Densestu no Kagome Hime
Summary: "Luego de la batalla con Kaguya… Aquellos objetos anhelados por la Hija de Luna volvieron a su lugar, pero ¿Que sucede cuando hay una próxima elegida en poseerlos? ¿Se cumplirá la noche eterna?"
Época antigua, lugar de Youkai, Hanyou y Humanos, lugar de mitos y leyendas. En la actualidad, se piensa que aquello es solo ficción. Yo también pensaba de esa forma, mi nombre es Kagome Higurashi, tengo 15 años. En octubre del año pasado caí en un pozo que se hallaba en el templo de mi familia, el cual me transporto 500 años en el pasado, a la época de las guerras civiles. No se exactamente porque, pero en esa época existen los demonios y mitad-demonios, también, por alguna extraña razón, se extinguieron, así que en el Japón actual, el Japón del 2007, es imposible ver las maravillas que yo veo a diario…
- ¡Kagome-chan!- se escuchó el grito de una mujer a lo lejos-
Kagome apartó su vista del paisaje que se dejaba observar a través de ese gran risco, y, dándose la vuelta, dejo que el viento jugueteara con sus cabellos al tiempo que sonreía a Sango, Miroku, a Shippo y a un malhumorado y ligeramente sucio Inuyasha.
- Sango-chan- dijo mientras se acercaba a ella, cuidando que su falda de colegiala no se levantara en exceso-
Ella es Sango, es una exterminadora de monstruos muy hábil. Perdió a su pequeño hermano a manos del cruel Naraku, y es mi mejor amiga.
- Kagome-sama, será mejor que sigamos- sugirió el monje que se encontraba a su lado-
El es Miroku, un monje bastante leal a sus amigos, y muy valiente. Es un gran amigo aunque…
- ¡Hentai!- gritó Sango profanándole una bofetada al sentir su mano en una zona bastante intima-
Si, es bastante pervertido.
- ¡Kagome-chan, vamos!- dijo entusiasmado un pequeño zorro-
En cuanto a él, es Shippo, es como mi hijo adoptivo, aunque en ocasiones tiende a ser poco valiente.
- ¡Feh! Niña tonta, tenemos que irnos- exclamó el hanyou sacudiendo su ropa-
Y él es Inuyasha. El mitad-demonio que me robó el corazón, solo hace unas cuantas horas, estábamos besándonos en aquel castillo. Y solo hace pocos minutos, ya lo estaba mandando al suelo por no tener sensibilidad. Es que, me reclamó diciendo que lo había besado sin preguntar ¿¡Pero como le iba a preguntar si estaba siendo convertido en un Yokai!?
La mirada de la quinceañera se entristeció un poco, recordando el 'Osuwari' que momentos antes le había dicho a su querido chico-perro.
- Voy, Inuyasha- dijo con un deje de tristeza en su voz-
Inuyasha pareció notarlo ya que la vio con melancolía, mientras tanto, Kagome permanecía con la cabeza gacha.
- Inuyasha, Kagome-sama y tú se han besado. ¿Por qué siempre tienes que arruinar los momentos románticos?- mencionó Miroku mientras colocaba de nuevo su mano donde no debía-
- ¡Miré quien lo dice!- murmuró Sango al tiempo que volvía a cachetear al Monje-
Entre tanto, las mejillas de Kagome adquirieron un matiz carmín, al igual que las de Inuyasha. El hanyou se atrevió a observarla y su sorpresa fue grande al descubrir que ella ya lo estaba mirando, lentamente, recorrió cada facción del rostro de la colegiala con su mirada, primero sus labios, aquellos carnosos y dulces labios que hace horas había besado, y anhelando tener otro beso más, luego siguió con sus ojos, por Kami, esos ojos despertaban emociones ocultas en el, emociones que nunca había sentido al estar junto a Kikyou.
Kagome también hacía su propia investigación, comenzando por aquella mandíbula firme y fuerte, siguiendo por sus labios, Kami, esos labios si que eran suaves, y aquel aliento caliente que se había mezclado con el suyo al momento de besarse. Luego vio aquellos orbes dorados, fue lo primero que conquistó el corazón de la chica, esos ojos que expresaban fuerza, vitalidad, decisión, tenían una especie de fuego interno que…
- Kagome-sama, Inuyasha. ¿Vendrán?- sin darse cuenta, el Monje Miroku había estado llamándoles hacía un buen rato, mientras que Sango y Shippou ya estaban bastantes adelantados-
- Eh…si...- susurró Kagome dándole una ultima mirada a Inuyasha-
"…Cuando la Hija del astro lunar halla sido destruida, aquellos objetos regresaran a su lugar de origen, hasta que una segunda primogénita se presente. Tras perder el corazón que la ata a la raza más débil, se activara el sello y el mundo quedará en oscuridad eterna, haciendo que la luna reine para la inmortalidad…Es así como se ha escrito, es así como sucederá…"
