Capítulo

1

Me llamo Drizt Tajan. Durante toda mi vida he vivido grandes acontecimientos que han cambiado el curso de la historia de nuestro planeta. ¿Y porque los he vivido?. Muy simple. Yo, es que ... muy normal no soy. Pero comencemos desde el principio.

Yo nací del matrimonio de una pareja española de clase media cuyo apellido era Tajan. Además de mi tenían una hija 13 años mayor que yo. Como todo el mundo, yo no me acuerdo de mi parto ni de mis primeros años de vida, pero sí que tengo algunas imágenes y recuerdos de aquella época. Esos sucesos iban a cambiar mi vida completamente.

La primera imagen que se me viene a la cabeza ocurrió mi primer día de cole. No conocía a nadie pero yo intente hablar con los demás chicos para hacerme amigo de ellos. Lamentablemente el primer acontecimiento que me cambiaría la vida sería este. Sin venir a cuento, un chico 2 años mayor que yo me pego un puñetazo en la cara. Mi cabeza no se movió ni un centímetro y no sentí dolor alguno. Rápidamente respondí con otro en el mismo lugar. Al contrario que el suyo, el mío le derribó haciendo que el chico cayera al suelo. Le miré la cara y pude ver sangre cayendo de su roja e inchada nariz. Los niños de nuestro alrededor enseguida avisaron a nuestra cuidadora, que apenas tardo unos segundos en llegar. Nada más llegar preguntó con tono de preocupación.

-¿Qué ha pasado?

El chico que me había agredido dijo entre lagrimas y señalándome.

- Me ha pegao.

La cuidadora toco su nariz y un duro grito de dolor salió de la boca del chico que aun permanecía tirado en el suelo.

Yo seguía sin saber bien lo que pasaba así que me mantuve en silencio. La cuidadora no me dijo nada y se llevó al chico adentro del pequeño edificio donde nos impartían clase. Mire a mi alrededor y observé que los demás niños me miraban asustados. Todos esos niños nunca más en mi vida académica volverían a estar a mi lado o hablarme pues, a mi parecer, el flojo puñetazo les había impartido un terrible miedo hacia mí el cual sería imborrable.

Después de ese acontecimiento llegó mi madre y la cuidadora le contó lo ocurrido. Solo recuerdo a mi madre gritándome y diciéndome que no volviera a pegar a nadie.
Simplemente este era el principio de mi pobre infancia. Nunca llegue a tener un amigo en el colegio y al parecer mis padres se empezaron a preocupar por mi exceso de fuerza para mi edad.

º º º

El siguiente acontecimiento que recuerdo fue en un viaje que hicimos a Japón. Allí vivía una tía de mi padre. La velada era un rollo y me aburría muchísimo así que decidí ir a jugar al parque de abajo. Le pedí a mi padre que me acompañara pero este me dijo que no. Nadie quería bajar conmigo y empecé a llorar. En seguida mi hermana, la cual tenía ya los 16 años de edad, accedió a bajar conmigo al parque.

En él me lo pase bien columpiándome y tirándome del tobogán. Pero ocurrió lo más extraño que había visto hasta la fecha.

Se oyeron sonidos de explosiones y mi hermana y yo giramos nuestras cabezas en busca del lugar donde se habían producido. Yo, con solo tres años, encontré aquello emocionante y fui a descubrir que había producido las explosiones.

Rápidamente salí del campo de visión de mi hermana y avancé hasta llegar a un cruce. Para mi sorpresa encontré al causante de las explosiones delante mía. Era una especie de dinosaurio naranja de gran estatura el cual llevaba una niña, más o menos de mi edad, en su espalda.

Mi cuerpo se quedo paralizado al ver a la enorme criatura. Miré a la niña y ella me miró a mí.

(los diálogos están en japonés desde aquí)

- Hola -dijo ella con gesto alegre.

Respondí con la misma palabra, la cual junto con gracias, era lo único que sabía decir en japonés.

- ¿Qué haces aquí? -me preguntó.

Negué la pregunta con mi cabeza para hacerla ver que no entendía su idioma mientras la mirada del dinosaurio dejo de centrarse en mi para mirar a lo lejos.

- ¡ Kariiii ! -se oyó de repente.

Detrás nuestra había un chico corriendo hacia nosotros. El chico llevaba unas gafas bastante grandes colgadas del cuello. Pero este se paró en seco frente a nosotros y todas nuestras miradas se concentraron en el cielo. Este empezó a brillar intensamente. De repente toda la blanca luz se concentró tomando forma de huevo gigante.

- No quiero imaginarme la gallina que habrá puesto ese huevo -dijo el chico de las gafas en el cuello.

A pesar de que en ese momento seguía sin entenderles nada, centré mi mirada en el huevo.

De pronto el huevo se abrió y de él salió una especie de loro verde.

El dinosaurio, sin pensárselo un segundo, disparo sus proyectiles ígneos gritando

- Llama Bebé -contra el loro.

Este acto no fue difícil de evitar por el enorme pájaro, cuyo tamaño era mucho más grande que el del dinosaurio, y contrarrestó con su propio poder. El loro gritó

- Destructor Sónico -de su cabeza brotaron rayos eléctricos contra nosotros.

Estos impactaron en el puente encima de nosotros destruyéndolo y haciendo que numerosas rocas de hormigón y asfalto se precipitaran sobre nosotros.

En el momento del impacto el dinosaurio cambió y se transformó en uno más grande y anaranjado con detalles azules en su cuerpo. Su cráneo estaba cubierto por una especie de coraza marrón y su cola se había alargado. El gran dinosaurio nos había protegido a los tres del impacto y la niña dijo con duda

- ¿Koromon? -

A lo que el dinosaurio respondió

- Greymon -

Después de decir lo que aparentemente era su nombre dirigió su mirada contra el loro y lanzo una gigantesca llama de fuego a la vez que gritaba

- Mega Llama -esta volvió a ser esquivada por el loro.

- Destructor Sónico -volvió a lanzar su ataque el gran pájaro verdoso.

Esta vez su técnica impactó de lleno contra nosotros. Si Greymon no se hubiera puesto delante de nosotros probablemente habríamos muerto.

Yo miraba a mi alrededor preguntándome que es lo que estaba pasando, pues todavía no me enteraba bien del acontecimiento que estaba presenciando.

Miré a todos lados en busca de mi hermana pero lo único que vi fue a Greymon en el suelo con los ojos cerrados y a la chica llorando. A mí también me entraron ganas de llorar y las lagrimas empezaron a aparecer en mi rostro. Estaba asustado y solo quería irme de allí. De pronto la chica, que tenía un silbato colgado del cuello, empezó a intentar pitar con él para despertar a Greymon pero le resultaba difícil pues las lagrimas y mocos no la dejaban ejecutar bien la acción.

Tan pronto como lo vió, el chico dijo algo como

- Déjame a mi -y procedió a pitar él.

El sonido del silbato inundó toda la zona y se prolongó hasta que el chico necesitó respirar. Inmediatamente después de finalizar, Greymon abrió los ojos y se levantó.

Los tres gritamos, cada uno en nuestros respectivos idiomas

- A por él -

Greymon lanzó su Mega Llama una vez más y el loro contraatacó con su Destructor Sónico. Los ataques colisionaron produciendo una gran explosión que nos impidió ver el resultado del enfrentamiento.

Al apagarse la luz de la explosión nos dimos cuenta de que habían desaparecido. Miré y vi a gente asomada al balcón que, presupongo, que habrían visto la contienda.

Agotado me tumbé en el suelo y me dormí.

Después de eso solo recuerdo los gritos de mis padres hacia mí por haberme escapado del parque. En realidad fue divertido ver la lucha, aunque nadie supiera lo que la había provocado y que eran los seres que habían participado.

Los medios de comunicación atribuyeron las explosiones a un ataque terrorista y en poco tiempo la gente se olvidó rápido del acontecimiento.