/!\DISCLAIMER/!\: "Código Lyoko", así como sus personajes, no me pertenece. El resto es totalmente invención mía.
Capítulo 1: Recuerdos en un aniversario
Un grupo de cinco adolescentes se encontraba alrededor de un banco, conversando.
-¿Vosotros habéis decidido qué vais a hacer cuando acabeis los estudios en Kadic?-preguntó uno de los chicos, Jeremy.
-Yo me meteré en ciencias y estudiaré medicina.-respondió con decisión Yumi.
-Mi padre está enfrascado en que ingrese en una academia militar...-secundó Ulrich.
-Yo creo que voy a estudiar arquitectura. Me gusta mucho.-terció Odd.
-Pues yo voy a estudiar ingeniería informática o me dedicaré a la ciencia, tengo que pensarlo.-finalizó el chico con gafas.
Esperando su respuesta, todos se giraron hacia su última amiga: Aelita.
-¿Y tú, Aelita?¿Qué estudiarás?-preguntó Ulrich al ver que no respondía.
La pelirosa se giró hacia sus amigos y esbozó una sonrisa.
-Biología marina.-contestó solamente.
-Esa es una carrera muy bonita-comentó Jeremy, y se fijó en la expresión de su amiga. Sabía que le preocupaba algo-.¿Te pasa algo?
-No, nada; es que estoy algo cansada. Me voy a mi cuarto, hasta luego.-se despidió ella sin permitir a los demás decir palabra o hacer acción alguna.
Mientras se alejaba de ellos, agradeció que hubieran elegido en aquella ocasión aquel lugar para sentarse. Se hallaba cerca del edificio de Administración, escondido tras la cafetería. Se dirigió hacia las habitaciones pero, cuando se aseguró de que estaba lejos de la vista de sus amigos, encaminó su trayecto al bosque.
Iba con la cabeza gacha, los ojos entreabiertos y la mente perdida.
-¿Cómo han podido olvidarlo?
Ese día era el aniversario de la derrota de XANA hacía un año. Y de la muerte de su padre también.
Mientras tanto, el resto de la pandilla seguía en su sitio.
-Está muy triste-notó el rubio con gafas-. Pensé que ya lo había superado, o al menos asumido, pero no.
-Aunque acabáramos con XANA, ella perdió a su padre-respondió Ulrich-. No es de extrañar que esté así, se ha quedado totalmente...
-¿...Sola?-terminó Odd.
-Iba a decir huérfana. Nosotros somos como su familia,¿no lo entiendes?-le recriminó el moreno, para luego girarse hacia Jeremy-. Deberías ir a hablar con ella.
El rubio se levantó:
-¿Y por qué no todos?
Sus pasos había llevado a Aelita hacía la Hermita. Iba allí cada vez que estaba triste, y era normal, era el último de sus recuerdos sobre su pasada vida. El pensar que una vez vivió feliz, exenta de peligros y con una familia... Simplemente, Aelita no pensaba eso, porque sabía que no podría soportarlo. Aquella casa la reconfortaba y a la vez acuciaba su soledad, haciendo que la chiquilla disfrutara estando allí pero sufriera por sus recuerdos. O los pocos que le quedaban.
Sin darse cuenta y sumida en sus pensamientos, Aelita había acabado en su antigua habitación. Iba a acercarse a la ventana, rota, cuando...
-¡Clink-clink, clink!- se oyó un tintineo.
Aelita paseó la mirada por toda la habitación hasta encontrar un collar a sus pies. Se agachó para recogerlo y constató que se trataba de un colgante dorado circular, con una espiral en su interior. Se preguntó qué hacía aquello ahí, pero pronto desechó esos pensamientos.
Se guardó el collar, el cual le parecía bastante bonito, en uno de sus bolsillos y siguió recorriendo la casa. Llegó al despacho de su padre, la habitación más desordenada de toda la casa. Los hombres de negro, cómo no.
La chica pasó la mano sobre el polvoriento escritorio oscuro dejando surcos sobre su superficie y manchas en sus dedos. Su curiosidad la llevó a abrir los cajones, encontrando en uno de ellos una placa de cristal con una margarita blanca en su interior. Aquello activó algo en lo más recóndito de su memoria...
Flashback
Una Aelita de cinco años entró por la puerta de la casa con una mochilita a la espalda y una flor en la mano. Tras ella estaba su padre, que cerraba la entrada de la casa.
-¡Mami, mamiiii!-Aelita exclamaba mientras corría por toda la casa.
-Estoy aquí, cariño.-respondió su madre desde el salón.
La niña corrió a toda velocidad hacia el salón y se lanzó a los brazos de ella:
-Feliz día de la madre, mami.
Anthea respondió con un beso en la mejilla de Aelita:
-¿Qué es eso que traes ahí, cariño?-preguntó Anthea mirando la flor que traía Aelita.
-Es una flor que he cogido para ti-contestó la pequeña pelirosa-.¿Te gusta, mami?
-Claro que sí, Aelita.
-¿No tenías algo que decirle a mamá, Aelita?-interrumpió su padre, que se hallaba apoyado en el quicio de la puerta.
-¡Síii!-canturreó la niña-. Es una poesía que dimos en el cole.
Aelita empezó a recitar la poesía-canción, mirando la flor que tenía en la mano:
Hoy es tu día, madre mía,
y te quiero a ti cantar,
con los ángeles del cielo,
un canto de felicidad.
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
Bendita sea tu bondad.
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
No hay flor que te pueda igualar.
El jardín tiene sus flores,
y las flores su color.
Pero yo tengo a mi madre,
¡que es rosa de mi corazón!
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
Bendita sea tu bondad.
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
No hay flor que te pueda igualar.
La noche con sus estrellas,
la mañana con el sol;
no podrían igualarte,
¡porque tú eres mi corazón!
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
Bendita sea tu bondad.
¡Oh, mamá!¡Oh, mamá!
No hay flor que te pueda igualar.
Fin del flashback
Aelita seguía clavada en el sitio, con los ojos llorosos. Ahora recordaba aquella canción...¿Cómo había podido olvidar precisamente eso? Era un recuerdo hermoso. La felicidad de su madre reflejada en sus ojos, ella misma cohibida cantando la canción con aquella voz infantil...
La posibilidad de recuperar más recuerdos rebuscando la casa la llenó de esperanza, pero justo cuando iba a buscar en otro cajón sonó su móvil.
-¿Sí?-preguntó.
-Aelita, soy Jeremy.¿Dónde estás?
La chica se mordió el labio. Si el rubio le preguntaba su ubicación, es que no sabía dónde estaba. Y si no sabía dónde estaba era porque había ido a su habitación y no la había encontrado. Entre tanto, pudo oír voces de fondo, las cuales eran de Ulrich, Odd y Yumi.
-Estoy en el bosque. Quería que me diera el aire.-improvisó de pronto mientras dejaba con delicadeza la lámina de cristal en su sitio y salía de la casa.
-¿Más o menos por dónde?-dijo Jeremy después de comunicar la respuesta de Aelita a los demás.
-¡Pero bueno, Jeremy!¿Esto qué es, un interrogatorio?-replicó Aelita molesta.
-No, no, no-se apresuró a responder Jeremy en tono conciliador-. Es que hemos decidido ir a dar una vuelta por la ciudad, ya que esta tarde no hay clases.¿Te apuntas?
Mientras Jeremy hablaba, Aelita pudo ver a alguien que seguía el mismo camino que ella, justo por detrás. Lo ignoró y siguió atenta a su conversación:
-De acuerdo.¿Dónde quedamos para encontrarnos?
La pelirosa pudo oír a Jeremy preguntando lo mismo, y Yumi respondiendo algo.
-Mejor quédate donde estás, ya que estás más cerca de la salida.-repitió Jeremy.
-Pues estoy...
Aelita paró de hablar y se fijó en que había alguien más delante de ella. Sin saber por qué, aquello disparó una sensación de inseguridad en su cerebro.¿Qué hacían aquellas personas en el bosque, si este pertenecía al campus y la entrada del mismo era por otra parte?
Como si aquello lo hubiera dicho en voz alta, tres personas más aparecieron de entre la maleza. Aelita sabía que algo no iba bien. Puede que por la sensación de inseguridad, puede que por el sudor frío que le recorría la espalda, o puede que por el hecho de que cinco desconocidos la estuvieran acorralando en medio del bosque.
Los cinco desconocidos que, casualmente, vestían de negro e iban encapuchados, empezaron a cerrar el círculo entorno a ella. Entonces Aelita reaccionó:
-¡Estoy en la encrucijada del bosque!¡Venid rápido, hay...!
Un calambre sacudió la mano de Aelita, y esta soltó el móvil con un chillido de dolor.
Diez minutos antes...
-Pues Aelita no está aquí.-sentenció Odd mientras estaba todos frente a la puerta de Aelita, cerrada.
-¡Premio al genio del año!-exclamó Ulrich, sacándole a Yumi una carcajada y a Jeremy una sonrisa.
-Seguramente esté en la Hermita.-razonó la japonesa.
Jeremy asintió y sacó su móvil. Un par de segundos después, Aelita cogió el teléfono.
-Aelita, soy Jeremy.¿Dónde estás?
Ulrich, Yumi y Odd empezaron a hablar.
-Cinco euros a que está en la Hermita.-apostó Odd.
-Eso no vale, Aelita siempre va allí-protestó Ulrich-. Bah, da igual,¡cinco euros por la Hermita también!
-Pues yo apuesto diez euros a que no está en la Hermita.-dijo Yumi, ganándose las miradas de los dos chicos.
-Ve preparando el dinero, Yumi, porque vas a perder.-avisó Odd.
-Eso ya lo veremos.
En ese momento Jeremy se giró hacia los demás:
-Aelita dice que está en el bosque-comunicó y luego siguió hablando al móvil-.¿Más o menos por dónde?
Yumi les dirigió una sonrisa a Odd y Ulrich:
-¿Decíais, chicos?
-No, no, no-dijo entonces Jeremy-. Es que hemos decidido ir a dar una vuelta por la ciudad, ya que esta tarde no hay clases.¿Te apuntas?
-Este hace planes sin consultarnos y nos mete de lleno sin preguntar.-bufó Odd.
-Aelita dice que sí, que dónde nos encontramos.-dijo Jeremy.
-Dile que se espere: ella está más cerca de la salida.-meditó Yumi.
-Mejor quédate donde estás, ya que estás más cerca de la salida.-repitió el rubio al móvil.
Jeremy esperó la respuesta de la chica durante unos segundos, hasta que la respuesta se sucedió seguida de un grito y el fin de la llamada. Hasta se pudo oír fuera del móvil.
-¿Qué ha pasado?-preguntó Ulrich alarmado.
-No sé, pero le ha pasado algo a Aelita, tenemos que darnos prisa.-respondió Jeremy echando a correr junto con los demás fuera de los dormitorios.
-¿Y dónde dices que está?-quiso saber Yumi.
-En la encrucijada del bosque.
Los cuatro intentaron correr lo más rápido posible, asustados y extrañados de lo que acababa de pasar.
Aelita se miró la palma de la mano, la cual estaba totalmente roja.
-¿Quiénes sois?-exigió en voz de grito.
-మాకు ఉరి ఇవ్వండి!-exclamó a su vez uno de los encapuchados.
-¿Qué has dicho?-preguntó Aelita desconcertada ante aquella palabras initeligibles.
-మాకు ఉరి ఇవ్వండి!-repitió de nuevo.
-¡No entiendo nada de lo que dices!
Aelita empezó a mirar a su alrededor, buscando un hueco por el que colarse y escapar. Desgraciadamente, los desconocidos le cerraban todo el paso. Harto de esperar, el encapuchado que había hablado en aquella lengua tan extraña se acercó a ella a pasos grandes. Aelita intentó retroceder, pero dos de los encapuchados la agarraron por la espalda.
-¡Soltadme!¡AYUDA!-chillaba mientras se retorcia entre los brazos de los desconocidos, sin éxito.
El hombre empezó a rebuscar en la bolsa que Aelita llevaba al hombro, tirándola segundos después al no encontrar lo que buscaba en su interior. Entonces empezó a inspeccionar a la pelirosa, rebuscando y palpando en partes donde no debería.
-¿¡SE PUEDE SABER QUE ESTÁS HACIENDO!?¡ESTATE QUIETO!-chilló Aelita aún más fuerte mientras propinaba una patada a aquel hombre que le había puesto las manos encima.
-స్టుపిడ్ అమ్మాయి.-musitó él mientras se reincorporaba.
El hombre alzó una mano, dispuesto a agredir a Aelita, cuando un zumbido cortó el aire. Dos de los encapuchados, aquellos que estaban sin hacer nada, desaparecieron en una nube oscura y uno de los que agarraban a la chiquilla lo siguió. Sin hacerse preguntas, Aelita aprovechó eso y el desconcierto de sus captores para deshacerse de la opresión del encapuchado y salir corriendo. Sin embargo, nada mas correr un par de metros, algo la empujó e impactó contra un árbol. Aelita proferió un grito de dolor mientras notaba una punzada de dolor que recorría toda su espalda, a la vez que se giraba para ver a su atacante con la mano alzada y humeante.
Nota mental: guardar documento cada cinco segundos. No abrir accidentalmente otras páginas o AelitaEternen no se hace responsable de los daños.
No, si ya iba a venir yo con las notas de al autora, más feliz que una perdiz, y va y el ratón me trolea clickeando "accidentalmente" en otra página. Dios, es que casi me cargo el escritorio, el móvil, el ordenador y todo lo que tuviese a mano.
Bueno, perdonadme por mi desaparición de...¿3, 4 semanas? Pero la he estado dedicando en cuerpo y alma a este nuevo fic. Este proyecto de fic es muy importante para mi porque es una especie de crossover entre CL, obviamente, y una novela que escribí hace dos años y nunca llegué a terminar. Se quedó por el principio, pero aun así nunca dejé de pensar en ella y de desarrollarla en mi cabeza. Y resulta que el otro día, escuchando una canción, se me pasó por la cabeza "¿Cómo sería LJDLV (nombre de la novela) con CL?". Y fue pensar en eso y los personajes de CL se acoplaron a la trama de LJDLV como si fueran los originales.
Pues a raiz de eso, empecé a pasarme las tardes planificando la novela, que finalmente ha recibido el nombre de Código: Elements, y adaptándola al crossover. Y aquí está. Mientras tanto, dejé en segundo plano a Código: Skyland, ruego me disculpeis. Pero además, no tenía ni pajolera idea de qué escribir en el siguiente capítulo, ya que C: E me estuvo robando toda la imaginación. Al menos espero que ahora que por fin está empezado, pueda dedicarle el tiempo que se merece a C: S.
Por cierto,¡un aplauso para mi sempiterna originalidad con los títulos! No, si encima el título de este fic es más pooooco original... Mirad el título de la canción que lo inspiró, y escuchadla. Adoro a Lindsey Stirling, es épica:
/watch?v=sf6LD2B_kDQ
Y otro por cierto, la poesía que Aelita recita no es en absoluto mía. Es una poesía que yo también aprendí y recité a mi madre de pequeña, y pensé que ese sería un recuerdo muy bonito para Aelita.
Ah, y el idioma que hablan los encapuchados es uno que ya diré más adelante, pero usé el traductor de Google para buscar el idioma con las letras más raras xD
En fin, veremos a ver dónde llegará este fic :) ¡Ya me direis que os parece!
Un saludín,¡hasta otra!
PD: Bree,¿por qué será que mis encapuchados me recuerdan a tus Rhuen?
