Como esta idea no deja de taladrar mi cerebro y mis ganas de trabajar en mi otra historia son el equivalente de un paciente en coma… En fin.

Esta historia ocurre en el futuro, luego del viaje a Kalos, en una versión del universo de Pokemon donde los protagonistas si se hacen viejos. Va a ser un Pearshipping y espero duré unos 4 capítulos como máximo.

Y como no me apetece escribir los nombres de los pokemon una y otra vez mientras hablan, les pondré diálogos de verdad. Lo siento para el que no le gusten ese tipo detalles.


CAPÍTULO 1

Un muchacho corría velozmente por las calles de Ciudad Rocavelo de la región Sinno, cuidando que el ramo ásteres y jazmines que llevaba consigo no se hiciera pedazos en el proceso.

Era un joven de 17 años. Cabello negro desalineado y ojos chocolate. Además de dos inconfundibles marcas de nacimiento en ambas mejillas, con forma de letra Z. Llevaba puesto tenis negros, un pantalón de mezclilla obscura con bolsas a los lados, una chaqueta roja y para rematar guantes de dedos descubiertos y una gorra azul cn un dibujo en forma de pokebola. No por nada siempre había sido su madre la que le escogía la ropa de sus viajes. Pero para efectos de su presente y más reciente viaje, Ash Ketchum de pueblo Paleta había decidido que ya era hora de elegirse el mismo la ropa.

-¡Date prisa Pikachu!- gritó a su inseparable pokemon, que corría detrás de él.

Al roedor le costaba mantener el paso de su entrenador. Pues mientras que Pikachu seguía del mismo tamaño, Ash había sufrido uno de esos infames estirones de la pubertad (muy atrasados) Así que ahora no solo era más alto, sino que además hacia que cada una de sus zancadas cubrieran mucho más espacio que antes. Obligando al ratón a dar cuatro veces los pasos de su entrenador para poder ir a su par.

Pikachu tomó una bocanada de aire y corrió con todas sus fuerzas. Corrió hacia su entrenador y dio un gran salto para sujetarse de su chaqueta, escalando después hasta llegar a su hombro.

-¿Qué pasa amigo? ¿Ya te cansaste? ¿O será que te estás haciendo viejo?-

"¡Yo no tengo la culpa de que ahora seas tan alto!" gritó el roedor.

-No sé qué dijiste, pero seguro tiene algo que ver con mi nueva estatura- bromeó Ash.

La razón de que estuviera corriendo era porque iba retrasado al concurso pokemon que estaba tomando lugar en la ciudad. Y al que sin duda iba a llegar tarde.

¿Pero qué hace Ash de regreso en ciudad Rocavelo? ¿De regreso en la región Sinno, luego de tantos años?

Para comprender esto primero hay que volver a los hechos de hace 2 años, durante la Liga pokemon de la región de Kalos. De más está decir que Ash no había ganado la copa. Pero esta había sido una derrota muy especial. Pues en esta ocasión Ash apenas había logrado quedar entre los treinta y dos mejores lugares.

-¿Se le puede llamar 'Mejores lugares' si ni siquiera alcanzas las semifinales?- se preguntaba Ash, que caminaba sin rumbo mirando al piso, con los hombros caídos.

Su autoestima estaba por los suelos. Terminando el combate había salido corriendo del estadio como si su vida dependiera de ello. No quería ser visto por nadie, en especial sus amigos o Pikachu siquiera, a quien dejó en el Centro pokemon para luego poder ir a pensar en soledad. Y por pensar en soledad, nos referimos a revolcarse en el amargo sabor de la derrota. ¿Y cómo culparlo? Al pobre chico no le había ido tan mal en una competencia desde la Liga pokemon de Kanto.

-Corrección. ¡Nunca me había ido tan mal en ninguna Liga! ¡Mínimo en Kanto llegué a los dieciséis mejores lugares! ¡Y fue mi primera competencia! ¿!Qué diablos pasó conmigo que esta vez me fue tan mal!?- gritaba mientras se daba de golpes en la cabeza.

-Quizás esto es una señal de Arceus… Quizás sea hora de rendirse y volver a casa. Quizás sea hora de buscar otro sueño-

Divisó una banca cerca y no dudó en sentarse en ella. Suspiró de cansancio y miró a sus alrededores. Se encontraba en un parque público. El cual estaba totalmente vacío. No era de extrañar. La ciudad entera estaría en el estadio, sus casas o cualquier lugar con acceso a una televisión que les permitiera ver los combates de la competencia. Combates de los cuales ya no formaría parte.

-Pero mis pokemon…- se preguntó.

Claro ¿Y ellos qué? Habían dado todo por él. Se habían entregado en cuerpo y alma en cada lucha. Y Ash también lo había hecho. Incluso en este último combate. La verdad es que Ash no había perdido por cometer algún error garrafal (que no sería la primera vez) ni nada por el estilo. Su oponente le había puesto un desafío de lo más emocionante. Ash había logrado mantener las cosas balanceadas, hasta que su rival lanzó a su tercer pokemon, un Rhyperior. Ahí fue cuando todo se fue al diablo.

Sin nada más en su equipo que Pikachu y Talonflame, los pokemons de Ash no pudieron vencer a la acorazada bestia. Le había dado cara a su derrota. Y el otro entrenador había reconocido el gran esfuerzo de Ash. De haber asestado una última Cola de Hierro, Pikachu tal vez podría haber vencido a Rhyperior, pero habiendo perdido parte de su velocidad por los efectos de Tumba Rocas, Pikachu ya no pudo hacer nada.

Ash suspiró de nuevo.

Realmente no había sido su culpa. Ni la de sus pokemon. Tan solo había tenido la mala suerte de enfrentarse a un entrenador muy fuerte desde muy temprano en el torneo. Si Talonflame hubiese podido esquivar ataques por más tiempo, hasta agotar a su oponente. O si los ataques de Pikachu fuesen un poco más fuertes…

-Bueno… ¿Qué se le va a hacer?- dijo estirando los brazos y la espalda.

-No es así como siempre soñé que sería mi camino a ser un Maestro Pokemon-

Ash comenzó a meditar sobre su combate y el resto de encuentros en la Liga Kalos. ¿Qué tan bien o qué tan mal le había ido en comparación a otras Ligas? Mal desde el punto de vista en que lo habían descalificado mucho más abajo en la competencia que en cualquier otro torneo. No tan mal porque había perdido contra un entrenador que obviamente sabía lo que hacía. No como Cameron en la Liga Unova, quien en su infinita torpeza (por no decir estupidez) había creído que una batalla total consistía de cinco, no seis contra seis pokemon.

Ash se avergonzaba solo de recordar esa derrota. Lo único bueno del combate había sido que al menos pudo vencer a un pokemon dragón legendario. Al menos así no tenía tanta vergüenza de decir que fue vencido un entrenador al que cuatro meses después se le prohibió continuar con su viaje pokemon, ya que su inestabilidad psicológica lo volvían un peligro para sí mismo y sus pokemon.

Sí. Lo cierto es que esa había sido su peor derrota de todas…

Ash recordó la liga Kanto. Su primera competencia. Ash sonrió al recodar como se lució en muchos de sus duelos. Lo feliz que se puso cuando supo que había logrado llegar más lejos que su entonces Rival Gary Oak. Y lo triste que se puso cuando lo descalificaron de la competencia porque Charizard sencillamente no le hacía caso.

-Eso sí que fue un asco- se lamentó, bajándose la gorra.

Luego estaba la liga Jotho. Donde había logrado avanzar mucho más lejos. Y donde por fin pudo vencer a su rival Gary en el que fue uno de sus combates más difíciles, como emocionantes. Había perdido contra Harrison. Pero no le molestaba. Harrison había sido un bueno amigo y un entrenador asombroso. Aunque a menudo Ash no podía evitar pensar que si hubiera sabido más de los pokemon de Hoenn en ese entonces, seguramente habría ganado.

Hablando de Hoenn, esa había sido otra gran copa. Ash y sus pokemon se habían esforzado al máximo, pero apenas habían logrado llegar a los ocho primeros lugares.

-Seguimos esforzándonos. Yo me sigo esforzando. ¿Entonces por qué es que no puedo ganar una sola Liga Pokemon?-

¡Las cosas no salen bien solo si te esfuerzas Ash!

Ash se levantó de la banca de un salto. Aquel recuerdo de hace tantos años había vuelto a él con la claridad del agua en la fuente frente a él. Había sido apenas su tercer día de viaje pokemon. Misty, a quien recién había conocido el día anterior, había regañado a Ash por enviar a Caterpi a luchar contra Pidgeotto.

Ash no puedo evitar reírse. Misty siempre fue algo mandona y gruñona. Pero casi siempre era con buenas intenciones. Y peor, casi siempre tenía razón. Claro que, a los diez años, Ash aún estaba en esa edad donde la filosofía es: Los niños tienen piojos y las niñas tienen liendres. Así que rara vez, si no es que nunca, Ash se tomaría la molestia de tomar cuenta de los consejos de Misty.

Pero ahora Ash era un hombre (al menos en su mente). Y aquella frase que había ignorado hace tantos años, ahora podía ser apreciada por el entrenador en todo su esplendor.

-Las cosas no salen bien solo si te esfuerzas…- repitió Ash en voz baja.

Debía ser cierto. Pues hasta ahora esforzarse, dar su máximo, tener una actitud positiva, etc, etc... No le habían conseguido la victoria de ninguna copa.

-Pero eso no es del todo cierto. Gané la copa de la Liga Naranja. Y vencía la batalla de la Frontera de Kanto. Hasta me ofrecieron convertirme en uno de sus Haces de la Frontera- dijo orgulloso.

-¿Qué hay que hacer entonces para que las cosas salgan bien? ¿Qué fue diferente en esos desafíos y el resto de concursos?-

¿Los pokemon que había escogido? ¿Las estrategias que había usado? ¿El entrenamiento que había tenido? ¿Las características de sus oponentes y sus pokemons? ¿Un poco de todo?

Y así pensando, Ash se dio cuenta de algo. En dichos combates había ganado usado a los pokemon de Kanto. Pikachu, Squirtle, Bulbasaur, y Charizard… Los pokemon con que había viajado por más tiempo. Los más experimentados. Sus pokemon más fuertes.

-¿Pero qué hay de la Liga Sinno?- se preguntó.

Esa había sido una Liga pokemon que estuvo a punto de ganar.

-¿Pero por qué llegué tan lejos?- la pregunta tenía una respuesta.

Entrenó realmente duró en esa región. Paul, su rival, era más que un entrenador en busca del mismo sueño que él. Era un entrenador que representaba la Antítesis de todo lo que Ash siempre había sabido sobre cómo debe ser un entrenador con sus pokemon. Para Ash, derrotar a Paul se volvió más que un reto a vencer. Se convirtió en toda una meta personal que no solo pondría a Ash y sus pokemons como los más fuertes. Sino que también demostraría que su filosofía era la correcta.

Al final logró vencer en el que aún consideraba uno de sus mejores y más difíciles combates. Quizás su mejor combate. Todos sus pokemons entrenaron con ahínco. La mayoría de ellos lograron evolucionar a sus últimas formas. Contando siempre con el apoyo incondicional de sus amigos para volverse más y más fuertes. Ciertamente en Sinno, Ash había logrado ensamblar uno de sus mejores equipos pokemon. Quizás el mejor. Y la prueba irrefutable de ello había sido llegar no solo a los primeros cuatro lugares, sino que además fue el único entrenador en toda la región que fue capaz de derrotar no uno, sino a dos de los pokemons legendarios del hasta entonces invicto Tobias. Técnicamente la pelea con Latios había sido empate entre Latios y Pikachu, pero el caso es que Latios quedó fuera de combate.

Ash suspiró orgulloso a la vez que frustrado. Si ya había llegado tan lejos ¿Por qué no siguió progresando? ¿Qué salió mal? Ash no pudo evitar deprimirse nuevamente, pues para estas nuevas preguntas ya no tenía respuestas.

El moreno entrenador se quitó al gorra y se rascó la cabeza.

-Tengo hambre… -musitó para sí mismo.


Aquella noche, Ash sorprendió a sus amigos con una declaración que ninguno esperaba.

-Iré de regreso a casa. Y dejaré de viajar por un tiempo- dijo, frente a todos sus amigos.

-¿!QUÉ?!- respondieron todos al unísono.

-Pero Ash… ¿A qué viene eso?- preguntó Clemont -¿Qué acaso ya no quieres convertirte en un Maestro Pokemon?-

-Ash no tienes por qué rendirte. Que hayas perdido el torneo no es razón para renunciar- dijo Serena, temiendo que Ash hubiera perdido su chispa.

-Cálmense muchachos. No he dicho que ya no seguiré mi sueño de ser un Maestro. Simplemente que lo seguiré desde casa. Por un tiempo al menos-

-¿Cómo harás eso?- preguntó Bonnie, quien era la más confundida de los cuatro amigos.

-Estuve pensando. Me di cuenta de que lo que siempre me ha faltado como entrenador es…-

-¿Capturar más pokemon?-

-¿Dedicarte más a entrenar que a comer y dormir?-

-¿Hacer que Pikachu evolucione?-

Ash miró a sus compañeros con cierto desprecio unos instantes antes de continuar con su interrumpida explicación.

-Me falta disciplina… Y todo lo que eso implica. Me falta aprender lo que mis pokemon pueden y no pueden hacer. En trabajar la formación de equipos balanceados. En entrenar apropiadamente a mis pokemon y ayudarlos a evolucionar. Siempre he creído que aprender con la práctica de lo que sea que encontremos en el camino era la mejor forma de entrenar que yo y mis pokemon podríamos tener. Pero ya va siendo hora de que reconozca que ese no es el caso. Y a no ser que cambie el modo en que hago las cosas, estoy temiendo que nunca me convertiré en Maestro Pokemon- explicó, muy seriamente.

-¿Entonces piensas volver a casa para entrenar?- cuestionó Serena.

-Sí. Si lo piensas bien es perfecto. Todos mis pokemon están ahí. Podré entrenar con todos ellos simultáneamente. Probar todas las combinaciones de equipos y ataques que se me puedan ocurrir. Y claro, reunirme con todos mis viejos amigos. Volver a combatir juntos y ayudar a que todos logren evolucionar y se hagan más fuertes. ¡Entre más lo pienso más me gusta la idea!- dijo, cerrando los puños y mirando al techo.

-Lo que dices tiene mucho sentido Ash. Tienes razón. Si haces eso, podrás perfeccionar tu estilo de lucha. Quizás hasta crear un estilo completamente nuevo. Sin mencionar que el entrenamiento le vendría de perlas a tus pokemon. ¡Si pudiste llegar tan lejos ahora, imagina lo que lograrás con un entrenamiento así!-

-¡Lo sé! ¡Me muero por ir a casa!-

-¿¡Pero y qué va a pasar con nosotros?!- gritó Bonnie, muy en contra de la iniciativa del entrenador.

Ash perdió su entusiasmo al ver como la pequeña niña lo miraba lleno de tristeza.

-¿Te vas a ir y ya no te vamos a volver a ver nunca?-

-N-no Bonnie, claro que no. Por supuesto que nos volveremos a ver. Solo que ya no viajaremos más juntos-

-Pero…-

-Bonnie tranquila- dijo Serena, usando aquel tono maternal que había aprendido a usar en compañía de la niña.

-Siepre supimos que este viaje terminaría algún día. Ash ahora desea volver a casa. También ya va siendo hora de que nosotros regresemos. En especial tu hermano, quien no puede dejar abandonado su gimnasio para siempre- dijo mirando acusadoramente a Clemont.

Eso es debatible Pensó Ash.

-Pero eso no significa que no nos volveremos a ver. Además, siempre seremos amigos-

-No Serena. Somos más que amigos, somos una familia. Y es por eso Bonnie, que no importa lo lejos que estemos, siempre vamos a estar unidos aquí - dijo Ash, poniendo su mano derecha sobre su corazón.

-Así se habla- dijo Clemont, copiando su gesto.


Luego de varios días y una siempre difícil despedida de sus compañeros de viaje después. Ash tomó un avión de regreso a Kanto. Ash fue recibido por un comité de bienvenida que le había organizado una fiesta para celebrar su retorno después de tanto tiempo.

Entre los presentes estaban Delia, el Prof. Oal, Brock, Misty, Tracy y Gary. Ash compartió con sus amigos y familia las experiencias de su viaje y sus planes para el futuro como entrenador pokemon. Su iniciativa recibió el apoyo unánime de sus amigos. Gary incluso reconoció que el plan de Ash era bastante bueno.

Al día siguiente de la fiesta de bienvenida y sin querer descansar o esperar u instante más, Ash fue al laboratorio del Prof. Oak y se reunió con todos sus pokemon. Algunos lo recibieron con abrazos y caricias. Otros estaban tan felices de verlo que terminaron por taclearlo de la emoción. Otros expresaron su enojo con el entrenador al tenerlos olvidados en el laboratorio por tanto tiempo. Tales como Beilieaf o Gible quienes respectivamente golpearon y mordieron a Ash.

Luego de los saludos cordiales con sus pokemon, llamó a una gran asamblea donde se reunieran todos ellos. Menos su manada de Tauros por obvias razones. Y tampoco Snorlax, pues estaba dormido.

Les contó a sus pokemon que ya no viajaría por un tiempo. Y en cambio se quedaría en casa para poder entrenar con ellos. Les explicó el plan que tenía y aunque algunos no se veían muy convencidos, la mayoría dio signos de estar totalmente a favor de las intenciones de su entrenador.

Y así pues empezó el nuevo régimen de entrenamiento de Ash Ketchum. Régimen que comenzó por hacer lo que en todos sus años como entrenador no había hecho nunca: Investigar e informarse. Con ayuda del Prof. Y Tracy, Ash por primera vez en su vida se puso a estudiar cuales eran las fortalezas naturales de sus pokemon y cómo podría aprovecharlas mejor. Cuales eran sus debilidades y cómo podía contrarrestarlas, ya fuese con entrenamiento o enseñándoles alguna técnica de contra ataque.

Poco a poco Ash fue seleccionando a sus pokemon más fuertes o con los que se sentía más cómodo al pelear. Experimentó con decenas de combinaciones de equipos y ataques, y les enseñó a sus pokemon a pensar creativamente durante los combates.

Claro que no todo fue solo entrenamiento en Pueblo Paleta. Ash hizo algunos viajes a ciudad Plateada y Celeste, para visitar los gimnasios de sus amigos Misty y Brock. Pasar tiempo de caridad con ellos y tener un que otro duelo amistoso. También aprovechó para ponerse en contacto con sus otros amigos del resto de regiones.

Max y May estaban de viaje por Kalos.

Iris se había quedado a entrenar un tiempo en el gimnasio Espina Negra, bajo la tutela de Clair.

Cilan había vuelto con sus hermanos.

Y Dawn había vuelto a casa, luego de coronarse como la campeona del Festival de Jotho.

Y así se fue un año. Entrenando, practicando y aprendiendo. Hasta que cierto día…

Ash estaba recostado sobre una gran piedra en lo profundo de la reserva que comprendía el laboratorio del Prof. Oak. Junto a él estaban descansando Wartortle (quien obviamente había logrado evolucionar), Snorlax, Infernape y tres de sus pokemon más recientes que eran Lairon, Absol y Garvantula. Habían estado practicando su resistencia contra golpes súper efectivos. Pero ahora se encontraban descansando.

Fue entonces que el más perezoso y menos propenso a estar alerta del equipo sorprendió a todos al ponerse de pie y comenzar a hacer mucho escándalo.

"¡Chicos, chicos despierten! ¡Miren arriba!" comenzó a gritar Snorlax, mientras daba saltos. Que con su peso, pusieron a sacudir toda la zona, haciendo a Ash y sus pokemon rebotar como si estuvieran sobre un brinca brinca.

-¡Snorlax detente! ¡Deja de saltar!- gritó Ash, quien se sujetaba de Lairon para evitar ser zarandeado por los rebotes como el resto de sus pokemon.

Snorlax dejó de saltar, pero siguió haciendo escándalo y apuntando al suelo.

"¡Snorlax es en serio! ¡Si es otro dirigible de tocino, lo vas a pagar!" dijo Wartortle, muy molesto.

-¿Qué pasa? ¿Qué tanto mi… ¡Santo Arceus, miren eso!- gritó el muchacho, abriendo los ojos como platos.

Allá arriba en los cielos. Volando tranquilamente sin verse preocupado por nada en el mundo. Dibujando un arcoíris al pasar, tan majestuosamente como el mismo día en que empezó su viaje pokemon.

-Ho-ho…- musitó Ash, sin quitar la vista de la hermosa ave.

Ash y sus amigos pokemon se quedaron contemplando el vuelo del ave hasta que se escapó de la vista. Cuando ya no pudo verse más, Ash se sentó con las piernas cruzadas con cara pensativa. Sus pokemon lentamente lo rodearon. Unos preocupados, otros curiosos de su pensativa expresión.

"¿Hey Ash, te sientes bien?" dijo Infernape.

"Parece que está pensando en algo" dijo Lairon.

"¿Le doy una descarga? " preguntó Garvántula.

"No Garvantula" dijeron todos.

"¡Ugh! ¿Por qué Pikachu es el único que puede!? No es justo" renegó el arácnido.

Al notar que había sido rodeado por sus preocupados pokemon, Ash sonrió y extendió sus manos para acariciar las cabezas de Lairon y Absol. Que eran los más cercanos a él.

-Tranquilos chicos, estoy bien. ¿Ho-ho es asombroso, cierto?- preguntó a nadie en específico.

Ash se ganó miradas confusas de sus pokemon. Entonces lo golpeó. Tan tangible y fuerte como un trueno de Pikachu. Ash sabía lo que tenía que hacer. Se levantó de golpe con un brillo en los ojos que sus pokemon no habían visto en mucho tiempo.

-¿Saben lo que significa? ¡ES HORA DE VOLVER A VIAJAR!- gritó con todas sus fuerzas.

-¡Una carrera de regreso al laboratorio!- retó a sus pokemon.

Ese mismo día, Ash convocó una pequeña reunión en su casa a la hora de la cena.

-¿Entonces llegó la hora Ash? ¿Volverás a viajar?- preguntó el Prof. Oak.

Se habían reunido en casa de Ash para la noticia.

-Sí Profesor. Tomaré la aparición de Ho-ho como un símbolo de buena suerte- respondió el entrenador.

-Ya lo creo que sí. Nadie más que tú pudo verlo. Qué envidia- dijo Tracy.

-¿Y ya decidiste a dónde irás esta vez hijo?- preguntó Delia.

-Pues… No exactamente. Primero iré a visitar una última vez a Brock y Misty. Luego no sé si ir a Jotho o alguna otra región. Quizás ellos me ayuden a decidir-

-Suena como un buen plan- dijo Oak.

-Justo cuando ya me acababa de acostumbrar a tenerte de regreso en casa- bromeó Delia.

-Muy gracioso mamá. Pero ya verás. Esta vez, cuando regrese traeré conmigo un enorme trofeo de la Liga Pokemon. ¡Esta vez nada nos va a detener!- gritó, elevando su puño al cielo.

"¡Sí! ¡Esta vez vamos a ser campeones, cueste lo que cueste!" acompañó si fiel amigo.

Hizo los preparativos de inmediato. Se compró un cambio de ropa nueva para iniciar su viaje. Seleccionó un nuevo equipo. Se despidió de su amigo, su mentor y su madre, y se puso en marcha.

Misty y Brock se alegraron mucho por su viejo amigo.

-Así que finalmente decidiste volver a viajar. Bien por ti. Te desearía suerte, pero sé que no la necesitarás-

-Gracias Brock. Por cierto ¿Por qué estás vestido así?- cuestionó a su amigo quien traía una vestimenta formal.

-Bueno. ¿De qué otro modo me vestiría si voy a una cita con la EnfermeraJoy?- respondió Brock, haciendo gran énfasis en el nombre de la enfermera.

-¿¡Tienes una cita con Joy?! ¡Brock es genial!-

Que me corten las orejas y me llamen un Sandshrew!" dijo Pikachu, igual de sorprendido.

-Lo sé. Y no fue fácil, pero parece que al fin el encanto de Brock llamó su atención- dijo muy orgulloso.

-Ya lo creo. Pero espera. ¿No te estoy quitando tiempo o sí?-

-No, descuida. En realidad la cita no es sino hasta en un par de horas. Pero quería estar listo desde antes para no traer prisas. Si quieres podemos ir a comer algo-

-No, mejor no te molesto. Solo quería saludarte antes de irme. Me alegro mucho por ti. Por cierto ¿A dónde me recomiendas que viaje esta vez?-

-¿Qué quieres decir? Pensé que viajarías por Kanto- dijo Brock, confundido.

-Pensaba hacerlo. Pero la Liga Kanto fue hace dos meses. Y no creo que me tome diez meses viajar por la región. Preferiría ir a algún sitio donde no falte tanto tiempo para que se celebre una Liga- explicó Ash.

-Pues… Si la memoria no me falla, la Liga Sinno debería llevarse a cabo en unos cinco meses. Podrías ir allá- dijo Brock.

-¿Sinno he? Bueno, sin duda fue la región que más cerca estuve de ganar la copa. Y donde conocimos más pokemon legendarios. Me encantaría volver a ver a Giratina y los trillizos. También me gustaría poder ver a Dawn-

"Ya somos dos"

-Si los vez, salúdalos de mi parte- dijo Brock.

-De tu parte. Bueno seguiré mi camino entonces. Irá ver a Misty y luego partiré a Sinno-

-Cuídate Ash-

-Tú también. Y no dejes escapar a Joy-

-Ash por favor. ¡Una vez que amas a Brock, ya no hay vuelta atrás!-

Se dieron un abrazo y partieron a sus caminos.

En ciudad Celeste, Ash llegó al gimnasio justo a tiempo para ver a un entrenador que acababa de fallar su intento de ganar la medalla cascada.

-¿Otra victoria de la invencible líder del Gimnasio Celeste?- preguntó, al entrar al gimnasio.

-Invencible es una palabra muy fuerte. Pero me alaga que me llame así, señor Maestro Pokemon- respondió en tono de broma.

-No. Maestro no. Todavía no- dijo él, copiando su tono.

-¡Qué gusto me da verte Ash!- respondió a al fin, cortando la charada y corriendo a darle un abrazo.

-Lo mismo digo-

Luego de abrazo Misty tomó a Pikachu en sus brazos.

-Hola Pikachu. ¿Tú y Ash finalmente decidieron volver a los caminos?-

"Ya era hora ¿No te parece Misty?" dijo felizmente el roedor.

-Lo adivinaste-

-Qué felicidad la tuya. No me malinterpretes, adro ser la líder indiscutible de este gimnasio. Sobre todo con lo humillante que ello resulta para mis inútiles hermanas. Pero también me encantaría irme a un nuevo viaje y vivir nuevas aventuras-

-Ho vamos no te pongas nostálgica-

-Lo sé, lo sé. ¿Y de qué se trata esta vez? ¿Viajarán por Kanto?- inquirió, mientras acariciaba la cabeza de Pikachu.

-En realidad pensaba ir de regreso a Sinno. Ya confirmé que la Liga será dentro de pocos meses y también quisiera probar el Frente de Batalla-

-¿Y viniste hasta acá solo para despedirte?- preguntó Misty, sorprendida.

-Pues sí. No sé si volveré tan pronto como la Liga termine y no quería irme sin decir adiós-

-Wow Ash. Eso fue muy considerado de tu parte. Definitivamente ya no eres ese niñito denso con el que viajé hace tantos años. Sigue así y quizás hasta logres conseguirte una novia- dijo Misty, burlonamente, sacándole barias risas a Pikachu.

-Aprende a controlar tu mal genio y quizás tú consigas un novio- respondió Ash-

-¡Jaja! Qué risa- contestó con sarcasmo.

"Sí, sí. Ya no son niños. Dense un beso y acaben con esta charada ¿Quieren?" dijo Pikachu. Lástima que los entrenadores no pudieron entenderlo.

Con un abrazo, un beso en la mejilla y muchos buenos deseos, Ash se despidió de la líder de gimnasio y amiga. Tomó un barco en el puerto de ciudad Celeste y se puso en marcha a Sinno. En solo tres días arribó a Ciudad Marina. Y decidió que ya que estaba ahí, la mejor forma de iniciar su retorno a Sinno sería retando al más fuerte de sus líderes de Gimnasio. O al menos eso sería lo segundo más importante. Primero haría una llamada…

-¡Hola Ash! ¡Cuánto tiempo! Me da mucho gusto verte- dijo Johana al otro lado del videoteléfono en el centro pokemon.

-Igualmente Sr. Johana. Mucho gusto en hablar con usted. Lamento no haber hablado en algún tiempo- se disculó el moreno.

-No te preocupes Ash. Al menos te mantuviste en contacto con Dawn. Quien por cierto me dijo que le encantaron los chocolates que le enviaste por su triunfo en el Festival de Jotho-

-Era lo menos que podía hacer. Y ya que hablamos de Dawn, ¿Se encuentra en casa?-

-Me temo que no. Hace semanas que salió de viaje. La temporada de Concursos de Coordinadores está en su apogeo. Y Dawn no quiso perdérsela- explicó Johana.

-¿Entonces ella también está viajando por Sinno?- inquirió Ash, sorprendido.

-¿A qué te refieres con también? ¿Estás aquí?- preguntó confundida.

-Sí, de hecho estoy en Sinno. Vine a desafiar el Frente de Batalla y también quería participar en la Liga Sinno que se celebrará en algunos meses-

-Ya veo. Que buenas noticias. La última vez por poco ganas la copa. Estoy segura de que esta vez será toda tuya-

-Eso espero. ¿Y supongo que Dawn espera ganar esta vez el Festival, no?-

-Sí. Ahora está en ciudad Rocavelo. Donde espera ganar el concurso de mañana-

-Concursará en Rocavelo mañana…- Ash puso su mano derecha en su mentón, de forma pensativa.

-Si salgo volando ahora en Charizard es seguro que llegaré a tiempo para verla. ¡Sería genial no! La sorprendería con mi llegada sorpresa al concurso y podría echarle porras como en los viejos tiempos- dijo Ash, muy emocionado.

-¡Es una gran idea Ash! Estoy segura que a Dawn le encantará verte. Y sin duda tendrán mucho de qué hablar luego del concurso. Pero ¿Te podría pedir un favor, ya que hablamos de los viejos tiempos?- dijo Johana, optando una postura un poco indecisa.

-Claro Sra. ¿De qué se trata?-

-Sé que tú tienes tus metas. Y Dawn tiene las suyas. ¿Pero crees que… si hubiera la posibilidad, de que pudieran volver a viajar juntos? ¿Cómo la primera vez que recorrieron Sinno? Sé que este es ya el cuarto viaje de Dawn. Pero no puedo evitar angustiarme por ella cuando viaja sola. Me sentiría mucho más tranquila si supiera que viaja acompaña de alguien más-

-Ho… Bueno yo. No lo sé. Digo… ¡Me encantaría volver a viajar con ella, como los viejos tiempos! Pero supongo que tendré que hablarlo con ella. Y eso si logro llegar a tiempo a Ciudad Rocavelo-

-Eso es cierto. Pero por Dawn no tienes de qué preocuparte, estoy segura que le encantará la idea ¿Pero estarías dispuesto a hacerme el favor de cuidar a mi hija?-

-Pues… Jeje. No le prometo nada. Todavía falta ver si a ella le gustará la idea. Créame que Dawn puede cuidarse sola. Pero haré lo que pueda- djo Ash, rascándose la cabeza.

-Eso lo sé. Pero es labor de una madre preocuparse siempre por sus niños. ¿Tu madre nunca te ha dicho que se preocupa mucho por ti en tus viajes?-

-Siempre. Aunque a veces creo que le preocupa más si me cambio o no la ropa interior- Ash se sonrojó enormemente al procesar lo que acababa de decir. Antes de que pudiera retractarse de lo que acababa de decir, tanto Pikachu como Johana comenzaron a riese.

-¡Jajaja! Bueno Ash… Espero que así sea. No me gustaría que mi hija viajara junto a un chico que no se cambia su ropa interior- bromeó Johana.

"¿Eso le preocupa? Debería ver sus modales en la mesa" rió el roedor.

-¡Yo siempre me cambio mis… ¡Pikachu ya no te rías!-

-Tranquilo Ash. Sé que has de tener una muy buena higiene personal- dijo Johana, cómicamente.

Pikachu estallo de risa y comenzó a revolcarse sobre la mesa.

-¡Señora!-

-Bueno, bueno, ya perdón-

-Mejor me voy de una vez a Ciudad Rocavelo. Si habla con Dawn por favor no le diga que voy de camino. Quiero que sea una sorpresa- dijo Ash.

-Cuenta conmigo Ash. Por favor llámenme una vez que te encuentres con Dawn- dijo la ex coordinadora, despidiéndose.

-Claro que sí. Hasta entonces- respondió Ash, colgando la llamada.

-Muchas gracias, he Pikachu-

Pikachu lo miró con cara de 'Yo no fui' y saltó a su hombro.

-¿Listo para volar?-

"¡Vamos allá!" gritó con el pulgar en alto.

Ash salió del centro pokemon y tomó una de las cinco pokebolas en su cinturón.

-¡Charizard, yo te elijo!-

La pokebola se abrió liberando un relámpago azul del que emergió el orgulloso lagarto rojo, dando un gran rugido.

-Hola amigo. Te tengo buenas y malas noticias. La mala es que no iremos al gimnasio como te prometí que haríamos-

Charizard miró confundido a su entrenador.

"¿Qué podría ser más importante que una batlla de gimnasio?" dijo el dragón.

(Sé que Charizard no es un pokemon dragón. Pero seamos honestos. Charizard es de lejos el pokemon que más se asemeja a la forma de los dragones occidentales. Mientras que otros pokemon que si son dragones tienen forma de fetos y espermas).

-La buena noticia, es que igual vas a hacer mucho ejercicio. Mira…-

Ash sacó un mapa de su mochila y lo extendió junto al pokemon de fuego.

-Nosotros estamos aquí. Y necesitamos estar para mañana acá antes de las diez del medio día. ¿Qué me dices? ¿Cuento contigo para llegar a tiempo?-

"Ash por favor. Si puedo patear traseros de pollos legendarios, puedo recorrer un cuarto de continente volando en un día " presumió Charizard, dándose vuelta después para que su entrenador pudiera montar su espalda.

-¡Genial!-

Ash subió a la espalda de su leal compañero, quien tomó posición de despegue.

-¿Listo Pikachu?-

"No, pero aunque me entendieras dudo que eso cambiaría las cosas. ¡Haz lo tuyo Charizard!" dijo el ratón.

"Descuida Chu ¿Cuándo los he dejado caer?"

-¡Andando!-

Charizard abatió sus alas con fuerza, disparándose a sí mismo a los cielos.

Con la ayuda de Charizard habían logrado llegar con tiempo de sobra a ciudad Rocavelo. Desgraciadamente, gracias a la indecisión de Ash respecto a qué regalo sorpresa comprarle a Dawn, Ash perdió una cantidad considerable de tiempo. Sumado a que el muchacho se perdió un poco dado que la ciudad había cambiado mucho desde la última vez que estuvo ahí.

-Demonios, ya es tarde- maldijo, mientras seguía corriendo.

"No se nos habría hecho tarde si hubieras comprado un ramo de rosas como la gente normal. ¡Pero no! Querías ponerte creativo con las flores" lo regañó Pikachu.

-¡No necesito hablar pokemon para saber que estás siendo sarcástico!- replicó Ash.

"¡Pues es la verdad!"

Ash pudo finalmente llegar al estadio donde se llevaba a cabo el concurso pokemon. Dejó las flores a uno de los empleados, explicando su situación y a quién iban dirigidas las flores, para luego irse a buscar un lugar entre los espectadores.

El concurso ya había empezado, y se encontraban en fase de las presentaciones individuales. Luego de encontrar un lugar donde sentarse, Ash preguntó al espectador de adjunto si Dawn ya había pasado a hacer su número. A lo que la persona respondió que Dawn aún no había pasado.

-¡Y ahora, la Coordinadora que todos esperaban ver!- gritó la presentadora.

Ash se emocionó al pensar que finalmente había llegado su turno.

-¡La Campeona de 3er Gran Festival de coordinadores de Jotho!-

¡No hay duda! Aquí viene pensó Ash.

-El Diamante Azul de Sinno en persona… ¡Dawn Berlitz!-

El público comenzó a aplaudir lleno de euforia para recibir a la Coordinadora que se había convertido en toda una celebridad. Ya no solo por el legad de su madre, sino por mérito propio.

Y entonces finalmente hizo su aparición sobre el escenario.

Los aplausos de Ash se pararon casi en seco y su expresión de alegría se convirtió en asombro. Dawn apareció luciendo un vestido de falda larga y hombros descubiertos, color azul celeste. En la parte inferior de la falda, llevaba bordados de figuras onduladas que hacían a Ash pensar en las olas del mar y la espuma. En su brazo derecho llevaba solo un brazalete dorado formado por tres aros con una gema roja en el centro, mientras que en su brazo izquierdo llevaba un guante largo, rodeado por un listón dorado. Finalmente, Dawn llevaba el cabello recogido en una trenza, y una flor en su oreja derecha. La cual Ash habría identificado, si no estuviera tan estupefacto por la belleza de su amiga.

Siempre creyó que Dawn era una niña bonita. Y siempre supo que al crecer, la niña bonita se convertiría en una hermosa mujer. Pero no pensó que se volvería TAN hermosa. ¿De verdad tanto limitaba la video llamada su percepción, que hasta ahora no había notado que la pequeña Dawn se estaba convirtiendo en una bella señorita?

"Cielos Ash, ya era hora" dijo Pikachu, sabiendo que su entrenador no le entendería. Quizás ni siquiera lo alcanzaría a escuchar, viendo lo muy embelesado que estaba.

-Bienvenida Dawn. Es un honor tenerte de vuelta en este estadio- dijo la presentadora.

-El honor es todo mío, al poder participar en este gran evento- respondió la campeona de Jotho.

-Fue hace apenas hace unos años que pudimos verte en este mismo estadio, durante tu primera temporada de concursos pokemon. Y mírate ahora. Has vuelto como la orgullosa campeona de Jotho. Y todo el mundo dice que vienes a por tu segundo título de Campeona de Sinno. ¿Es eso cierto?-

-Ese es el plan, si quiero ser una Coordinadora de excelencia como mi madre. Pero sé que el camino no será fácil, como no lo ha sido hasta ahora. Pero gane o pierda, yo y mis pokemon vamos a dar el cien por ciento. Y espero que el resto de concursantes hagan lo mismo-

-Entonces ¿Estás lista para deslumbrarnos?-

-¡Claro que sí!-

-¡Corre tiempo!-

-¡Milotic, a escena!- gritó Dawn, girando elegantemente y lanzando con delicadeza una gloria ball.

La pokebola se abrió y de entre el destello de luces y colores, emergió la majestuosa serpiente marina de Milotic, que flexionó su extenso cuerpo para caer suavemente sobre el suelo.

Lo que sea que Milotic hiciera a partir de ese punto, pasó desapercibido para Ash. Estaba demasiado siguiendo los movimientos de Dawn, mientras daba las indicaciones a su pokemon. Quizás era el exceso de euforia en el estadio. Quizás era la fría briza de los ataques de hielo de Milotic. Quizás era el jugo de naranja de la mañana haciendo efecto. Pero Ash no podía quitarle la vista de encima a la coordinadora.

El número de Dawn terminó y los jueces le dieron una calificación casi perfecta. Dawn dio un agradecimiento y con una reverencia, salió del escenario.

"Ash en serio. Cierra la boca antes de que se te caiga la baba. O peor, que alguien te va y piense que eres un pervertido" lo regañó Pkachu.

Ash finalmente escuchó las quejas de su pokemon y logró salir de su trance.

-Oye amigo no me culpes. Tú la viste ¿No?- dijo Ash, algo sonrojado.

Los ojos de Pikachu se abrieron como platos.

"¡Wow, wow, wow!.. ¡¿Primero Brock consigue una cita y ahora tú te das cuenta de que las mujeres existen!? ¿¡Qué sigue?! ¿!Vas a capturar un pokemon legendario?! ¿¡El Equipo Roket me va a capturar?!" replicó Pikachu.

"Ahora que lo pienso, no hemos sabido de ellos en más de un año... Me pregunto qué habrá sido de ellos"


Ocho meses atrás, en una cueva de las montañas que componen la Calle Victoria de la región de Hoenn…

Un Tyranitar, un Nidoking y un Aggron reposaban sentados en el piso, luego de una gran merienda.

-¡Uff! Gracias por invitarme amigos. Tenía años que no comía humanos- dijo el Tyranitar, dándose barias palmadas en el estómago, como si fuera un tambor.

-Sep. Y que suerte que fueran hombre y mujer. Así degustamos ambos sabores- dijo Nidoking.

-Sí. Aunque no entiendo cómo pueden vivir echándose tantos menjurjes en el cabello. O para el caso, vivir con tanto cabello- renegó Aggron, quien aún continuaba sacándose algunos cabellos magenta de entre los dientes.

-Vámos viejo, tú comer hierro- dijo Nidoking.

-Hierro que tiene buen sabor- respondió Aggron.

-¿Cómo los atraparon? Los entrenadores que recorren estas montañas son casi siempre demasiado fuertes para pokemons salvajes. Incluso de nuestro nivel- preguntó Tyranitar.

-No eran entrenadores. Dijeron algo de ser… Criminales y estar aquí para capturar pokemon. No sé cómo planeaban hacerlo con esos pokemon tan débiles que tenían-respondió Nidoking.

-Mejor para nosotros que rara vez podemos saborear estos manjares-

-Tú lo has dicho amigo-

-¡Que vivan los banquetes en compañía de los buenos amigos!- festejaron los tres.


De regreso en Sinno, el concurso había terminado. Dawn había logrado ganar el concurso. Gracias una combinación de Ventisca de Milotic que impulsó el bombardeo de Tyfloshion, y acabó con sus oponentes. Si fuera por Ash, habría corrido directamente al área de participantes a encontrarse con Dawn. Pero no había olvidado su plan para sorprenderla. Las flores que le había dado llevaban una nota que le pedía a Dawn ir al parque tras el estadio, luego del concurso a encontrarse con un viejo amigo y su Pikachu.

Incluir a Pikachu en la nota, era una pista demasiado obvia. Pero ahora que Dawn era campeona, seguro que recibía muchos regalos de sus admiradores. Así que si quería llamar su atención, debía ser específico. Y dicho y hecho…

Ash que permanecía escondido entre las ramas de un árbol, vio que Dawn había llegado. Llevaba en sus manos el ramo de flores que él le había enviado y claramente parecía estar buscando a alguien. Dawn ya no traía puesto su vestido del concurso. Aunque al parecer no se había dado tiempo para desarreglarse el cabello.

Dawn vestía una blusa negra manga corta con pliegues en el cuello. Una mini falda plisada corta color rosa. Botas rosas, junto a unas medias color negro. Su confiable poke-reloj en su mano izquierda y una pulsera dorada en su mano derecha. Y finalmente, una bufanda blanca.

-Hey Pikachu, ve si puedes atraer la atención de Dawn hacia acá. Cuando se acerqué saltaré del árbol y la sorprenderé- dijo Ash.

"Bravo Ash. Primero le regalas flores y luego intentas medio matarla del susto… Y tu mamá y el profesor Oak se preguntan por qué no tienes novia" suspiró Pikachu, pero siguió la petición de su entrenador igual.

El roedor bajó del árbol y comenzó a hacer ruido para llamar la atención de la coordinadora.

-¿Pikachu?-

"¡El único Dawn!"

-
-¡Pikachu, eres tú!- dijo felizmente, corriendo hacia el pokemon -¿Dónde está…- no pudo terminar su pregunta, puesto que una vez que se acercó lo suficiente, Ash se dejó caer del árbol, como una fiera sobre su presa. Ash no dio ningún grito aterrador, pero su sorpresiva aparición logró asustar a Dawn tanto, que dio un pequeño salto en reversa, tomó el ramo de flores con ambas manos y lo usó como si fuera un bate de beis bol para golpear a Ash en la cara.

Pikachu al ver esto no puedo evitar caerse de espaldas y carcajearse de risa.

"¡Jajaja! ¡Retiro lo dicho de tu plan Ash! ¡Eso fue genial! ¡Jajaja!"

-¿A-ash? ¿Ash eres tú?- preguntó Dawn, aún sorprendida.

-Uff… Menos mal que no compré las rosas o eso de verdad me habría dolido- dijo Ash, tallándose la cara y sacudiéndose los pétalos del cabello.

-Ash…- musitó Dawn, al verlo por fin a la cara.

-H-hola Dawn… Lo siento. Creo que eso de salir del árbol fue mala idea después de todo- se disculpó.

-Sí, creo que lo fue. Pero, suena al tipo de cosas que tú harías- dijo ella, en un tono tragicómico.

-Sip, ese es el tipo de cosas que yo hago. Pero esto es algo que solo tú y yo hacemos- dijo Ash, levantando su mano frente a Dawn, pidiéndole que hicieran uno de sus característicos saludos de 'Dame esos cinco'.

Dawn suspiró y chocó su mano derecha contra la del entrenador. Después de eso sonrió conmovida y se abrazó al entrenador sin previo aviso.

-¡Qué alegría me da verte en persona!- gritó, cual niña en medio de su quinceañera.

Ash se sorprendió unos instantes, pero luego de un momento fue invadido por la misma emoción y abrazó a su amiga. Habían seguido en contacto, pero no se habían visto en persona desde Unova. Así que era difícil para ambos que no les invadiera una gran emoción de poder estar juntos frente a frente otra vez.

Viendo al entrenador y coordinadora abrazarse y girar mientras reían, provocó una sonrisa en la cara de Pikachu.

"Espero no envejecer antes de que Ash decida convertir a una de sus amigas en algo más"


Y así termina el primer capítulo. Sí, convertí a Jessie y James en comida pokemon. No creo que alguien los valla a extrañar.

Espero les haya gustado hasta ahora. En el próximo capítulo aflorarán sentimientos y aparecerán más viejos amigos.

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