Disclaimer:Transformers pertenece a Hasbro, no recibo ninguna ganancia con este fic, solo la historia me pertenece.
Prefacio
Desde los albores del tiempo antiguos seres tenían el poder absoluto, seres superiores a cualquier otra raza o especie ostentaban grandes habilidades, destrezas obtenidas desde su mismísimo nacimiento, desde el gran bigbang que dio origen a todo lo conocido y por conocer, su trabajo era mantener un equilibrio, y cuando el universo aprendió a mantenerlo por si solo, los poderes vieron destrozado su proposito.
Al principio fueron 7 los grandes hermanos, dos se alejaron de la familia, porque el universo por si solo jamás mantendría el equilibrio entre ellos, sus hermanos los echaron, celosos de su importancia y valor; con el pasar de los eones, estos dos lucharon entre si, Luz y Oscuridad, uno de ellos no quería seguir manteniendo el equilibrio, y fue exiliado al borde del universo mismo.
Luz renunció a sus habilidades por servirle de hogar a una nueva forma de vida, con increible humildad cedió su cuerpo y se convirtió, sin desearlo, en un ícono de culto para esa raza.
Pero, al parecer solo el había heredado humildad.
El resto de sus hermanos buscaban alabanzas y ruegos, súplicas y sacrificios, rituales, de jóvenes civilizaciones para saciar su vanidad, y si estas no los satisfacían, dejaban caer su ira sobre ellos, obteniendo a cambio, nuevos ruegos y súplicas que alimentaban sus hambrientos egos.
Pero como todo, las civilizaciones avanzaron y evolucionaron, burlandose de los grandes poderes, destruyendo los egos de estos, se deshicieron de ellos sin destrucción ni caos alguno, porque les habían echado en cara sus nuevos conocimientos, el universo mantenía el equilibrio por si solo.
Ahora los cinco poderes se reunieron, en su planeta personal, donde se fueron autoexiliados y avergonzados hace mucho mucho tiempo, todos se veían los rostros, asqueados ya de su castigo, de aquel planeta lleno de pequeñas y sucias criaturas, que se arrastraban a sus pies, ya sus alabanzas no llenaban su vanidad. Se encontraban formados en círculo, observando el Estanque de los Antiguos.
Naturaleza
Guerra
Caos
Enfermedad
Miseria
Todos se complementaban, y al hacerse uno, el funesto destino estaba sellado, solo la destrucción asolaría su objetivo.
-no merecen piedad.-chilló Naturaleza.
-no merecen perdon.-rugió Caos.
-no tendremos misericordia alguna con aquellos que no nos alaben.-secundó Enfermedad.
-rogaran sobre sus rodillas hasta que estas esten en carne viva.-amenazó Miseria.
-se destruiran entre si, buscando los culpables de nuestra ira.-vaticinó Guerra.
-y los primeros en sufrir nuestra ira serán los hijos de nuestro hermano, los primeros que nos echaron en cara nuestra supuesta inutilidad, los que destruyeron al único sensato de nosotros, a nuestro hermano oscuridad.-gritó Caos.-acabaremos con su raza para siempre y para ello los haremos sufrir, Hambre, atacaras primero.
En el estanque de los antiguos se reflejó la Lemuriah.
