¨ ¿Puedes leer mi mente?¨
Sus dedos quitaron con cuidado su máscara de mariposa muerta y su rostro olvidado fue re apareciendo en mi mente. Sus labios estaban pintados de rojo sobre su piel ligeramente bronceada por el sol de mar, con su fina nariz llena de mocos respiraba entre sus ojos llorosos. No muy distinta se encontraba mi rostro de adulto desaliñado.
Una cicatriz obscurecía su ojo derecho y me sentí culpable, por dejarla sola cuando más me necesitaba. Ella se deshizo de mi mascara de payaso psicótico y la lanzo a algún lado con su faceta de ¨No Me Pasa Nada¨
La abrace, la abrace con fuerza contra mi pecho, necesitaba volver a sentirla cerca de mí, sentir latir su corazón entre un pulmón y otro pulmón, mi corazón latiendo al mismo ritmo que el suyo todos en reunión. Quería volver a estar con ella como cuando de niña me salvaba de mis facetas nerviosas, con una sonrisa desdentada y un tierno beso. Como cuando me hablaba de sus problemas de adolecente: sus constantes cambios de humor, su constante sueño, su preocupación en cuanto el crecimiento de sus pechos. Cuando Murdoc le preguntaba algo que le molestaba y se tapaba los oídos y fingía demencia.
Ella era todo un libro abierto que cualquiera podía leer si se lo proponía, Con Russ también hablaba seguido, pero no tanto como conmigo. Ella podía confesarlo todo cuando estaba conmigo. Al estar siempre de gira, ella no podía hacer muchos amigos, jamás mantuvo contacto, jamás tuvo a nadie más que a mí, a Russ y a veces Muds. De niña no sabía manejar su dinero y lo apostaba siempre con Del cuando Russell dormía, yo me arriesgaba con algún reto de Murdoc solo para hacer el tonto. Solo para verla feliz.
De un momento a otro quito sus brazos de mi torso y cubrió su rostro con sus manos. Sollozaba aún más fuerte y sus lágrimas empapaban mi sudadera, y las mías su corto cabello de mar.
-Noods…
-…Por favor… para…
Con sus orejas en las manos sus lágrimas creaban ríos entre su rostro y mi pecho. Van Gogh se habría fascinado de sus colores pastel.
-Tranquila, veras como mejora el resultado cuando lo hacen dos. Tú y yo.
- Si hubiera dicho la clave código en ese momento todo seguiría bien, todos estaríamos juntos… - dijo llorando, rompiendo mi alma y mi corazon. – Sé que todo está mal por mi culpa, así que por favor, no vengas con esa cara amable.
No tenía idea de qué hacer cuando una chica llora, ¿hablarle? ¿Qué le diría?, ¿Animarla? Ni yo mismo estaba en condiciones de sonreír.
¨ ¡Abrazo!¨
En mi mente apareció su figura infantil sonriendo chimuela con los brazos abiertos. Murdoc dice que los cariñitos, abrazos o besos son una maricones gay, pero su excepción era Noodle, apodándola mi niña o princesa. Sin embargo siempre hablo con ella con nombres de pastel o cosas dulces.
¿Y si la consolaba y la abrazaba?
No soy muy hábil para hacer ambas cosas al mismo tiempo. Yo que de estas estampas o escenas me limitaba a hacer eh decidido negociar.
-Con una condición.
-¿Una condición?
-cuando tengas ojos rojos y mi nariz estornude mocos vamos cenar perdiz.
Ella me miro confundida sin entenderlo, solo sonrrio un poco y beso tiernamente mi mejilla.
-Puedes leer mi mente.
¨Y comieron felices perdices ¨
