Renuncia:
Las obras utilizadas para la creación de está historia, no son de mi autoría, los derechos les pertenecen a TypeMoon, Kinoko Nasu y al director Christopher Gans, junto a Konami.
Mensaje:
Qué tal, estimados lectores. Este fanfic fue creado como parte de un reto que me hicieron, no creo que tenga una continuación, espero sea de su agrado. Puede que lo divida en dos partes para hacer más fácil la subida.
•Letra para pensamiento (Calibri Light)
•Letra para una acción (Mv Voli)
•Letra para narración y diálogos (Arial Narrow)
•Letra para títulos, puntos de vista y mensajes (Cambria)
Capítulo 1
Una inesperada visita
[Clank] El mundo ilusorio temblaba, destellos dorados se encontraron en los cielos, el choque del metal podía
escucharse a la distancia, dos figuras se enfrentaban entre si, para decidir el futuro de la humanidad. Por un lado, un joven de cabello rojo castaño, que soñaba con convertirse en un héroe de la justicia, luchaba con todo lo que tenía, intentando detener al rey de los héroes.
-¡Rey de héroes! – El aspirante a héroe aumenta la replicación y disparo de las armas dentro de su mármol de realidad, abrumando al adolescente reencarnado.
-¡No seas tan insolente! – Decenas de portales dorados distorsionaron el tiempo espacio, creando una conexión con la tesorería personal del rey, por ellos, emergieron armas legendarias de los antiguos mitos, tan majestuosas como antaño.
[Boom] Las armas legendarias chocaron contra sus homólogos rastreados, la lucha estaba a favor del mago, el antiguo gobernante de Uruk no podía comprender cómo era que un simple mestizo había logrado igualar el poder de fuego de su tesorería, comprendió que iba a perder de esta manera, pero era demasiado terco como para aceptarlo.
-¡¿Cómo es, que te atreves a copiar mis maravillosos tesoros, Faker?! – Shirou no vaciló ante sus insultos, estos solo le dieron fuerzas para continuar. [Clank] El falsificador da un paso al frente, desviando las hojas legendarias con increíble habilidad, la sincronización espiritual que sufrió durante su lucha contra "el", le brindó herramientas más que suficientes como para enfrentarse a alguien de su calibre.
El conserje falso miró como más portales se abrían en los cielos, siendo centenares de ellos, apretando los dientes, da un gran salto hacía adelante, sorprendiendo al rey de héroes. -¡Ghruaaaaaaaaah! – Gilgamesh retrocede por la repentina aceleración que ganó el chico, vio como cada uno de sus tesoros era destruido con mortal precisión.
El tiempo se le estaba agotando a Shirou, podía sentir como el poder dado por Rin estaba desapareciendo, debía buscar una oportunidad para terminar con este enfrentamiento, de lo contrario, terminaría como su versión alterna, empalado por los fantasmas nobles de Gilgamesh.
-¡Eiyuu-Ou!¹* - La información sobre las armas apareció en su mente a una velocidad inhumana, guardando los planos dentro de su alma, la forja de hierro producía las copias al instante en que eran vistas, el polvo fue levantado cuando patinó y dio un giro de 180°, tomando a Gram y destruyendo dos armas que le apuntaban directamente al rostro, varias de las espadas que venían detrás, lograron rozar su mejilla, ropa y herirlo levemente.
-¡Guuh! – El rey se puso serio al ver que no lograría vencerlo de esta forma, buscó entre tantos de sus tesoros, invocando sus armas de mayor calidad.
-Maldito, Faker. ¿Cómo te atreves a desafiarme? ¡No, no me vencerás! – Ignorando cualquier sentimiento de grandeza y desprecio, Goldie toma a caliburn, dejando sorprendido a Shirou.
[Clank] La espada ceremonial chocó contra su versión copiada, Shirou hizo una mueca al notar la fuerza abrumadora del rey, no esperaba que el usase está arma. -¡Maldito! ¡Maldito! ¡Maldito Faker! – Gilgamesh estaba furioso, un simple mortal lo había llevado hasta esos extremos, nunca en la historia había sucedido eso, el no saldría impune y se aseguraría de ello.
"¿Qué esta sucediendo? Gilgamesh no ataca de esta manera tan salvaje, ¿Por qué de pronto?"
Shirou desvío con habilidad las estocadas del rey, comprobó que poseía mayores técnicas con la espada que el, usando su usual táctica de dejar a propósito puntos abiertos para que él pudiera atacarlo, contrataca con todo su poder, haciéndolo retroceder.
-¡No me importa que seas el rey de los héroes! Te superaré y evitaré la masacre que tienes planeada, no permitiré ver al mundo sumido en el caos – Los golpes de Shirou con la espada sagrada se volvieron cada vez más rápidos y precisos, obligando al demi dios a usar los proyectiles de su puerta. [Boom] Las espadas estallaron al chocar contra el terreno, creando pequeños cráteres a su paso, Shirou retrocede y vuelve a disparar sus copias, el choque entre ambas produjo una fuerte onda de choque.
-¡Maldito! ¡No puedo creer que deba tomarte enserio! - Un solo portal apareció frente al rey, de ella, salió la espada que no debería existir, aquella que le puso los pelos de punta al pelirrojo.
[Crack] El suelo debajo de Shirou se hundió levemente, dejando una estela de polvo tras de el, en una muestra de velocidad inhumana, el mago de tercera categoría había cerrado la brecha entre ellos, invoca a sus fieles cuchillas, Kanshou y Bakuya. -¡Cómo si te dejara hacerlo! – Bakuya se hundió profundamente en la carne del servant.
-¡Guh! ¿Qué? – Gilgamesh no había terminado de procesar lo que ocurrió, cuando la espada cae al suelo, a varios metros detrás de ellos, aún con su brazo derecho sosteniéndola.
-¡Maldición! – Gilgamesh retrocede, esquivando una estocada que estaba destinada a partirle por la mitad, Shirou ve hacía donde se dirigía, había tomado otro noble phantasm de la puerta.
-¡Ni lo creas! – Acelerando el paso, traza un corte descendente, justo hacia el torso, podía hacerlo, podía vencer al rey de héroes.
[Resplandor] Cuando estaba a punto de dar el golpe final, un brillo blanquecino consumió el mármol de realidad, junto a aquellos dentro de él. -¿Qué? – Dijeron ambos al notar que eran absorbidos por el fenómeno.
"¿Dónde estoy…?"
"Ven.. " "Ven con nosotros"
Shirou sintió un escalofrío, lentamente abre sus ojos, pero a pesar de haberlo hecho, no logró ver nada, solo había oscuridad a donde quiera que observase.
-¿Qué, que es esto? – Sintió malicia rodeando su cuerpo, una maldad tan pura, que corroe los huesos y disuelve la carne.
"Libérame, ¡Quiero nacer!"
"No quiero morir..."
Shirou intentó moverse, pero fue inútil, aquella masa de odio lo tenía totalmente inmovilizado, a pesar de querer evitar el nacimiento de este ser, en el fondo, muy en el fondo de su ser, había un deseo fuerte de vivir, pensó que si no lo decía, el grial y Avenger desaparecerían, pero debido a la desesperación, olvidó algo muy importante. El grial podía leer el deseo más anhelado de aquel que pidiese el deseo.
-Incluso si te resistes, todo está hecho… - En ese momento, todo se volvió negro, no podía escuchar, ver ni sentir nada, poco a poco, su cuerpo fue corrompido por el contenido del grial contaminado, desapareciendo de ese mundo…
…
…
...
Un ser se formó a partir de los restos dejados por el pelirrojo, la figura de un adolescente emergió, muy parecido al chico, sus ojos se abren, mostrando un par de orbes cafés, marcas aparecieron por todo su cuerpo, su piel bronceada brilló con el resplandor de la luna.
"Lo logré…"
Una sonrisa llena de maldad y deseos de destrucción saludó al mundo, el ser que encarnaba todos los males del mundo ha nacido…
Angra Mainyu…
Lugar desconocido
Un hombre observó lo que ocurría dentro del lodo contaminado del grial, a salvo en su cuarto del tiempo, de 192 cm, cabello platinado y barba a juego, Kischur Zelretch Schweinorg, mejor conocido como el mago mariscal. -Mmm, siempre la misma historia, el chico invoca al rey Arturo, se enamora de alguna de las chicas y destruyen el grial – Con un movimiento rápido de su mano, Caleidoscopio le mostró algunas de las líneas que aparecerían con este nuevo suceso.
"Últimamente no ha sucedido nada entretenido, ya he explorado la mayoría de sus líneas de tiempo, espero que esta vez, ocurra algo distinto"
Zelretch entrecerró los ojos, entre varias de las posibilidades, había una en particular que le llamó la atención. En ella, Emiya Shirou muere, nada sorprendente al principio, dada la cantidad de líneas alternas con este desenlace, no, lo distinto en esta línea, era que Angra Mainyu había consumido su cuerpo y nació.
-¿Qué significa esto? – El mago mariscal buscó entre los restos del grial, el alma del niño, un deseo había sido concedido, esa era la única forma para que Avenger se volviera un verdadero espíritu heróico y reencarnase con el lodo del grial.
Su libro del tiempo se agitó, había ocurrido un evento totalmente imprevisto, uno que superaba la taumaturgia e involucraba la verdadera magia, rápidamente busca el origen de la anomalía. -¿El, acaso…? – Zelretch observó desde trono el cuerpo sano y aún viviente de Emiya Shirou, flotando en el límite del multiverso.
-Interesante – El Magus se rasca la barba, intentando comprender cual era el deseo que el chico había pedido al grial, llegando a la rápida conclusión de que era el mismo deseo egoísta que había marcado el fin de su anterior existencia y el inicio de la nueva. El quería vivir…
La única manera de que Angra Mainyu pudiera nacer, estando el grial destruido, era con un cuerpo humano como contenedor y la activación de un deseo, es por ello que cuándo tragó a Shirou, fue la oportunidad perfecta de lograrlo.
-La existencia de ambos en un mismo plano crearía una paradoja, fue por ello que lo revivió y lo sacó fuera del espacio tiempo, así no tendría problemas para poder hacer – Las piezas encajaban, ahora solo quedaba algo por resolver. ¿Qué haría con el niño? El fue el único que había logrado tener un deseo del grial del santo grial de Fuyuki, en cualquiera de las líneas alternas y el primero en poder ser enviado así fuera del espacio tiempo.
-Esto sin dudas es interesante… - Zelretch se levanta de su trono y usando su espada enjoyada, reúne maná en cantidades abrumadoras, lo suficiente como para poder alcanzarlo, se requería de más para llegar a un sitio tan alejado como ese, con una sonrisa, el vampiro que derrotó a Crimson Moon desaparece.
Espacio entre dimensiones
El mago mariscal observó la figura flotante del pelirrojo, acercándose, notó que estaba en una especie de coma, puso su mano sobre su cuerpo, solo para notar que sus suposiciones fueron correctas, la sensación del cielo había sido activada y le brindó un cuerpo físico al chico, además de haber sido reforzado por el lodo del grial. -Veamos… - Uso soul dive, para poder analizar su alma, las barreras del niño eran lamentables.
-Intrigante, el cuerpo es totalmente estable, se supone que la tercera magia no podía crear un cuerpo físico para un alma sin poder necesitar grandes cantidades de energía mágica para mantenerlo en este mundo, pero esto…. Supera lo ridículo – El alma de Emiya Shirou estaba intacta, no había sido corrompida por los males del mundo. Sin embargo, su cuerpo fue una historia completamente diferente, el odio podía sentirse desde lo lejos, alguien especialmente sensible, se desmayaría tan solo estar cerca del niño.
"El lodo del grial le permitió reencarnase más allá de la tercera magia, pero esto es extraño. ¿Por qué Avenger no lo corrompió? ¿Darle así como así esto? Ese sirviente se trae algo entre manos o simplemente pensó que nadie lo encontraría aquí"
"¿Qué harás con el?"
Zelretch voltea al escuchar una voz que no había escuchado en mucho tiempo, el contra guardián EMIYA miró al mago mariscal de brazos cruzados, una mirada analítica lo fulmina.
-¿Qué haces aquí, Zelretch? – Le preguntó el espíritu heroico, cuando se enteró de que su contraparte había desaparecido, no dudó ni un segundo en seguirlo, no se había tragado la farsa de que Angra Mainyu era Emiya Shirou, el era muy sensible a ese tipo de cosas. Pero, cuando había decidido ir a buscarlo, se encontró con cierto vampiro troll que le hizo sufrir grandes penurias en el pasado.
-Oh, EMIYA. Nada en realidad, simplemente vine a observar un suceso inusual, es todo – La mirada del moreno se afiló, no se tragó esa mentira.
-Tu no intervienes a menos que sea para tu propio entretenimiento, ahora dime. ¿Por qué te interesaría Emiya Shirou, de todas las personas en el multiverso? – Una sonrisa burlona apareció en su rostro.
-Bien, bien. Me atrapaste… Si, es verdad, este chico llamó mi atención, porque fue el único de todas tus versiones, que logró pedir un deseo al grial – EMIYA se congela, lentamente gira la mirada, para observar a su yo pasado.
-¿Ese estúpido hizo que? – De pronto, una ira ciega se apoderó de el, tenía la intención de acabar con el por hacer algo tan estúpido y peligroso.
-¿Piensas matarlo? – Le preguntó el vampiro, EMIYA voltea a verlo, sabía que no lo detendría, el estaba en todo su derecho, después de todo, era el mismo. Pero, había algo incorrecto sobre eso, lo analizó a fondo, llegando a una sola conclusión, el matarlo no crearía la paradoja, en estos momentos, estaban fuera del espacio tiempo, su alma se disolvería en la nada, no llegaría a su mundo, dado que estaban fuera del ciclo de reencarnación en esos momentos, Angra Mainyu lo expulsó ahí, por sabía que no podrían devolverlo, el fue restaurado lejos del multiverso y se volvió una existencia ajena al tiempo.
-No, incluso si quisiera, no cambiaría nada, el ya no es Emiya Shirou, al menos no el que yo conocía – Se giró, listo para irse, pero se detiene cuando la pregunta de Zelretch asalta sus oídos.
-¿Y que hago con el? – Preguntó el mago mariscal, consciente de cual iba a ser su respuesta. El arquero de rojo solo se queda ahí, estático, pensando que hacer.
-Has lo que quieras con el, de hecho, puedes usarlo para ese proyecto tuyo que estuviste planeando durante tanto tiempo, las condiciones son perfectas, ¿No? Desde que esos saiyajin desaparecieron, investigaste una forma de conectarte con otros multiversos, bien podrías usarlo para ello, después de todo, el usar un espíritu heroico no fue buena idea…– Después de decir eso, la copia del counter guardian desaparece en partículas de luz, disolviéndose en la nada.
-Vamos, eso es justo lo que estaba pensando. ¡No tienes que restregarme en la cara eso! – Zelretch sonríe y voltea a ver al niño, el no tenía un lugar al donde volver, no podía regresar al multiverso sin comprometer su integridad, si su alma hubiese estado intacta, podría haber hecho algo, pero así…
-Lo siento chico, por todo lo que te sucedió. Pero, este será tu destino… - Zelretch busca entre los numerosos bolsillos de su saco, algo que le permitiese ayudarlo. -Bien, ¿Dónde pudo quedar eso…? – Durante algunos segundos continuó la búsqueda, comenzando a exasperarse.
-¿Enserio? ¿Por qué creé estos estúpidos bolsillos dimensionales? – Después de maldecir mentalmente, por fin encontró lo que estaba buscando, del bolsillo de su saco, sacó una pequeña piedra, del tamaño de una pelota de pin pong.
-Veamos… - Zelretch se acercó al niño y puso la piedra sobre su pecho, cierra sus ojos y concentra su maná sobre el mineral extraterrestre. Lentamente, la piedra se iluminó con los colores del arcoíris, de un momento a otro, la piedra desapareció, conceptualizada en el cuerpo del pelirrojo.
-Bien, eso es todo – Se concentró en la piedra que residía en el alma de Emiya Shirou, comprobando que el trasplante con una piedra del mismo mineral que su espada enjoyada, había sido un éxito, ahora podría ver lo que el niño veía. -Te daré algo que te puede resultar útil, sobre todo si al sitio que vas hay muchos peligros… - Eleva su mano hasta tenerla a la altura de su pecho, activando su conexión con Akasha, comienza a reunir información.
El cuerpo del chico se sacudió, producto de la ola de información que sobrecargaba su cerebro, después de algunos segundos, el brillo desapareció y el silencio volvió.
-Bueno, es momento de que partas… - Zelretch se concentró en su conexión con la raíz y comenzó a extraer poder. -El poder necesario para sacarlo del multiverso, será demasiado alto… - Su espada enjoyada brilló con furia, absorbiendo cantidades abismales de energía mágica, proveniente de cientos de mundos paralelos.
-Hasta luego chico, espero grandes cosas de ti, a donde quiera que vayas – El cuerpo del adolescente desaparece, dentro de una brecha dimensional.
Mundo de Niebla
Silent Hill
Octubre del 2004
Los ojos de Shirou se abren de golpe, el chico comienza a retorcerse de dolor, lleva sus manos hasta su cabeza, intentando apaciguar el flujo de información de pronto le llegó, recuerdos que no eran suyos, batallas que no recuerda haber experimentado o ganado, solo quería que eso se terminase, como si alguien lo hubiera escuchado, el dolor disminuyó, hasta desaparecer por completo. [Jadeo] [Jadeo] El chico intentó ponerse de pie, pero por alguna razón, su cuerpo no le respondía como debía, era como si ese no fuese su antiguo cuerpo.
-¿Qué diablos fue eso? – Se preguntó, intentando ponerse en pie, pero cae nuevamente al suelo, sus músculos le dolían cada vez que intentaba moverse, no podría sostenerse el mismo.
-¿Ahora que? – Como si el mismo se respondiera la pregunta, nota donde estaba exactamente, petrificándose al instante. -¡Que es esto! – A donde quiera que mirase, no había más que calles vacías, no podía escuchar a nadie.
-¿Niebla? – Había algo en ese sitio que le puso los pelos de punta, olfateo el aire en busca de algún peligro, quedando asqueado por lo que percibió. -¿Esto…? – Era el olor de la muerte, cadáveres carbonizados y energía maligna cubrían aquella densa bruma que le impedía el poder ver más allá de cinco metros.
El solo estar en ese sitio, hacia que su estómago se le revolviera, la sensación de maldad y magia prohibida le hacía imposible el respirar con normalidad, era una de las desventajas de su sexto sentido. – Se siente, como un mármol de realidad… - Esto lo sorprendió, ¿De dónde había venido eso?
-Espera, yo manifesté mi mundo interno cuando… - Shirou entra en estado de shock, rápidamente recordando los sucesos que pudieron haberlo traído aquí, el ser consumido por el barro negro, su cuerpo siendo disuelto y posteriormente su alma usada como núcleo para el grial.
-¿Por qué estoy vivo? – El no recordaba las palabras finales del malvado Avenger, su conciencia había desaparecido segundos antes.
-¿Qué es este lugar? – Usando cada gramo de su fuerza, Shirou pudo sostenerse en pie, el tiempo suficiente para agarrarse a un poste de teléfono que tenía cerca, sus piernas flaquearon.
-No puedo sentir a nadie aquí… - Buscó algo con lo que sostenerse, pero sin éxito, tuvo que rastrear una silla de ruedas. – Creo que esto bastará por ahora – Se sentó en la silla y comenzó a explorar la calle.
-Esto es muy tétrico, como una película de terror… Jejejeje… - Shirou ríe nerviosamente, sin detenerse para observar los edificios, tan solo siguió moviéndose por la calle.
Giró al ver una calle más grande, quedó sorprendido al notar los anuncios en los distintos edificios, estaban escritos en inglés, a pesar de no saber hablarlo muy bien, Shirou podía leerlo sin dificultades. -¿Silent Hill? – El nombre le dio escalofríos, debía salir de ahí, sabía que algo andaba mal en ese lugar.
-Debo salir de aquí… - Su cuerpo al sentir la adrenalina fluir por el, hizo que el dolor desapareciese levemente, Shirou se levanta de la silla de ruedas y comienza a trotar, su corazón latía con furia, su sexto sentido estaba como loco, algo se avecinaba.
Cómo si adivinase, una extraño sonido que le heló la sangre se escuchó en la distancia, era una extraña sirena para catástrofes, el cielo antes nublado, poco a poco fue oscureciendo, el pelirrojo lo tomo como mal presagio, así que acelera el paso.
-¿Hay alguien aquí? – Gritó con todas sus fuerzas, pero sus gritos eran ahogados por el fuerte ruido de la sirena de alarma, cuando sintió algo detrás de él, prefería no haberse dado la vuelta.
-¡¿Qué demonios es eso?! – El chico expectante, vio como el entorno se distorsionaba, los objetos rápidamente se volvieron viejos, oxidados por el fenómeno. – Esto no puede estar pasando – Reúna la marcha, ignorando como parecía que poco a poco el entorno se iba desintegrando y mostraba un sitio mucho más siniestro, el olor a muerte se intensificó, mareándolo.
Cuando estaba por entrar a un callejón, toda la luz se desvaneció, quedando a ciegas, no le importó y continuó corriendo, chocando ocasionalmente con lo que parecían paredes, pero había algo extraño en ellas, podía sentir un líquido espeso cubriéndolas, entonces comprendió, el olor a hierro y podredumbre le indicaron que era sangre. -¡Que diablos pasa en este lugar! – Gritó agitado.
-¡Ghruaaaaaaaaah! - Un gritó cercano lo sacó de su estupor, por instinto, Shirou corrió a toda velocidad hacia el origen de dicho lamento.
-¡¿Dónde estás?! – Lentamente, sus ojos se acostumbraron a la oscuridad, viendo el lugar como era, para su sorpresa y miedo, era como una fábrica abandonada hace mucho tiempo, cadáveres colgando del techo, observándolo. -Que diablos sucedió aquí – Volvió a escuchar el grito, está vez mucho más cerca.
-¡Ayuda! - El grito de una mujer clamando ayuda asaltó sus oídos, corrió por los pasillos de aquel lugar, intentando encontrarla, pero le era difícil, el sonido podía venir de cualquier lugar, las paredes habían desaparecido, reemplazadas por rejillas metálicas.
-¡¿Dónde estás?! ¡No te veo! – Shirou buscó por cada uno de los pasillos de aquel bizarro lugar, guiado por el grito de la mujer, del pronto, un chillido infernal, seguido de un coro, se escuchó.
-¡Ayúdame! ¡Estoy aquí! – El aspirante a héroe apretó el paso, subió y bajó escaleras, hasta que de pronto, lo vio, afuera, en el patio trasero, una mujer estaba rodeada de criaturas parecidas a niños pequeños, Shirou vio que no tenía escapatoria.
Shirou observó a las criaturas, vio que ardían en agonía, lo que parecían llamas desde su interior, los quemaban desde dentro, trataban de alcanzar a la mujer, intentando apaciguar su dolor, para el pelirrojo, la escena le causó dolor, pues le recordó las personas que murieron en aquel incendio donde perdió todo.
[Trace On]
Shirou inundó sus circuitos mágicos con od, entre su vasto repertorio de armas, buscó aquellas que pudieran detener a está pesadilla, por alguna razón, llegó a la conclusión de que esas cosas no estaban vivas, eran demonios o algo parecido.
Decenas de armas fueron llamadas al plano material, eran llaves negras, las armas usadas por los miembros de la iglesia y los exorcistas de la agencia de entierros. Estás en particular, fueron llevadas por la exorcista Ciel, poseedora de la séptima escritura sagrada, seven. Archer, durante algún momento de su vida, realizó trabajos para ellos y tuvo la oportunidad de verla luchar.
[Sword Barrel: ¡Full Open!]
La mujer cerró sus ojos, aceptando su destino, moriría a manos de aquellos monstruos y no podría encontrar a su hija. [Slash] La rubia escuchó gemidos de dolor proviniendo de aquellas criaturas, al abrir sus ojos, se encuentra con una escena surrealista. -¡¿Pero que?! – Los Grey Child, yacían empalados por numerosas espadas que llovieron desde todas las direcciones, algunos intentaron moverse, pero los efectos de las llaves negras se los impidieron.
-G-Guryaaah – Lentamente, los cuerpos de las criaturas fueron devueltas a la nada, asesinadas por el pelirrojo, que jadeando, refuerza su cuerpo y da un salto desde el segundo piso.
[Crack]
-¡Guhhh! – Shirou cae al suelo, sus músculos le dolían, el esfuerzo en exceso, combinado a su inexperiencia en ese cuerpo, hicieron que perdiese todas sus fuerzas. La mujer lo examinó con detenimiento, viendo si no era una posible amenaza, el chico le sonríe débilmente, antes de desmayarse por el cansancio.
Tiempo después…
La pelirroja abrió sus ojos lentamente, ese olor a muerte fue lo primero que notó, pero había disminuido a comparación de cuando habían entrado en esa versión deteriorada de ese reality marble, sintió que estaba sentado sobre algo suave, así que examina dicho lugar, notando que era un viejo sofá.
-¿Dónde estoy? – Observó la habitación, era vieja, llena de suciedad, los objetos cotidianos estaban en el suelo o destrozados.
-Estamos en Silent Hill – Shirou giró con rapidez su rostro, viendo a una mujer que entraba por la puerta de la habitación, su cuerpo se relajó al ver que ella no era como esas cosas.
-Disculpe señorita, ¿Sabe en dónde queda Silent Hill? – Preguntó el pelirrojo desorientado, jamás había escuchado ese nombre, además, se suponía que el debería estar en Fuyuki, Japón. No en esta ciudad abandonada por los humanos.
-Estamos en una ciudad de Virginia del oeste – Esas palabras pusieron alerta a Shirou, si su memoria no le fallaba, Virginia del oeste era un estado de Estados Unidos.
"¡¿Cómo diablos es que estoy a otro lado del mundo?!"
No tenía caso el pregúntale porque estaba en medio de la nada, del otro lado del mundo, al parecer, ella estaba en la misma situación o al menos, eso parecía. -Disculpa… - Shirou voltea a verla, pudo ver la desesperación y la preocupación en sus ojos.
-Sé que puede ser un poco grosero, pero... ¡¿Has visto a mi hija?! – Eso fue un golpe duro para el futuro héroe, su cabeza rápidamente se llenó de pensamientos confusos.
-No, lo siento. Cuando me desperté en este sitio, lo primero que hice fue buscar ayuda, pero este sitio está desierto… - El pelirrojo agacha la mirada al ver como las esperanzas de la mujer se hacían añicos. – Oye, pero no te preocupes, puedo ayudarte – El chico sonríe.
-¿Eh? – La rubia no comprendía el porque este chico la ayudó con anterioridad, además de ofrecerle su ayuda para encontrar a su hija, vio su sonrisa, era sincera.
-¿Por qué ayudarme? Ni siquiera nos conocemos… - Dijo aún escéptica.
-¿Y porque no? – Fue la respuesta del chico, la mujer buscó algo con que refutar dichas palabras, era solo un niño, tal vez cinco o seis años mayor que su hija.
-Pero eres un niño, tus padres deben estar preocupados por ti – Dijo la rubia, intentando que el chico entrase en razón.
-¿Mis padres, eh…? – Pudo ver como la mirada del pelirrojo brillaba en tristeza y admiración al mencionar a sus padres.
-Yo no tengo padres señorita, yo soy huérfano de un accidente que me arrebató todo, cuando apenas era un niño, una persona me adoptó, pero murió hace mucho tiempo… - Shirou sonríe amargamente al recordar a su viejo y los eventos que forjaron su destino, a pesar de no saber porque estaba ahí, eso no le impediría volverse un héroe de la justicia.
-Oh, ya veo… - La rubia pudo ver el dolor al recordar ese trauma, vio que había abierto viejas heridas, pero cuando estaba por darle una respuesta, el chico se intentó mover, solo para caer hacia el suelo.
-¡¿Estás bien?! – Preguntó preocupada, el chico sudaba del esfuerzo, aún no podía mover su cuerpo, a pesar de haber descansado un tiempo.
-No, no puedo caminar… - Esto llamó la atención de la mujer, esto contradecía lo que ocurrió hace algunas horas en el patio, entonces recuerda las espadas.
-¡¿Oye, tú creaste esas espadas?! – Preguntó con cautela, eso no era algo que un humano pudiese hacer, la pelirroja se congela al escucharla.
-N-No se de dónde saca esas conclusiones – La rubia entrecerró los ojos, de claro que le estaba mintiendo, notó que era pésimo en ello.
-Bueno, no te presionaré – Shirou suspira internamente, casi había roto la primera regla de los magos, nunca deben mostrarle la magia al mundo, de lo contrario, deberás matarlos o morir.
-Por cierto, ¿Cuál es tu nombre? – Preguntó la mujer, ayudándole a sentarse de nuevo en el sofá, el chico jadea pesadamente, sus músculos sanaban a un ritmo lento, a diferencia de cuánto tenía a Saber.
"Debe ser porque la conexión con Saber ya no está, Avalon ahora solo puede mantenerme con vida…"
De nuevo, ahí estaba algo que no debería poder recordar, esos recuerdos no le pertenecían, no recordaba haberse enamorado de Saber ni tampoco… -Gugh… - Su cara se puso roja al recordar lo que había hecho con ella.
-Mi-Mi nombre es Emiya Shirou, pero puedes llamarme Shirou – Ese nombre le pareció japonés a la rubia, analizó las facciones del pelirrojo, con la diferencia de su estatura anormal para un asiático y su cabello rojo, que era antinatural para alguien como el, era un japonés típico. Ojos rasgados, tez blanca y grandes ojos ambarinos.
-Ya veo, es un gusto, Shirou. Mi nombre es Rose da Silva, estoy buscando a mi hija, Shanon da Silva – El chico estrecha su mano.
-¿Y ahora, cómo vas a moverte? – Preguntó Rose al ver que el chico no podría caminar, el chico se pone a pensar, no podría mostrar de nuevo su magia tan abiertamente, luego se da cuenta de donde estaban, era una vieja casa típica de finales del siglo XX.
-¿Crees que tengan por aquí algo que podamos usar? – Le preguntó a la mujer, ella se pone a pensar, habían entrado a la casa justo cuando esas cosas se habían esfumado, había tenido que arrastrar al pelirrojo durante algunas cuadras, teniendo cuidado de evitar a los monstruos.
-No lo sé, esta casa es muy vieja, deben tener algo que nos pueda ayudar, quédate aquí – Shirou asiente, Rose desaparece por la puerta.
Cuando la mujer se fue, Shirou intentó levantarse nuevamente, pero le resultó difícil, sentía como si cientos de agujas estuvieran perforando su cuerpo, sorprendentemente, el uso de taumaturgia no le causó dolor. Inundó sus circuitos con maná y reforzó su cuerpo, en ese momento, fue que pudo sostenerse, pero apenas y tenía la fuerza inicial, algo le había sucedido a su cuerpo dentro del lodo negro.
De pronto, siente un escalofrío recorriendo su columna vertebral, todos sus sentidos le gritaron peligro, inconscientemente rastrea una llave negra y se voltea, lo que vio, lo dejo petrificado.
"¿Quién eres? ¿Cómo pudiste entrar en Silent Hill?"
Shirou vio que aquella presencia estaba molesta, sus sentidos le gritaban que ella era peligrosa, debía alejarse lo más rápido posible, ella olía a maldad, muerte y azufre. Ella pareció notar su miedo, pues sonríe sarcásticamente, viéndolo con fríos ojos, el pelirrojo se perdió en su mirada, esos ojos antinaturales que observaban su alma, buscando sus miedos más profundos.
"Ya veo, eres un sobreviviente de una catástrofe como esa… Pero no, tu odio hacia la humanidad no es lo suficientemente alto, al igual que esa solitaria colina de espadas, tu existencia está destinada a la soledad, Shirou Emiya…"
Antes de que pudiera preguntar a qué se refería con eso, la presencia se esfumó tan pronto como llegó, Shirou da un gran suspiro. -¿Qué fue todo eso? – Se puso a pensar, aquella chica había visto dentro de su alma, eso era seguro, pero… ¿Por qué dice que le faltaba odio? El no odiaba a los humanos ni tampoco culpaba a su viejo, Kiritsugu Emiya por lo que le hizo a la ciudad o a su familia.
-¿De nuevo? – Shirou sacudió su cabeza para alejar esos pensamientos, el no recordaba haber tenido esa conversación con Kirei, ni tampoco con Saber.
-Bien, necesito salir de aquí, pero primero necesito ayudar a da Silva-san a encontrar a su hija – El Faker camina hacia la ventana, observando el desolador paisaje, los autos estaban abandonados, oxidándose sin nadie que les de mantenimiento, la maleza crecía sin control, tapando por completo algunas estructuras, pero lo que más le intrigaba era esa niebla.
[Trace On]
Shirou materializa una silla de ruedas en medio de la habitación, se sienta en ella y relaja su cuerpo, apagando sus circuitos mágicos, de la nada, una oleada de cansancio lo abrumó. – Guuh, como me lo temía, mi cuerpo no puede soportar el uso de taumaturgia sin consecuencias… - Mientras que no le sucedía nada cuando tenía activado sus circuitos, cuando los apagaba, era una historia completamente distinta. El estrés de usarlos, combinado al cansancio de realizar una acción, hacía que se debilitase.
-Parece que los habitantes de esta casa no tenían enfermos, porque no… - Rose entró a la habitación para decirle a Shirou que no había encontrando nada, pero grande fue su sorpresa, al ver que estaba sentado en una silla de ruedas.
-¿Dónde la encontraste? – Preguntó con curiosidad.
-Por allá – Señaló una puerta del otro lado de la sala, gracias a análisis estructural, sabía lo que estaba tras esa puerta.
-¿Enserio? – Rose escéptica, camina hacia ella y la abre, encontrándose con el armario, en el, había un tanque de oxigeno y un par de muletas, además de varios cambios de ropa. – Parece que me equivoqué – Da Silva le sonríe a Emiya, quien le devuelve el gesto.
-¿Y ahora que? ¿Por donde empezamos? – Preguntó el japonés.
-Volvamos a mi camioneta, la dejé en la entrada de la ciudad, creo que ahí encontraremos pistas sobre su paradero – Ella no quería decirle la verdadera razón del porque irían ahí, los dibujos que su hija hacía, eran intrigantes, ella estaba segura que estaban conectados con la ciudad, es por ello que la había traído aquí.
-De acuerdo, guía el camino, da Silva-san – La mujer se estremeció al escuchar su nombre dicho de esa forma, se detiene y voltea a verlo.
-¿Por qué me llamas así? – Preguntó con curiosidad, el chico enarcó una ceja, luego se da cuenta de que los estadounidenses no se hablan con honoríficos.
-Oh, lo siento. Es que, de donde vengo, normalmente se les habla con honoríficos a una persona mayor o en su caso, de mayor rango que uno mismo, lo siento si la incomode – Rose suspira.
-Shirou, no hay necesidad de que uses honoríficos conmigo, estoy alagada, enserio, pero estás en estados unidos, las personas puede que te vean extraño – El chico asiente.
-Como diga, señorita Rose – La mujer sonríe satisfecha.
Ambos pasaron por distintas calles que Shirou no había podido explorar, desde que el fenómeno dimensional se había sobrepuesto a la realidad de niebla, eso hizo que no se pudiera concentrar, estuvo alerta durante el trayecto, tenía el presentimiento de que eso iba a volver a ocurrir.
-Y… ¿Por qué estás teniendo que usar una silla de ruedas? – El Magus continua moviendo el aparato, piensa en algo que decirle, el no tenía una respuesta para un problema que ni siquiera sabía cuál era.
-Ehmm… Lo que sucede, es que tuve un accidente recientemente, por lo que no puedo caminar con libertad, el solo hacerlo me hace experimentar un gran dolor – Rose no era tonta, ella sabía que el apuñaló a esas cosas y después saltó desde el segundo piso.
"El debe creer que no podía ver nada, es por eso que no me quiere decir la verdad…"
-Yo, veo… - Ella caminó en silencio, no quería incomodar al pelirrojo, le debía la vida y además, el se ofreció a ayudar a encontrar a Sharon.
El resto del trayecto hacia la entrada de la ciudad fue tranquilo, Shirou podía sentir que eran observados, su sexto sentido le dijo que había algo acechando entre la niebla. Cuando pasaron una curva, Shirou vislumbró una camioneta familiar en la lejanía, era una Jeep Liberty año 2004. Rose vio algunos de los dibujos de su hija dispersados en el asfalto, esto la puso alerta.
-Vamos, ya casi estamos – Rose lo animó, tomando la silla de ruedas por las manijas, lo ayuda a acelerar el paso, el chico se sonroja por la vergüenza de ser ayudado, pero suspira agradecido, sus músculos le dolían mucho.
-¡¿Sharon?! – La silla se detiene junto a la camioneta, la mujer corre hacia el asiento del conductor, viendo un dibujo peculiar, algo le decía que su hija estaba ahí.
-¿Encontró algo, señorita Rose? – Shirou movió la silla hacia donde ella estaba parada, la mujer asiente y le muestra el extraño dibujo, el asiático siente un escalofrío al tocarlo.
"¿Qué diablos es esto? Este dibujo tiene impregnado ese mismo olor…"
El cuerpo del futuro héroe se tensa, su agudo olfato le indicó que esa extraña presencia había tocado el papel e impregnado con su olor maldito, era el olor de carne quemada, pudo sentir el odio, la desesperación y la malicia en el, era la única desventaja de tener un olfato para detectar cosas sobrenaturales.
-Creo que mi hija podría estar ahí, en la escuela de Silent Hill. ¿Qué dices? – El chico analizó la imagen, pudo ver una escuela pintada en su mayoría de negro, con lo que parecían ser, niños asomándose desde las ventanas, clamando por ayuda.
-Esto lugar es un laberinto, no he podido ver a nadie desde que desperté aquí, si su hija está ahí y usted lo cree, yo diría que no está de más echar un vistazo – Rose asiente, Shirou le devuelve la imagen y ella abre la cajuela, luego camina hasta el pelirrojo.
-Shirou, será mejor qué entres – Ella le indico con la mano el otro asiento, el chico asiente y mueve su silla hasta la cajuela, ella le ayuda a sostenerse, con dificultad, se sienta en el asiento del copiloto y Rose en el del conductor.
[Criii] Todo avanzaba según lo planeado, pero cuando Rose accionó la llave que encendía el motor, se llevó una gran sorpresa, la camioneta no encendía. [Criii] [Criii] La mujer comenzó a exasperarse, a este paso, no encontrarían a Sharon.
-¡¿Por qué?! ¡Enciende! – Shirou sintió una presencia justo a fuera de la camioneta, en estado de alerta, traza los planos de varias espadas mundanas, listas para traerlas al mundo material. Pero se relaja un poco al ver que se trataba de un ser humano, una policía, pero al ver que les estaba apuntando, solo se puso más nervioso, el podría desviar la bala, pero Rose no.
-¡Señora! Ponga las manos sobre el volante – Rose se congela al escuchar una voz familiar, ve a Shirou de reojo, vio qué estaba igual de nervioso que ella.
-¡Ponga las manos sobre el volante! – La mujer hace caso está vez, pone sus manos donde le indicaron, dándole la señal a la policía, que abrió la puerta del conductor. -¡¿Dónde está la niña?! – Luego nota a Shirou, haciéndole desconfiar más de Rose al ver las heridas que el chico tenía.
-¿Ella te hizo algo, chico? - El niega al saber a dónde quería llegar.
-Mi hija se perdió, necesitamos su ayuda – La policía no se traga lo que creía era una farsa, por lo que toma a Rose del brazo.
-Salgan ambos del auto – La policía pone a Rose contra el capote del auto, ella no comprendía porqué ella hacía eso.
-¿Qué? – Ella intentó protestar, pero fue empujada con más fuerza.
-Queda usted detenida, cualquier palabra que usted use, podrá ser usada en su contra – La policía saca un par de esposas de su cinturón.
-¡Deténgase! – Le gritó Shirou, pero fue ignorado.
-Creo que no entiende, algo muy extraño está pasando aquí, mi hija Sharon está en peligro – La policía le coloca las esposas y busca entre la ropa de Rose, por si llevase un arma oculta.
-Ella dice la verdad, déjela ir – La policía observa al chico, sus ojos le decían que no mentía, aún así, evadir la ley era un delito.
-Si le interesará esa criatura, ella no se habría escapado – Esto llamó la atención del Magus, ve a Rose con cautela, ella no le había dicho que había echo eso, pero intuyó que debía tener sus razones.
No lo entiende, ella está enferma, es sonámbula – Rose es volteada bruscamente por la mujer policía, Shirou se tensa.
-¡Ahora cálmese! Voy a encontrar a la niña – La mujer busca su radio que colgaba de su cinturón, luego acciona el mecanismo. -Oficial Bennett a operadora – [Estática…] Shirou analizó la anomalía, si estaban en un mármol de realidad, era imposible que alguien se comunicara con el exterior.
-Oficial Benett a operadora, ¿Alguien puede escucharme? – De nuevo la estática, Rose observó a la oficial de cerca, notando que un líquido rojizo se deslizaba por su frente.
-Esta sangrado – Bennett lleva su mano enguantada hasta su frente, tocando la sangre con la yema de sus dedos, luego la observa, sorprendida.
-Me golpee la cabeza cuando mi motocicleta derrapó en el pavimento, debo haberme desmayado… - Después de decir esto, toma a Rose del brazo.
-¿Podrá caminar? – Preguntó Bennett.
-Si, ¿Por? – Respondió Rose con otra pregunta.
-Entonces creo que iremos caminando a Grahams… ¡Chico! Será mejor que salgas del auto, tú vienes con nosotras – El pelirrojo tragó saliva.
-El no puede caminar – Bennett se detiene y observa a Rose con odio en sus ojos.
-¿Por qué? – Preguntó, deteniéndose y acercándose a Shirou, este solo salió un poco de la camioneta, Bennett vio la mueca de dolor que mostraba.
-¡¿Qué le sucedió?! – Le gritó a Rose, ella salta por la repentina llamada de atención.
-Sufrió un accidente antes de que lo encontrase, estaba tirado en la ciudad, lo ayude y el aceptó ayudarme a encontrar a mi hija – La oficial no se tragó esa farsa, así que camina hasta el pelirrojo y lo examina.
-¿Cuántos años tienes? – Pone su lámpara cerca de su cara, buscando cualquier señal que le indicase si fue drogado, el chico respondió bien al estímulo.
-Guh… 16 – Pone su mano sobre su rostro, intentando desviar los rayos de la lámpara que lo encandilaban, Bennett lo sostuvo y lo ayudó a levantarse, Shirou estuvo a punto de caer, pero la oficial fue más rápida.
-¿Cuál es tu nombre? ¿Por qué estabas en este sitio? ¿Dónde están tus padres? – El chico se tambalea por la repentina oleada de preguntas.
-Mi nombre es Emiya Shirou, puede llamarme Shirou, señorita. En cuanto al porque desperté aquí, no tengo idea, y sobre mis padres… Yo, no tengo… Soy huérfano… - Bennett ve tristeza en su mirada, así como un gran dolor, pero también, ve una chispa que no sabía reconocer que era, no era miedo o rabia, era un sentimiento cálido, que le brindaba tranquilidad.
-Lamento escuchar eso… - Luego se detiene y voltea a ver a Rose. -¿Con que trajo al chico? – Rose señaló su cajuela, la policía asiente y la abre, allí, encuentra la silla de ruedas de Shirou.
-Aquí, chico – Shirou se sienta en su silla y observa a la policía, que regresó por Rose, se giró para verlas acercarse.
-Los llevaré a la delegación – Rose intentó detenerse, pero el fuerte agarre en su brazo se lo impidió.
-Espe… ¡¿Acaso escuchó algo de lo que le dije?! – Preguntó enfadada.
-Si – A pesar de sus protestas, al parecer no pudo hacer que cambiase de opinión, pues tomó a Shirou y comenzó a empujar su silla de ruedas.
-Estoy segura de que está en la escuela, así que debo volver a buscarla – Shirou intentó detener la silla, pero Bennett lo fulmina, esto no asustó al chico.
-Ella tiene razón, su hija está perdida, puede que no tenga mucho tiempo de conocerla, pero ella es una buena persona, si usted no la ayuda… ¡Yo lo haré! – Shirou traba la rueda izquierda de la silla y enfrenta a la mujer.
-¿Ah, si? ¿Y como planeas hacerlo con esas heridas? – Preguntó Bennett, viéndolo con una sonrisa desafiante, el pelirrojo se enfada.
-¡Así! – Shirou llena sus circuitos con energía mágica, reforzando lenta y de forma eficiente cada músculo y vértebra de su cuerpo, luego, refuerza la vista, olfato y oído, para así tener una mejor percepción de su entorno.
-Pero, Shirou. Creía que no podías caminar – Bennett lo toma del brazo, molesta por la mentira que le dieron, pero cuando estaba por esposarlo también, vio como este se giraba y le quitaba el arma con un movimiento rápido.
-¡Oye! ¡Dame eso! – Señaló su arma de servicio, el pelirrojo niega, luego la tira lejos.
-Déjenos ir a la ciudad, su hija está en un grave peligro, se lo puedo asegurar, este sitio no es lo que parece – Rose se tensa al ver su mirada, no había ninguna clase de duda en ellos, estaba dispuesto a dar su vida por otros.
-¿Ah, si? ¿Y qué clase de cosas? - Cuando el chico estaba por contestar, su olfato y oído mejorado captaron algo acercándose desde su flanco derecho, no había duda, era uno de esos monstruos.
-Como eso – Señaló a una figura que se acercaba a ellos con lentitud.
-¿Qué diablos es eso? – Se preguntó Bennett al ver lo que señalaba, era una figura humanoide, que caminaba con movimientos erráticos, retorciéndose de vez en cuando. Para Shirou, representaba a un paciente de un hospital mental, que luchaba por quitarse la camisa de fuerza.
-Sera mejor que retrocedan, esa cosa es como las que había allá en aquel patio señorita Rose – La mujer se tensa al escucharlo.
-¿De que rayos estás hablando? – Preguntó la policía.
Shirou se preguntó si era prudente el usar su proyección con ambas observándolo de cerca, podía oler a más de esas cosas acercándose, debían estar a unos ciento cincuenta metros.
-Esa cosa no es humana. ¡Ya! ¡Retrocedan! – Bennett hizo caso omiso y fue a recoger su pistola, Shirou no le importó, el monstruo era más peligroso que ella en esos momentos.
-¡Quédese dónde está! – Le gritó la oficial a la figura mentirosa, pero no recibió respuesta, el monstruo continuó su avance, sin dar indicios de detenerse.
[Splash] Un líquido negruzco fue disparado desde el pecho de la criatura, tomando desprevenida a la mujer, que solo pudo cubrir su rostro, para evitar que le cayera algo, siente como el líquido estaba carcomiéndole rápidamente el casco, furiosa y aterrada, Bennett se quita el casco. -¡Uhhh! – [Boom] [Boom [Boom] El oficial abrió fuego, sorprendiendo a ambos, está fue la oportunidad que Rose estaba buscando, así que mientras ambos estaban distraídos, ella se deslizó justo a su lado y corrió hacia la ciudad.
-¡Oiga, espere! – Shirou corrió tras ella, ignorando a la policía, tras observar el cuerpo del monstruo, asumió que podría cuidarse sola.
Bennett se quitó la chamarra de cuero, ya que sintió que estaba deshaciéndose al igual que su casco, cuando estaba a punto de perseguir a los dos, se detiene al escuchar crepitar su radio, la toma e intenta hablar, pero solo recibía estática.
-Tsch. Debo volver por ellos – Cuando estaba por volver a correr, ve figuras acercándose desde la elevación rocosa, se asusta al ver más de esas cosas acercándose. -Esto no puede ser posible - Bennett corre en dirección contraria a la ciudad, necesitaba recuperar su moto para ir rápido por ellos, esas cosas eran un peligro que no tendría el placer de volver a subestimar.
Cuando llega al lugar del accidente, observa su moto destrozada, la levanta y ve si aún enciende, pero para su sorpresa, el tanque de gasolina había sido perforado por una superficie afilada. Había sido un milagro que aún estuviera a salvó, el líquido inflamable yacía esparcido sobre el frío asfalto.
-… ¿Qué? – La oficial mira perpleja al final de la curva. Dónde se suponía debería estar el final de Silent Hill, se encontraba un enorme abismo, que no parecía tener límite. -¿Y esto? – Bennett se acercó al límite y se asomó, el solo hacerlo, le dio vértigo.
-¿Qué diablos está ocurriendo aquí? – La oficial retrocede lentamente, algo le decía que el chico sabía que estaba ocurriendo, su mirada al ver esas cosas no era de miedo, si no de odio.
-Ese mocoso sabe algo… - Bennett da media vuelta y corre hacia la ciudad.
Cuando pasa de nuevo hasta donde estaban los monstruos, ve que ya estaban casi sobre la carretera, acelera el paso, uno de ellos le lanza ácido desde su pecho, pero gracias a suerte o habilidad, logró esquivarlo en el último momento. -¿Qué diablos? – Bennett no ve la silla de ruedas de Shirou y tropieza con ella, rueda algunas veces, hasta detenerse, maldiciendo internamente.
-¿Qué? – Dijo al ver el mencionado objeto, la silla al romperse, se esfumó en partículas azuladas, para la mirada atónita de la mujer. -Enserio, odio a ese niño – Se levanta de golpe al ver a los mentirosos acercarse peligrosamente hasta su posición.
-No tengo tiempo para esto – Ignorando a los monstruos, entra en la ciudad.
En otro lugar…
Shirou corría por las calles de la ciudad, buscando a Rose incansablemente, la había perdido de vista, justo unos instantes antes de entrar en ella, uno de los mentirosos lo acorraló, lo había terminado con la llave negra sin dificultades, pero eso fue suficiente para que la mujer desapareciese.
-Maldición. ¿A dónde pudo irse? – La pelirroja observó las señales y mapas se encontraba en su camino, recordó que ella había mencionado una escuela, en uno de los mapas, había una escuela primaria, asumió que ese debía ser el lugar indicado.
-Solo espero que no haya hecho nada imprudente – Volviendo a correr, se dirige a toda velocidad hacia los terrenos de la escuela.
Escuela primaria Midwich
Las perlas de sudor se asomaron por su frente, a pesar de ser mucha la distancia, para un magus como el, eso no debería ser problema, que había recorrido desde la entrada del pueblo hasta la escuela, el constante drenado de su maná, estaba haciendo que la tarea fuese más difícil. -Mierda. Mi cuerpo sigue drenando mi maná, es como si necesitase del maná constante para permitirme moverme – Estaba comenzando a sospechar que ese no era su cuerpo, porque se sentía extraño, era como si el no estuviera realmente vivo. Aunque, la propia idea de estar en estados unidos, dentro de un mármol de realidad de este tamaño, le era más preocupante que lo primero.
[Criii] Las puertas chirriaron con el ingreso del pelirrojo, caminando con paso firme, sube unas escaleras que lo llevan a la planta baja, el lugar estaba completamente olvidado, había una densa capa de polvo cubriendo toda superficie, la pintura de las paredes se caía a pedazos, Shirou caminó hasta la oficina principal, yendo tras las huellas que había en la capa de polvo, indicándole que alguien había pasado recientemente.
-¿Qué es esto? – Shirou vio algunos cuadros colgados sobre la pared, no parecería algo fuera de lo ordinario, pero al ver el que decía "Dios", le causó escalofríos. – Señorita Rose… - El pelirrojo vio un par de cajones abiertos, ve en su interior, descubriendo algunos artículos básicos de oficina, junto a una linterna.
[Clic] El brownie de Homurahara toma la linterna y la enciende, notando que estaba en buenas condiciones, siguiendo las pisadas, sube hasta el segundo nivel, pudo escuchar un conjunto de pisadas a lo lejos, eso se le hizo extraño, no había señales de otros humanos en la ciudad.- Este tubo me servirá – Shirou encuentra un tubo de metal tirado en el suelo, lo levanta y lo inspecciona, con una sonrisa, lo llena de energía mágica.
Shirou siguió el rastro de Rose y las demás personas que la seguían a ella, salió hasta el patio interior de la escuela, dónde pudo escuchar gracias al refuerzo en su oído, como Rose corría por el pasillo del otro extremo de la escuela. – Debe ser ahí – El pelirrojo abre la puerta y entra a toda velocidad, esperando que las personas que la estaban buscando no fuesen hostiles o en su caso, que no fuesen monstruos, ya que era perfectamente posible de que se tratase de aquellas cosas.
-¡¿Señorita Rose?! – Emiya dobla a la izquierda y sube unas escaleras, que le dirigieron hasta las aulas, sin perder el tiempo a inspeccionar, fue directo hacia donde las huellas y los sonidos le indicaban. Dobló a la derecha y luego a la izquierda, subió unas escaleras que le dirigieron hasta el tercer piso, pero cuando estaba llegando al final de ellas, se pone a cubierto, porque al final del pasillo, tres hombres vestidos con uniformes de minería, estaban intentando derribar una puerta.
"Rose-san debe estar dentro de esa puerta, no siento que ellos sean como esas cosas… ¿Pero porqué la persiguen entonces?"
-Oigan ustedes – Shirou sale de su escondite, haciendo que los tres dejasen la puerta, captando su atención, el pelirrojo da un paso al frente.
-¿Qué haces aquí? – Preguntó uno de los encapuchados, apuntándole con su linterna, el niño se tapa un ojo debido a que la luz le encandiló.
-Busco a una amiga, es todo – Dijo con honestidad, un silencio vino en respuesta.
-Esto es territorio del demonio, ¿Por qué tú y tu amiga no están cerca de la iglesia? – Esto llamó la atención de Emiya, uno de los hombres se comenzó a acercar, el agarre sobre el tubo aumentó.
-¡Oigan, el no es de Silent Hill! – Uno de ellos lo tomó del brazo.
-Tenemos que llevárselo a la jefa Christabella de inmediato – El vigilante intentó caminar, pero encontró resistencia, el niño los veía con desconcierto.
-¿De que hablan? Yo no sé nada de eso, si se preguntan de como llegué aquí, me temo que no lo sé – El hombre entrecerró la mirada debajo de la mascara de gas.
-Parece decir la verdad, el no es estadounidense… ¿Eres un asiático verdad? – Shirou asiente, los hombres se miran entre si.
-Debe…
[PIU PIU PIU] De pronto, el ave que llevaban consigo, comenzó a golpearse contra la jaula donde venía, intentando escapar, Shirou vio como los hombres se ponían nerviosos.
-¡Vámonos! ¡Ya! – El trío dejó a Shirou y tomaron al ave, corriendo a toda velocidad, bajando escaleras y saliendo del edificio.
[Oiiiiiiouuu] El futuro héroe se tensa al escuchar una sirena familiar, todo su cuerpo le advirtió de lo que se avecinaba. -No, no de nuevo… ¡Señorita Rose! ¡Abra! – Shirou corrió al final del pasillo, golpeó desesperadamente la puerta, pudo escuchar como la mujer gritaba del otro lado.
-Esta pasando otra vez – Y la oscuridad llegó.
[Clic] La linterna cobró vida, iluminando el pasillo, pero deseó el no hacerlo, el pelirrojo se alarmó al sentir como la maldad rápidamente consumía la realidad, la pintura de las paredes se cayó a pedazos, el hormigón en algunas zonas desaparecía, mostrando estructuras metálicas, la puerta, antes de madera, se volvió de acero, con terribles capas de óxido. Y vino el silencio, tan solo podía escuchar el sonido de su corazón latiendo con fuerza, sabía que este sitio estaba mal, quería salir corriendo de ahí lo más rápido posible, pero no podía abandonar a la mujer.
-¿Señorita Rose, está bien? – El chico tocó la puerta metálica, asustando a Rose, está estaba con el corazón en la mano, pero no podía contestar, su mirada no se apartó de la última puerta.
[Crack] [Criii] Algo se arrastró fuera del baño, Rose retrocedió, pegando su cuerpo a la puerta, la figura de aquél conserje, emergió, deslizándose con lentitud, sacando su lengua de forma bizarra, intentando alcanzar a la mujer. -Aaaah – Shirou escuchó el grito de ayuda de Rose.
-¡Señorita, abra la puerta! - El adolescente golpeó repetidas ocasiones la puerta, pero Rose no le contestó, solo gritó.
-Maldición… - Shirou apretó el tubo en su mano, vertió más energía mágica en ella y usó alteración, rápidamente, la punta del tubo se volvió afilada.
-Señorita, apártese de la puerta – Al parecer lo escuchó, pues escuchó el, como ella se movía.
[Slash] De dos tajos, la puerta metálica se vino a bajo, el tubo había cortado el metal como si hubiera estado hecha de papel aluminio. El pelirrojo volteó a ver a su izquierda, iluminando con su linterna el lugar, vio algo que casi le hace vomitar, las paredes y el suelo estaban cubiertas enteramente de lo que parecía ser carne humana, algunos bultos palpitaba en ellos, pero su atención se dirigió hacia el monstruo que gritaba e intentaba alcanzarlos.
-Vámonos, debemos irnos - Shirou tomó del brazo a Rose y la sacó del baño, dejando atrás al monstruo, condenado por sus actos sexuales.
-¡¿Qué rayos sucede aquí?! – Gritó el japonés, recibiendo tan solo silencio de su acompañante, ya que ella tampoco tenía una respuesta a esa pregunta, la cual llevaba tiempo planteándose.
Bajaron las escaleras y doblaron a la izquierda, esperando poder salir del edificio, pero se detienen al ver como aquellos hombres gritaban al ser atacados por los creepers. – Debemos ayudarlos – Dijo el chico, la mujer ve como el asiático forjaba de la nada cientos de espadas, cada una idéntica a la anterior.
[Trace On ~ Sword Barrel: ¡Full Open!] [¡Fire!]
Las espadas cortaron y cercenaron a las pequeñas criaturas, empalando a otras, ve como una congregación de esas cosas había logrado devorar vivo a uno de los hombres, el cual había caído dentro de ellas, dejando nada más que sus huesos.
-¡Vamos, ahora! – Los dos hombres restantes asienten, los cuatro corren hacía la derecha, llegando a un cuarto sin salida, en medio, había un gigantesco agujero, la caída era mortal para cualquiera de ellos, en el fondo, las llamas aguardaban a alguien que fuese lo suficientemente desafortunado.
-¿Cuál es? – Dijo Rose al ver tres ventanas, cubiertas por alambrado, Shirou analizó la habitación, dejando que los hombres abrieran un camino, observó durante unos instantes un extraño sello sobre la pared, parecía escrito con sangre, esto llamó su atención, quería ir y analizarlo a fondo, pero el chillido infernal de los creepers lo abstuvo de intentarlo.
-Shirou, vamos – Le gritó Rose, pero este no le hizo caso, el estaba viendo dibujar a alguien familiar, una niña de cabello negro dibujaba rápidamente, al parecer ignorando lo que ocurría, cuando el chico la observó detenidamente, ella levantó la mirada, sus ojos se encontraron por unos segundos, antes de que uno de los hombres viniera y lo tomará del hombro.
-¡Salta, ya! - El pelirrojo asiente y corre hasta la ventana, salta hacia el patio, seguido del hombre encapuchado, justo antes de que los creepers llegasen al final de la habitación.
Cuando llegó al patio, vio que esas cosas ya estaban justo sobre ellos. - ¿Cuántas de esas cosas hay? – Dijo Rose asustada, Shirou vio a los hombres buscando respuestas, pero estos estaban igual de asustados que ellos, el pelirrojo los observo detenidamente. A pesar de haberlos salvado, la mayor parte de sus trajes de minería estaban destrozados, los creepers habían logrado devorar gran parte de ellos.
-No importa, solo salgamos de aquí – Les gritó el pelirrojo, recibiendo un asentimiento, vuelven a correr. Pero, cuando llevaban tan solo diez metros de distancia ganada, Shirou se congela, olió el mal acercándose, un monstruo como ningún otro, se voltea y mira hacia el cúmulo de creepers, que se arrastraban por el suelo y las paredes, de entre ellos, emergió una figura humanoide, de más de dos metros de alto, llevaba una estructura piramidal sobre su cabeza y blandía un gigantesco cuchillo de cocina.
-Eso es… - Subconscientemente, Shirou comenzó a analizar el arma, los engranajes de su mundo interior comenzaron a girar, la forja de hierro fue encendida, lista para agregar una nueva adquisición a su colección.
[Juzgando concepto de creación]
Es un cuchillo demoníaco blandido por una de las encarnaciones de Valtiel, el ángel guardián del otro mundo, el encargado de vigilar las almas en pena que entren ahí.
"¿Así se llama este sitio? Espera… ¿Cómo que almas en pena?"
[Hipotetizando la estructura básica]
Un cuchillo de tamaño masivo, su peso es tan grande, que no puede ser manejado por manos humanas, forjado en hierro, lleva tan solo vendas para cubrir el mango del cuchillo, hecho de una sola pieza.
[Duplicando materiales de composición]
A pesar de haber sido hecho enteramente de metal, fue forjado por las fuerzas oscuras del otro mundo, fortalecido por la sangre de los condenados.
[Simpatizando con la experiencia de su crecimiento]
El cuchillo fue usado para cortar los cuerpos de aquellos que cayeron en la desesperación y no pudieron superar sus demonios, la sangre de sus víctimas está adherida a la hoja, la cual se vuelve más fuerte y peligrosa cada vez que se alimenta de la sangre de alguien que tiene pecados sobre sí mismo.
[Reproduciendo los años acumulados]
Siendo el arma preferida de Valtiel para llevar a cabo su tarea como guardián, el cuchillo ha pasado eones consumiendo la sangre de aquellos manchados por sus pecados.
[Sobresaliendo en cada proceso de creación]
Originalmente un arma sin nombre, tan solo muestra su naturaleza contra un alma maligna, siendo solo un cuchillo sin filo contra alguien inocente, no puede dañar a los inocentes, un arma conceptual en toda regla, que solo puede ser blandida por el verdugo del otro mundo. Valtiel es un ser inmortal que ha vivido durante eones, existe desde el principio del tiempo y existirá hasta el fin de los tiempos.
Las espadas dentro de su mármol de realidad se agitaron y protestaron ante la inminente adición de aquella abominación dentro de Unlimited Blade Works, Shirou sintió la inconformidad de las armas legendarias ante esta arma manchada de sangre. El pelirrojo retrocede al ver la amenaza andante, Pyramid Head rugió al notar al pelirrojo, por alguna razón, sintió como el cuchillo del guardián se agitaba, clamando por su sangre.
-¡Corran rápido! Esa cosa nos matará – Rose sintió el miedo de Shirou, normalmente, él se enfrentaría a estas cosas, pero esta vez era distinto.
Shirou buscó entre su repertorio de planos, algún arma capaz de acabar con el vigilante, pero no había ninguna que se haya enfrentado a alguien como el, su inmortalidad era distinta a la que el conocía, no era como la de los apóstoles muertos. Incluso si lo mataba ahora, el volvería en un futuro acceso al otro mundo, no podría acabar con el, era como luchar contra un verdadero ancestro. -¿Eso de donde vino? – Se preguntó, el no recordaba haber conocido a la princesa blanca, ni tampoco el haber buscado información sobre ella.
Los cuatro corrieron tanto como podían, algunas puertas que antes estaban abiertas, ahora estaba cerradas, teniendo Shirou que destruirlas para huir. – Por aquí – Dijo uno de los hombres con traje de minería, los demás lo siguen, doblan a la izquierda y bajan rápidamente las escaleras.
-Debemos ir rápido a la iglesia, la oscuridad nos alcanzará si no lo hacen… - El hombre calló al ver una figura masiva emerger de uno de los salones, Pyramid Head no permitiría que huyesen.
[Trace On]
Shirou corre hacia adelante, dos espadas conocidas aparecieron en sus manos, con un movimiento rápido y suicida, el chico pone sus espadas justo sobre su cabeza en forma de "X". [Slash] [Crack] Una de las espadas rastreadas se agrietó justo cuando el gran cuchillo cayó sobre ellas, Shirou hizo una nota mental sobre su fuerza de impacto, era ligeramente superior a la de un sirviente de clase Assassin.
-Maldición… - Shirou descarta a Kanshou y rastrea otra igual a la anterior, sin darle tiempo a Pyramid Head de dar otro swing, Shirou arremete contra él. Da cortes a alta velocidad, para su sorpresa, el monstruo podía seguirle el paso, deteniendo sus ataques con su cuchillo masivo.
-Esto no está funcionando – Shirou toma distancia, justo antes de que la bestia pudiese cortar su cuerpo por la mitad, el rango de su cuchillo era demasiado grande, no podría acercarse y dar el golpe final.
-Necesito un arma capaz de golpearlo… - Buscando entre su basta colección de armas, encontró una que podría alcanzarlo.
[Trace On]
Una espada diferente a las otras apareció sobre las manos de Shirou, Rose ve sorprendida los hechos, no podía creer que el niño tuviera esa clase de fuerza, los hombres por otro lado, estaban convencidos de que Shirou era un brujo, al menos algo parecido, pero no tenían las agallas para escapar por miedo a ser asesinado por los monstruos dentro del otro mundo.
Una nodachi de 150 cm, que bien, es una espada mundana, su habilidad y destreza como espadachín, hicieron que el legendario Kojirou pudiese estar a la altura de otros noble phantasm.
Shirou toma una pose defensiva diferente a la anterior, Pyramid Head caminó hasta el con paso lento y firme, seguro de su victoria, pues a pesar de la velocidad y fuerza de los ataque del niño, estaban por debajo de su nivel. Pero toda confianza se desvaneció cuando vio lo que estaba a punto de hacer.
[Hiken…]
Los humanos retrocedieron por instinto, reconociendo una amenaza, sus cuerpos les advirtieron que no debían acercarse al chico, porque morirían instantáneamente.
-G-Guryaaah- Pyramid Head rugió y comenzó a correr hacia el pelirrojo, que no vaciló ante la inminente confrontación, cuando pronunció el nombre de aquella técnica, estaba listo para matar.
La encarnación de Valtiel da un tajo descendente, con la intención de partir por la mitad al magus, pero no contaba con que este, fuese a dar un paso a un lado, saliendo del ángulo de corte, el encuentro estaba decidido.
[¡Tsubame Gaeshi!]
El tiempo pareció detenerse para el monstruo, uno, dos, tres, tres cortes fueron los que recibió de aquel chico espadachín, algo que debería resultar imposible, un misterio que desafiaba la realidad, tres cortes que viajaron por el espacio tiempo, haciendo imposible el poder esquivar u bloquear todos a la vez.
-Guhuuhhh…! – El cuerpo despedazado de Pyramid Head cayó al suelo, un corte desde el hombro derecho hasta el costado izquierdo, uno por el cuello y otro de la pierna derecha al hombro izquierdo, el cuerpo sin vida de Valtiel, rápidamente se desvaneció, dejando nada más que su gran cuchillo, incrustado sobre el suelo de hierro.
-Santa mierda… - Murmuró Rose, ni siquiera pudo ver a Shirou hacer un movimiento, de un momento a otro, tan solo vio un borrón marrón rojizo y al otro, la bestia caía al suelo cortada en pedazos.
-El es sin duda un brujo… - Dijo en voz baja uno de los hombres, el otro asintió. – Debemos llevárselo a la madre Christabella – El otro hombre niega.
-No, por lo que mostró, el puede masacrarnos a todos en un parpadeo, además, él nos salvó, no es como ella… - El otro asiente, sus cuerpos se tensan al escuchar a los creepers acercándose.
-Vamos, vamos, los monstruos se acercan – Dijo uno de ellos, tomando del brazo a Rose y reanudando la marcha, el otro sin embargo, fue a recoger a Shirou.
-Vamos, chico – Pero el pelirrojo no contestó, cae de rodillas, alarmando al sectario. -¿Oye, estás bien? – Le preguntó, rodeó su cuerpo, solo para ver algo que le dio un escalofrío.
-¡No me jodas! – El Magus había perdido la inconsciencia, usar tanto su maná, sin haberse recuperado, hizo que su cuerpo colapsase, perdió el refuerzo sobre el, llenando su cuerpo de dolor, esto fue suficiente para noquearlo. – Lo que me faltaba… - El soldado toma al chico y lo carga sobre su hombro, saliendo del edificio justo antes de ser devorados por los creepers.
-¿Qué diablos pasó allá atrás? – Le preguntó su compañero al ver que se reunían con ellos, el otro solo continuaba corriendo.
-Tal parece que haber usado esos poderes le tomaron factura a su cuerpo – Esto era un dato a considerar, por si el fuese a convertirse en un posible enemigo.
-¿Hacia donde nos llevan? – Preguntó Rose.
-A la iglesia, debemos resguardarnos de la oscuridad, los monstruos siguen rondando por doquier – Como si adivinase, un chillido, seguido de un coro de ellos se escuchó, para Rose era familiar.
-No, los niños se acercan – El trío aumenta la marcha, pasando a través de pasillos y bajando escaleras, justo cuando estaban por salir por la puerta principal, una luz los encandila.
-¡Alto ahí! – La oficial de policía Bennett les apunta con su arma, una Beretta, los hombres se congelan al ver a la mujer.
-¿Qué diablos está pasando aquí? – Les preguntó al ver al niño colgando del hombro de uno de los soldados, el más grande habló.
-No hay tiempo para charlas, los monstruos se acercan. - Justo cuando pasó al lado de Bennett, recibió un codazo en el costado, que hizo que dejase caer al adolescente.
-Guh… Perra – El otro hombre se lanza contra la policía, siendo repelido con habilidad por ella, ambos se levantan y se miran.
-Como sea, si no nos hacen caso, espero que la oscuridad las atrape – Dicho eso, abandonaron la escuela, dirigiéndose hacia la iglesia.
-¿Por qué hiciste eso? Ellos nos iban a ayudar - Le preguntó Rose a la oficial, la mujer recoge su linterna del suelo y ve al pelirrojo, en busca de alguna herida causada por su culpa, luego se levanta y fulmina con la mirada a la madre.
-No, ellos les iban a hacer algo, pude verlo en sus miradas, además, el chico sabe algo sobre este lugar, vi que su silla se esfumaba de la realidad, como si no hubiese existido – Rose abre los ojos sorprendida, luego ve al chico.
-Es justo como con esas espadas – Esto llamó la atención de Bennett.
-¿Espadas dices? Hmph. Ya sabía que este chico no era normal, algo sabe – Rose asiente.
-Ayúdame a levantarlo – Dijo la oficial, Rose asiente.
Entre ambas, lograron sacar al niño de la escuela, buscaron entre las calles un lugar donde pudieran refugiarse mientras la oscuridad terminase, encontrándolo dentro de una vieja oficina, en el parque cercano a la escuela.
-¡Rose, tráeme ese tubo – Le gritó Bennett a Rose, ella trataba de evitar que los monstruos accedieran a la oficina, habían encontrado más de los mentirosos, sabía que no podrían contenerlos durante mucho tiempo.
-¡Voy! – La mujer corrió hacia la ventilación, donde había un tubo oxidado, luchó por romperlo durante algunos segundos, hasta que cedió.
-¡Rápido! – Cybil no podía aguantar más tiempo, la cantidad de seres del otro lado eran demasiadas, justo antes de que cediera, Rose le brindó el tubo, ella rápidamente lo puse entre los soportes de la puerta, atracándola.
[Jadeo] [Jadeo] Cybil se apoyó sobre una viga y se dejó caer al suelo, jadeando fuertemente por la carrera y el esfuerzo de cargar a Shirou, voltea a verlo y suspira. -Bonito momento para quedar inconsciente bastardo – Escupió la policía.
Los golpeteos contra la puerta continuaron por algunos minutos, durante ese tiempo, pensaron que la puerta fuese a ceder, pero para su alivio, después de un tiempo, los golpes cesaron, hasta quedar en silencio.
-Parece que ya terminó – Dijo Rose, viendo cómo la realidad se reparaba a si misma, la sensación de opresión y desesperación se esfumó, dejándolas respirar bien por una vez.
-¿Qué diablos fue todo eso, Rose? – Preguntó Cybil recomponiéndose del susto, la adrenalina dejó de fluir y su cuerpo por fin había caído rendido.
-No lo sé, esos tipos lo llamaron la oscuridad, tal parece que es una dimensión que se interpone a esta cada pocas horas. Sé que esto es una locura, pero tenemos que calmarnos, porque mi hija no estaba en la escuela y tengo que encontrarla antes de que vuela a suceder – Rose saca un pedazo de piedra de su saco.
-No se ni por dónde deberíamos empezar – Dijo Cybil suspirando.
-Encontré esto – Dijo ella, mostrándole el grabado en su mano. – No se donde puede ser, pero ella está en un hotel. – Bennett observó la pieza con incredulidad.
-… ¿Hotel? – Dijo con sarcasmo, la situación en la que estaba la sobrepasaba, su entrenamiento no cubría ninguno de esos fenómenos sobrenaturales que acababan de pasar. Desde que perdió a su madre a muy temprana edad, ella había dejado de creer en Dios, culpándole por no haber salvado su vida, creyendo que si el existía, no debía haberla dejado morir, desde ese entonces, ella se había vuelto escéptica a lo sobrenatural.
Hasta ahora…
-Todo saldrá bien – Rose puso su mano sobre su hombro, alentando a Cybil, para que no se rindiese ahí, ella asiente.
-¿Qué haremos con el? – Señaló al magus durmiente, Rose se pone a pensar.
-Debemos esperar a que despierte…
Fin del capítulo
