CLARITY

Capitulo I

Lady Frigga caminaba por su habitación de un lado a otro, sujetando sus manos y con el entrecejo fruncido. Sus vestiduras azules flotaban a su alrededor cuando daba la vuelta, trazando la longitud de su habitación, sus sandalias susurraban contra el piso de piedra. La causa de su preocupación no podía ser mencionada, ya no más, ni siquiera a su amado hijo y especialmente a su esposo. No era correcto que la Reina de los Nueve Reinos se preocupara por un criminal de guerra, un prisionero de Asgard, un traidor.

Su hijo.

'No,' Odín diría, 'Él no es tu hijo.' Pero si lo era. Frigga había cuidado al niño desde la infancia, tan pequeño, tan frágil, y aunque se le había dicho que no era Asgardiano y que probablemente se convertiría en un peligro al crecer, a sus ojos nunca había sido más que un niño, su niño, y ella lo amaba. Pero ahora le había sido arrebatado, atrapado en los calabozos debajo de las piedras sobre las que ella caminaba de manera frenética, y ya no podía alcanzarlo. Por decreto real, ¡Ni siquiera podía verlo! Y su corazón se rompía en silencio.

Su puerta se abrió lentamente y ella volteo para ver al intruso, pero era solo una chica, una de sus doncellas, cargando una charola con fruta y queso. La chica hizo una pequeña cortesía, sus largos rizos dorados cubrían parcialmente su rostro.

"Mi Señora," dijo la joven, con voz suave, sus ojos fijos de manera respetuosa en el suelo.

Frigga la reconoció. Era pequeña y bonita, aun en su túnica de sirviente y sus mallas, y aun cuando Frigga no podía ver sus ojos, sabía que eran de un color azul intenso. Ella se movía por la habitación con gracia y seguridad, derivados de años de servicio, dejando la charola de comida y re acomodando los objetos que estaban fuera de lugar. Tenía un aire de fortaleza y competencia. Si, Frigga recordaba a esta niña, recordaba el incidente que la había traído al servicio de la Reina, recordaba el don tan único que poseía. Quizás era momento de poner ese don en buen uso.

"Klara,"

La doncella volteo, y por un momento sus ojos se encontraron con los de la Reina, haciendo que Frigga se sobresaltara un poco, antes de que la chica bajara la mirada.

"Tengo un trabajo para ti."


Loki Laufeyson caminaba por su celda, sus manos descansaban en la base de su tensa columna, sus ojos verdes iban de aquí para allá mientras recorría la longitud y amplitud de su encierro, observando todo lo que podía a través del dorado de la pared de su prisión. Para lo guardias que se encontraban ahí aparentemente él permanecía tranquilo, su doble descansaba pacíficamente sobre su cama. Cama, ¡Ja!¡Difícilmente merecía un título tan noble! Más bien era un pequeño mueble, donde apenas podía acomodar sus largas piernas y con toda la comodidad de una roca. ¡Podía mejor dormir en el suelo! Pero esa era el único mobiliario que le habían permitido tener, y lo usaba para su ventaja tanto como pudiera, aunque solo fuera para evitar que los guardias reportaran sus acciones a Odín Padre de Todo.

En su tercer circuito por la habitación vacía (Y mientras consideraba cambiar a su doble de posición), escuchó que la puerta del calabozo se abría. Él se detuvo y volteo a ver la poco iluminada escalera que llevaba al primer piso del palacio, su doble imitó su interés. No podía ver la puerta, pero alcanzaba a escuchar un murmullo incoherente que hacia eco hasta donde el se encontraba. Aun no era hora del cambio de guardia, quien fuera que hubiera entrado no venia a quedarse en prisión. Alguien del palacio. Quizás alguien conocido. Él espero.

La puerta se cerró con un fuerte sonido, y los pasos de dos personas bajaban las escaleras. El guardia en su armadura dorada apareció primero, seguido por una niña, vestida como un sirviente. Era pequeña, delicada, con mechones de cabello rubio que enmarcaban su hombros angostos. ¿Qué asuntos tenia una criatura así en los calabozos? Ella pasó por un lado del guardia y asintió, caminando por el corredor con pasos largos y decididos. Los ocupantes de las celdas frente a las que pasaba siseaban, se reían y hacían crudas observaciones, pero su cabeza se mantuvo alta y su caminar firme, sin permitir que sus ojos se desviaran a los lados. Loki tuvo la sensación de una sonrisa formándose en sus labios. Expresión que no apareció en el rostro de su doble, quien estaba de nuevo recostado sobre la pequeña cama con aire desinteresado. Loki se dirigió a la pared mas alejada de la celda y se recargo contra ella esperando que la chica pasara sin notarlo. Quizas diría algo mientras ella caminaba, tratando de asustarla y así romper su compostura. Después de todo, de todas las criaturas encerradas en ese lugar, él era por mucho la mas peligrosa. Y la mas aburrida.

Pero ella no paso de largo. En lugar de eso, se detuvo de repente justo antes de llegar a su celda, sus manos detrás de la espalda con un aspecto de recatada eficiencia. Sus ojos vagaron por el interior de la prisión, momentáneamente pasando sobre él y fijando su mirada en su doble, al que Loki no le había permitido reconocer la presencia de la chica aun.

"Mi señor Loki," dijo ella, su voz clara y directa.

Loki no le permitió a su ilusión siquiera voltear a verla, manteniendo una fría indiferencia, pero se permitió a si mismo observarla mientas ella hacia una reverencia perfecta.

"Estoy aquí en nombre de Lady Frigga, para preguntar por su salud y comodidad, y cumplir cualquier petición que pueda tener."

Ah, una de las mascotas de su Madre. Le parecía vagamente familiar. Él se separó de la pared y se acerco un poco. Ella no se movió o evidenció el haber notado sus acciones, pero obviamente ella no podía darse cuenta. En apariencia, él no se había movido de la cama en la que estaba postrado, observando con intensidad los azulejos en el techo. Loki tomó ventaja de su ignorancia y se acerco un poco mas, hasta que se detuvo justo frente a ella, imitando su misma pose. Ella tenia el porte de una dama, aun en su ropa de doncella, y él se preguntó por un momento si era de sangre noble o simplemente era el resultado de estar en presencia de su madre.

Finalmente, permitió que su doble hablara.

"Puedes decirle a Lady Frigga que mi salud es la misma de siempre, y mi comodidad difícilmente es de su incumbencia."

La chica no titubeó, ni siquiera parpadeó por sus palabras despreciativas.

"¿Alguna petición?"

Loki resopló.

"¿Mi libertad?" murmuro en voz baja para el mismo.

"¿Peticiones razonables?" ella le respondió.

Loki y la chica se tensaron al mismo tiempo. Por un momento ninguno de los dos se movió. No fueron las palabras, o el tono que utilizo (Que sin duda rayaba en la falta de respeto.) lo que hizo que el aire descendiera sobre ellos en la forma de un pesado silencio.

El doble de Loki no había dicho nada. Era él quien había hablado. Solo para él. Y ella había respondido.

Lentamente, el rostro de la chica giro y sus ojos se encontraron con los suyos, sus verdaderos ojos. El azul intenso sostuvo su mirada verde brillante con un atrevimiento desvergonzado. Ella podía verlo. Podía verlo por completo.

Con un movimiento de su mano, la ilusión se deshizo y se permitió sonreír de manera presuntuosa.

"Oh, eres buena," dijo, dando un paso atrás, analizándola de nuevo, "¿Qué es?¿Un nuevo hechizo de Lady Frigga?"

La chica mantuvo la compostura de manera admirable, su espalda erguida y sus manos atrás, pero él podía notar que su propio desliz la había sacudido.

"No tengo magia, mi señor," dijo ella, "Y tampoco es trabajo de Lady Frigga, aunque conoce de mi condición desde mi infancia."

"¿Y cual seria esa condición, exactamente?" Loki preguntó, inclinándose para ver mejor sus ojos azules. Ella no bajo la mirada.

"Las ilusiones no pueden engañarme," respondió," y la magia no tiene efecto en mi."

"Una Abjurado…"

Ahora Loki estaba profundamente intrigado. Su madre había conseguido una Abjurado. Y por la forma en que sus ojos se abrieron casi de manera imperceptible, para después cerrarse por la sospecha, esa niña nunca había escuchado ese termino en toda su vida. Por supuesto, no seria poco común si fuera una Asgardiana común y corriente. Los Abjurados eran prácticamente desconocidos. No se había encontrado uno en miles de años. Incluso los antiguos casos estaban sujetos a sospechas. Y él nunca había escuchado de un Abjurado que hubiera nacido con el don.

Loki se enderezó y dio un paso atrás. La mirada de la chica lo siguió. Estaba impresionado, aunque no se permitió demostrarlo. Ella podría ver mas allá de sus ilusiones, pero no podía ver su mente. Y eso… dejaba un sabor de reto en su lengua de plata. ¿Qué es lo que ella podía hacer? ¿Qué podía él hacer con esta niña? Además, no era como si tuviera otra cosa con la que ocupar su tiempo.

Él sonrió.

"Mi cama."

Las delicadas cejas de la chica se levantaron por la sorpresa.

"¿Mi señor?"

Fue necesario que Loki usara todo su control para no darle una sonrisa lobuna. En lugar de eso señaló con desdén su pobre excusa de cama en la esquina.

"La situación actual de mi cama. Es inaceptable. Quisiera que mi antigua cama sea transferida a este lugar."

Las cejas de la chica regresaron a su posición normal y ella asintió con decisión.

"Me asegurare de que su petición llegue a Lady Frigga y…"

"Tu supervisaras la transferencia, por supuesto."

La boca de la doncella se cerró, al igual que la expresión de su rostro. Sus ojos se mantuvieron sobre él y Loki pudo ver que había inteligencia en ella, mientras trataba de leer su expresión, para descubrir sus intenciones. Era lista. Mucho mas lista de lo que Loki hubiera esperado de una sirvienta, o incluso una Abjurado.

"Cumpliré con las ordenes de Lady Frigga," respondió, con cautela, como un ratón que sabia que debía que tener cuidado alrededor de la ratonera.

Loki se encogió de hombros y le dio la espalda, cuidando de no parecer ansioso o impaciente.

"Muy bien."

Podía sentir el silencio de la chica, y vio por el rabillo del ojo como ella hacia un reverencia y se daba la vuelta, con la cabeza en alto y determinación. Él le permitió dar tres pasos antes de hablarle de nuevo.

"¿Cuál es tu nombre?"

Ella se detuvo, y volteo e verlo, fijando su fría mirada azul en él.

"Klara."

Y después se fue, caminando tan rápido que de ser otra persona, Loki hubiera creído que estaba huyendo. Él la miro marcharse, sin ninguna expresión, hasta que la puerta del calabozo se abrió y cerró de nuevo. Sus ojos revisaron todo su alrededor fijándose en la pequeña cama una vez mas. Loki hizo un gesto de desagrado, pero de mala gana se recostó en el duro colchón, subiendo sus pies en la orilla de la cama y colocando su cabeza en la almohada plana, sus manos descansaban sobre su pecho. Observó el techo de color blanco y su dedo comenzó a golpear en un ritmo nervioso el dorso de su otra mano.

La verdad era, que iba a pasar un largo tiempo en ese lugar, pudriéndose si las cosas salían como Odin esperaba, su mente y su cuerpo deteriorándose de la manera mas lenta y dolorosa posible, una muerte por atrofia. Necesitaba algo para mantener su mente despierta, una distracción, algo para pasar el tiempo. Una Abjurado… que acertijo tan interesante.

Loki sonrió de nuevo, una gran sonrisa tramposa.

"Klara…" repitió en un susurro.


Klara no tenia permitido perder tiempo. Ella solo podía caminar, caminar tan rápido como pudieran llevarla sus piernas, a través de los brillantes pasillos, entre las columnas de mármol, pasando a un lado de los caballeros y las damas que apenas notaban su presencia, sus ropas de sirviente eran casi una capa de invisibilidad para ellos. Klara camino hasta que llego al ala de los sirvientes, a la pequeña puerta que la llevaba al único lugar en Asgard que sentía como propio. Para cuando cerró la puerta detrás de ella, sus piernas estaban demasiado débiles para seguirla sosteniendo así que se deslizo hasta el suelo, su espalda recargada contra la intricada madera, con los ojos cerrados, respirando profundo para calmar el latido de su corazón.

Loki Odinson… el Usurpador… la habían convertido en la sirviente de un traidor, un asesino, un tirano en proceso. Por un corto instante pensó en que se había equivocado para que Lady Frigga creyera que se merecía… pero no. Ella sabia que había sido elegida. Abrió sus ojos y observo sus manos, como si ahí se encontraran todas las respuestas. Estaban temblando,y Klara las convirtió en un puño, cerrando de nuevo sus ojos, dejando que su cabeza descansara en la puerta a sus espaldas.

El problema no estaba en sus manos. Estaba en su cabeza, en su cuerpo, en su alma.

Abjurado…

Así la había llamado. Una Abjurado. Lady Frigga jamas había mencionado esa palabra, pero de alguna manera sonaba real. La Reina se lo había advertido, así es como él trabajaría para tratar de engañarla.

"Loki no miente totalmente, pero usa medias verdades y rápidas implicaciones," había dicho ella, " Siempre debes de mantenerte atenta. Tu don puede protegerte de su magia, pero tu ingenio debe de protegerte de sus palabras."

Klara puso sus manos en su rostro y respiro profundamente. No había nada mas que hacer. Ella aclaró sus pensamientos tratando de sacar de su mente el lugar donde había estado, las palabras que ella había dicho, el frió y calculador brillo en su mirada. Klara borró el olor mohoso de las piedras húmedas y la luz dorada del campo que mantenía a raya a los habitantes del calabozo. Solo una cosa se quedo en su mente: Una cama, demasiado pequeña para su larga complexión. Respirando de nuevo se puso de pie. Lady Frigga estaba esperándola. Y la transferencia tomaría tiempo.

Klara se enderezo y abrió la puerta, regresando al mundo real, con la cabeza en alto y su mente despejada una vez mas.


NT.- Una historia nueva porque soy masoquista y me gusta cargarme de trabajo, pero es que esta historia es hermosa y lleva una temática y desarrollo muy diferente a "Lazos Familiares" (La otra historia acerca de Loki y su familia mortal que también esta en proceso de traducción). Considero este mi regalo de navidad para el fandom de Loki así que ¡Felices fiestas!