Nota: No todos personajes me pertenecen, varios de ellos fueron creados por Naoko Takeuchi y hacen parte de su gran obra SAILOR MOON, pero la historia si es enteramente mía

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Capítulo 1: Lo que nos llevó a encontrarnos

En una elegante casa en estados Unidos.

Kenji: ¿A qué hora llegó Serena anoche? – sentándose a la cabecera de la mesa disponiéndose a tomar desayuno

Rose: Señor… – nerviosa por la pregunta del patrón

Kenji: ¿A qué hora Rose? – perdiendo un poco la paciencia

Rose: Señor, la señorita llegó hoy a las 5 y poco de la mañana

Kenji: ¡A las cinco!

Ikuko: ¿Qué cinco? – entrando la esposa de Kenji al comedor

Kenji: Tú hija llegó… a las cinco de la mañana en casa

Ikuko: ¿Mi hija? Pensé que era nuestra hija – sentándose a la mesa

Kenji: Tú estás todo el día en casa, tienes que educarla mejor, no es posible que a sus 16 años esté saliendo a esas horas… sólo pensar en lo que debe hacer en esos horarios…

Ikuko: ¿A qué te refieres?

Kenji: Rose retírate – le ordenó a la sirvienta, al verla salir del comedor continuó – crees que no sé qué anda bebiendo con sus amigos, varias amigos me han dicho que se dice que anda ebria de discoteca en discoteca… ¡Tenemos que parar esto!

Ikuko: ¿Qué propones? – preocupada por las palabras de su esposo

Kenji: Tenemos que controlarla más, nada de salidas, se acabó

Ikuko: Tú la conoces, ¿crees que va a ser así de fácil?

Akemi: Claro que no – interrumpió la anciana madre de Kenji – ustedes la han malcriado por 16 años y creen que de la noche a la mañana ella va a hacer lo que le ordenen

Kenji: Madre…

Akemi: Quién la va a obligar a estar en casa, si ninguno de los dos para aquí – el semblante de la mujer lucía tenso por la rabia

Sammy: Buenos días – entró el joven hijo de 10 años de Kenji e Ikuko - ¿sucede algo?

Kenji: Nada hijo, siéntate y toma tú desayuno

En la facultad de medicina en la misma ciudad:

Jonathan: Nuestro último día en la universidad - decía un joven alto rubio de ojos verdes – ahora al internado

Elizabeth: Finalmente vamos a poder atender en un hospital – decía sonriente una joven de cabellos pelirrojos

Jonathan: ¡Tenemos que celebrar!

Arthur: ¡Claro que sí! Tenemos que celebrar… y tenemos que despedirnos… cada uno de nosotros va a diferentes hospitales… - les recordó un joven de lentes de aspecto algo nerd

Elizabeth: Es verdad – recordando que cada uno tomaría diferentes caminos

Jonathan: No hay que ponernos tristes – abrazando a Elizabeth – Y nos volveremos a encontrar, además nos mantendremos conectados ¿Verdad?

Darien: Claro que sí – comentó un joven de cabello oscuro y ojos azules que se había mantenido callado

Elizabeth: Tú no digas nada Darien – con la voz entrecortada – qué tú eres él que se va más lejos… no puedo creer que hayamos podido convencer de no regresar a Japón

Darien: No puedo quedarme, ya se los he dicho, mi familia está allá

Arthur: Bueno… basta de melodrama… hoy vamos a dónde?

Jonathan: ¡The Star!... escuché que algunas chicas de enfermería irían a celebrar ahí – sonriéndose

Arthur: totalmente de acuerdo

Unas horas después en la mansión Tsukino, una joven de largos cabellos rubios caminaba somnolienta, aún en pijamas, por la sala de la casa.

Luna: Buenas tardes señorita – le saludaba su nana

Serena: ¡Luna! – Medio aturdida – Me preparas un jugo de naranja ¿por favor?

Luna: Claro señorita, pero por favor cámbiese de ropa, su padre puede llegar y sabe bien que no le gusta verla desfilando en pijamas por la casa

Serena: ¿venir? Es sábado Luna, debe estar en el club con sus amigos – echándose en uno de los sofás

Luna: Serena – acercándose a ella y murmurando – no provoque a su padre, hoy a la hora del desayuno estaba furioso por la hora en que regresó a casa

Serena: No te preocupes yo… - siendo interrumpida por su padre

Kenji: ¡Serena! Qué he dicho de andar en pijamas por la casa… y si alguien trae visitas a casa…

Serena: Lo siento – dándole una gran sonrisa que sabía siempre conseguía derretir a su padre

Kenji: Hija… cámbiate y anda a mi oficina, tenemos que hablar

Serena: Sí papá, sólo deja que tome desayuno y voy

Kenji: ¡Desayuno! Por dios Serena, sabes qué horas son – viendo la cara de desorientada de su hija supo que ella no tenía ni idea – son las 6 de la tarde, ¿recién te levantas?

Serena: ¿las seis?... no puede ser mis amigos deben venir a recogerme en menos de dos horas – levantándose del sofá

Kenji: Vamos a mi oficina ahora mismo

Serena: pero papá…

Kenji: es una orden

La oficina de Kenji estaba llena de libros de pared a pared, años antes a Serena le gustaba ir de vez en cuando a ella y echarse en el sofá a leer alguno de libros mientras su padre trabajaba en la computadora, le gustaba mucho ese lugar era tranquilo y era así en silencio la forma de poder compartir tiempo con su padre, pero conforme creció dejó de hacerlo.

Kenji: Siéntate – le dijo a su hija mientras cerraba la puerta

Serena: Sí papá – Serena sabía que estaba en problemas

Kenji: tenemos que hablar de tu comportamiento, es totalmente inadecuado que una joven de tu edad este saliendo de fiesta en fiesta y que ande borracha por la ciudad, es más eso es ilegal… tú madre y yo estamos muy preocupados por ti, por lo que te prohibimos de salir

Serena: ¿Qué?... no exageres papá… si no quieres que beba, pues lo dejo de hacer, pero prohibirme de salir… - poniéndose en pie

Kenji: Sabes acaso lo que se dice de ti – levantando la voz – que eres una… ni siquiera lo puedo repetir… de ti, de una Tsukino… eso es inadmisible

Serena: ¿estás preocupado por mi o por tu apellido? – le preguntó furiosa

Kenji: Por los dos, ¡estás haciendo que se burlen de nuestra familia! – le gritó

Serena: Entiendo…. el nombre de la familia – en tono sarcástico – si te importa tanto el nombre de la familia, porque no dejas de coquetear con cuanta mujer pasa enfrente tuyo…

Kenji: ¡Qué! ¡Si me vuelves a faltar el respeto no respondo Serena!

Serena: ¿te falto el respeto? Tú le faltas el respeto a esta familia teniendo de amante a tu secretaria – recibiendo una bofetada por el comentario

Kenji: Ve a tu habitación – sin poder verla a la cara

Serena: Me golpeas por decir la verdad – sobándose el rostro

Kenji: ¡vete!

En una casa cerca de la universidad

Jonathan: Darien – entrando a la habitación de uno de sus compañeros de casa – vaya ¿ya estás con las maletas listas?

Darien: Así es, mi vuelo es para mañana a las 10

Jonathan: Oye, vamos a salir a eso de las 8

Darien: ¿tan temprano?

Jonathan: eh… sí porque… tenemos que aprovechar al máximo esta noche

Dos horas después en la mansión Tsukino

Serena: Luna, ¿dónde está papá? – bajando las escaleras con un look de infarto. Sus ojos los había delineado de negro, sus labios estaban de un color rojo y su cabello estaba totalmente liso y recogido en una cola de caballo, combinación que la hacía lucir de mucha mayor edad. Llevaba puesto un vestido negro corto con brillos de manga larga, el cual tenía un gran escote en la espalda y unas botas extra largas taco aguja hasta el muslo.

Luna: Serena, ¿Acaso piensa salir después de lo que le dijo su padre?

Serena: ¿Dónde está él?

Luna: Aún en su oficina

Serena: Anda al cuarto de Sammy, mira que está haciendo… recuerda que eres la nana

Luna: Aunque usted ya no sea una niña también soy su nana y tengo que cuidar de usted, usted no puede salir

Serena: Lo digo por tu bien Luna, yo voy a salir, así que es mejor que estés con Sammy, así cuando mi padre se dé cuenta no pensará que me ayudaste… vamos anda donde Sammy

Luna: Serena – viéndola acercarse a la puerta

Serena: Nos vemos mañana – le sonrió, Luna asentó con la cabeza y subió rápidamente al cuarto de Sammy

Serena salió rápidamente de la casa, sus amigos la esperaban afuera

Ronald: Estás como para comerte – le decía su apuesto amigo de 17 años al verla subir a su limosina

Serena: Gracias – guiñándole un ojo

April: Serena, tenemos un problema - decía su gran amiga de fiestas mientras pasaba sus dedos entre sus ondulados cabellos negros

Serena: ¿Qué sucede?

April: Tú padre ha avisado a todas las discotecas que te prohíban la entrada, qué si él se entera que te han dejado entrar los va a demandar, por ser menor de edad

Serena: ¿Qué?

Ronald: Tú viejo nos ha arruinado la noche

Serena: No, no, no… no se lo voy a permitir, sólo debemos buscar algún lugar donde no me conozcan

Clarisse: Ay no… estás pretendiendo que vayamos a una discoteca de pobres – le recriminó su otra rubia amiga

Peter: Yo acepto – respondía el otro joven casanova del grupo – jamás he intentado conquistar una pobretona

Clarisse: No y no – comenzando a desesperarse – April apóyame

April: Lo siento, si no vamos uno de esos lugares, no tenemos a donde ir y no he pasado 4 horas arreglándome para regresar a casa

Ronald: bueno, está decidido ¿Todos están con sus identificaciones falsas? – asentando todos con la cabeza

The Star estaba repleto, en el lugar había varios chicos de la facultad de medicina y enfermería disfrutando de la fiesta

Elizabeth: ¿Quién va a bailar conmigo? – les preguntaba a sus amigos que estaban en la barra

Jonathan: Yo me sacrificaré – sonriéndole y tomándole la mano

Elizabeth: Darien, anímate, tú serás el siguiente – yendo a bailar con Jonathan

Arthur: Enserio amigo anímate – dándole una palmada en el brazo a Darien – voy a ver si consigo unas enfermeras para nosotros, así que tómate esto – dándole una copa de whisky

Darien se quedó sólo en el bar, él no era una persona muy sociable, y le daba pena bailar. Pensaba aprovechar que sus amigos no estaban cerca para irse, tomó rápidamente el vaso de whisky y se dispuso a dirigirse a la salida. Había mucha gente empujándose así que no le sorprendió cuando alguien le derramó cerveza encima

Serena: Lo siento – le dijo la joven rubia que tenía una botella de cerveza en la mano, la cual se quedó brevemente en silencio al ver al apuesto hombre de ojos azules

Darien: No te preocupes – quedado prendado de la joven rubia

Serena: ¿Bailas? – sonriéndole coquetamente

Darien: Claro – tomándole la mano y yendo a bailar con ella

Darien se sentía en otro mundo la joven era extremadamente sexy y agradecía en el fondo a Arthur por la copa de whisky, que sin ella seguramente no habría aceptado la invitación a bailar

Serena: ¿Vamos por unas cervezas?

Darien: ¿Qué? – la música estaba muy alta en el área de baile y no le permitía escucharla

Serena: Ah – acercándose a él y hablándole al oído – que me muero de sed ¿vamos a beber algo?

Darien: Sí vamos – cogiéndole la mano y llevándola a la barra

Serena: Una cerveza – le decía al bartender

Darien: Un whisky por favor

Serena: ¿whisky? Entonces olvide la cerveza, yo también quiero un whisky

El bartender les entregó sus pedidos rápidamente

Serena: pero es difícil bailar con el vaso en la mano

Darien: eso se arregla fácil – tomándoselo de una sola vez

Serena: vaya, vaya… ah… mmm… este…. no se tu nombre

Darien: Darien… es un placer conocerte…

Serena: Serena – bebiéndose también de una sola vez el whisky – no me gusta perder, lo cual provocó una risa en Darien

Darien: No sabía que competíamos bonita – "¿bonita? De dónde salió eso" se preguntó a sí mismo, el alcohol debía estar afectándolo

Serena: Pues ya ves – sonriendo por el alago - dos más por favor – le decía al bartender

Los amigos de Darien estaban preocupados al no encontrarlo en dónde lo habían dejado sentado

Elizabeth: ¿Se habrá ido a la casa?

Jonathan: no lo creo, los chicos los chicos nos hubieran avisado que él ya llegó a su fiesta sorpresa de despedida

Elizabeth: Siempre lo mismo con él… voy a intentar llamarlo de nuevo – cogiendo su celular

Arthur: No es necesario que lo llames, ya lo encontré

Elizabeth: ¿Dónde está?

Arthur: Allá – señalando hacia una de las paredes de la discoteca

Serena estaba recostada en la pared abrasándose del cuello de Darien, él le recorría el cuerpo con sus manos mientras ambos se besaban apasionadamente

Jonathan: Vaya, vaya… y nosotros preocupados - mirando a la pareja

Elizabeth: Lo que daría porque Setsuna estuviera acá

Clarisse: Ay no, no – decía la joven rubia parada cerca a Elizabeth – tenemos que llevarnos a Serena, mira lo que anda haciendo – señalando a su amiga

Ronald: ¿Y quién es ese tipo con ella?

Clarisse: por la ropa un tipo cualquiera

April: Déjenla, qué tiene de malo que se divierta

Clarisse: Claro que está mal, él no es igual a nosotros – yendo por Serena – hey tú – depositando su mano en la espalda de Darien – podrías soltar a mi amiga

Serena: qué pasa – notándose lo ebria que estaba

Clarisse: Nos vamos – tomándola del brazo

Serena: Pero aún no me quiero ir

Clarisse: Pero que te pasa hoy… vámonos

Serena: No, no me voy, hoy me estoy divirtiendo

Clarisse: estás dando un espectáculo

Serena: Si mi padre cree que yo soy… eso, pues vera realmente como es ser eso

Clarisse: Por dios Serena ¿Cuánto has bebido?

Serena: Cómo unos 5 whiskys y media cerveza

Clarisse: tú no bebes más de dos cervezas en una noche, vámonos – jalándola

Serena: Yo me quedo – soltándose – Darien… verdad que tú quieres que me quede

Darien: Sí – también notándosele lo ebrio – nos estamos divirtiendo

Clarisse: Cómo quieras – tomándole una foto con el celular a Darien

Darien: ¿Y eso?

Clarisse: Si te atreves a hacerle algo, tú foto aparecerá en todos los noticieros – dando la media vuelta y marchándose

Arthur: Oye Darien – acercándose a su amigo – los chicos han hecho una pequeña reu en casa, por qué no llevas a tu amiga

Darien: ¿Quieres ir? – preguntándole a la rubia

Serena: Claro que sí

Tras retirarse de la discoteca, los cinco jóvenes fueron a la casa que compartían Jonathan, Darien y otros compañeros de la facultad. Tras caminar con dificultad hasta la puerta, Darien la abrió y recibió una gran sorpresa al ver a sus compañeros de clases, los cuales lo recibieron con un gran ¡Sorpresa!

Darien: Chicos Gracias

Setsuna: Nos vas a hacer falta – dándole un fuerte abrazo - ¿Has estado bebiendo? – sintiendo el aroma de Darien

Darien: Sólo un poco

Setsuna: Ven – jalándolo del brazo – saluda a tus invitados – alejándolo de sus amigos

Elizabeth: Serena – viendo a la joven rubia – siéntate un momento – señalándole el sofá – ahora lo traigo para ti

Elizabeth fue tras Darien y Setsuna que habían ido a la cocina, no le agradaba esa mujer había jugado mucho con los sentimientos de su amigo

Elizabeth: Darien, necesito hablar contigo – llevándolo a un lado y separándolo de Setsuna

Darien: Dime

Elizabeth: Cómo vas a traer a una chica y dejarla para irte con otra

Darien: ¿Ah?

Elizabeth: Estoy hablando de Serena, tonto la has dejado sola en la sala, si te descuidas te la van a quitar – caminando con él de regreso a la sala – Mírala

Darien: Serena – viendo a la rubia sentada en el sofá rodeada de varios jóvenes interesados en ella

Elizabeth: Te van a robar tu conquista - lo cual impulsó a Darien a ir por Serena

Darien: Serena – abriéndose paso entre sus amigos y extendiéndole la mano – ven princesa

Serena: Adiós chicos – dándole la mano a Darien y acercándose a él, quien la suelta y paso su mano por la cintura de ella

Darien: Te voy a enseñar la casa

Tras casi una hora desde que Elizabeth se llevó a Darien, Setsuna no lo podía encontrar

Setsuna: Arthur ¿has visto a Darien?

Arthur: estaba con Serena

Setsuna: ¿Qué Serena?

Arthur: La chica con la que vino, debe estar por ahí

Setsuna: ya lo busqué por toda la casa, solo me falta ir arriba… pero… no Darien no la llevaría arriba

Arthur: Después de cómo estaban en la discoteca no lo dudaría – riéndose

Setsuna: cállate Arthur – dejándolo para ir al segundo piso

Habían varias personas en el pasadizo dando risadas cómplices entre ellos al escuchar los gemidos que salían de una de las habitaciones y haciendo varios comentarios "parece que alguien está con suerte", "eso sí que es una despedida", "buena Darien"

Setsuna: Largo de aquí, acaso no les da vergüenza, ya vayan abajo – botando a los jóvenes curiosos

Jonathan: Tú también deberías bajar

Setsuna: Pero Darien – colocando la mano en la manija de la puerta y abriéndola levemente pudiendo escuchar aún más fuertes los gemidos de Darien y Serena

Jonathan: No Setsuna – colocando su mano sobre la de ella y cerrando la puerta – él ya se va mañana, olvídate de él