NOTAS: ¡Hey! Saludos terrícolas! Yo aquí dejando este fic mientras me inspiro en el que tengo pendiente, es que aprovecho mientras me llega el aire de la rosa de Guadalupe pata inspirarme! Jojojo sin más que decir ya saben que mi única intención es robarle una sonrisa, un suspiro, un mohín! O de perdida una mentada de Mother xD espero que les guste y se diviertan mucho; pues ese es mi propósito distraerlos un poco del mundo normal!

¡Lean, lean!

:3

K-ON! NO ME PERTENECE

…..

Una mañana como cualquier otra… las chicas del club de música ligera, disfrutaban del té y postres deliciosos que con mucha dedicación les traía día a día la tecladista de la banda, con el único fin de poder disfrutar de un grato y relajante momento con sus amigas de escuela…

Al parecer ya llevaban más de un mes sin siquiera sacar sus instrumentos de sus respectivas fundas y Azusa y Mio comenzaban a molestarse por tomarse sus ensayos tan a la ligera y comenzar a ser tan despreocupadas como Ritsu y Yui, que al parecer no habían cedido a sus insistencias de ensayar durante ese mes que no lo habían hecho; logrando resignarse y seguirles la corriente durante todo ese tiempo… pero ese día…ese día ya no soportaban un día más bajo esas circunstancias, después de todo eran un club de música, y se suponía que su motivación para estar en ese club era su pasión por la música, lo que no deberían tomarlo como una obligación y ser más dedicadas a lo que supuestamente era… su vocación…

Mio.- bien, es hora de practicar – hablaba firme y decidida la bajista de la banda mientras se levantaba de la mesa, dejando una taza de té a medio terminar al igual que un postre de chocolate sobre la mesa. Azusa escuchó aquellas palabras de su senpai, y no lo dudó ni dos segundos; se levantó de la mesa siguiendo a la bajista para así ambas tomar sus instrumentos correspondientes.

Mugi.- sonrió amablemente, y se dispuso un poco dudosa a seguir a sus dos compañeras y amigas de banda; pues suponía que esa decisión de las pelinegras causaría una conmoción en la baterista y la guitarrista mayor, que últimamente solo se la pasaban relajeando y siendo desobligadas; y como ella era demasiado neutral, siempre quedaba en medio de alguna discusión por parte de las responsables pelinegras y las desobligadas castañas, que eran todo un caso.

Ritsu.- nee Mio… hoy deberíamos tomarnos el día libre, de cualquier forma no tenemos ningún evento pendiente por el momento jeje – hablaba completamente despreocupada la baterista con ambos brazos sobre la nuca.

Mio.- Ritsu, últimamente hemos estado holgazaneando demasiado, ¿no crees que es hora de ensayar por lo menos un par de horas?; digo, porque hemos estado sin tocar nada alrededor de un mes. – contestó con seriedad y firmeza la pelinegra mirando fijamente a Ritsu.

Yui.- Mio-chan, un día más no le afecta a nadie, además como dice Ricchan, no tenemos eventos pendientes, ni cerca de estos días; así que creo que debemos tomarnos un respiro y dejarnos querer por las delicias que Mugi-chan nos ah traído hoy. – comentó con inocencia y despreocupación la mayor de las Hirasawa ante el comentario de Mio, mientras comía un pastelillo.

Azusa.- ¡Yui-senpai! ¡Ritsu-senpai!, ¡basta de flojear! Últimamente lo único que hacen es renegar ante cada incitación de ensayo, ¡ya es momento de que retomen el camino del club! Ya han descansado demasiado, no puedo creer que estén en este club sin siquiera tener un poco de vocación ante la música; que supuestamente es de lo que este club debe tratar. – gritó exasperada la kohai reprendiendo a la baterista y a la guitarrista mayor por su falta de determinación.

Ritsu.- ¡Hey! ¡Tranquila Nakano! ¡No nos levantes así la voz! – contestaba seria la baterista poniendo una mano sobre la mesa inclinándose un tanto para el frente mientras fruncía un ceño.

Mio.- ¡pues quizá no se ganarían esas palabras si fuesen más responsables y menos desobligadas! – prosiguió la ojigris.

Yui.- Mio-chan, es que ustedes se lo toman muy enserio… - contestó un poco temerosa la castaña.

Ritsu.- ¡anda Yui, ellas son muy sofocantes! Siempre quieren llevar el mando y no piensan en el ánimo con el que cuenten los demás; así que no actúes con cobardía. – gritó la baterista, lo que hizo que Yui se sintiera apoyada mirando con seguridad a las pelinegras.

Azusa.- es que ustedes siempre cuentan con el mismo ánimo aunque tengan cosas pendientes que hacer. – argumentó la gatita.

Mio.- Ritsu y Yui ¡basta de sus desganes, a ensayar les dije! – habló firme la bajista mirando sin temor a las dos castañas.

Ritsu.- ¡pues fíjate que no me vas a mandar Mio! ¡Yo soy la presidenta del club y no me vas a decir que hacer! – contradijo levantándose de la mesa con una mano sobre ésta aun.

Mio.- ¡pues como tal, deberías poner el ejemplo; y venir a ensayar!, ¿no crees "presidenta"? – replicó Mio esto último con sarcasmo.

Mugi.- chicas tranquilas_ - hablaba temerosa ante la discusión de sus amigas mirando con confusión en que termino llegarían.

Ritsu.- Mio… estoy cansada de que siempre nos dejen como las flojas, después de que gracias a mí este club está vivo. – hablaba la castaña entre dientes acercándose a la bajista.

Azusa.- pues ¿Cómo más podría definírsele a alguien que no quiere hacer nada, más que dormir o comer y tomar té todo el día?... – habló la chica de coletas mirando a la baterista con expresión de desaprobación.

Yui.- ¡Azu-nyan! Lo que pasa es que ustedes son muy estrictas y no tienen la dificultad de concentrarse en muchas cosas, eso es lo que no entienden. – replicó la castaña.

Mio.- quizá se concentrarían su fuesen más dedicadas en lo que deben – contestó Mio algo irritada.

Ritsu.- ¡aun así Azusa y tú! Me resultan irritantes; siempre tan autoritarias cuando deberían ser más flexibles. – se quejaba la baterista.

Azusa.- ¿flexibles? ¡Pero si han tomado alrededor de un mes de descanso, además; independientemente de que no tengamos evento próximo, debemos ensayar para ser mejores! – contestó firme.

Yui.- pero Azu-nyan, que es un día más –en tono relajado.

Azusa.- ¡Yui-senpai, de todas usted es la que más debería ensayar, aun es pésima en la guitarra! – habló exasperada sin pensar que esas palabras podrían herir a la inocente Yui, dándose cuenta de que eso podría pasar, pero ignorándolo para no ceder ante las castañas.

Mugi.- chicas yo creo que_ - la tecladista podía ver la tensión de aquella discusión sin poder decir nada concreto, sabía que ambas partes estaban erróneas, las castañas eran muy desobligadas y las pelinegras muy estrictas.

Ritsu.- ¡Hey Azusa, que seas mejor que Yui en la guitarra no te da derecho de ser tan irrespetuosa! – se quejó al escuchar que Azusa le gritaba a Yui.

Mio.- pues es la verdad, aunque suene duro, Yui tiene que madurar y ser más responsable, al igual que tu Ritsu. – hablaba segura la bajista.

Ritsu.- ¡cállate Mio! ¡Tú y Azusa son unas desconsideradas! – contestó mientras abrazaba a Yui, que comenzó a llorar porque Azusa le gritó y dijo que era un asco en la guitarra.

Mio.- ¡¿desconsideradas?! ¿De qué diablos hablas Ritsu? Ustedes dos no hacen más que flojear todo el tiempo – contradijo la bajista.

Azusa.- ¡Yui-senpai! ¡Deje de ser tan infantil, ya madure! – gritó la gatita hacia Yui quien lloraba en los brazos de Ritsu.

Mugi.- enserio chicas… yo creo que_ - habló nuevamente la tecladista interrumpida por sus amigas que discutían.

Ritsu/ Mio/ Azusa/ - ¡¿Qué?! – gritaron todas al unísono.

Mugi.- bueno… no discutan… no hagamos algo tan simple en un alboroto… digo, todas hemos disfrutado de este tiempo de descanso_ - hablaba amablemente nerviosa cuando fue interrumpida.

Mio.- ¡¿osea que estas a favor de Ritsu y Yui?! – preguntó la bajista volteándose hacia mugi.

Mugi.- ¡oh, no! Mio-chan, yo me refiero que un descanso siempre nos cae bien… pero también creo que ensayar es básico…después de todo…para eso es éste club_ - nuevamente fue interrumpida.

Ritsu.- ¡¿ah?! ¿Estás de su lado Mugi?! – cuestionaba la castaña algo frustrada.

Mugi.- n-no Ricchan es solo que creo que_ - una vez más fue interrumpida.

Azusa.- Mugi-senpai, ¿de lado de quien está? – preguntó con determinación la gatita girándose a la tecladista.

Yui.-no digas nada Mugi-chan; y perdóname Azusa si no soy bastante buena en la guitarra como tu… quizá nunca debí entrar al club de música… ni siquiera conozco nada de bandas, ni tampoco me interesaba la música… así que si crees que no lleno tus expectativas, lo siento…- hablaba Yui con la voz entrecortada limpiándose las lagrimas del rostro.

Ritsu.- lo que pasa Yui, es que Azusa y Mio son demasiado arrogantes y creen que todo mundo las soportará; pero no será mi caso. – habló la baterista tomando sus cosas y las de Yui.

Azusa.- Yui-senpai, yo no digo que usted no llene mis expectativas, no quise decir eso es solo que_ - la gatita no terminó de hablar cuando Mio la interrumpió.

Mio.- déjalas Azusa, no les hagas caso; si les seguimos la corriente siempre será igual. – hablo Mio con indiferencia.

Mugi.- Ricchan, Yui-chan esperen no se vayan… - habló la tecladista tratando de detener a las castañas que se dirigían a la salida del salón.

Ritsu.- déjalo ya Mugi, nos vemos mañana…- dijo la ojimiel regalándole una mirada fulminante a las pelinegras.

Mugi, Mio y Azusa se quedaron en silencio después de que las castañas salieron del salón, en un silencio sumamente incomodo…

Mugi.- Mio-chan, Azusa-chan… - musitó la rubia.

Mio.- no te preocupes Mugi, ya se les pasará… Ritsu siempre ah sido una desobligada y ah esperado que yo le solucione la vida todo el tiempo… - hablaba la ojigris mientras guardaba su bajo en su funda.

Azusa.- Mio-senpai, ¿no cree que fuimos algo duras?... – preguntaba insegura la kohai guardando su instrumento en su funda al igual que Mio.

Mio.- no te preocupes Azusa… es sólo que Yui debe entender que hay que madurar y Ritsu debe ser más responsable, ya se les pasará; no tienen de otra. – dijo secamente la bajista.

Mugi tomó sus cosas un poco pensativa y triste al ver como sus amigas peleaban por sus diferencias, lo cual nunca había sucedido.

Mio.- bien, me voy a casa, las veo mañana chicas…- la pelinegra salió del aula del club y se fue a casa.

Azusa.- hasta mañana Mugi-senpai – la chica de coletas se despedía de Mugi.

Mugi.- hasta mañana Azusa-chan… - finalizó la tecladista soltando un suspiro en cuanto Azusa salió del salón. - ¿ahora qué hago?... –se preguntaba la rubia a sí misma, abandonando finalmente el salón algo cabizbaja y pensativa.

Mientras tanto Ritsu y Yui iban caminando por la calle sin rumbo alguno, Yui iba aun lagrimeando por las palabras que Azusa le había propinado.

Ritsu.- anda ya Yui, deja de llorar, no vale la pena sufrir por alguien como ellas… siempre tan altivas y mandonas, ¡tsk! No las tolero cuando se ponen en ese plan tan mandón y autoritario; yo soy la presidenta… deberían respetarme más… - se quejaba la baterista.

Yui.- Ricchan… ¿crees que somos demasiado flojas? – preguntaba la guitarrista mayor un poco deprimida.

Ritsu.- ¡he?, claro que no, es que ellas se complican mucho; además ellas no se habían quejado nunca de que no ensayáramos en todo éste tiempo cuando también ellas se relajaban y disfrutaban no ensayar, solo que ahora se lo tomaron muy personal y nos quieren culpar a nosotras de sus problemas y frustraciones o que se yo que se traigan en manos; de cualquier manera no me importa, no les hagas caso Yui, ya verás que se les pasará y se darán cuenta de que ellas también tienen culpa…- contestó Ritsu con la mirada altiva con ambas manos sobre su cabeza y gesto de disgusto.

Yui.- tienes razón Ricchan… después de todo, ellas tampoco se quejaban nunca – repitió la castaña más segura.

Ritsu.- claro Yui… no tienes que ser muy inteligente como para no notar que Azusa y Mio disfrutaban no ensayar; así que es por eso que no tolero que nos quieran culpar de algo que también ellas gustaban. – argumentó la baterista. – deja de llorar ya ¿de acuerdo?, ¡mira ven! – la baterista jaló a la otra castaña de su mano animadamente a un restaurante de comida rápida. - ¡pidamos papas extras! – gritó animada la ojimiel tratando de animar a la mayor de las Hirasawa.

Yui.- ¡yosh! – contestó Yui levantando su mano hacia el cielo como respuesta de haberse animado rápidamente, pues la comida era su fuente de felicidad. Así ambas chicas entraron y pidieron papas con queso derretido y se la pasaron relajeando un rato.

Mugi iba caminando hacia la estación del tren, donde éste no tardó en pasar; Mugi lo abordó e iba pensativa todo el camino, recordando cómo sus amigas había discutido hace un rato, sintiéndose algo mal al no poder hacer nada por ayudar, pues no podía ponerse de lado de nadie; las cuatro eran sus amigas, y no quería lastimar a ninguna por preferir a las demás. En el fondo sabía que Ritsu y Yui eran muy desobligadas, distraídas y confiadas, lo que para nada y en ningún sentido era bueno; eran todo lo contrario a lo que eran Azusa y Mio, ordenadas, dedicadas y responsables; pero quizá la manera en que las pelinegras tomaron las cosas fue demasiado precipitado, logrando lastimar los sentimientos de Yui de por medio… la rubia pensó a fondo la raíz del problema y llegó a la conclusión de que si Yui y Ritsu no tuviesen con que distraerse durante la hora del club, ellas ensayarían como debe ser… pensó los posibles motivos por los que las castañas se distraían… podía ser porque jugaban con Ton-chan… pero Ton-chan era de Azusa, así que por el momento no se distraerían con eso, podía ser porque jugaban mucho o posiblemente… por la hora del té y pastelillos…

Mugi llegó finalmente a su mansión, donde subió rápidamente a su habitación y se tiró en su cama…

Mugi.- ¿será que si dejo de llevar té y pastelillos… Ricchan y Yui-chan ensayen?...- la rubia estaba sumergida en sus pensamientos tratando de encontrar una solución al nuevo y mismo problema de siempre del Hokago tea time… - esperó que eso ayude un poco… - finalizó la ojiazul para levantarse de su cama y darse una ducha para hacer su tarea.

Mio llegó a su casa y subió a su cuarto dejando ahí su instrumento, se metió a dar una ducha y se alistó para bajar por su cena. Sus padres no estaban, así que su comida estaba en el microondas, una nota de su madre se lo informó y subió con su cena a su cuarto y se dispuso a comer sobre su cama algo desganada. Un mensaje llegó a su celular, lo abrió para ver de quien se trataba.

Mio.- ¿Azusa? – musitó la ojigris leyendo el mensaje. – "Mio-senpai, siento lo que pasó hoy, espero no interfiera con su amistad con Ritsu-senpai" – la bajista sonrió levemente contestando – "no te preocupes Azusa, ya te dije que se les pasará, Ritsu y yo siempre discutimos; así que quédate tranquila, buenas noches…" - la bajista siguió cenando, un poco pensativa por la discusión con Ritsu sin darle más importancia.

Al día siguiente, por la mañana ninguna de las integrantes de la banda se presentó al ensayo matutino; las clases fueron normales para todas, Ritsu y Yui aburriéndose, Mio prestando atención y Mugi algo preocupada pensando cómo darles la nueva noticia a sus amigas, sobre la posible solución a sus problemas; pues lo que ella quería era solo la felicidad y tranquilidad de todas.

Finalmente las clases terminaron y era hora del club… la tecladista se encaminó esperando a las demás en el salón del club. Cuando llegó se topó a Sawako en las escaleras.

Sawako.- Kotobuki-san, ¿vas al salón del club? – preguntó curiosa.

Mugi.- etto… si, ¿y usted Sawako-sensei? – preguntó cortésmente.

Sawako.- también, hoy terminé mis deberes temprano así que decidí ir a ver qué tal ensayaban; y de paso por una taza de té y un postre – contestaba la profesora saboreando aquel postre y el té.

Mugi.- bueno Sawa-chan sobre eso_ - la tecladista no terminó de hablar cuando Mio y Azusa venían tras de ellas.

Azusa.- hola Mugi-senpai – saludaba cortésmente.

Mugi.- hola Azusa- chan – contestó sonriendo amable.

Mio.- Sawako-sensei, ¿usted va a ver el ensayo? – preguntó curiosa la bajista.

Sawako.- así es Akiyama-san – contestó con una feliz sonrisa en sus labios.

Así llegaron finalmente al aula de música, donde la joven profesora tomó asiento esperando su té y un buen pastelillo, mientras Azusa y Mio sacaban sus instrumentos para comenzar a ensayar. Cinco minutos llegaron las castañas al salón, sin saludar a ninguna de las pelinegras; a excepción de Mugi, con gesto de seriedad e indiferencia; lo que no pasó desapercibido ante la kohai y la bajista. Ritsu y Yui dejaron sus cosas en el sofá del salón, dirigiéndose a la mesa, donde esperaban por el delicioso y exquisito té de Mugi al igual que Sawako.

Sawako.- ¿y bien Kotobuki-san? ¿Dónde está nuestra porción de té? – preguntó sonriendo amablemente y algo ansiosa, haciendo que todas en el salón fijaran sus miradas en ella.

Mugi.- fue tomada por sorpresa ante esa pregunta y miró algo nerviosa a la profesora y a sus amigas. – bueno…etto… referente a eso yo creo que… - tragó un poco de saliva y sonriendo nerviosa continuó – por lo que veo, creo que la hora del té es la mayor distracción del club… así que creo que es mi culpa que nos hayamos distraído demasiado todo éste tiempo… pues… creo que traer aperitivos en horas de ensayo no es apropiado para la banda… - la tecladista estaba bastante nerviosa sentía las miradas curiosas de sus amigas. – así que ya no habrá hora de té y pastelillos para evitar cualquier distracción y poder ensayar sin percances. – finalizó la rubia algo decidida.

Sawako.- ¿eh? ¿Osea que no habrá té nunca más? – preguntaba desconsolada la profesora.

Mugi.- así es Sawako-sensei. – contestó firme la tecladista.

Yui.- pero Mugi-chan ¡¿Por qué?! – preguntó confundida la castaña.

Ritsu.- de acuerdo, esto solo muestra que Mugi está a favor de Mio y Azusa – habló por fin la castaña bastante disgustada.

Mio.- ¿Qué te pasa Ritsu? Esto no tiene nada que ver con nosotras – replicó la bajista levemente exasperada.

Ritsu.- ¡no te hagas la inocente que sabes que Mugi lo hace porque se quejan de todo! – habló en voz alta la baterista.

Mio.- ¡me perdonas, pero la que se queja de todo eres tú! – contestó fuertemente la bajista señalando a la ojimiel con el dedo índice.

Ritsu.- ¡ja! ¡Ahora resulta que yo, ¡si a ti todo te molesta! No sé cuál es tu problema que ahora, hasta obligan a Mugi a que deje la hora del té! – hablaba en tono desafiante.

Azusa.- Ritsu-senpai, deje de hablar en plural que ni Mio-senpai ni yo hemos hecho nada malo. – argumentó la gatita.

Ritsu.- ¡tu cállate mocosa! ¡Aunque no lo hayan dicho directamente, saben que la hora del té se canceló por sus estúpidos arranques de superioridad! – gritó la baterista.

Mio.- ¡Ritsu déjala en paz! ¿Qué demonios te sucede? ¡Quizá no fuésemos tan estrictas si ustedes no fueran tan flojas! – contestó la bajista empujando a Ritsu.

Yui.- ¡lo que pasa es que ustedes son demasiado mandonas y nos creen torpes para todo! – gritó Yui desde su asiento levantándose de éste caminando hacia las chicas que peleaban.

Mugi.- ¡esperen, no peleen de nuevo! – gritó la tecladista casi lagrimeando, pues sentía que por su decisión, nuevamente la discordia se manifestaba entre las demás integrantes.

Ritsu.- ¡no te metas Mugi si no vas a apoyar a nadie!, aunque por lo que veo has apoyado la estúpida idea de Mio – habló la baterista rudamente hacia la tecladista quien guardo silencio mirándola atónita.

Sawako.- ¡Hey chicas basta de pelear así!, no sé exactamente qué sucede, pero no es para estar discutiendo de esa manera, cálmense. –la profesora intervino al ver que las cosas se ponían cada vez más tensas.

Ritsu.- ¡entonces si no sabe no se meta Sawako-sensei! – grito Ritsu empujando a Mio.

Azusa.- ¡basta Ritsu-senpai! – la gatita defendió a Mio del empujón de Ritsu empujando a ésta haciéndola caer al suelo.

Yui.- ¡Ricchan! – se acercó para ayudar a levantar a Ritsu quien había caído.

Sawako.- ¡Nakano-san, suficiente! – gritó la maestra mientras que Mugi se acercaba a ayudar a Ritsu.

Ritsu.- ¡si querías un club con personas aburridas como tú, quizá debiste entrar al de Jazz!... – gritó exasperada la baterista levantándose del suelo dirigiéndose a Azusa. – pero bueno como sea, ya no me importa Mio, quédate con tu maldito club de música ligera, ya que si tanto te desagrado me largo; búscate otra baterista. – finalizó la baterista mientras sacudía su ropa para luego tomar sus cosas.

Mugi.- ¡Ricchan no! ¡Espera, todo esto es mi culpa, yo…yo decidí por mi misma dejar de traer pasteles y Té porque creí que era una solución a esto, pero veo que lo empeoré; por favor, no es culpa de Mio-chan ni de Azusa-chan! Por favor perdóname, no te vayas… - la rubia suplicaba disculpándose y rogándole a Ritsu que no se fuera, ya que su decisión había sido contraproducente a lo que ella esperaba.

Ritsu.- no te preocupes Mugi… - contestó la ojiambar sonriendo ladina – no es por tu culpa… es solo que ya lo eh decidido… - finalizó la castaña para salir del aula dejando a Mugi con lagrimas en los ojos, pues se sentía bastamente culpable.

Sawako.- ¡Tainaka-san! – gritó la profesora sin obtener que Ritsu se detuviera.

Yui.- no te preocupes Mugi-chan… no es tu culpa… - dijo Yui tratando de animar a la tecladista – pero si no somos bienvenidas del todo… quizá decisiones como esas son la mejor opción. – Azu-nyan… siento no haber sido suficientemente buena senpai, Mio-chan… yo también me voy del club… después de todo; el problema aquí somos Ricchan y yo… buena suerte… - finalizó la castaña con lagrimas en los ojos saliendo así del aula dejando a todas atónitas y a Mugi peor de lo que se sentía.

Sawako.- no llores Kotobuki-san, no es tu culpa – la maestra abrazó a la rubia para consolarla.

Azusa y Mio se quedaron en silencio con la mirada hacia el suelo.

Azusa.- Yui-senpai… - dijo apenas en un susurro solo para ella con cara de tristeza.

Mio.- guardó sus cosas y se dispuso a salir sin pronunciar palabra alguna. – baka Ritsu… - pensó para finalmente salir de la escuela.

Finalmente todas se fueron a sus casas; la profesora Sawako llevó a Mugi a su casa pues estaba inconsolable, Azusa caminó algo pensativa y deprimida…Mio por otra parte se sentía realmente mal pero lo comprimía todo por el orgullo de no ceder ante Ritsu como siempre. Así Yui, Ritsu, Mio y Azusa estaban cada quien en sus respectivas casas sobre sus camas mirando hacia el techo pensando sobre lo que había sucedido hoy con el club…

Azusa.- Yui-senpai… si tan solo fueses un poco más como yo… - susurró la pequeña gatita en habitación.

Ritsu.- baka Mio… si solo fueses más como yo me entenderías… - se quejaba la baterista sobre su cama.

Mio.- Ritsu… ¿Por qué no eres más responsable como yo?... – se preguntaba afligida la bajista sobre su cama en su cuarto.

Yui.- Azu-nyan debería ser más como Ricchan, me entendería a la perfección… o mejor… debería ser más como yo lo soy… - hablaba la castaña entre susurros quedándose dormida sobre su cama tanto llorar.

Así finalmente, todas las integrantes del Hokago tea time se quedaron dormidas. Más sin embargo, no eran las únicas que escucharon su deseo de que todas fuesen más como ellas querían… algo se albergaba en la obscuridad de sus habitaciones en medio de la noche… alguien más escuchó sus deseos; casi suplicas de que las cosas cambiaran con tal de ser entendidas… una sombra que se escondía entre la noche y los deseos más grandes de los corazones de las personas… era aquella figura que aparecía en medio de las discordias, tratando de arreglar algunos malos entendidos…

(¿?).- si lo que ustedes niñas desean es ser comprendidas por su personalidad opuesta… que así sea… - se escuchó una voz espectral dentro de las habitaciones de las cuatro chicas de la discusión anterior… - esto será divertido… - musitó la voz de aquel ser espectral para luego desaparecer.

Mientras tanto Mugi en su habitación se lamentaba de haber suspendido los pastelillos y el té tratando de arreglar las cosas, dejándolo todo peor que en un principio. Daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño… se tapaba, se desarropaba, se movía se acomodaba; sin tener éxito para poder dormir. Finalmente optó por bajar a la cocina por jugo, agua o leche para tomar… viendo así una rara sombra en la cocina. Al verla se asustó demasiado que tropezó con el bote de la basura.

Mugi.- ¡¿Quién es?! – preguntó bastante asustada.

(¿?) - ¿mmmh? Digamos que vine a hacerte un favor…- se escuchó la voz espectral nuevamente.

Mugi.- ¿Quién eres? – preguntó buscándolo con la mirada.

(¿?).- mañana las cosas comenzaran a tornarse de otro color para ti y tus amiguitas… depende de ustedes, si logran remendar el vinculo que el orgullo modifico… - dijo con un tono de voz insípido.

Mugi.- ¿vinculo?... – preguntaba confusa.

(¿?).- cuando los papeles se inviertan… deben ponerse en los zapatos de la otra… de lo contrario el efecto no se revertirá…

Mugi.- ¡no entiendo! ¿De qué hablas? ¿Quién eres? ¿Qué pasa con mis amigas? – preguntaba confundida la rubia, sin obtener respuesta alguna de aquel ser que se había presenciado momentos antes. Mugi olvidó a lo que iba a la cocina regresando a su habitación, se metió en su cama, y se quedó pensando en lo que acababa de pasar hasta tarde…hasta que el sueño hizo su trabajo y se quedó perdida en éste….

NOTAS FINALES: ta dah! E aquí un nievo fic! Muy bueno jejeje espero que les guste y que me puedan regalar una sonrisita una lagrimita un suspiro y un review que es lo que me motiva a seguir escribiendo solo y para ustedes

Aun esta en proceso del fic pendiente, en eso estoy ;) yo no dejo nada inconcluso, mañana lo subiré tejeje bueno ya! Siento que se me olvida algo pero bueno ya me acordare xD

Arigato!

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