El día había estado horrible (refiriéndonos al clima), el viento soplaba así que el sol nunca hizo su función y pasaba de estar soleado a nublado muy rápido. En la tarde comenzó a llover y en la noche después de la cena, cuando las familias Tendo y Saotome se encontraban viendo televisión empezó a llover más fuerte y a tronar, provocando que cierta jovencita de cabello corto azulado diera saltos y grititos cada tanto.

De un momento a otro un trueno muy fuerte hizo que se fuera la luz y que Akane al tomar la mano de la persona que tenia junto le diera un apretón tan fuerte como el grito que soltó.

Ranma no se burló pues ya sabia de su fobia, así que solo pudo frotar su pulgar en forma circular sobre el dorso de Akane tratando de decirle un "aquí estoy". Y funcionó, Akane se tranquilizó de inmediato, se sintió segura; Ranma la hacía sentir segura. Sabía que él estaría siempre para ella, y viceversa.

Ayudados por su sentido de orientación y el tacto cada quien llegó a su cuarto para poder dormir. Akane se colocó su pijama amarilla y se arropó hasta la nariz, aun oyendo los fuertes truenos y la lluvia incesante. Pasaron las horas y aun no podía dormir, daba brincos cada que escuchaba un trueno tratando con todas sus fuerzas de no gritar, terminó pegada a la pared completamente cubierta y aún así no funcionó.

Quizá fueran las 3 de la mañana cuando los truenos se volvieron insoportables y Akane salio corriendo, no sabía donde pues sus piernas al parecer tenían mente propia y ella estaba ocupada en retener sus gritos, cuando se dio cuenta estaba arrodillada al lado de su prometido, el cual dormía con una camiseta y short, a pesar de el ligero frio que hacia, lo tomo de los hombros y lo sacudió un poco mientras lo llamaba en susurros.

-Akane... ¿que sucede? - pregunto aún dormido pero de igual preocupado, no era normal esa actitud.

-No puedo dormir.

Él sólo medito una fracción de segundo después de escuchar otro trueno y entender, se hizo a un lado en el futon y abrió las cobijas para ella, no tardo nada en decidir acostarse a su lado.

Ranma le ofreció su brazo como almohada, Akane lo acepto mientras pegaba su frente a la barbilla y sus manos aferradas a la camiseta, él terminó de taparla y dejó su brazo al rededor de sus hombros y su mano izquierda acariciando sus cabellos, logrando dormir de inmediato.

No habían pasado ni cinco minutos cuando los truenos pararon y la lluvia fue disminuyendo pero los dos estaban tan cómodos y tranquilos que no lo notaron.

Por fortuna era la mañana del domingo, y todos despertaban tarde. Así que cuando ciertos ojos café se fueron abriendo agradeció el hecho de que el chico frente a ella siguiera dormido, se dio cuenta de la posición en la que se encontraban y sonrió para sí sonrojada completamente, deshizo el abrazo lo más delicado que pudo y salio con dirección a su cuarto a dormir un poco más.

Más tarde cuando los prometidos se encontraron en el pasillo el sonrojo cubrió sus rostros, dando a entender a Akane que a pesar de lo dormido que estaba Ranma si que recordaba la noche anterior.

-No tomes esto a mal Akane - dijo el chico en voz baja para que sólo ella lo oyera-, pero si necesitas que... que ... yo te ayude como ayer ... p-por mi no ... nooo hay pro-blema.

-Gracias Ranma -le respondió en el mismo tono de voz.

Ambos sonrieron sonrojados y siguieron con su camino, Ranma bajo al comedor y buscó el canal del clima, rogando para que la lluvia no mejorara al menos en unos días.

Fin, gracias por leer.