He aquí la continuación de "Vulnerable". Aun no he pensado en el número de capítulos, pero creo que oscilan entr xD
También podré las letras de las skills de los campeones por si acaso xD.
Bueno, disfruten :D
"Caminando sobre el Cristal"
Yasuo se incorpora lentamente sobre su cama, moviendo su hombro con la esperanza de que el dolor se aliviara, mientras mantenía la mirada fija en el pie de la cama, donde yacía su katana que reflejaba la poca luz que se colaba dentro de la habitación. Gruñó. Se puso de pie y fue directo al cuarto de baño para darse una rápida y fría ducha, y también para analizar los sucesos de la noche anterior.
El agua caía rápida y hacia un pequeño sonido al chocar contra la cerámica del piso de la ducha. Yasuo alzó la vista y el agua se le coló en los ojos, los abrió y cerró rápidamente y de forma seguida, entonces, mientras dejaba que el agua le recorriera el cuerpo, comenzó a recordar lo de anoche.
Katarina lo había invitado a la Posada, él había accedido, luego pasó y terminó en un combate con Riven, de un momento a otro se estaban besando de manera apasionada, pero… ¿Qué pasó luego?
Sacudió su cabeza para recordar, pero nada se le vino a la mente, quizá si le preguntara a ella podría saber qué ocurrió.
Cerró la llave de la ducha y salió húmedo para secarse y ponerse sus ropas.
Al cabo de unos minutos salió de la habitación, y se encontró con Katarina que lo miraba con cara de curiosidad.
— Sabes que es tarde, ¿cierto? —dijo ladeando la cabeza. —. Los Invocadores están molestos contigo porque no estuviste puntual hoy. ¿Qué te ocurrió?
Yasuo se la pensó un momento. ¿Podría decirle a Katarina lo que pasó anoche? No lo creía posible, era mejor que fuera un secreto entre él y Riven.
— Me quedé dormido. La resaca, ya sabes. —se encogió entre hombros.
— Como digas. —agitó su mano. —. Anoche te perdiste, te busqué y no te encontré. Estabas tomando, ¿cierto?
— Ya te dije que sí. —suspiró. —. Por cierto…—la miró por el rabillo del ojo. —. ¿Y Talon?
Katarina se sonrojó y volteó la mirada con los brazos cruzados y el ceño fruncido, mientras Yasuo reía en sus adentros. El amor era hermoso cuando de jóvenes se trata.
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"VICTORIA"
Esas fueron las últimas palabras de la voz que resuena en toda la Grieta del Invocador, aunque para el equipo enemigo se escuchó una muy diferente y no tan agradable.
Yasuo y Katarina salieron de las plataformas de invocación y se sacudieron sus ropas de la misma manera, aunque Katarina era la que quería imitar al samurái.
— Bueno, creo que me invocaran en la siguiente. —dijo estirando sus brazos hacia arriba.
— Eres una campeona muy buena, por algo lo hacen. —dijo evitando mirarla.
— Hmph. —sonrió. —. Ya lo sé.
Katarina fue a la plataforma de invocación de nuevo y Yasuo se alejó para dejar que los otros campeones invocados tomaran su puesto en la plataforma.
Entonces vio a Riven.
Estaba apartada de los demás. Apoyada en la pared del rincón, de brazos cruzados y los ojos cerrados, como si durmiera o algo parecido. Se acercó a pasos lentos y ella abrió los ojos cuando él estaba en frente.
— Yas…—él la interrumpió.
— Quería preguntarte algo.
— Dime.
— ¿Qué ocurrió después de…todo eso? —bajó un poco la vista.
— La verdad, nada. —dijo asintiendo. —. Creo que deberíamos olvidar todo eso. Fue un error nada más. Estabas ebrio, yo estaba deprimida. —sacudió su cabeza. —. Nunca debió pasar.
No esperaba que Riven dijera tal cosa, pero no es que pensara de manera diferente, de hecho que él también pensaba decirle eso, ahora no importaba. Yasuo asintió lentamente y Riven sonrió.
— Al menos pensamos igual. —dijo ella.
— Claro.
— También creo que sería mejor si no nos viéramos seguido. Hagamos como que nada ocurrió anoche. Por favor. Será lo mejor para los dos, Yasuo.
— Claro. —asintió. —. Nada pasó anoche.
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Pasaron unos días desde que Yasuo y Riven no hicieron ningún contacto entre ellos. Ni miradas, ni palabras, ni nada por el estilo. Todo iba bien, se podría decir. Yasuo estaba haciéndose amigo de Talon, Cassiopeia y ese yordle llamado Ziggs, e incluso habían hecho combates amistosos no tan amistosos, pero no había rencor entre ninguno.
En la Grieta había conocido a un ninja llamado Zed, que llegaba a ser un gran rival en combate cuerpo a cuerpo con esas habilidades de las sombras. También estaba esa Akali que también era una buena asesina, y que le tenía un rencor a Zed, no importaba de todas formas, Yasuo no creía que fuera algo tan grave, aunque no sabía cómo los ninjas se lo tomaban entre sí.
En este momento se encontraba caminando por los pasillos de la Academia, buscando su habitación y bebiendo de su cantimplora alcohólica, entonces escuchaba unos susurros de parte de un par de invocadores que estaban charlando entre las sombras de los pasillos. Le restó importancia, todo ese asunto de los Invocadores y sus cosas lo traía sin cuidado.
Ya estaba frente a su habitación, pero cuando iba a entrar a su habitación, un ruido lo distrajo. Miró a los alrededores pero no vio nada fuera de lo normal en un pasillo de noche.
Se giró frente su puerta y entró rápidamente a su habitación. Sin hacer algo más, se tiró en la cama y se durmió profundamente.
Sintió un ardor fuerte en su rostro. Abrió los ojos de golpe y miró a Katarina con una cara preocupada.
— ¿Katarina? ¿Qué carajos…? —ella lo interrumpió.
— Olvídalo. —dijo sacudiendo la cabeza. —. Levántate ahora.
— ¿Qué haces en mi habitación? —preguntó incorporándose.
— Dejaste la puerta abierta, idiota. —lo miró iracunda. —. Cambiando de tema. ¡Arriba!
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No sabía qué horas eran, solo sabía que Katarina evitaba que cayera al suelo por el sueño y el alcohol, con cada paso y cuando el viento de la noche soplaba se sentía un poco mas despierto. No sabía donde lo estaba llevando, pero sentía que era algo importante.
Llegaron al jardín oeste de la Academia de Guerra, varios campeones estaban ahí, estaban formando un círculo alrededor de algo. Quizá una pelea nocturna, o suceso extraño o alguien haciendo el ridículo a estas horas.
— ¿Qué es lo que pasa, Kat? —Yasuo le pregunta cerca de su oído.
— Una pelea. Riven y Draven tienen un mal entendido y no creo que se resuelva con palabras. —dijo sin mirarlo, solo siguió guiándolo.
Yasuo no pudo evitar pensar en cómo estaría Riven, es cierto que ya no debía pensar en ella, pero le daba un poco de temor pensar que el idiota de Draven le haría algo, ya que aquí los hombres no temen en golpear a las mujeres.
Llegaron y pudieron ver en un hueco entre Cassiopeia y Talon.
— ¿Qué ha pasado? —preguntó Katarina dirigiéndose a su hermana menor.
— Nada nuevo. —dijo ella. —. Ambosss no han dejado de girar, bloquear y hablar.
— No falta mucho para que los Invocadores se den cuenta de esto. —mencionó Talon.
Yasuo se asomó por encima de la cabeza de Katarina, ya que es mucho más alto que ella. Entonces miró a Riven sosteniendo su espada rota con fuerza, apretando la mandíbula y mirando a Draven con furia contenida. Draven se reía en su cara, giraba y giraba sus hachas una y otra vez mientras le dedicaba miradas llenas de burla y desprecio a la mujer. También pudo distinguir al hermano de Draven, Darius, que estaba negando con la cabeza mientras estaba cruzado de brazos. Yasuo sabía que ambos hermanos eran Noxianos, al igual que Katarina y Cassiopeia, pero ellas eran diferentes, esos dos eran como los mismos Noxianos que atacaron Jonia y mataron al sabio.
Apretó los puños.
— Yasuo. —lo llamó Katarina. —. ¿Riven es de Jonia, no?
Miró a Katarina.
— No. —negó con la cabeza. —. Ahora que lo dices, no sé de donde es en realidad.
— Oh. —dijo. —. Pensaba que la conocías.
— ¿Por qué piensas eso? —le dio curiosidad.
— No lo sé. Intuición tal vez. —se encogió entre hombros.
Cuando iba a agregar algo más, escucharon un grito, un grito de Riven. Todos centraron su atención en la mujer, que se sostenía el brazo izquierdo con el derecho y un pequeño chorro de sangre lo rodeaba. El hacha de Draven volaba en el aire y luego él la tomó con su mano derecha, finalmente una sonrisa burlona se apoderó de su rostro.
Mientras Draven reía con los ojos cerrados y de forma escandalosa, Riven aprovechó para tomar su espada, hacer crecer y tirar su Corte de Viento (R) a Draven. Draven fue muy lento para esquivarla, así que se llevó gran parte del impacto.
Su hermano Darius entró en el terreno de combate, atrajo a Riven hacia él con su Aprehender (E), mientras ella se llevó la cabeza hacia atrás como si le hubieran enterrado algo en la piel.
El resto fue un destello azul que se apareció detrás de Darius y que hizo soltar a Riven, dejándola en el suelo y con el rostro rojo de furia. Luego Talon estaba tras Darius, con su cuchilla en el costado derecho del hombre del hacha. Entonces Draven comenzó a girar sus hachas de nuevo, pero no lanzó ninguna porque Katarina le colocó una de sus cuchillas en el cuello para que no se moviera.
Yasuo no sabía en qué momento esos dos se habían movido, solo sabía que lo habían hecho muy rápido. Se notaba que se habían entrenado en la misma casa.
Talon se alejó de Darius para colocarse frente a Riven de manera protectora, mientras Katarina aun tenía su cuchillo en el cuello de Draven.
— Ya, Kat. Fue suficiente. —dijo Talon sacudiendo sus ropas. —. Vámonos ahora.
Katarina se alejó de Draven y se colocó al lado de Talon con una mirada amenazante a los dos hermanos. Darius y Draven no dijeron nada, solo se limitaron a mirarlos con furia, enojo y desprecio. Siempre odiaron a los DuCoteau.
— Siempre interfiriendo, DuCoteau. —dijo Darius sosteniendo su hacha sobre su hombro como si no pesara nada.
— Será por el bien, imbécil. —dijo Talon agriamente.
— No a ti. —dijo Darius. —. Nadie te hablo, niño de calle.
Todos miraron a Talon, pero este no mostró signos de que le importara las palabras de Darius. Katarina miró a Draven y luego a Darius. Se acercó a grandes zancadas y le dio una patada en el torso cubierto por una densa armadura. Darius rió ante tal acción realizada por la pelirroja, pero luego ella le enterró la daga en el hombro en el que tenía el hacha, y esta se resbaló hasta caer en el césped. Hubo silencio.
Draven se quedó boquiabierto. No esperaba esa reacción de parte de Katarina, pero aun así, se preparó para lanzar sus hachas. Yasuo reaccionó y puso su Muro de Viento (W) para proteger a Katarina, entonces las hachas se dispersaron por el jardín.
— Si no son los DuCoteau, son los asesinos. —dijo Draven mirándolo con una sonrisa burlona. —. Y nadie mejor que el Imperdonable.
Antes de que Yasuo pudiera responder, todo se volvió oscuro. Se escuchaban gritos de los campeones, otras risas y luego la oscuridad se volvió claridad. Nocturne apareció en medio, junto con tres Invocadores y Kayle.
— ¿Qué es esto? —dijo uno de ellos.
Riven, Talon y Katarina se situaron en un lado, mientras que Darius y Draven al lado opuesto. Nocturne dio dos giros y luego entrelazó sus "manos". Uno de los Invocadores miró a Yasuo, luego a Draven, y finalmente le susurró algo al Invocador de su derecha.
— Una pelea nocturna. ¿Cuál es el estúpido motivo por el cual se da? —preguntó uno quitándose su capucha y dejando ver su pelo rubio.
— Draven insultó a Riven. —dijo Kayle cerrando sus alas para poner sus pies en el suelo. —. Según me contó mi fiel compañero Galio.
— Es verdad. —susurró Ahri cerca de Kayle.
— ¿Qué tienen que decir en su defensa, hermanos? —dijo el otro Invocador de cabello rojo ceniza.
Darius y Draven no dijeron nada, pero fue entonces cuando LeBlanc apareció en medio de ellos dos, con su bastón en su mano y con una sonrisa maquiavélica en sus labios.
— Riven iba a escaparse. —dijo asintiendo. —. Yo la vi. Iba con un abrigo, pensaba salir de la Liga, fue cuando busqué a mis dos amigos, Darius y Draven para que la detuvieran. Pero…—bajó la mirada y fingió llorar. — ella…siempre quiere romper las reglas.
— Ya, ya. —dijo la otra LeBlanc consolando a la original.
— Sea cual sea la razón. —comenzó el invocador más alto. —. Todos los involucrados serán castigados, en especial la señorita Riven y el señor Draven. Por ahora, quiero a todos ustedes de vuelta a sus dormitorios.
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Yasuo se quedó mirando fijamente el techo de su cuarto. Pensaba en qué horrible castigo le pondrán a Riven, o de donde era en realidad. Jamás se lo había preguntado, pero tampoco entendía porque Talon la había defendido. Si Yasuo no lo hizo porque no quería que ella pensara que aun había "algo" entre ellos, pero ¿Talon? Jamás los había visto hablar o si quiera mirarse, eso era algo bastante extraño.
Kayle no era tan dura, pero Nocturne sí. No importa que hiciera para tratar de dormir, lo único que quería era que castigaran al desgraciado de Draven por herir a Riven, eso era lo único que quería. Riven ya estaba muy atormentada, y ahora será peor con esos castigos enfermos que quizá haga la Academia.
Y si pudiera tomar el lugar de Riven para que él fuera el castigado, en verdad, si tan solo pudiera hacerlo, lo haría.
¿y?
¿Y?
¿Cómo está? Sé que le hace falta un poquito más de sentido xD De hecho que ya tengo toda la historia pensada xD, pero me gusta dejarlos con suspenso :O
Dejen Reviews, y por cierto xD, habrá Lemon en esta historia, lo digo desde ya.
Cuídense :D
Krystal Psych
