DE VUELTA A TU CORAZÓN

Capitulo 1: El jutsu de tiempo

Por: Okashira Janet

Todos los personajes pertenecen a Kishimoto, yo solo me entretengo jugando con ellos, este es otro fic para mi campaña personal "Unir a Hinata con cuanto chico guapo haya en Konoha y sus alrededores" y aunque sé que debería estar terminando "Debe ser invierno" lo cierto es que no podía sacarme la idea de la cabeza. Espero que la disfruten.

…………

-Aquí venado, aquí venado ¿Me escuchas?-

-Nadie te escucha venado, nadie te escucha- a su lado una voz canturreó divertida.

-Cállate amarillo-

-Quien debería callarse eres tú Shikamaru-

-¿Para que crees que sirven los nombres en clave si no los utilizas?- el Nara frunció de manera exagerada las cejas, todo su ser en ebullición por las ganas de golpear a ese pelmazo que tenía enfrente.

-¡Oi, oi, es que no me gusta eso de "amarillo"!, ¿Por qué no el destello amarillo? O…-

-¡Ya de por si es bastante obvio que nos referimos a ti con amarillo!- tronando los dedos de sus manos Shikamaru observó al rubio con ojos de pistola –Ponerte el sobrenombre de tu padre sería como gritar a los cuatro vientos ¡Naruto Uzumaki se encuentra aquí!-

-Hey Shikamaru que seguro ya nos oyeron…- juntando los dedos de sus manos como un niño pequeño el rubio puso carita de cachorro abandonado.

-¡Se-ra-s!- el Nara apretó a tal grado el radio en su mano derecha que el artefacto estuvo a punto de saltar tronado en mil pedazos.

-¡Ey, ey, ey!- el rubio intentó apaciguar las cosas –Cálmate Shikamaru-

-Lo que sea- dando un potente suspiro el de cabello negro volvió a presionar el interruptor del radio –Aquí venado, ¿Me escuchas?-

-Maldición- sin dejar de caminar ambos saltaron un tubo caído, más adentro se agacharon para pasar bajo la destruida torre hokage y con la habilidad que les daba la experiencia escalaron en los sitios correctos para poder salvar la que antiguamente fuera la residencia Aburame y que ahora solo era un montón de escombros.

-Me esta empezando a preocupar Hinata- apretando ligeramente sus puños Shikamaru pasó lentamente su lengua por encima de sus labios –Ella siempre contesta el radio-

-Ya…- las cintas de la bandana de Naruto se agitaron en el aire, su cabello rubio, deshecho, revoltoso y bastante largo se agitó también –Ella esta bien, puedo sentirlo-

-He dejado de creer en las predicciones hace mucho tiempo- el Nara entrecerró la mirada.

-Cállate- saltando un nuevo obstáculo Naruto cayó nuevamente al suelo y sus botas negras de soldado hicieron contacto con la superficie con rudeza, había tenido que cambiar su calzado cuando sus sandalias se habían reventado, los zapatos los había conseguido de un enemigo muerto que se había encontrado tirado frente a las ruinas de la zona Uchiha, claro que antes de hacerlo se había tirado dos horas comparando el tamaño de sus pies con cuanto cadáver amigo o enemigo se encontrara, las cosas eran así, no había tiempo para lágrimas, no si se quería sobrevivir.

-Pero espero que no le haya pasado nada- finalmente el Nara le dio la razón al rubio quien cuando la cosa se trataba de Hinata podía llegar a ponerse muy irritable y no era para menos, desde hace más de dos años y medio ella era la única sobreviviente mujer que tenía la resistencia.

-Claro que no le ha pasado nada- sonriendo nuevamente con brios Naruto fijó su mirada en el horizonte –Es dura como las piedras-

-No exageres-

-Lo que sea-

-Espero que Hinata pueda hacer algo con lo que encontramos- balanceando la bolsa de magras verduras que sostenía en su mano izquierda el joven lanzó un suspiro.

-Hinata siempre puede cocinar algo bueno aunque le llevemos puras porquerías- el rubio se pasó ambas manos tras la nuca sonriendo feliz –Por eso la quiero tanto-

-Bien dicen que al hombre se le llega por el estomago- el joven de cabello negro negó con la cabeza –Aunque tú eres una nueva clasificación-

-Idiota- inflando los cachetes el rubio pegó un enorme salto que lo hizo suspenderse en el aire unos segundos, su cuerpo era delgado pero extremadamente atlético, sus largas piernas enfundadas en el pantalón negro y una playera de resaque blanca aún con visibles resquicios de sangre, tierra y sudor, negando al tiempo que soltaba un suspiro Shikamaru se preguntó cuando podrían volver a lavar su ropa, mejor aún, ¿Cuándo podrían darse un baño decente nuevamente?

-No tienes que saltar de ese modo- escalando el obstáculo ayudado con manos y pies el Nara siguió a su compañero dándolo por un caso perdido.

-Es solo para llegar más rápido, tú eres quien me retrasa- poniendo una mano en su cadera el contenedor del Kyuuby señaló acusadoramente al otro –Tú Shikamaru culo flojo-

-No empecemos con eso, Kyuubby "tengo miedo" por las noches-

-¡Ya te dije que no me gusta la oscuridad y el silencio!- sacudiendo de un lado a otro su cabeza como un chiquillo el rubio agitó los puños de arriba abajo -¡Y quedarme quieto sin hacer ruido no es mi estilo y para colmo todo esta plagado de fantasmas!-

-Ya te he dicho que eres tú el único que los puede ver, ni Hinata ni yo hemos visto jamás ninguno-

-¡Son decenas y decenas y cientos!- el muchacho lloró a lagrima viva –Todos los fantasmas de Konoha y los enemigos de Konoha y los enemigos de los enemigos de Konoha-

-Ya en serio, ¿Eres tú Naruto Uzumaki el gran salvador?-

-Neee- el joven soltó un suspiro volviendo su rostro a una serenidad que no tenía anteriormente –Sabes Shikamaru, a veces me pregunto si en realidad lo soy-

-No te hice el comentario para que te hundieras en el mundo de las cavilaciones- el otro gruñó.

-A veces al estar acostados nosotros tres solos en la oscuridad del cuarto de comando me pregunto por que todo se nos fue a la mierda- el rubio dejo caer ambos brazos a sus costados –Por que Konoha fue destruida y nuestros amigos murieron, por que no pude ser un poco más fuerte, por que…-

-El pasado no se puede echar de vuelta atrás- el Nara apretó los labios –Olvídalo Naruto-

-Tu y Hinata son lo único que me queda- los ojos azules del joven se oscurecieron, sus puños se apretaron, a Shikamaru tal imagen le pareció justo lo que era, un hombre de guerra agobiado al final del camino, desesperado y furioso.

-Por lo menos nos queda algo ¿No?- intentó darle ánimos, algo para lo que, dicho sea de paso, no era muy bueno.

-Sí, Hinata- relajando sus hombros el rubio giró hacía su compañero –Prometí que no dejaría que nada le pasara-

-Pues entonces en marcha grandísimo animal- dándole un buen golpe en la nuca el Nara lo obligó a caminar nuevamente.

-¡Oi Shikamaru!- volviendo a su esencia infantil de siempre el rubio puso morros.

-Se esta haciendo de noche y si no nos damos prisa nos va a tomar por sorpresa una tormenta- pero el Nara pasó completamente de sus quejas.

-Shikamaru eres tan soso- entrecerrando la mirada el Uzumaki ideaba la mejor manera de darle una patada a su amigo para luego salir corriendo cuando…

-¡Ey Hinata!- el rostro de Shikamaru se iluminó y fue cuestión de segundos para que el de Naruto se iluminara también, arrodillada junto a una pila la joven Hyuuga se entretenía cortando pequeñas hojas de una plantita, al igual que ellos llevaba unas botas de soldado, su pantalón completamente entallado a sus piernas presentaba varios cortes por donde se le viera y su playera de resaque negra seguramente había conocido días mejores porque ahora se encontraba bastante sucia y con uno que otro rastro de sangre.

-¡Chicos!- pero cuando la joven se puso de pie sonriéndoles ampliamente para ellos fue como si les sonriera un ángel.

-Hinata- dejando que la bolsa con las verduras le resbalara de la mano Shikamaru avanzó de dos trancos hacía ella y la levantó en brazos.

-¡Nunca, nunca, nunca más te dejaremos sola!- pero no pudo gozar de su pequeño momento porque al instante Naruto se la quito de las manos y la alzó tan alto como podían extenderse sus brazos, estaba tan delgada que era como si estuviera levantando una pluma, bueno, no es que se pudiera decir que ellos no estaban delgados también.

-En serio que no lo haremos- el Nara puso una mano sobre su frente suspirando –No podía aguantar a este idiota llorando a cada segundo por si te había pasado algo-

-Estoy bien- la chica les sonrió con calidez –Solo llegaron un par de guerrilleros-

-¿No te hicieron daño?- los ojos de Naruto la observaron con aprehensión y ella negó dulcemente con la cabeza.

-¡De verás Hinata, nunca, nunca, nunca jamás volveremos a separarnos!-

-Ni que fuéramos trillizos o algo así- Shikamaru metió la mano en la bolsa de su pantalón sabiendo muy bien desde antes de hacerlo que no encontraría ninguna cajetilla de cigarrillos ahí, era una costumbre que se le había quedado de cuando aún la guerra no era tan cruenta.

-¡Como sea!- sonriendo ampliamente el muchacho bajó a la muchacha de nueva cuenta al suelo –Te hemos traído unas verduras-

-En realidad yo más bien diría desperdicios que nos encontramos por ahí pero…- el Nara se encogió de hombros.

-No se preocupen- la joven sonrió suavemente –Algo se hará con eso-

-¡Por eso eres la mejor Hinata!- pegándose a ella como lapa Naruto se frotó contra su mejilla como un gato y fue retirado de ahí por Shikamaru al tiempo que la muchacha se ponía roja como un tomate.

-Bien, bien que se hace de noche- el Nara observó el cielo.

-Deberíamos hacer una fogata y todo eso- Naruto soltó un hondo suspiro, odiaba ir a buscar madera cuando ya estaba tan oscuro que ni siquiera podía saber donde ponía los pies, si al menos tuvieran un candelabro, vela o algo por el estilo.

-Iré por…- Hinata que en esos momentos estaba recogiendo la bolsa con verduras del suelo se quedo completamente paralizada –Madara….-

-¿Qué?- Naruto sintió que la boca se le secaba al instante.

-Lo veo es Madara- la respiración de la chica se agitó al instante –Viene hacía acá-

-Mierda- los latidos del corazón de Shikamaru se volvieron erróneos, su sangre casi pareció ahogarlo impidiéndole pensar adecuadamente.

-¡Vete Naruto-kun!- entonces la chica giró hacía él sujetándolo por el cuello de su camisa –Si te atrapa todo estará perdido-

-No- pero la mirada de él no permitía lugar a dudas –No los dejare atrás, enfrentare a Madara aquí y ahora-

-¡Estas loco!- sujetándolo por la nuca para que lo viera fijamente a los ojos Shikamaru jadeó –No podrás vencerlo, viene con un ejercito, tiene el poder de ocho de los nueve bijuus, ni siquiera tú puedes hacer algo-

-No los dejare- sin embargo el rubio fue inflexible.

-Bien, huyamos todos- ni siquiera pudieron pararse a reconsiderar la idea, dejaban lo poco que tenían ahí, los vestigios de lo que había sido su centro de investigaciones, el área de inteligencia, los últimos recuerdos de sus fallecidos compañeros.

-¡Vamos!- Hinata lo jaló por una mano, Shikamaru por la otra y entonces Naruto pudo gruñir, gritar, rabiar, ¡Diablos, diablos, diablos!, ¿Cómo todo había acabado de esa manera? Eran Hinata y Shikamaru quienes ponían su vida en el filo para salvarlo, porque todos lo sabían, si Madara se hacía con el control de Kyuuby todo acabaría, ellos eran lo único que quedaba de la resistencia, eran las ultimas fuerzas que seguían sin rendirse ante Madara Uchiha.

-¡Corre Naruto!- pero él no quería huir, ¡Quería luchar! Quería vengar la muerte de Sakura, de Kakashi, de la hokage, de toda la aldea, quería una jodida venganza por todo lo que le habían quitado, pero más que nada, más que todo eso.

-¡Vamos Naruto-kun!- mas que todo eso deseaba conservar la vida de las dos personas que lo habían apoyado en todo el camino, de esas dos personas que habían estado a su lado por siete largos años, Shikamaru y Hinata, quienes nunca le habían dado la espalda, quienes habían peleado a su lado y perdido guerra tras guerra, quienes a pesar del dolor, el sufrimiento y la muerte seguían sonriéndole.

-¿Creen que podrán escapar?-

-¡Ah!- Hinata recibió un latigazo de chakra, al instante su frágil cuerpo fue lanzado por los aires yendo a estrellarse contra una pared derruida.

-¡Hinataaa!- el grito de Naruto fue desgarrador.

-Nadie puede huir de mí- los ojos rojizos y enfermos de Madara se posaron en Naruto, a su vez el rubio apretó los puños -¿Cuántos años van ya Naruto?, ¿Seis, siete?, deja darte la paz eterna, es lo único que falta para que este mundo encuentre lo que tanto esta buscando-

-¿Paz eterna?- el rubio gruñó, el chakra de Kyuuby bullendo a su alrededor en escalofriantes burbujas rojizas -¿De cual paz estas hablando? por que yo no veo ninguna-

-Mi querido chico, tan ciego- Madara negó lentamente con la cabeza –Simplemente muere-

-¡Naruto!- las cosas sucedieron en un instante, Shikamaru se atravesó, el látigo de chakra le atravesó el brazo de lado a lado, la sangre brotó como un chorro.

-¡Shikamaruu!- y entonces como en cámara lenta su amigo cayó a su lado como un muñeco de trapo a quien se le hubiera acabado la cuerda y algo dentro del cuerpo de Naruto hizo "clac" los últimos sellos que contenían al Kyuuby cautivo se soltaron, la furia, el dolor, la desesperación, todo se reunió en una enorme bola de dolor y aunque en ese instante supo que se perdería a si mismo eso ya no le importaba, no si podía matar a Madara en el proceso.

-¿Qué haces?- el Uchiha dio un paso atrás –Si dejas que Kyuuby te controle no volverás a ser quien eres-

-No importa-

-Kyuuby es un poder elemental, hará incluso más destrozos que yo-

-No importa- su piel que empezaba a desaparecer dando paso al chakra rojizo del Kyuuby pareció resplandecer –En algún punto, en algún lugar existirá un shinobi que pueda sellarlo de nuevo, alguien como mi padre-

-¡Hombres como él ya no existen!- los ojos de Madara, aquellos ojos malignos lo observaron con rabia.

-Lo habrá, existirá alguien- en su rostro se formó una sonrisa, una sonrisa gamberra como en sus tiempos de niño.

-¡NARUTO!- Hinata que se había levantado como había podido corrió hacía él sin importarle que el suelo temblara a sus pies, que el aura de Kyuuby pareciera cortarla por entero.

-Vete de aquí Hinata-

-¡No!- las lagrimas corrieron por sus mejillas –No te voy a dejar, prefiero morir aquí y ahora porque yo a ti, yo te a…-

-Lo sé- pero él cortó su frase a la mitad, giró a verla y sus ojos azules se dulcificaron al observarla, su cabello rubio ondeó al viento –Siempre lo supe-

-Ah…- la chica abrió la boca su saliva se volvió amarga.

-¡Llévatela Shikamaru!- y entonces volvió a mirar al frente, sus ojos se volvieron rojizos -¡Busca un lugar mejor y cuídala, hazlo con tu vida!-

-Hai- eso fue lo único que el Nara dijo, parándose tambaleante sujetó a la chica por la mano.

-Tú te vienes conmigo al infierno- sujetando a Madara por los hombros Naruto sonrió, la ultima sonrisa que se dibujaría en su rostro.

-¡Estas loco!- y sin embargo no podía zafarse, las garras de Kyuuby lo apresaban férreamente.

-Naruto-kun…- la voz quebrada de Hinata hizo juego con las lagrimas que escaparon de sus ojos, la ultima vez que había llorado había sido cuando Shino había muerto y de eso ya había pasado un año, después de eso se había prometido no volver a hacerlo, pero ahora, con el único sueño que le quedaba con vida entregándose a la muerte, ahora ya no deseaba vivir más, ya no, no en un mundo donde todo se había derrumbado, donde no le quedaba nada porque luchar.

-Vamos a morir- dejó que las palabras salieran de su boca no como una fatídica predicción sino como la triste verdad, por más que Naruto lo intentara la expansión de poder terminaría finalmente alcanzándolos.

-No- pero Shikamaru que la guiaba de la mano tenía los ojos fijos en un punto al frente, su cuerpo estremeciéndose por el ataque que lo hacía perder inmensidad de sangre.

-¿Cómo?- ella hizo la pregunta casi con dolor.

-EL jutsu prohibido, el del tiempo-

-Pe-pero…- ella tartamudeó asustada, era una costumbre que había perdido hacia mucho tiempo, sí, con la primera muerte que la había golpeado con fuerza demostrándole lo débil que era, la muerte de Kiba.

-Ya no nos queda nada Hinata, intentemos al menos eso-

-Nadie sabe lo que sucederá si…-

-Si cambiamos el rumbo de la historia lo sé- él frunció el ceño.

-La ultima vez… ¡La ultima vez que usaron ese jutsu terminó sucediendo la tercera guerra Ninja!-

-Mira a tu alrededor Hinata- el joven paró de golpe –Destrucción, ruinas, muerte ¿Qué es peor que esto?-

-Yo…- sabiendo que no tenía algo con que contraatacar dejó que otro par de lágrimas escapara de sus ojos.

-Vamos- volviendo a la carga el joven la guió por intrincados laberintos, era lo que quedaba del área de investigación, el área prohibida, estaban cerca.

-Shikamaru-kun…-

-Escucha…- con las manos temblorosas y la faz pálida por la sangre perdida el joven buscó nerviosamente un pergamino –Escucha, solo tienes una oportunidad y solo unos pocos minutos, la técnica dura lo que el chakra en acabarse y por desgracia…- el joven forzó una sonrisa –Por desgracia no me queda mucho-

-¿Qué-que estas diciendo?- las manos de ella también temblaban, porque lo había comprendido, lo había comprendido aunque él no lo dijera con palabras.

-Escucha Hinata, cambia esta mierda, cambia esta cosa que nos tocó vivir, cambia este mundo-

-Yo no sé si…-

-¡Eres capaz!- sujetándola por los hombros clavó en ella su oscura mirada.

-Pero… pero no quiero perderte Shikamaru- llorando se aferró a él, si las cosas salían mal, si algo fallaba ella se quedaría sola atrapada en esa dimensión, sin Naruto, sin él.

-Bueno, después de todo se les llama jutsu prohibido por algo…- intentó hacer una broma, la ultima de su vida –El chakra de Kyuuby esta por explotar, rápido- mordiendo su pulgar estampó su huella en el pergamino, ni siquiera lo pensó, no había tiempo para eso.

-¡Los sellos!- ella entonces supo que no podía hacer nada por salvarlo, por salvar a su amigo, solo seguir sus instrucciones.

-Shikamaru…- le fue tan difícil tragar que sintió que moriría –Te quiero…-

-Y yo a ti tonta- en el ultimo momento las fuerzas le fallaron y esa mascara de aburrimiento y dureza que siempre lo había mantenido se resquebrajo, una lagrima escapó de su ojo –Cambia esta mierda Hinata- y entonces la fuerza del Kyuuby se desató arrojando a la chica contra la pared, el cuerpo inerte de Shikamaru se elevó en el aire, pero la horrorosa técnica ya se había llevado a cabo.

-¿A dónde debo ir?- en el ultimo instante se dio cuenta de que no sabía que tanto debía regresar en el pasado y tal pensamiento la horrorizó, un pedazo de madera se soltó del techo yendo a clavarse en su pierna, atravesándola de lado a lado y con el dolor una imagen se hizo clara en su mente, regresar a cuando todo estaba bien, a cuando Kiba aún no moría y Konoha seguía en pie, ¡Regresar a cuando tenía 15 años!

0o0o0o0o0o0o0o0o0oo0o

Cuando Hinata se puso en pie tambaleante no supo donde se encontraba, su pierna goteaba sangre mojando el pasto bajo sus pies, ¿Pasto? Aquellas briznas verdes fueron tan impactantes que por un momento tuvo la intención de dejar escapar un chillido, hacía años que no se veía pasto verde y hermoso en Konoha, solo ruinas.

-¿Regrese?- retirando un mechón de cabello de enfrente de su rostro probó caminar y el dolor fue tan inmenso que estuvo a punto de caer, hizo un rápido recuento de los daños, al menos tres costillas rotas, su pierna atravesada de lado a lado y sumándole a eso el hecho de que hacía semanas que no comía bien.

-Tengo poco tiempo- cierto, el chakra de Shikamaru no soportaría mucho tiempo.

-Encontrar, debo encontrar a alguien- se habló a si misma esforzándose por no caer desmayada, empezaba a ver borroso, ¡Joder!, no iba a dejar que el sacrificio de sus dos amigos fuera en vano, encontraría a alguien así tuviera que recorrer todo Konoha a pie, pero ¿Dónde diablos estaba? Seguramente en el bosque, por las áreas de entrenamiento, demasiado lejos de la civilización, demasiado lejos de alguien que pudiera oírla.

-¡Alto ahí!- una voz le habló a sus espaldas y ella giró inmediatamente, frente a ella y sobre la rama de un árbol la observaba con un kunai al frente un hombre de cabello blanco que ocultaba la mitad de su rostro bajo una mascara.

-¡Kakashi-sensei!- el grito salió rasposo desde su garganta.

-¿Quién eres?- sorprendido él la inspeccionó de arriba abajo, seguramente la chica tendría unos 22 años, para nada él podría ser su sensei, lo que si podrían ser era compañeros de generación o algo así porque parecían tener la misma edad.

-¡Hinata, soy Hinata!- trotando con dificultad hacía él alzó la cabeza para que pudiera oírla.

-¿Hinata Hyuuga?- al instante el único ojo visible del hombre se abrió con sorpresa –Pero ella es…-

-¡Vengo del futuro, escúcheme!-

-Estas herida- bajando de un salto se colocó frente a ella, cierto, tenía los mismos ojos plateados de la heredera, el mismo cabello largo y oscuro con destellos azules, pero la persona que tenía frente a si era una mujer hecha y derecha, una perfecta kunoichi.

-¡No hay tiempo!- pero ella negó cualquier auxilio que él intentara darle –Escuche…- le costaba incluso respirar –En el futuro nosotros perderemos la cuarta guerra Ninja-

-¿Qué?- asombrado el Ninja extendió una mano hacía ella sin llegar a tocarla.

-Cuando Sasuke le diga a Naruto-kun que quiere arreglar cuentas ellos dos solos será una trampa, Naruto-kun saldrá de la aldea y entonces Madara arrasara con todo, ¡Sasuke matara a Sakura-san!, Naruto-kun no quiso matarlo, él siempre creyó que habría esperanza para Sasuke pero no fue así, ¡No fue así!- con los ojos llenos de rabia la chica apretó los puños.

-¿Sasuke matara a Sakura?- el jounnin repitió la frase, bien, no era una locura, el Uchiha ya había intentado hacer lo mismo en el pasado.

-Kabuto será un problema, logró usar la resurrección impura y arrasara todo Konoha con la fuerza de Akatsuki-

-Diablos- el jounnin mordió su pulgar.

-Todos irán muriendo lentamente- la chica hablaba lo más rápido que se lo permitían sus cansados pulmones –Dentro de siete años los únicos sobrevivientes seremos Naruto, Shikamaru y yo-

-¿Qué?-

-Kakashi-sensei usted morirá en la batalla del bosque prohibido-

-Ah…- mira que hablarle de su muerte como si cualquier cosa.

-¡Por eso Kakashi-sensei debe de cambiar eso!- aferrando sus mangas la chica lo observó a los ojos fijamente –No permita que Naruto-kun se enfrente con Sasuke y si lo hace, hay un momento en el que Naruto-kun pudo matar a Sasuke pero no lo hizo ¡Dígale que no dude!- jamás y definitivamente jamás Kakashi pensó escuchar aquellas palabras de la siempre tímida Hyuuga Hinata, pero esa mujer frente a él ya no era la misma niña de antaño, no, era una mujer golpeada por la vida, un Ninja de guerra.

-¡Que mate a Sasuke, si no se arrepentirá toda la vida!, ¡Si no mata a Sasuke él matara a Sakura-san!-

-¡Kakashi-sensei se esta tardando mu…!- Naruto se quedo a media frase, sus ojos se abrieron con increíble sorpresa, frente a él se encontraba su profesor siendo aferrado por una chica que se parecía increíblemente a Hinata, solo que más grande, más sexy y definitivamente mucho más lastimada.

-¿Qué pasa?- el muchacho se quedo completamente congelado pero Hinata no podía perder tiempo explicándole, sentía que el chakra de Shikamaru se acababa, volvería nuevamente siete años hacía el futuro.

-¡Perderemos la guerra Kakashi-sensei!- lo gritó por ultima vez -¡No deje que se enfrenten, cuidado con Kabuto y no muera porque…- pero entonces su piel empezó a transparentarse, la técnica estaba acabando.

-Hinata…- anonadado el jounnin vio como la mujer se desvanecía entre sus brazos y Naruto un par de pasos atrás se dejo caer al suelo, ¿Qué perderían la guerra?, ¿Perderían la cuarta guerra Ninja?

-Naruto…- sin voltear a verlo el jounnin habló fuerte y claramente –Tenemos que hablar-

………………………..

-¡Ah!- con un grito Hinata cayó de rodillas al suelo y al instante sintió como su fémur se quejaba dolorosamente por tan grosera situación, aferrando el pasto bajo sus manos hizo un inhumano esfuerzo por levantarse, a su alrededor todo era oscuridad ¿Había vuelto a la guerra?, ¿Estaba en la cabina de controles?, ¿Con Shikamaru y el pergamino prohibido? No, no porque en aquellos lugares no había pasto.

-¿Dónde?- levantándose a duras penas la joven se apoyó en lo primero que vio que resultó ser un árbol, ¿Qué hacía un árbol de pie? Todos habían caído en el último ataque de Zetsu.

-En el bosque- finalmente algo de lucidez llegó a su cerebro, sí, estaba en el bosque donde había estado hace pocos segundos con Kakashi, ¿Pero que hacía ahí?, mejor aún ¿Qué hacía el bosque aún de pie?, algo parecido a la emoción empezó a latir en su pecho, ¿Realmente algo habría cambiado?, ¿Kakashi habría logrado hacer algo para cambiar el futuro?

-Mph- soltando un quejido de dolor la joven empezó a caminar lentamente por el amplio bosque, dejando una hilera de sangre a su paso, le costaba respirar, si alguna de las costillas llegaba a desgarrar la pleura de su pulmón estaba mas que perdida, debía concentrarse, encontrar ayuda.

-Lo sabía…- una dulce voz se escuchó al frente y automáticamente ella levantó la cabeza.

-¿Qué?- pero seguramente se encontraba alucinando porque a pocos pasos de ella y entre los juegos de luces que provocaba la luna entre los árboles se encontraba ella misma, es decir, había otra Hinata parada sonriéndole a escasos pasos.

-¿Genjutsu?- dando un paso atrás la joven intentó deshacer la técnica pero la otra Hinata simplemente negó con la cabeza como si tal gesto le pareciera muy divertido.

-No es un genjutsu, soy real-

-¿Cómo puedes ser…?-

-¿Nunca te paraste a pensar lo que pasaría cuando fueras al pasado y regresaras? Debiste haber pensado que habría una Hinata diferente en tú lugar-

-¡Ah!- el aire escapó inmediatamente de sus pulmones y tuvo el repentino deseo de dejarse caer de rodillas al suelo pero luego el recuerdo de su pierna lastimada le hizo reconsiderar la idea.

-Esa Hinata soy yo- la joven se señaló a si misma al tiempo que le sonreía dulcemente, ¿Cómo podía sonreír de esa manera? Su contraparte en esa época se veía tan relajada, tan completa.

-¿Y ahora?- tambaleante decidió preguntar.

-Como te imaginaras no pueden existir dos personas iguales al mismo tiempo-

-¿Entonces?- asustada se dio cuenta de que iba a desaparecer, su existencia, esa existencia que había pasado 7 años peleando en contra de Madara desaparecería sin dejar rastro.

-Mi cuerpo esta siendo llamado por ti- con dulzura la otra Hinata se acercó hasta estar justo enfrente de ella, la sonrisa en su cara era como un tranquilizante –En esta dimensión si existen dos personas iguales, dos personas que en condiciones normales serían una sola entonces la esencia más fuerte termina con la más débil-

-¿La más débil?- no se necesitaba ser un genio para darse cuenta quien estaba más débil de las dos en esos momentos, la otra Hinata soltó una sonora y dulce risita.

-No te preocupes que yo soy la más débil-

-¿Pero…?-

-Mi cuerpo se fusionara con el tuyo y mis recuerdos viajaran un tiempo entre los tuyos hasta que puedas ser capaz de verlos, mientras tanto yo me entretendré viendo lo que haz hecho estos 7 años-

-¿Qué?-

-Te sorprenderás de ver todo lo que sucedió aquí- las mejillas de la otra Hinata se colorearon débilmente.

-¿Qué sucedió?, ¡¿Hay guerra?!, ¡Dime Madara…!-

-Todo a su tiempo, todo a su tiempo Hinata…- sonriendo la otra Hinata abrazó a su contraparte del pasado, una luz surgió entre ellas, fue solo un momento y al siguiente la joven volvía a estar sola en medio del claro, ¿Ya estaba esa otra persona dentro de ella? Porque lo cierto es que no sentía nada diferente.

-¿Qué…?- mareada se sujetó aún más fuerte del árbol, no entendía que pasaba, seguramente se encontraba alucinando, quizás jamás había logrado hacer el jutsu de tiempo, quizás estaba agonizando al lado de Shikamaru.

-¡Oiii!- un grito resonó en el claro y para Hinata el corazón se le detuvo antes de volver a golpear dentro de su cuerpo con fuerza.

-¡Oii!, ¿Hay alguien ahí?-

-Na-ru-to- arrastrando una pierna, con un brazo alrededor de sus lastimadas costillas avanzó penosamente hacía donde la voz se escuchaba con fuerza.

-¡Oii hay…!- el rubio se quedo a medio grito dando media vuelta abrió con sorpresa sus hermosos ojos azules al notar a la joven que lo veía como quien ve lo más preciado que tiene sobre la tierra.

-Naruto, Naruto, Naruto- repitió su nombre como posesa, solo para asegurar que estaba ahí, que estaba a su lado.

-¿Hinata?, Kakashi-sensei te estaba buscando por todos lados él…-

-¡Estas vivo Naruto-kun!- pero entonces ella se abalanzó sobre sus brazos llorando y riendo al mismo tiempo y él parpadeó sujetándola dándose cuenta hasta ese instante de lo lastimada que se encontraba.

-Tú…- con el contacto con su delgado y golpeado cuerpo vino también a él la aclaración de las ideas, como una imagen lejana recordó una escena similar cuando él tenía quince años –Tú no eres Hinata…- pero demasiado cansada la joven se había desmayado en sus brazos –Tú no eres la Hinata que yo conozco por lo menos- levantándola en brazos el rubio la observó atentamente, a su espalda la amplia capa que lo caracterizaba como Hokage ondeó al viento, notó su rostro hermoso a pesar de estar sucio de tierra, su cabello mucho más largo de lo que la Hinata de su tiempo normalmente lo usaba y una esbelta figura coronada por el par de enormes senos que al parecer, fuera la situación que fuera no cambiaban.

-Pero si seré pervertido- negando con la cabeza el joven soltó un suspiro, su amiga tenía razón, la Hinata del pasado (O del futuro, la verdad no estaba muy seguro) terminaría regresando algún día quitándole a ella su lugar en ese mundo.

-Esto va a ser duro para Kakashi-sensei- volviendo a negar con la cabeza el joven rubio dio media vuelta y corrió lo más rápido que le permitían sus piernas, ya había perdido mucho tiempo y debía llevar a Hinata con Sakura.

0oo0o0o0o0o0o0o0o0o0o

-Sí, definitivamente ella no es la Hinata que conocemos- vestida con su impecable bata blanca Sakura observó a su paciente que descansaba conectada a un par de tubos de respiración –Tiene un montón de heridas y cicatrices que la Hinata de antes no tenía ni por asomo-

-Lo sabía- los ojos azules de Naruto parecieron perderse en algún punto de la distancia –Ella es la Hinata que nos avisó hace siete años que perderíamos la guerra-

-Gracias a ella hicimos lo que teníamos que hacer- Sakura retorció en sus manos un pedazo de tela –Solo me pregunto que es lo que dirá cuando le digamos que Sasuke-kun sigue vivo-

-Olvida eso- el rubio se pasó una mano por la cara -¿Qué diablos es lo que dirá cuando le digamos que esta casada?-

-Si yo fuera ella…- la chica de cabello rosa se sonrojó para gran disgusto del rubio.

-Maldito sea Kakashi-sensei por emocionar a todas las chicas guapas del mundo-

-Ya Naruto- negando con una mano la joven soltó un suspiro –Si soy tu novia es por algo ¿No?-

-Eso creo- el muchacho puso morros y después soltó un nuevo suspiro –Pero si yo fuera Kakashi-sensei-

-No te tienes que molestar por intentar serlo- en la ventana de la habitación apareció de improvisto la figura de un hombre, musculoso, buena altura, cabello plateado y con su único ojo visible claramente alterado.

-Hablando del rey de roma- Sakura enarcó una ceja y él entró a la habitación a grandes trancos.

-¿Cómo esta ella?-

-Ella esta bien-

-¿Dónde estaba?-

-En el bosque- Naruto soltó un nuevo suspiro –Kakashi-sensei, realmente ella no sabe nada de esta época, pensó que yo estaba muerto-

-Por lo tanto ella no sabe que tú y ella…- Sakura intercedió suavemente pero entonces el capitán ANBU soltó un suspiro aliviado luego de ver que la joven respiraba normalmente y se giró hacía sus antiguos alumnos sonriendo.

-No se preocupen, nadie se me resiste, la enamorare de nuevo-

-Que ego…- y ambos muchachos negaron con la cabeza, a saber la que se iba a armar cuando la muchacha despertara.

.

.

.

.

.

Notas de Okashira Janet: Deberías estar estudiando para mis examenes finales, sí, "debería" en fin, no podía sacarme la idea de la cabeza después de pasarme leyendo unos fics muy buenos de Harry Potter en donde Hermione viaja al pasado ¡Gracias tommyhiragizawa por llevarme al mundo de la oscuridad! También lo hago por un comentario que me hizo Gaby-L, ella dijo algo como "Siempre pones a Hinata tan débil" así que esta es mi versión de Hinata "fuerte" a ver que tal me sale.

En fin, sé que la pareja es rara y los sucesos más pero espero que no se arrepientan de darle una oportunidad, de antemano gracias por leer Ciao

5 de Mayo del 2010 Miercoles