Prologo.

¿Pensaron que "Nuevos comienzos" ya había terminado?
Pos sí, pero aquí esta como… la segunda temporada, ¿así se dice no?
Como sea, esta vez sabrán porque segunda temporada y eso.

Ninguno de los personas originales me pertenece esos son propiedad de: Nitro+Chiral, los hijos de estos si son de mi propiedad.


Según expertos afirman que los jóvenes cada día sorprenden más a los que son mayores que ellos, pero alguna veces no tanto y hasta se piensa que la palabra "jóvenes" les queda grande, y hasta se piensa que debería existir una nueva palabra; aun les falta murar, y es cierto, de eso no hay duda alguna, los mayores fueron jóvenes alguna vez sin embargo… no saben si es fácil ponerse en los zapatos de estos y tratar de entenderlos.

No cuando están en etapas que ellos pasaron, y ahora hasta bochornoso es pensar en ellas.

¿Qué se hace en estos casos?

-¿Llevas todo lo que necesitas?-

-Sí…-

-¿Llevas suficiente dinero?-

-Si…-

-¿Te pusiste la ropa interior nueva que compre para ti?-

Y esa fue la gota que derramo el vaso.

-Pareces una madre que está a punto de dejar ir a su hijo- el regaño ni se hizo esperar, por parte de la persona que estaba bajo el marco de la puerta de la habitación.

Pudo haber contestado cualquier cosa, pero los pasadores que sostenía en sus labios se lo impidieron, se retiro uno de ellos y lo coloco perfectamente en una parte de aquel cabello azabache idéntico al suyo, una última vez paso el cepillo, dio un paso hacia atrás y contemplo su trabajo.

-Ya está- agrego con una sonrisa, y aura victoriosa rodeándole, aunque simplemente el sentía que se había formado a su alrededor, cuando se acerco y deposito un suave beso en la parte superior de esa cabeza llena de cabellos negros y lacios, que caían hasta los hombros y quedaban por debajo de los pechos de la fémina. -mi princesa quedo más hermosa que nunca- añadió.

Romy de ahora 15 años contemplo con una suave sonrisa el trabajo que su padre había puesto porque su cabello quedará bien arreglado, ya que en las mañanas era un lio para ella, además ahora era una fecha importante y según sus padres la presentación era primordial, más por la ceremonia que se tenía cada año frente a los nuevos estudiantes.

-Si ya terminaste, ambos apúrense el tren saldrá a las 9 en punto y son las 8:40- dijo el rubio por último, alejándose de la puerta y dejando a padre e hija.

-Iré a terminar tu almuerzo, apresúrate no querrás llegar tarde el primer día- dicho esto, dio una suave palmada en el hombro de su hija saliendo de la habitación y dejándole sola, Romy agradeció el momento que le dejaron sola, respiro profundamente y dejo salir todo ese aire en un largo y profundo suspiro.

Nerviosismo era algo que sentía en ese momento, eso y ganas de lanzarse por la ventana de su habitación. Por, diferentes motivos los cuales pensaría camino a la estación del tren y a la escuela, se coloco su coil en la muñeca izquierda, gracias a dios sus padres se lo habían obsequiado desde la escuela secundaria, pero no tenía ni allmate ni nada por el estilo, según ellos eso vendría después de su primer semestre y calificaciones; tomo la mochila que había en su cama, y la coloco en su hombro derecho, y se detuvo en seco antes de salir, deslizo su mano por el escritorio en donde estaba su portátil cogiendo los audífonos que estaban a lado de esta, y guardándoselos en el bolsillo suéter escolar, ahora si todo lo que necesitaba ya estaba, en su mochila o en sus bolsillos.

Salió del cuarto, cerró la puerta haciendo un sonido leve al momento, el cual al parecer no sirvió para sus padres cuando llego a la barra de la cocina y les encontró compartiendo un apasionado beso; la expresión de asco no falto en su rostro cuando contemplo esa escena.

-Iugh…- murmuro, y ese murmuro fue suficiente para que ambos padres se separaran de inmediato, Koujaku con el rostro tan rojo como el de un tomate, y Noiz simplemente con un color rosado en sus mejillas, y desviando la mirada.

-¿E-Estas lista?- pregunto con vergüenza, no sabía si podría ver a su hija a los ojos después de aquello, pero solo era un beso lo peor sería que los hubiera encontrado en la habitación… jugando… sin ropa… y eso.

La azabache solamente suspiro con pesadez, y asintió yendo hacia la entrada, no sin antes tomar de las manos de su progenitor el almuerzo que al parecer ambos habían hecho con mucho cariño para ella.

-Ten cuidado, hay suficiente dinero en tu coil para el tren de ida y vuelta, incluso más por si necesitas algo en particular- pronunció Noiz, acercándose hasta donde estaba Romy y dando una última mirada a la más baja, conservando su semblante tranquilo, pero no lo estaba, aunque se viera así tranquilo, la tranquilidad era algo que en este momento sentía, estaba nervioso; incluso… se podría creer, que más que Romy.

Koujaku no se quedaba atrás.

Salieron del departamento, bajaron las escaleras y ambos padres se quedaron de pie frente a su hija.

-Creo… que sería mejor si… te acompañara hasta la estación… o mejor hasta el cole…-

-Papi…- interrumpió Romy, con solo ver a su padre con solo escucharlo, sabía que estaba nervioso. -estaré bien, pasaré por el salón para que vayamos a comprar la cena, ¿sip?-

Regalo una dulce, y tranquilizadora sonrisa a ambos, que dejaron salir un suspiro, largo y al menos un poco tranquilizante para ambos, pero no era difícil, si en la secundaria de igual manera no fue tan complicado ya que ella por sus propias palabras había elegido que le llevasen hasta la el instituto, pero eso había sido bastante tiempo. Hoy tendría que ser un poco más independiente.

-Papá, papi, los veré más tarde- sonrió, y dio unos cuantos hacia adelante, ahora empezando alejarse de donde estaban sus padres. -¡los quiero!- dijo por último, dando la vuelta en la esquina de la calle y desapareciendo de la vista de ambos padres, Noiz tuvo que consolar a Koujaku que parecía empezar a llorar en cualquier momento, y así fue dejo salir unas cuantas lagrimas las cuales Noiz retiro, una vez que la vio alejarse noto que el uniforme que constaba de la camisa, suéter y falda la cual era muy corta, se veían las piernas de su hija… de su princesa, y tendría que arreglar eso cuando regresará por el momento solo tenía en la mente que: Su hija empezaba a crecer, y dolía.


El viaje de tren fue tranquilo, las miradas de unos cuantos pervertidos no faltaron en su camino pero no le importo una mísera mierda.

Llego a la puerta del instituto Midorijima, que nombre tan original pensó en sus adentros, observo detenidamente a los demás estudiantes por el camino lleno de pétalos de cerezo cubriendo el piso, y no solo eso sino que flotaban con la brisa del viento primaveral, el pensamiento de "esto es como una típica escena de anime estudiantil" no falto en la cabeza de muchos de los alumnos, y no se equivocaban.

-¡Romy-san!- una voz conocida le llamo a sus espaldas, aun con los audífonos alcanzo a escucharle, los removió y dio la vuelta inmediatamente reconociendo a la persona que le llamaba.

-¿Hana?- la rubia simplemente sonrió, y asintió a lo que la azabache había dicho, si ese era su nombre. Ni más ni menos que Hana, y por supuesto su hermana gemela Naomi a un lado de ella, sonriendo de igual manera, salvo que ella siguió con su semblante tranquilo y silencioso.

-Ha pasado tiempo, Romy-san- hablo Naomi, y Romy dirigió su atención a ella esta vez.

-Así parece, ¿Qué tal va la pastelería?- cuestiono, y dejo en duda sobre a lo que se había referido. ¿Pastelería?

Hana iba a hablar pero el sonido tan peculiar del instituto se hizo presente, dando a saber que no solo empezarían clases, por ser el primer día empezaría la ceremonia, para los estudiantes de primer ingreso.

-Hablaremos en el salón, vamos o nos van a joder si nos ven aquí- soltó, y empezó a caminar esperando a que ambas rubias lo hicieran también y así hicieron ambas se colocaron a su lado y empezaron a correr hacia el auditorio.

Llegaron unos cuantos minutos tardes, sin embargo el maestro de educación física lo paso por alto y simplemente las guió a la fila donde era su lugar correspondiente, y ordeno que guardaran silencio, puesto que el directos empezaría a dar un discurso; como todos los años.

-Cada estudiante, es como un brote de bambú- pronunció contra el micrófono, un hombre de anteojos simples, cabello negro y traje gris, y no se veía que fuera alguien muy grande refiriéndose a la edad, tenía una altura media ni muy alto ni muy pequeño. Bien parecido, tosió un poco para arreglarse la garganta antes de volver hablar.

-Se necesita de agua, sol para que estos vayan creciendo, además de eso cuidados que se les brindan hacen el brote más grande, hoy comienzan a ser pequeños brotes en el instituto, donde los profesores harán crecer más y más, hasta que lleguen a estar totalmente maduros; así que sin añadir más, solo daremos los avisos a los estudiantes de primer año, cada salón cuenta con un concejal por si algún estudiante tiene algún problema puede dirigirse a este, y también alguno de los profesores; bien, creo que eso es todo, si alguno tiene problema para ubicar su salón puede verificar en las listas que hay en el pizarrón que se encuentra en el pasillo de los grados supriores, sin demorarlos más sus clases comenzarán en unos minutos así que pueden retirarse, y recuerden que cualquier acto contra el reglamento será castigado con suspensión, y queda estrictamente prohibido "el rhyme" dentro de las instalaciones-

-¡Mierda!- entre las filas un grito, obviamente de un estudiante.

-Así como cualquier acto violento o indebido será una sanción y no se pasara por alto ninguno; pueden retirarse- advirtió y dio el aviso por último, dando la indicación a los estudiantes de que ahora si podían retirarse, y así hiciera pronto el auditorio empezó a quedar vació.

Las conversaciones en los pasillos no se hicieron esperar, conversaciones de personas que ya se conocían y otras que empezaban a conocerse, el ambiente era nervioso por el comienzo de clases nuevamente.

-Ese es mi asiento…-

-Lo siento, pero yo ya estoy aquí-

-No te pregunte eso- escupió una chica de cabello corto, negro con mechones rojos, llevaba la falda más corta de lo normal, y lucía ruda; y lo de ruda no se quedo en duda, cuando cogió del brazo a la estudiante que antes le había respondido y la saco del asiento de un jalón, fue como si levantará una pluma o su fuerza era demasiada, poca importancia le dio incluso al pequeño grito que esta dio cuando le lanzo a las butacas que habían a un lado.

Todo el salón guardo silencio, por dos diferentes motivos: La chica de mechones rojos tenía una pinta llena de rebeldía, meterse con ella era lo que menos querían siendo estudiantes de primer año. Segundo, no querían meterse en problemas por alguien más, y tener que soportar un castigo, una suspensión o inclusive peor, pero… ¿Qué era peor que una suspensión?

-Ow, eso no fue muy amable de tu parte- una suavecita voz, le hizo estremecerse cuando le sintió tan cerca de su oreja.

-¡¿Q-Qué?!- se dio la vuelta de inmediato encontrándose con dos gemas azules viéndola fijamente, no era por exagerar pero pensó que inclusive esos ojos le estaban mirando directamente al alma, tan… penetrantes.

-Vaya, vaya, eso fue muy cruel- una segunda voz en su oreja izquierda la hizo volver la mirada al otro lado, y fue más intimidante encontrarse con otros azules ojos; unos idénticos a los de un principio.

Volvió en si después de unos segundos, frunció el ceño y abrió la boca para decir algún insulto, pero la cerro cuando el sonido de pasos firmes le interrumpió.

-Eso no fue amable de tu parte- Con las manos metidas en los bolsillos del suéter, alzo su ceja y contemplo la escena de ambas rubias a cada lado de la estudiantes de cabello negro y mechones rojos, luciendo confundida y a la vez un tanto asustada, o podría ser confusión.

-¿Y que si no fue amable?- escupió, y levanto con una expresión firme en el rostro, y una sonrisa burlona en el rostro. -Como sea, hay más asientos así que aquí tienes tu estúpido asiento, paren de defender a…- se calló, al momento de dirigir su vista a la izquierda, no fueron ni azules, ni verdes las gemas con las que se encontró esta vez si no unas de color negro, pero en ellas había un suave brillo, se perdió en ellos, no eran naturales, ni normales se podría decir.

Eran… únicos.

-Oí, reacciona- Romy chasqueo los dedos haciendo reaccionar a la estudiante, de quien aun no sabían el nombre ni nada.

-Lamento con nuestro primer encuentro no haya sido tan agradable, pero… Soy Aimi, ¿y tú?- la pelinegra miro fijamente a la más alta por unos cuantos centímetros solamente, esperando su presentación de igual manera.

-A-Ah… Kio, soy Kio- se presentó, salvo que con una leve inclinación y sin darse cuenta traía un color rosado en sus mejillas, en ese momento los que se detuvieron a ver la escena se dieron cuenta que no del todo parecía ruda, toda persona ruda es así como autodefensa o algo por el estilo, pero… tenían su lado blando. Aunque estuviera en lo más profundo de su ser, Aimi no tenía duda alguna de que toda persona fuera así en el interior.

Pronto quedaría tiempo para más presentaciones, la profesora, una mujer de pantalón negro un poco holgado, camisa blanca, cola de caballo y una suave sonrisa en sus labios, fue directo a su escritorio dejando lo que era la lista de estudiantes.

-Muy bien, guarden silencio- ordeno antes de ponerse delante del escritorio, con la lista en las manos, a la cual le dio un vistazo.

-Yo seré su maestra de japonés, Kauri Murasaki- se presento, y una vez que lo hizo volvió su mirada a la lista, pensando en lo que sería más fácil: si los estudiantes se presentarán por su cuenta, o que ella les nombrara uno por uno. La segunda era más fácil de aplicar.

Tomaron un par de minutos para organizar la forma en la que se presentarían, primero se dieron a empezar por la primera persona de la fila que estaba contra la ventana.

-Yo soy Naomi, simplemente Naomi, es un placer- ofreció una suave sonrisa a todos los presentes que se quedaron viendo a la rubia de ojos azules.

-Hana, la hermana gemela de Naomi; Es un placer~- guiño el ojo, mientras que los alumnos observaban a ambas rubias, eran totalmente gemelas. Sin embargo, una de ella usaba anteojos (Naomi) mientas que la otra no, además había otra cosa que hacía que no se confundieran, y era que la chica de anteojos tenía un busto pequeño, y la otra no tanto.

Nombre como Takeshi, Midori, Yuri, Ken y por último, quien un principio llamo más la atención por meterse con Kio, conocida por ser tener una pinta llena de rebeldía, y no se equivocaban.

-Aimi Seragaki, es un placer; espero que nos llevemos bien- regalo una sonrisa amable a todos, y esa amabilidad no paso desapercibida por ninguno de los chicos, incluso de las chicas. Con esa sonrisa de un principio, simplemente se gano que todos la describieran como "encantadora".

-¿Tienes novio, dulzura?- hablo uno de los muchachos, una sonrisa coqueta dirigiéndose a la pelinegra.

-¿No te gustaban los chicos, Kazuo?- Hablo otro, al parecer era su amigo porque un comentario como ese no lo decía un simple desconocido.

-Cállate, virgen- replico, su compañero, y antes de que cualquier pelea de adolescentes comenzará la maestra dio un golpe a la mesa con su libro y todo volvió a quedarse en silencio.

Hizo una seña para que empezarán de nuevo con las presentaciones, y así todo comenzó una vez más, nombre simples como: Akira, Kazuo, Kiyoshi, Mari, la tercera fila comenzó con Nozomi, a quien las cuatro chicas conocían ya, el hermano menor de Hikari y Mitzuki, las cuales estaban en el salón de ha lado, al igual que Yu el hermano mayor de Aimi.

-Y-Yo… ehm… soy Nozomi…- hablo el peli blanco, con timidez ganándose un unisonó "aw" por la mayoría de las chicas, que casi se derritieron frente a la actitud tímida del muchacho, pero no solo eso sí no que según ellas un chico "tímido" era una de las cosas más monas de todo el mundo.

La profesora pidió calma una vez más, para que se siguieran presentando, todos de igual manera lo hicieron hasta que llego la presentación de la azabache, a quien de igual manera ya la mayoría conocían.

-Yo soy…-

Quedaron incompletas sus palabras cuando el sonido de la puerta abrirse, interrumpió todo dejando ver una cabellera castaña y larga, pudieron pensar en un principio que era una chica pero no fue así cuando vieron por completo al extraño individuo.

-Lamento mucho la tardanza- se disculpo, y dejo en duda a todos sobre quién era ese nuevo estudiante. Y un poco molesta a Romy por haberle interrumpido, y dejándole con las palabras en la boca. Pero, esa molestia de inmediato se transformo en confusión, cuando se encontró con los ojos del castaño que recién había entrado al salón, las chicas no perdieron oportunidad de empezar a murmurar entre ellas sobre lo bien parecido que lucía el chico.

-Tendrás tu castigo después de clases, ahora preséntate a tus compañeros y discúlpate con tu compañera por interrumpirle- ordeno la profesora, y este asintió. Se arreglo la garganta y sus labios formaron una delicada sonrisa.

-Yo soy…-

-Blanca nieves-

Romy interrumpió al moreno, que inmediatamente detuvo sus palabras y guio su mirada a la de ojos verdes, y en seguida le reconoció, ambos se reconocieron y casi parecía increíble al menos para el castaño, mientras que para la pelinegra, quien solo siguió con su semblante tranquilo.

-Romy…- mascullo él de ojos ámbar, con los labios entre abiertos y los ojos abiertos de una forma no tan exagerada.

La azabache, sonrió y se encogió de hombros.

-Esa misma, Joshua- respondió simplemente.


¿Qué tal, dulzuras?
¿Qué les pareció?
Espero y este proyecto de igual manera sea tan wow, como el de "Nuevos comienzos".

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