- Vamos... ¿Qué te cuesta?

- No lo sé, Alya. No creo que sea correcto...

En París, un día como cualquier otro, la más fiel amiga de Marinette intentaba convencer al famoso modelo Adrien Agreste de que cumpliera una de sus peticiones.

- ¡Por favor~! Prometo no volver a pedirte nada en mi vida, ¿Si?

El rubio se lo pensó. Siempre había considerado a Alya como un peligro para su identidad secreta... pero si aceptaba incluso podía hacer que, si ella encontraba la forma de descubrirlo, le devolviera el favor y así mantendría el secreto a salvo.

- De acuerdo...- Aceptó resignado.

La futura periodista chilló de alegría. Y como no hacerlo: su petición fue, ni más ni menos, hablarle coquetamente a Marinette ¡Y ella lo filmaría todo!

Aunque, obviamente, no se lo pidió así. Se excusó con el simple cuentillo de que "Mari le había echo una broma parecida antes, y ella solo intentaba limpiamente vengarse... pero necesitaba ayuda". Creo que todos aquí tenemos una idea de lo mucho que se divierte Alya gastándole bromas a su mejor amiga, por lo que no hará falta indicar sus verdaderos motivos, ¿Verdad?

La morena había esperado ya semanas para poner en marcha su pequeño plan, pero era la primera vez que se daban las condiciones. Condiciones las cuales consistían en, una profesora demorada, y una Marinette llegando temprano a clases... lo cual era más raro que reírse por uno de los malos chistes de Chat Noir. No podía ser en el almuerzo, porque la de dos coletas siempre se desvanecía misteriosamente a esa hora; ni a la salida, ya que sería demasiado sospechoso.

Pero por fin, luego de tanta espera, tenía la oportunidad de divertirse a lo grande.

Sacó su celular, accionó la cámara y se escondió tras el pupitre de Adrien, indicándole al señalar a su amiga que ya podía ponerse en marcha.

Marinette, ajena a todo el malvado plan que la de anteojos llevaba a cabo, se hundía en sus pensamientos. Su último diseño le estaba costando demasiado, incuso se había desvelado haciendo bocetos, pero seguía sin llegar a nada concreto. Quizá por eso había llegado puntual, pero le restó importancia.

Abolló otro papel de su libreta y se dispuso a dejar su mente volar, como hacía cada vez que tenía este tipo de problemas. Con sus ojos cerrados, imaginó que se encontraba sobre la torre Eiffel, una fresca noche luego de una victoriosa purificación, observando la ciudad del amor. Las luces se confundían con las estrellas, jugueteando entre los edificios e iluminando las calles. La brisa danzaba con su cabello, cosquilleando su frente. El aroma a cena familiar, que provenía de las pequeñas casas, se elevaba hasta su nariz y le permitía olfatear aquellos manjares. Si, aquel paisaje definitivamente la inspiraba.

Y en eso, escuchó una voz muy conocida.

- Bonjour preciosa, tan radiante como siempre.- Aquel tono travieso era inconfundible, su gatuno galán había llegado.

Ya sea por costumbre o un simple reflejo, Marinette acarició el mentón de su compañero con su dedo índice, y casi sin mirarlo, pronunció coquetamente - ¿Qué quieres ahora, Silly Kitty? Estoy algo ocupad-...

Pero no pudo terminar de hablar, ya que dos pares de ojos bien abiertos la volvieron a la realidad.


Y bien... ¿Les gustó? ¡Espero que si~!

Es una corta idea que se cruzó por mi mente en el momento en el que pensaba en cómo estrenar mi cuenta de FF, así que espero que desde ahora nos leamos mucho más seguido~ nwn

Oh, y amo los reviews, solo por si no lo sabían(?

PD: Tuve que vender mi alma al diablo para averiguar cómo podía poner este espacio con mis notas :'v pero bueno, errores de principiante x3

Nos leemos~ ouo/