-¿Qué?...¿De qué hablas?- quiso hacer como que no sabía a qué se refería, pero no podía creer que la hubiera visto.

-Te vi comiéndote el helado en la cocina, para que Christine no viera- por su cercanía pudo ver como Brennan se ruborizaba al haber sido descubierta.

-Solo fue una cucharada- se defendió rápidamente

-Y entonces ¿por qué te escondías?-

No dijo nada.

Brennan no supo que decir, no era buena mintiendo y si lo hacía, Booth lo iba a saber y no se iba a librar de sus preguntas.

-Está bien Bones, no pongas esa cara… no te estoy interrogando como sospechosa- la cara de Brennan era bastante divertida para Booth, que simplemente se limitó a reír y dejando a un lado el tema del helado, le dio un beso en los labios.

Booth se acomodó mejor en el sillón, dejando que Brennan se recostara sobre él. Encendió la televisión y puso una película. Tan solo habían pasado 20 minutos y Brennan ya se estaba quedando dormida, de lo aburrida que era la película. Tratando de buscar algo que fuera más entretenido que esa película de extraterrestres y naves espaciales.

Sonrió como una niña a punto de hacer una travesura, comenzó a meter la mano por debajo de la camisa de Booth, muy lentamente. Pudo ver en el rostro de su esposo una sonrisa al sentir su mano subiendo por su abdomen hasta llegar al pecho.

-Bones… ¿Qué haces?- intentaba ver la película pero sentir esa mano la provocaba cosquillas y lo hacía reír.

-no me gustan ese tipo de película, es demasiado ficticia, los extraterrestres no existen y es muy aburrida. Busco algo más entretenido que hacer-

Tomó por sorpresa a Booth liberándose de su brazo y en un movimiento rápido se puso en horcajadas sobre él, dejando al agente sin palabras.

Comenzó a besarlo en el cuello, muy despacio… provocándolo. Después continuo con sus labios, primero fueron besos tiernos y después se volvieron salvajes. Booth por supuesto no ponía ninguna resistencia, de la película ya se había olvidado completamente, después buscaría el final en internet.

Colocó sus manos en la cintura de Brennan y la pegó más a su cuerpo. Devoraba sus labios con pasión y ambos disfrutaban de esa cercanía. Todo iba bien hasta que Brennan tomó camisa de Booth y comenzó a subirla sin dejar de besar sus labios.

-hey, Bones… espera… no- se separó de ella y le tomó las manos para detenerla.

-¿Qué?!- le mostró una mirada asesina ¿Cómo se le ocurre hacer eso?

-Aquí no…

-¿Por qué?!- había interrumpido su momento y estaba empezando a molestarse.

-Es la sala… Christine podría bajar o alguien podría vernos por la ventana y…

-Booth, Christine está dormida y no creó que alguien esté en la calle a esta hora, además las persianas están cerradas- estaba siendo bastante absurdo y ella estaba a punto de irse a la habitación, encerrarse y no dejarlo pasar, se estaba ganando una noche en el sillón.

-Bones…

Ella se levantó y comenzó a dirigirse a las escaleras, ignorándolo.

-Oye… - él rápidamente se levantó del sillón y tomo su cintura por detrás para que se detuviera.

-Booth, suéltame- intento zafarse pero fue inútil.

-lo siento… ¿por qué no vamos a la habitación y hacemos lo que tú quieras?- se acercó a su cuello y comenzó a repartir pequeños besos.

Brennan no se pudo resistir y se volteó para quedar frente a él, volviendo a devorar su boca. Cuando se separaron para tomar aire ella preguntó- ¿lo que yo quiera?-

Booth asintió.

Entre besos subieron a la habitación, Booth no pudo evitar pensar en el cambio tan radical de Brennan. ¿Cómo se convirtió en una discusión algo así? y ¿Cómo tan rápido de estar molestar paso a estar feliz?

Raro.


¿Qué tal?

si les gustó?... ¿qué creen que vaya a pasar? aparte de lo de la habitación que es obvio que va a pasar y por cierto si pienso escribirlo y por eso digo que será M.

Por favor, les pido que me dejen un REVIEW con sus criticas, opiniones, insultos.. (ya me acostumbre). lo que ustedes quieran.

GRACIAS POR LEER!

atte: Yessi

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