Palabras.
Caminar.
Es lo único que puedo hacer ahora que nada me obliga a permanecer allí.
Ya no hay subordinados que dirigir, ni dios al que servir.
Ya no hay nada... Ya no hay un "Yo soy". Tampoco habrá un "nosotros somos". Si es que alguna vez existió la minúscula posibilidad que esas dos palabras pudieran ser pronunciadas en conjunto.
¿Quien soy?
Ya no lo se.
¿Quien era?
¿Suikiyo?
¿Aiacos?
¿Un juez?
¿Un soldado?
¿El ser que amabas?
¿Acaso existe realmente ese sentimiento en mi?
¿Acaso existió ese sentimiento en ti?
¿Alguno lo sintió? ¿Yo lo sentí? ¿Tu lo sentiste?
Prefería morir por tu mano, que morir en soledad... Es lo único que se.
Es lo único en lo que tengo certeza.
Ahora estoy solo.
Siento algo... Algo que la soledad no puede explicar y que mi mente no puede describir.
Nunca, el mundo... Me pareció tan solitario.
Tan vacío.
Tan muerto.
¿Quien soy ahora? ¿Quien fui?
¿Que fuimos?
¿Que fui para ti?
Moriría, solo para dar contigo...
Para así saber que me responderías, Violette.
Dado que yo, no se poner palabras a lo que perfora mi pecho.
No se ponerle palabras a estas lagrimas
