Prólogo

No lograba comprender este sentimiento embriagante que recorría todo mi ser al contemplarlo de pie al centro del campo mientras rechazaba mis ataques; lancé una docena de kunais hacia la persona que estaba enfrente de mí, sin esperar su reacción proseguí a moverme por todo el área lanzando múltiples armas desde diferentes ángulos. Él las esquivaba sin dudarlo y aplicaba algunas de sus técnicas para bloquear mis armas.

Observé su vaivén elegante y de forma simultánea una columna de energía siendo expulsada para posteriormente ser convertida en un círculo que ocultaba sus debilidades. Salté al aire mientras desplegaba un pergamino, al mismo tiempo una columna de humo se formó dando lugar a un sinfín de armas dirigidas hacia él y todo el campo de entrenamiento. Aterricé entre algunos árboles, a unos pocos metros del sitio intentando recuperar la compostura, miré hacia el sitio donde había dirigido mi ataque con la esperanza de haber dado en el blanco.

El frio metal acarició mi garganta y su exhalar hizo temblar cada partícula de mi cuerpo. Respiré profundamente e intenté mantener la calma, pasar desapercibida mi debilidad.

―Estas distraída, Tenten. ― Su voz tenue hizo temblar mis rodillas y aquel sentimiento que no terminaba de comprender se situó más persistente que nunca.

Una risa nerviosa se escapó entre mis labios.

―Lo siento, pensaba en algunas cosas. ― Su arma descendió de mi garganta liberándome y me giré para mirarlo.―Has estado bien, Neji.

Me observó durante un breve instante, intentando descifrar que pasaba conmigo, pero cuando esto incluía sentimientos de por medio, él era el menos indicado para ese tipo de asuntos. Cerró unos segundos los ojos, meditando sobre su desempeño.

―Mañana continuamos.

Lo miré frente a mí, aquellos ojos característicos de su clan que al mismo tiempo lograban ser exóticos y dominantes, su rostro era sereno a pesar de haber estado horas entrenando y tenía un mechón de su cabello que acariciaba su rostro.

El genio Hyuga era parte de mi equipo desde hace años, en el inicio su potencial y fuerza fueron más que evidente, por lo cual al poco tiempo pude admirar su destreza aunada a su talento nato sobre las habilidades de su clan.

Seguido de esto, en aquella misión fallida para recuperar a Sasuke, la Hokage mandó un escuadrón de recuperación y ayuda. El prodigio de los Hyuga estaba en el suelo victorioso de su encuentro pero su vida pendía de un delgado hilo; verlo ahí con el rostro reflejando dos sentimientos duales: dolor y tranquilidad, con múltiples heridas graves por todos lados y mientras lo trasladábamos lo antes posible al hospital, un solo pensamiento inundaba mi cabeza, sin darle descanso.

Neji era apuesto.

Aquella verdad que no había contemplado hasta aquel momento, donde su aspecto era pésimo y que se encontraba luchando por su vida en el quirófano. Un sentimiento creció en mi pecho pero no pude descifrarlo debido a que solo podía pensar en una cosa: él iba a morir. Aquella sensación me atormentó durante un largo tiempo junto al resto de mi equipo, porque las horas pasaban y no salía del quirófano. Gai-sensei junto con Lee lloraban ante tan posible muerte mientras que en mi interior sentí que algo se rompía. Él logró salvarse y el mundo comenzó a moverse de nuevo, ya que Neji en el quirófano había detenido todo a mí alrededor. Pude respirar profundamente y fui al baño para dejar salir lágrimas que había procurado guardar en mi interior y que eran el reflejo de mi dolor.

―Tenten, ¿te quedas o te vas? ― Habló por tercera vez el Hyuga, un tanto enojado ante la repetición de una simple pregunta; lo miré sorprendida, no sabía en qué momento se había ido mi mente del presente.

―Lo siento, me quedaré un momento, nos vemos mañana.

Neji me sostuvo la mirada unos segundos y con la misma se alejó del campo de entrenamiento.

Observé como se iba y un aire frustrante invadió mí alrededor. Me senté y oculté mi rostro entre mis rodillas mientras los pensamientos inundaban toda mi mente. Luego de que Neji casi muriera, no pude descifrar el sentimiento que me embriagó en ese instante ni el que momentos antes había sentido ¿temor? ¿Ira? ¿Alivio? ¿Tristeza? Pero al apreciar su respiración en mí cuello y al ver cómo me observaba fijamente, pude comprender que estaba sucediendo, mi corazón comenzó a latir desenfrenado.

―Estoy enamorada de Neji Hyuga ―susurré para mí misma, pensando que al pronunciarlo sonaría patético, pero era la realidad absoluta.

Estaba enamorada de Neji, una persona que no correspondería mis sentimientos.