Marinette se encontraba abrazando a su almohada, cada vez que rememoraba eso, sus mejillas ardían y un estremecimiento surgía desde las puntas de su pie hasta la cabeza, sentía una ansiedad que le impedía conciliar el sueño. Ocasionando que con la almohada se tapara su cara, producto de la vergüenza y un grito ahogara en el objeto suave.
Solo pensaba en alguien, pensaba en su declaración de amor, pensaba en sus ojos azules cuando le decía esas hermosas palabras.
Luka, Luka, Luka.
No se lo podía sacar de su cabeza, no podía dejar salir su voz, la había dejado sin habla, la había dejado sin voz, la había dejado en silencio.
...
Luka se encontraba abrazando su guitarra, pensando en su canción favorita, en esa canción que no salía de su mente desde el primer momento que la conoció. Era pegadiza, divertida, adorable, valiente, amable. Le gustaba mucho, ¡Le fascinaba! La encontraba asombrosa y extraordinaria.
Marinette, Marinette, Marinette.
Ni una palabra sale de sus labios, su cabeza repite su nombre, es quien, al pensar en ella, le provoca vibrar. Es la melodía, es el ritmo de su guitarra, es el acorde que le sale natural, es la letra, el ritmo y la armonía de su corazón. Al escuchar el eco de su voz, surgen las notas en su interior, sus sueños sabe afinar.
Cierra los ojos y su imagen se forma detrás de sus párpados: "Tú eres mi canción, Marinette"
...
"Eres una chica extraordinaria, clara como una nota musical, sincera como una melodía, eres la canción en mi cabeza desde la primera vez que nos vimos."
Vuelve a ahogar un grito en su almohada al notar como su mente repite esa bella declaración, mientras sus mejillas se calientan al recordarlo, cierra los ojos fuertemente, conteniendo la sonrisa boba que sus labios quieren formar.
Al rato, se duerme y durante el sueño puede oír una melodía tranquila y que le provoca un sentimiento cálido en su pecho, la letra es tierna y su ritmo es lento. Sigue escuchándola tratando de averiguar el nombre de la canción, cuando despierta, el nombre esta en sus labios.
"Luka"