Los personajes de KHR no me pertenecen.
Rubor y sonrisas.
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Había cosas graciosas siempre entorno a Tsuna, como el echo de que Reborn fuera un adulto en un cuerpo de bebé, como Yamamoto fuera adicto en secreto de la bebida Reb Bull, como la de Gokudera que coleccionaba fotos de su jefe durmiendo —nadie sabia como las hacia, ni Reborn, lo cual era más escalofriante—en su cama. Tsuna tenía y sabía cosas divertidas en su entorno, aunque siempre le causaría alguna que otra graciosa carcajada al ver a Enma—su nuevo amigo, y miembro también de la mafia—y Chrome ruborizados e inquietos.
Su guardiana no era la excepción de la clásica chica que se enamoraba y ruborizaba. Tsuna sabía—gracias a Dios que tenia la super intuición—que Chrome sentía algo más que solo amistad por su amigo.
El día que Tsuna dijo que Enma iría con ellos al parque te atracciones, Chrome, literalmente, se volvió roja cual manzana apetitosa se tratara.
También eso contaba para Enma, que en su caso que era un niño totalmente diferente a los demás, ya que era el centro de burlas y demás cosas de sus propios compañeros, se sonrojaba.
Enma se ruborizaba con más frecuencia que él mismo con Kyoko. Aunque eso sí, una parte de él decía que era demasiado sospechoso que se ruborizaba.
¿No fingiría?
Pues no, pensó, cuando él dejó solo a Enma con Chrome, los dos, como amigos y tal vez parejas de la mesa de la cafetería, se sonrojaban ligeramente, tiñendo sus mejillas de ese color carmín.
Tsuna suspiro y miro a su amigo y su guardiana como intentaban sonreír timidamente para sacar la tensión de la emboscada made in Tsunayoshi.
Escucho las risas de Yamamoto tras su espalda, él sonrió afable y levantó su propio cuerpo con fuerza, empezó a marcharse mientras veía como sus amigos quedaban solos en la cafetería.
