Una noche más, un día menos. Eso era lo que pensaba sophie cada noche cuando se iba a acostar . Luego de derrotar a la bruja del páramo su madrastra Fanny no la habia dejado dormir un día más en el castillo. -¡NO! hasta que esten debidamente casados- habia dicho Fanny, sin embargo era algo que sophie creía innecesario. Ya se conocian con Howl todos los defectos, ya habian convivido, ya sabian que lo suyo iba a funcionar, bueno no como una familia normal pero iba a funcionar. ¿por qué Fanny era tan testaruda? Extrañaba las rabietas de ese mago infantil... sin embargo esa noche no podia dormir, extrañaba a Califer y a Markus. Extrañaba su hogar, el castillo. Sin pensrlo demasiado, Sophie se levanto y bajó cuidadosamente las escaleras de la mansión de su madrastra. Sigilosamente se escabulló de los pajes que montaban guardias nocturnas y enfiló decididamente a su castillo, porque era su castillo ¿no?

Llegó y no necesito mucha ceremonia, Calcifer le abrió como siempre. –¿Qué haces tan tarde? A Howl no le va a gustar que andes a estas horas sola por alli. –Shhhhh- dijo Sophie, -Solo vine a ver que estén todos bien y me voy-.

Subió las escaleras sin hacer mucho ruido, primero paso por la habitación de Marko. El muchacho dormia un poco despatarrado, Sophie sonrió para sí. Aunque era más alto que ella, ese jovenzuelo todavia era un pequeño. Lo arropó lo mejor que pudo sin despertarló y cerro silenciosamente la puerta del cuarto.

Ahora era el turno de ver si Howl estaba bien... primero ver si estaba porque el mago podria tener ahora corazón pero sus mañas seguian siendo las mismas...

Entró cautelosamente a la habitación de su amado...¿amado? ¿que? ¿desde cuándo era su amado? Mmm.. mejor no decirseló al mago.

Estaba ahí, durmiendo plácidamente debajo de su endredón. Me acerqué solo para verle de cerca un poco más. Su cara, plácida y suave. Su tersa piel a la luz de la luna tenia un brillo inusúal, tan inusúal como mágico. Me acerque suavemente, rozando ligeramente con mis yemas su rostro y en ese momento Howl me tomo desprevenida y se tiro encima de mi.

-Querida doña fisgona Sophie qué haces a estas horas en la habitación de un mago

-¡Ya quítate Howl!

Forcejeando a sophie se le soltó el pelo.

-¿No te han enseñado a que tienes que esperar a estar casada para entrar en la habitación de un hombre?

-¡Ya cállate Howl, que estas diciendo! Y ya quítate de una vez ¡Eres un mago desalmado!

Forcejeando a Howl se de desprendió su piyama

-¡Pero qué sucede acá!- dijo marko al entrar junto a Calcifer- Escucho gruñidos desde mi habitación-

¡No mires Marko!- Dijo Calcifer- ¿Es qué no tienen vergüenza? De ti Howl me lo esperaba pero de ti Sophie JAMÁS