Advertencias: Yaoi.
Nota: Hecho para el Drabblethon que está organizando Crack&Roll.
Promt: Naruto/Shikamaru - Abriendo los ojos.
Beta: Charlone.
Palabras: 573.
Disfruten la lectura.
La verdad de una amistad
Naruto se había cegado ante la idea de que Shikamaru era alguien muy incongruente y posiblemente egoísta, al no querer hacer nada que lo metiera en problemas. Pero no podían culparlo de pensar eso, incluso él estaba seguro que el Nara también se había hecho una idea errónea de cómo era en realidad. Lo más curioso del asunto, era que posiblemente ambos se hubieran quedado con esas ideas equivocadas sino hubieran comenzado a convivir con el otro, ya sea de forma accidental o porque buscaban su compañía.
Luego, con el paso de los días y los muchos momentos que pasaban juntos, cada uno comenzó a analizar el carácter del otro, de manera conciente o inconsciente, dándose cuenta que sus personalidades se complementaban más de lo que hubieran pensado en un inicio. La amistad creció, al paso que el término 'mejores-amigos' se quedaba corto. Shikamaru era el único capaz de controlar –por un tiempo- la hiperactividad del rubio, y Naruto era el único que lograba hacer que Shikamaru se interesara por algo más que mirar las nubes.
Lo que nadie en Konoha sabía en realidad, era que los dos chicos habían dejado la amistad atrás hace mucho tiempo y la relación que llevaban era más la de una pareja, que incluso podría considerarse cursi en algunas ocasiones. No había noche que no pasaran juntos –sino había misiones de por medio, claro-. Los señores Nara no decían nada, porque para ellos era un gran avance el que su hijo durmiera fuera de la casa, ¿y qué mejor que con su amigo Naruto?, después de todo el joven Uzumaki había logrado lo que ellos no: el hacer más animado a su adorado Shikamaru y a que no fuera tan quejón la mayor parte del tiempo.
Pero claro está, que dormir no era lo que precisamente hacían esos dos, después de todo, Shikamaru fue el que descubrió que de esa forma Naruto podía estarse quieto algunas horas al día. Aunque tenía sus desventajas.
―¿Otra vez con sueño, Shikamaru? ―preguntó Sakura, quien se había encontrado con el chunnin fuera de la oficina de la Hokage.
―Tuve una noche pesada ―fue lo único que dijo, encogiéndose de hombros.
―Deberías descansar más, ¿qué sucederá cuando tengas que ir a alguna misión? ―le regañó la del pelo rosado, pero al final se despidió con un gesto y entró en la oficina de su Sensei.
En ese momento apareció por el pasillo Naruto, mirando divertido al controlador de sombras.
―Quién diría que el gran Shikamaru se cansaría tanto por una pequeña actividad nocturna ―dijo, con claro tono burlón. Shikamaru se sonrojó levemente, pero atinó a fruncir el ceño y darle un golpe en el hombro a Naruto.
―Te equivocas y hoy te demostraré que te cansas tú antes que yo.
―Eso me suena a reto, ya veremos si cumples lo que dices ―le sonrió y le dio un beso en los labios, antes de seguir el camino que había tomado su amiga.
Shikamaru lo miró marcharse y suspiró. En verdad que podían suceder muchas cosas en esa aldea sin que todo el mundo estuviese enterado, aunque claro, la gente miraba todo con los ojos cerrados, sin aceptar lo que era diferente. Mejor para él, pensó, así podía disfrutar de la compañía del rubio sin tener que soportar comentarios desagradables.
Sacó un cigarro y lo encendió, dándole una profunda calada y haciéndose a la idea de que, nuevamente, esa noche no dormiría nada.
Fin de la historia.
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