Oranqua18: ¡Saludos lectores/as y escritores/as de Fanfiction! Poco que decir sobre esta historia que será de tres capítulos y que se me ocurrió jugando a ACNL. Simplemente un día en La Casa del Sueño quería regresar a mi pueblo y tardó como dos minutos en cargar. Pensé que tendría que reiniciar (:D. Así que pensé en una historia basada en eso. Aunque obviamente muy cambiado. Muy cambiado. DEMASIADO CAMBIADO.
· AVISO 1 Hay mención de suicidio. Así que si este tema es delicado para ti, mejor que no sigas leyendo esta historia. Si no es así, adelante y sí es así pero continuas leyendo... quien avisa no es traidor.
· AVISO 2 El pueblo que aquí aparece, junto a personajes, proyectos municipales u otros es el mío. Y SPOILER ALERT en mis futuras historias de ACNL también será el mío.
· AVISO 3 Se han cambiado las conversaciones para darle mayor... ¿realismo?
Por último... ¡Espero que os agrade!
© Animal Crossing pertenece a Nintendo. Nada es mío salvo esta historia.
CHAPTER 1
Era un día tranquilo y soleado. En el cielo no se veía ningún rastro de nubes y parecía que iba ser así a lo largo de la mañana. Sin duda, un día de verano. Eran cerca de las once y mientras unos dormían y otros paseaban, pescaban, regaban las flores, etc. una joven de cabellos marrones amarrados en una coleta alta y ojos del mismo color que el pelo se dirigía a la zona comercial, sin olvidar saludar a cada vecino que se cruzaba.
La joven vestía su típica ropa, pues no le gustaba o se olvidaba cambiarse: una camiseta grumete, de rayas azules y blancas, un pantalón tejano y, como todavía no había conseguido encontrar manoletinas blancas o azules, unas botas negras. Y en el pelo un lirio naranja que ella misma había conseguido. Hace poco había pescado un nuevo espécimen para la colección del museo y corría allí con emoción para enseñárselo a Sócrates.
Sabía que el búho solía dormir por el día y estar despierto por la noche. Por eso se sorprendió al encontrarlo levantado, con cara de preocupado y pensando en algo con tanta atención que no se fijó en que la chica había entrado y que estaba delante de él. La joven se mantuvo callada y mirando al dueño del museo hasta poco menos de un minuto, cuando decidió llamar su atención dándole un golpecito en el hombro.
- ¡Oh! ¿Qué...? ¡Kyra!- exclamó Sócrates sorprendido de ver delante suya a la joven- Perdona, no la he visto llegar. ¿Qué puedo hacer por usted?
- Esto, Sócrates...- Kyra estaba preocupada por él, así que le preguntó- ¿Ocurre algo? Normalmente no está despierto a estas horas.
- ¡Ah, eso! No es nada, no es nada- intentó evitar el tema, pero la chica le miró con atención y muy seriamente. Algo pasaba y ella no iba a dejar el tema a un lado- Está bien. Últimamente mis períodos de sueño están muy alborotados. No consigo dormir por el día y a veces tampoco por la noche.
- ¡Eso es terrible!- clamó Kyra al saber la situación del búho- ¿Ha probado a hacer algo para solucionarlo?
- ¡Claro! Pero nada funciona- se lamentó y agachó la cabeza.
- Algo se podrá hacer- probó a animar el ambiente.
- Ahora que lo pienso... - a Socrátes parecía haberle iluminado una bombilla sobre la cabeza- Hace poco escuche que hay una persona que sabe todo acerca del sueño. Está buscando un lugar para instalar su establecimiento...
- ¡Qué gran idea Sócrates!- gritó Kyra asustando al búho- Le pediremos que se instale aquí, en Osset.
- ¿Aquí?- la expresión del animal era para hacerle una foto. Se quedó patidifuso ante la idea de la humana- ¿Cree qué aceptará? Seguro hay muchos pueblos más conocidos o más concurridos. No estoy seguro si...
- ¡Sócrates, no sea tan pesimista!- le cortó un poco enfadada- Hay que intentarlo.
- Ella tiene razón, hermano- una voz femenina se escuchó detrás del búho. Los dos se giraron y vieron a una búho de color rojo- Seguro que acepta al ver el interés que le ponemos.
- Esto... ¿quién es, Sócrates?- quiso saber Kyra mirando con una sonrisa a la recién llegada.
- Es mi hermana, Estrella- la presentó el búho.- Ha venido de visita.
- ¡Ah! Pues encantada, Estrella- la saludó y esta le devolvió el saludo. Tras eso continuó con la idea- Le mandaré una petición pidiéndole que se aloje en uno de los establecimientos de la zona comercial. ¡Oh sí, ese lugar es perfecto! Ya verá, Sócrates, enseguida volverá a descansar.
- Si... tenéis razón las dos- aceptó la idea finalmente con una sonrisa- ¡Gracias, Kyra! Avisaré a Canela de la idea.
- No hay que darlas, Sócrates. Soy la alcaldesa y debo asegurarme de que todos los ciudadanos del pueblo estén a gusto. Y eso le incluye a usted- el búho no pudo evitar sonrojarse y acariciarse la nuca.
Después de descubrir lo que le ocurría a Sócrates, este le comentó a Canela sobre la conversación. La caniche se entusiasmo ante la idea y en poco tiempo la petición de abrir una Casa del Sueño en Osset se envió a la dueña de este establecimiento. Y también en poco tiempo el ayuntamiento recibió la respuesta:
A la alcaldía de Osset:
Estaré encantada de instalar mi servicio en vuestro pueblo. Y el lugar que han elegido es perfecto para ello. En el momento en que este terminado el proyecto, iré para comenzar. Lo espero con ansía. Dulces Sueños.
Alakama, de la Casa del Sueño.
La alegría al saber la respuesta de Alakama se dispersó por todo Osset. Todos los ciudadanos apartaron un poco de sus fondos para ayudar a la causa y en exactamente una semana, se reunió la cantidad suficiente para realizar el proyecto. El pueblo entero estaba emocionado y la noche antes de la ceremonia de inauguración pocos pudieron conciliar el sueño, aunque todos acabaron durmiéndose. Y a la mañana siguiente, los que lograron despertarse se reunieron en la entrada de la estación para recibir a la dueña de la Casa del Sueño.
- Es un honor tenerla aquí, Alakama- le dio la bienvenida Kyra, antes de que comenzase la reunión y antes de que los ciudadanos llegasen- Espero que su estancia en Osset no la decepcione.
- El honor es mío, alcaldesa Kyra- continuó la oso hormiguero- Sin duda este pueblo es maravilloso. No ha sido un error elegir Osset para instalar mi Casa del Sueño.
- La gente comienza a llegar, alcaldesa Kyra- avisó Canela- Es hora de comenzar el discurso de apertura.
Había mucha gente alrededor de las tres. Estaban Sansón, Luna, Nenúfar y Fauna. También se había dejado caer por allí Sócrates, Paca y su marido, Tom Nook y Sisebuto. Y aunque ya había estado en la ceremonia del nuevo puente todavía se ponía nerviosa al escuchar a Canela pedirle unas palabras. Así que cogió aire y se dispuso a hablar.
- Bueno... solo decir que gracias a todos por los donativos. Juntos lo hemos conseguido y si seguimos unidos conseguiremos aquello que nos propongamos. Y gracias también a Sócrates por hablarnos de la Casa del Sueño, y a Alakama por aceptar nuestra invitación. ¡Qué todos tengáis dulces sueños!
El aire se lleno del sonido de los aplausos y en un minuto todos estaban cubiertos de confeti, riendo y aplaudiendo. Para cuando la ceremonia terminó, todos se marcharon a sus respectivas tareas. Canela regresó al ayuntamiento y Alakama fue a preparar todo en la Casa del Sueño. Mientras Kyra decidió tomarse el día libre, pescando, hablando y haciendo favores a los vecinos y en alguna ocasión yendo a la isla para saludar, conseguir especímenes para el museo o participar en algún tour.
Los días pasaban en Osset y, como siempre, eran días calmados a pesar de las reformas de la tienda de Tendo y Nendo, ahora llamado Merca T&N y las inauguraciones de la Zapatería Betunio y de la primera planta del museo. El trabajo de alcaldesa se le acumulaba a Kyra, pero nunca olvidaba saludar a cada uno de los vecinos y pasarse por las tiendas para saludar o comprar. Se alegró mucho al saber que el sueño le había regresado a Sócrates.
Cuando salió del museo pensó en ir de nuevo a su casa, pero entonces observó a lo lejos la Casa del Sueño. No había tenido tiempo de pasarse por allí y, en realidad, no tenía pensado hacerlo. Consideraba que tenía el sueño bastante calmado y estable. No creía necesaria la ayuda de nadie. Sin embargo, su puesto como alcaldesa la estaba dejando agotada y antes de que pudiera darse cuenta ya estaba frente al local y entrando en él.
Por fuera, el lugar parecía un palacio exótico. Y por dentro, era un lugar muy relajante. En el había una cama y un sofá blancos con detalles dorados, una mesa con toallas y quemadores de incienso, y una estantería con más toallas. Las paredes eran de color crema y el suelo de baldosas blancas. Y en medio de la habitación estaba Alakama, ordenando unos pijamas rosas y azules. Al ver a Kyra allí esbozó una sonrisa y le dio la bienvenida.
- ¡Oh! Apareciste al fin- exclamó dejando los pijamas en la mesa- Pasa, pasa... Bienvenida a la Casa del Sueño.
- Gracias- habló Kyra entrando más en la sala- Siento... no haber pasado antes. Estaba ocupada con el trabajo y, sinceramente, no me parecía necesitar ayuda para descansar.
- Oh, todos necesitamos que alguien nos guie y nos de paz interior, querida. Y por lo que me has dicho, ser alcaldesa te está agotando.
- Me pillaste- rió la chica- Pero por eso he venido.
Alakama le explicó a Kyra todo acerca del proceso y de los sueños. Era bastante complicado pero la chica comprendió al final aquello que le decía la oso hormiguero y aceptó a pagar la sesión. Al fin y al cabo había ido para eso.
- Tome este pijama rosa. No se puede dormir con ropa de calle- le ofreció Alakama.
- Esto... ¿no tiene de otro color? No sé, ¿pijama naranja, por ejemplo?- le preguntó con una sonrisa traviesa.
- No, pero tendré en cuenta su petición- sonrió también la animal.
Kyra se puso el pijama y se tumbó en la cama. Alakama atenúo las luces y comenzó a contar ovejas. Los ojos se le cerraban a Kyra y en poco tiempo, se sumergió en una oscuridad completa. Segundos después ya no se encontraba en la Casa del Sueño, si no en la plaza de un pueblo que no era el suyo.
Oranqua18: Fin... por ahora. La verdad es que no me gusta que solo haya pijama rosa y pijama azul además que las chicas solo puedan ponerse el pijama rosa ¬¬. Que se le va a hacer. Bueno gracias por leer y ya saben, opiniones, sugerencias, errores que hayan visto y yo no, déjenlos en la caja de reviews. ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!
