Tu Presencia

(Parte I)

Ha pasado un tiempo desde el suceso en que siento que casi se pierden los antiguos pensamientos centrales, digo casi, porque fueron ellos, quien junto a Tristeza y a mí, formaron un nuevo y bello recuerdo , nada fue como esperaba, tuve que comprender que debía dejarlos ir, por el bien de Riley, también comprendí que yo no soy la única que ama a nuestra niña, todos aquí lo hacemos, y que nos necesita a cada uno, y lo más importante, es que me di cuenta de algo más, siempre creí que nosotros guiábamos a Riley, pero es ella quien nos guía, y nos dice qué emoción debe actuar en cada momento.

Desde aquel incidente, muchas cosas cambiaron, en especial mi modo de ver a cierta persona, y es que a pesar de recordar el momento en que nos conocimos, nunca fui capaz de ver lo importante que era para Riley, hasta que casi fue demasiado tarde, por fortuna, todo salió bien. Tristeza y yo ahora nos llevamos de maravilla, me doy cuenta de su gran corazón, a pesar del pasado, no me guarda rencor, al contrario, me ha dicho que me admira desde siempre, es un poco injusto de mi parte, pero eso me hace feliz. Ahora todos compartimos de maravilla, desde que le permití a Tristeza estar a mi lado, los demás también la ven diferente, no solo por mí, sino porque fue la única capaz de salvar a Riley de huir de casa, ni siquiera yo hubiese podido.

A decir verdad, hay un pequeño secreto que guardo en mi corazón, y es que desde ese día, en el que vi a Tristeza directo a los ojos, si ningún prejuicio ni menosprecio, pude ver la bella profundidad que existe en ellos, y que esa tristeza que ahí habita, es algo hermoso. Ahora no solo conozco ese lado tan dulce que ella tiene, esa pequeña bolita azul también tiene un lado caprichoso, no deja de ser triste, pero me resulta muy gracioso viniendo de ella, cuando pone sus cejas caídas e infla los cachetes a modo de puchero sin decir ni una palabra, son el momento perfecto para envolverla en un fuerte abrazo al tiempo que acaricio su sedoso cabello, logro que salga de ese estado, para al fin poder recibir una tierna sonrisa, que hacen mi corazón palpitar.

Sí, yo quiero a Tristeza, y es lo más feliz que he podido sentir en todo el tiempo que tengo de cuidar a Riley. Mi niña es lo importante para mí y que tengo en mi existencia, lo de Tristeza es algo diferente, no puedo describirlo, yo soy Alegría, pero solo con Tristeza puedo ser feliz, y desbordar de alegría, la que una vez pensé que no podía ser más grande de lo que ya era. Pero me equivoqué. Creo que Tristeza ha sido una experta en mostrarme cuan equivocada he estado respecto a muchas cosas, como que la tristeza es algo malo, o que estar siempre alegre es lo más importante.

Desde que las islas se expandieron, y Riley tiene mejor control de los pensamientos y recuerdos, hemos podido salir más allá del cuartel general. Toda esta idea surgió después de esos días en los que contamos a los demás de nuestra aventura, nos sentábamos en las noches a contar parte de lo que pasamos en la memoria a largo plazo, y de cómo lo vivió cada una. En ocasiones, para mí era difícil, porque siempre terminábamos mencionando aquel rechazo que yo tenía con Tristeza, de cómo la abandoné al irme sola por el recorda-tubo, o al no tomar en cuenta nunca su opinión, aunque fueran las más acertadas ideas, a veces mi semblante cambiaba y no podía evitar ponerlo serio, aunque era más triste que otra cosa, y cada vez, me nacía pedirle perdón a Tristeza, pero al mirarla ella siempre tenía una tierna sonrisa que decía "no es necesario", colocaba suavemente una mano sobre la mía, y continuaba su relato, diciendo cada vez al terminar "Alegría regresó por mí", aliviando mi corazón, regocijando cada parte en mi interior.

En fin, a lo que quería llegar, es que ahora salimos en ocasiones a pasear por el cortex, es un lugar muy amplio, en ocasiones nos ocurren cosas muy graciosas, como cuando por accidente activé la serotonina y terminamos siendo perseguidas por un montón se Simpáticos, mencionando algo de conservar la memoria a largo plazo, casi que nos echan a patadas. O aquella vez en el cortex temporal, áreas de Brodman 41 y 42, en la que se activaron todos los recuerdos auditivos, casi se cae a pedazos el edificio, y justo como están pensando, también nos sacaron a patadas, pero al final terminamos riéndonos de eso. No siempre voy con Tristeza, pero es con ella con quien lo paso mejor, no solo por lo que siento, que hace que lo disfrute más, sino porque, es ella quien conoce mejor que nadie este amplio mundo que pertenece a Riley. Cada vez que me explica algo, sujeto fuertemente su mano, y le sonrió, ella me corresponde, pero no sabe que, ahora yo quiero compensar toda esa soledad que le hice pasar, y es que, aunque me duela decirlo, ella sabe acerca de todo esto, por todo ese tiempo que la abandoné a la deriva, solo con los manuales mentales como compañía. Siento que está es la única manera de compensar ese vacío solitario, en el que a pesar de todo se esforzó tanto.

-Gotita…- dije despacio, este día le toca a ella hacer la guardia, pero no es ni media noche y ya se está durmiendo, de seguro Furia la regañara de nuevo si la encuentra así. No reacciona a mis palabras, me permito acércame para poder verla más de cerca, ahora usa unos nuevos lentes, son delgados, con una esfera y patillas finas, libres en la parte superior, se los regalé yo en nuestro último cumpleaños, resaltan lo madura que siempre ha sido. Me causa ternura verla dormir, al menos sé que ya no lo hace sabiendo que al despertar, yo estaré para ver directamente a sus ojos.

Parece que en la producción de sueños no tenían una historia, sale una montaña cubierta de nieve, mientras caen copos, algunos que caen lejos y otros cerca, mostrando lo bellos que pueden ser a detalle. A Tristeza le tocan los sueños más tranquilos.

-Tristeza…tú me gustas, Tristeza- acaricio su rostro, al tiempo que mi pecho palpita ¿Qué puedo hacer? ¿Es mucho pedir que Tristeza también me quiera de la misma manera? ¿Cómo puedo ser tan egoísta después de todo lo que le hice?

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Continuara…