Disclaimer: Kobato ni ninguna otra serie de Clamp me pertenece. Son obras de este maravilloso grupo de mujeres. Yo solo tomo prestados sus personajes para que podamos divertirnos un rato.
~Kobato in Clampland~
*-Capítulo1: Kobato Hanato y la flor de cerezo-*
Era una mañana soleada y podía verse a una Kobato alegre que recién acababa de despertar y tendía su futon en el balcón dejándolo secar al sol. Mientras realizaba esta tarea tarareaba una canción con una enorme sonrisa pintada en su rostro. El muñeco de peluche con forma de perro de color azul estaba recostado en el alfeizar de la ventana y miraba a la muchacha con una expresión de fastidio en el rostro.
-¡Es un hermoso día! ¿No lo crees así, Ioryogi-san?-preguntó sonriéndole con amabilidad
El pequeño perro azul lanzó un sonoro bufido y desvió la vista hacia el paisaje, en verdad hacía un bonito día, con el cielo despejado y el enorme sol inundando todo con sus calientes rayos.
-Estoy ansiosa por ver a los niños de Yomogi y llevarles la nueva torta que me dieron en el trabajo-junto sus manos emocionada-¡Estoy segura que les encantará!
Sin poder aguantarse más el peluche saltó de donde estaba y le dio un sonoro golpe en la cabeza a Kobato quién se sobresaltó asustada y luego lo miró con pequeñas lágrimas en sus ojos y sobándose el lugar golpeado
-¡Que malo eres Ioryogi-san! ¿Por qué me has pegado?
-¡Porque estas olvidándote la razón por la que has venido aquí!-le gritó molesto-¡Hanato Kobato! ¿Tienes un deseo que quieres cumplir?-preguntó con tono severo
-¡Sí!-exclamó con energías- Hay un lugar al que quiero ir
-Entonces… ¿Qué debes hacer para lograrlo?-interrogó lentamente como si estuviera hablándole a un pequeño niño
-Debo curar los corazones de las personas y llenar mi botella con los "confites"
-Exacto. ¡Y cómo rayos piensas hacerlo si por lo único que te preocupas es por ese grupo de niños!
-Pero… ¡Los niños de Yomogi son muy importantes Ioryogi-san!-se defendió-Los aprecio mucho
Ioryogi suspiró derrotado, esa muchacha jamás cambiaría, siempre pensaba en los demás antes que en sus propias necesidades, siempre dispuesta a ayudar a pesar de que fuera una torpe y la mayoría de las veces empeorara las cosas en vez de mejorarlas.
-Lo se, Lo se…pero deberías de centrarte más en tu misión ¡Aún te queda mucho que recorrer, Dobato!
-¡Si, me esforzaré!-exclamó levantando los puños con decisión
Miró el reloj con ansiedad, aún faltaba media hora para que abriera la guardería pero ella decidió salir con tiempo para llegar a horario y no terminar siendo regañada por Fujimoto. Se colocó su característico sombrero, guardó a Ioryogi en su bolso y luego de tomar la torta entre sus manos salió de la pensión con paso apresurado.
Caminaba alegremente por las calles observando la gente que pasaba, las coloridas flores, los pájaros que cantaban. Una tierna sonrisa siempre adornaba su rostro, aún incluso cuando Ioryogi se quejaba de su torpeza cuando trastabillaba y estaba a punto de caer o cuando las personas la miraran con extrañeza por hablar sola con un muñeco de peluche.
Llevaba la torta fuertemente agarrada entre sus manos, no quería que se le cayera por algún descuido. Deseaba ver las expresiones de los niños cuando la probaran, sus risas divertidas y sus rostros llenos de chocolate. El perro azul la miraba algo ofuscado, era evidente que se había olvidado por completo de su misión…la próxima vez le lanzaría una enorme bola de fuego para hacerla recordar.
-¡Mira Ioryogi-san!-exclamó señalando un enorme árbol de cerezo repleto de flores que se encontraba cerca de allí-¡Que bonito!
Se acercó hasta el árbol y se detuvo unos instantes para observarlo. A su lado se encontraba una muchacha de cabello castaño corto y ojos verdes quien también miraba las flores y parecía estar llorando, Kobato lo notó al escuchar pequeños sollozos de donde la chica estaba parada.
Preocupada se giró hacia ella y pudo notar que sus ojos estaban rojos e hinchados. Si definitivamente, estaba llorando. Sin saber muy bien que hacer se acercó hasta ella y colocó una mano sobre su hombro como dándole consuelo. La castaña dio un pequeño respingo y se volteó encontrándose con la preocupada mirada de Kobato
-¿Estas bien?-preguntó Kobato-¿Por qué lloras?
-Estoy bien… gracias por preocuparte-la joven sonrió y secó las últimas lágrimas que caían de sus ojos verdes-Solo estaba recordando a alguien que se fue…
-Ah, ya veo…Debe de ser alguien importante para ti. Lo siento-dijo apenada
-Si-cerró sus ojos dejando que el viento meciera sus cabellos-Es la persona más importante para mí y se ha ido lejos sin saber mis sentimientos
-Pero regresará ¿Cierto?
La joven de mirada esmeralda asintió con la cabeza y le dedico una tierna sonrisa
-¿Cómo te llamas? Mi nombre es Sakura Kinomoto
-Kobato Hanato, mucho gusto-correspondiéndole la sonrisa-Estoy segura que lo volverás a ver y podrás decirle todos tus sentimientos. Toma-le dijo entregándole la caja con la torta que planeaba darle a los niños.
-Pero…es tuya ¿Esta bien que me la des?-preguntó sorprendida ante el gesto de aquella muchacha de largos cabellos castaños
-Si, cuando uno esta triste ¡No hay nada mejor que comer algo dulce!-exclamó alegre arrancándole una pequeña risita a Sakura-Tu angustia se irá cuando la comas
Ya con más ánimos la ojiverde aceptó el regalo y se despidió con una enorme sonrisa prometiéndole que le devolvería el favor, sintiéndose más fortalecida gracias a las palabras de Kobato. Porque cuando Shaoran regresara de Hong Kong ella tendría la valentía necesaria para poder decirle que lo amaba y todo gracias a la tierna muchacha que le había regalado una torta de chocolate.
Kobato agitaba los bazos despidiéndose de su nueva amiga con una sonrisa en sus labios al notar que lucía más animada. Miró sus manos vacías pero no le importó. Podría llevarle una torta a los niños cualquier otro día, en esos momentos Sakura la necesitaba más y esperaba que pudiera hacerla feliz y curar su tristeza.
Observó su reloj y tuvo que comenzar a correr con todas sus fuerzas, su encuentro con la chica que tenía nombre de flor la había retrasado, y si legaba tarde Fujimoto se enfadaría y le daría un sermón.
-¡Llegaré tarde! ¡Fujimoto-san se enfadará!
Mientras corría como si su vida dependiera de ello, en la botella de Kobato un nuevo confite aparecía y este era de color rosa intenso. Exactamente el mismo color que poseían las flores de Sakura cuando su árbol estaba florecido.
¡Hola a todos! Hacía ya bastante tiempo que venía planteandome la idea de escribir un fic de Kobato en donde la gran mayoria de las series de Clamp se juntaran. Finalmente me he animado a escribirlo y espero que sea de su agrado. Es mi primer fic de Kobato así que pido que no sean muy criticones XD
En fin... espero que disfruten del capi tanto como yo disfrute el escribirlo. Les agradecería que me dejaran algún comentario de que les pareció ;3 y nos leeremos en el segundo capítulo! yey~~
Ja ne~~
