Capítulo uno: Todo comenzó igual que cada año.
Kreacher tenía ya por costumbre hacerle iniciar su último día de vacaciones e inicio de sus actividades en Hogwarts de la peor manera posible.
El elfo doméstico entraba en su habitación a tempranas horas de la mañana con su aire de superioridad poco característico en la mayoría de los de su especie y canturreaba alegremente alguna cancioncilla que debió escuchar de sus padres, hacía un movimiento bastante ágil para provenir de sus brazos arrugados y flácidos y dejaba abrir bruscamente todas las cortinas de su habitación.
Sirius frunció el rostro mostrando su incomodidad por la luz que penetraba en la habitación de forma tan radical y trató de protegerse de la misma cubriéndose con su manta de terciopelo vinotinto que se extendía desordenadamente a lo largo de una cama ridículamente grande para una sola persona. (Aunque claro, siendo de sirius, era bastante inusual que solo estuviera "una" sola personal en ella).
El elfo precedió con maliciosa satisfacción a sacudir mágicamente la cama obligando al atractivo joven Black a levantarse, de un golpe contra el piso alfombrado de su habitación.
-Pronto me graduaré Kreacher y podrás quitare la satisfacción de levantarme así cada año- dijo Sirius tratando de marcar el odio en cada una de sus palabras. –Así será señor, por ello, déjeme disfrutar los pocos años que me quedan- dijo el elfo con atrevimiento. A sus padres o incluso sus primas o su hermano Regulus jamás les hubiese respondido con semejante brío, pero a él, ni siquiera se flagelaba por sus palabras, hacía tiempo que había dejado de hacerlo y le respondía tal libremente como quería sin parecer tener ningún tipo de resentimiento de conciencia.
Sin embargo Sirius nunca tuvo intención de delatarlo, sería inútil intentar luchar contra la voluntad sacro santísima de sus padres que parecían adorar al desgraciado. Qué más daba, era el fin de las vacaciones y aquello era un alivio, ya no tendría que soportar las aburridas visitas a eventos sociales con incansables charlas sobre por qué la sangre debía mantenerse...conversaciones que de hecho le habían traído varios problemas aquel verano. ¡Pero aquello ya era pasado! Y no podía esperar a desplazar sus maletas hacia el anden 9 ¾ y largarse de aquel mundo de sociedad tan monótona y desesperante.
Bajó varios escalones vestido con su ropa muggle necesaria para transportarse por la estación. Francamente le gustaba calzar aquel tipo de conjuntos, favorecían bastante a su figura, (si es que claro, algo podía favorecerlo "mas"), se dirigió al comedor diurno donde ya regulus y sus padres se encontraban desayunando.
-Oh Orión, querido, cada día soporto menos ver a nuestro hijos vestidos de esta forma tan denigrante- dijo una hermosa mujer de cabello oscuro y ondulado sentada al lado derecho de la cabecera de la mesa de manera fría y teatral mirando despectivamente el suéter color azul marino que cargaba su hijo mayor.
-No te preocupes querida, me imagino que luego de lo sucedido en el Black Serpent (N/A: Club serpiente negra) tu hijo no tendrá inconveniente alguno en hacer el ridículo con ropas muggles.- respondió su padre sin despegar la vista de un instante del diario que estaba leyendo y procurando que se notase el resentimiento en sus palabras.
-Oh vamos papá, ya te he dicho cientos de veces, ¿Qué tiene de malo opinar que existen algunas chicas muggles atractivas?- dijo Sirius tomándoselo a juego mientras engullían una porción de huevos y tocino que estaba depositada mágicamente en su plato y se procedía a poco a poco llenarse nuevamente.
-¡Qué es un insulto a las mujeres refinadas y de sangre limpia como tu madre y tus primas, no quedan muchas mujeres en esta sociedad que valgan la pena, pero aquello no justifica que debas avergonzarme con un comentario tan desequilibrado y bajo como aquel frente a los demás, ya bastante desagradable es tener que llevar a un Griffindor a un club de Slytherins.
-¡Pues entonces no lo hagas! A demás, si quieres que me case con Narcisa o Bellatrix es mejor que me meta a gay- respondió en son de burla el atractivo muchacho jugueteando con su jugo de naranja.
-Eso no será muy difícil para ti primito, le diré a Remus que estás interesado, de seguro lo lleva esperando toda su vida. - dijo Narcisa que entraba en la habitación con Bellatrix detrás riendo tontamente de su chiste. –De tener que casarme contigo tendría que matarme primero- dijo despectivamente la pelinegro tomando una expresión de sorna en su perfilado rostro.
-¡Debiste decirlo así antes!- dijo Sirius levantándose de un salto de su asiento y corriendo teatralmente a arrodillarse junto a su prima. –¿Me harías el honor de ser mi esposa?-.
-calla sirius, o terminaré matándote yo misma- dijo Narcisa con rabia mal contenida hacia los atractivos ojos grises que brillaban con gracia en el rostro de su primo.
-Es más probable que yo acabe en Azkaban querida prima a que tú algún día tengas el poder de matarme, pero eso no importa ¿Cierto? En el fondo se que te derrites por mi.- dijo el ojigris pellizcando una de las mejillas de su prima y luego de guiñarle un ojo se sentó al otro extremo de la mesa a terminar su pan tostado.
-Bellatrix linda, me he enterado del inicio de tu relación con el querido Lucius Malfoy, debes saber que como tu tía debo felicitarte por una elección tan acertada, Lucius es uno de los pocos jóvenes que vale la pena mencionar pertenece a una familia perfectamente limpia y de respetables antecedentes- dijo Wallburga dedicándole una sonrisa llena de orgullo a la joven rubia que le respondió con una sonrisa llena del mismo orgullo como si se tratase de haber ganado la copa de las casas ella sola.
-Oh si prima, tienes todas mis felicitaciones, juntos podrán cepillar su laaaargo cabello juntos, de seguro será una experiencia gratificante poder plancharse el cabello en pareja, suena de lo más romántico, sus hijo de seguro será taaaan cuidadoso como su padre- dijo Sirius imitando un tono de voz marica mientras agitaba sus manos y pestañeaba con exageración sus ojos.-
-¿Estás celoso de que James se esté intentando llevar a la única chica sangre sucia que se podría fijar en ti de todo Hogwarts querido Sirius? No te preocupes, hay muchas desesperadas en el mundo- respondió despreocupadamente Bellatrix intentando fingir que no le importaban los comentarios del muchacho al otro lado de la mesa.
-Claro que hay muchas desesperadas, está Narcisa- dijo Sirius riendo de su propio chiste.
-¡Es suficiente! Terminen su desayuno en silencio para que podamos llevarlos a esa detestable estación llena de muggles y salir de este día de pesadilla de una vez.
Todos en la mesa callaron y se dedicaron a terminar su desayuno, el primero en levantarse fue Regulus, que no había hecho comentario alguno en toda la comida (nada fuera de lo común, pensó Sirius, su hermano no había nacido con su atractivo, no todos podían tener su suerte). Y se dispusieron a desplazarse con un traslador hacia la estación donde sin muchas despedidas ni preámbulos, sirius se separó de sus familiares y entró en el tren sintiéndose como que al fin estaba dentro de su entorno.
Saludó al conductor con afabilidad y a medida que atravesaba los pasillos iba recibiendo saludos de cubículo en cubículo como si se tratase de alguna celebridad muy esperaba, algunas chicas, incluso chillaron al verlo y otras cuchicheaban por lo bajo (no suficiente bajo claro, el podía oír el "se ve más guapo cada año" típico de aquel momento) y luego de guiñarle un ojo a varias y saludar con un beso en la mano o dedicarle frases seductoras a algunas afortunadas entró en el cubículo en el que sabía, lo esperaba el resto del equipo.
-¡Aquí llegó lo que esperaban!- gritó sirius entusiasmado mientras entraba en la cabina, descubriendo para su pesar que estaba totalmente vacía.
Desanimado acomodó sus cosas y se extendió por lo largo del asiento determinado a continuar con lo que Kreacher había interrumpido.
Pasaron unos cuantos minutos y nadie había irrumpido en la cabina cuando de repente y de golpe un atado Severus Snape cubierto como si fuese una rana de chocolate entró de golpe cayendo encima de un profundamente dormido sirius.
-Este año de seguro serás mucho más dulce Quejicus- dijo James retorciéndose entre lágrimas de risa hasta que empezó a oír los gritos de Sirius por debajo del bulto cubierto de chocolate e inició una carcajada aun más fuerte.
-¡¿Estás loco cornamenta?!- gritó Sirius lanzando a un lado al Snape cubierto de chocolate y dirigiéndose con ira hacia su amigo.
-Lo siento Canuto, no tenía ni idea de que estabas ahí, te estuvimos buscando por la estación pero creo que no le caemos tan bien a tu familia como para que nos digan donde estabas- dijo James dirigiéndole una mirada cómplice a Remus que miraba más bien con algo de burla y culpabilidad a Snape que forcejeaba por limpiarse el chocolate de encima.
-Para tu información Cornamenta. ¡Tener a un snape cubierto de chocolate encima no es lo que se llame la fantasía sexual de mi vida!-(N/A: la mía si -) gritó bastante irritado Sirius tomando de un brazo a Snape y obligándolo a salir de la cabina y entrando con él en otra.
-Escucha, nadie debe saber lo que pasó horita ¿De acuerdo?- le susurró Sirius a Snape con algo de asco hacia si mismo. La verdad no esperaba que su año escolar "todas-las-mujeres-van-a-ser-mias-menos-lily-que-es-de-james-y-mis-primas" iniciara así.
-No planeaba publicarlo como te podrás imaginar- dijo Snape mirando con rabia en dirección al pasillo, buscando a Potter.
-No hagas gran lío de esto- dijo Sirius batiendo su varita y limpiándose ambos.- Caímos en una broma los dos, esta es suficiente venganza para el resto de nuestras vidas.- Dijo Sirius saliendo del cubículo sin decir más nada, tal vez no tendría nada contra Snape, pero James podía considerarse a si mismo una nueva botella de jugo de calabaza.
