Destino

Declaraciones: Todos conocemos la serie de Skins, sabemos quiénes son los dueños y creadores, yo solo tomo prestados los personajes (si autorización previa :P) para fines nada lucrativos, solo que el afán de divertir y divertirme. De un fan, para otros. Yo no soy dueño de nada, sino, tengan por seguro que Tony terminaba con Maxxie.

Cuando Maxxie, Tony, Sid, Jal, Anwar, Chris, Cassie y Michelle fueron a Rusia pasaron algunas cosas extrañas, sobre todo la ocurrida entre Tony y Maxxie, el primero indujo por muchos medios tener algún tipo de encuentro sexual con el segundo, pero este se resistió lo mas que pudo, aunque estuvo a punto de ceder, pero su bondad lo llevo a pensar en Michelle, la novia de Tony. Pero eso todos lo sabemos ya, lo importante, es lo que sucedió después.

Maxxie estaba con la mayoría de sus amigos platicando y riendo alegremente, justo después se les unió Tony, pero este llevaba claras intenciones de provocar al chico, abrazándolo por la espalada le quito su cigarrito, estaban tan juntos que nadie evito notar el tremendo roce que se estaba formando, sin embargo, a Tony eso no le importo en lo mas mínimo, siguió pegando su cuerpo al rubio de tal manera que prácticamente parecían novios, solo que no lo eran. Maxxie no pudo evitar dejarse llevar, después de todo adoraba los juegos seductivos de su amigo, aunque también sabía que se estaba yendo por el camino equivocado. El juego siguió, compartieron el cigarro en incluso casi parecían estar a punto de besarse, pero nadie dijo nada.

Pasó un buen rato y ambos chicos se pusieron a jugar, Maxxie estaba contento, no lo podía negar, pero en el fondo sabía que ese podría ser un juego más de Tony, porque no era la primera vez que lo intentaba.

-Vamos Max… vamos a mi casa, no hay nadie. –comento mordazmente el astuto de Tony, pero el otro le ignoro y siguió empujándolo, para que olvidara el tema. –Hare lo que tú quieras… -siguió diciendo el otro, pero el rubio solo reía, obviando cualquier sugerencia.

-Yo no soy como Michelle, Tony… jamás caería en tus juegos. –contesto tajantemente y con plena convicción, era amigo de ese chico desde hace muchos años y como para atreverse a caer en sus enredos, seria demostrar lo estúpido que era. Caso aparte Michelle.

-¿En verdad crees que te haría eso a ti? –pregunto con aparente indignación. –Jamás Maxxie… yo de verdad… -la seriedad con la que Tony comenzaba a hablar dejo perplejo al rubio.

-¿De verdad? –rio como tonto. –Deja de ser un gilipollas por un segundo y di la verdad… -quiso darle un golpe en el hombro, pero el otro reacciono con anticipación y lo jalo del brazo para dejarlo a su merced y recostarlo sobre uno de sus brazos.

-Michelle es solo una chica… pero tú… eres inigualable. –sonrió un poco, sus ojos demostraron muchas cosas, pero Maxxie estaba tan escéptico que lo siguió tomando igual.

-Y sigues, tu y Michelle han sido novios por años… ¿en verdad crees que caeré en tu cuento? –volvió a cuestionar, logrando que Tony lo dejara, aunque con claros signos de molestia. –Anda tío… mejor deja esto y sigamos como siempre, ¿vale? –Maxxie le ofreció la mano, con la más pura de las sonrisas.

-Un día Maxxie… un día. –Tony le dio la mano y ambos volvieron a quedar como siempre, o eso aparentaban. Al menos la cabeza del rubio había quedado completamente enredada, sabía que Tony era un imbécil a la hora de tener una relación, pero a veces causaba un efecto tan convincente, que parecía que trataras con el mismísimo diablo. Era terriblemente excitante.

-¡Ya nos vamos chicos! –oyó que Jal les gritaba a lo lejos, así que reaccionando tomo su mochila y la cruzo por su pecho, Tony hizo lo mismo y ambos se encaminaron a seguir a los demás.

-Creo que antes iré al sanitario… -murmuro Maxxie, cambiando el camino y yendo al edificio más cercano.

-Te acompaño. –contesto prontamente el de cabellos oscuros, pero el rubio le miro con el entrecejo fruncido, definitivamente ese día Tony estaba rompiendo una marca en toda su rareza.

-Bien, iré a otro edificio, no quiero que pienses que soy tu acosador personal… solo necesito una sola cosa y no te obligaría a dármela, jamás. –eso, eso era lo que volvió loco a Maxxie, que solo rodo los ojos y siguió su camino, tal vez exageraba, pero con Tony siempre se debían extremar precauciones, con todo lo que la palabra "extremar" significaba.

Al salir del baño vio que ya todos se habían ido, se molesto al notar que incluso Anwar lo había dejado, puso cara de enfado y salió lo más rápidamente posible, quizá Tony anduviera cerca y por ese día tenía suficiente de él.

-Así que la "puta" en turno se hace presente. –de inmediato reconoció la voz de Michelle, se giro para encontrarse con los ojos más furibundos que jamás le había visto, casi parecía que lo asesinaría con solo verle.

-Por favor Michelle, sabes que nada sucedería. –contesto con prisa, pues sabía que hasta cierto punto ella tenía razón, era la novia de Tony, su amiga y que le hiciera ese tipo de cosas, no tenía ninguna clase de perdón.

-¡Vaya! Al menos tiene miedo de que muestre la persona que realmente eres, ¡estúpido! –Maxxie comprendía el enojo de Michelle y notaba que incluso se estaba reprimiendo, así que solo pudo poner el rostro de pena que mejor le salió, no es que fuera falso, pero no quería pelearse con ella y buscaría los medios para demostrarlo.

-Te aseguro que no hice nada, por favor, no les digas a los demás, aquello… -recordó lo de Rusia.

-¡Así que ahora lo reconoces!, eres un cretino… -Michelle no cedería, los había visto casi hacerlo y aunque sabía que Maxxie se había detenido en ese momento, ¿Quién le aseguraba que regresando del viaje no había pasado algo más? Después de todo, las cartas habían quedado sobre la mesa.

-Yo… -se quedo sin palabras, ella tenía razón, la había traicionado y de la peor forma, bajo el rostro, estaba penado, enojado consigo mismo, detestando a Tony por hacerles eso. ¿Cómo se atrevía a jugar con ellos así?

-¿Pasa algo? –la llegada de Tony lo hizo saltar de la impresión.

-No sé, dímelo tu… -reto Michelle, quien definitivamente estaba más que ardida, quería oírlos confesar, demostrar su traición y dejarlos en evidencia ante todos los demás. El rubio trago saliva, no quería tener más problemas, sus ojos se humedecieron por lágrimas que pronto brotarían si no salía de allí cuando antes.

-No pasa nada… -sin voltear a mirar a Tony se alejo lo más rápido que pudo, no tenía intenciones de parecer obvio o que el otro chico sintiera lastima por él, o peor, que le confesara que todo había sido un juego y que amaba a Michelle. Definitivamente estaba sufriendo antes de siquiera tener a su primer novio.

-¡Maxxie! –oyó que Tony le gritaba, pero no espero, todo lo contrario, comenzó a correr y esta vez sí con lagrimas borrándole la visibilidad, pero no tenía ganas de enfrentar traumas que se supone había superado. Porque si. Se había enamorado de Tony casi desde que lo conoció, pero jamás se atrevió a decirle nada porque este era un insensible idiota que jugaba con las personas y no permitiría que se burlara de él.

Después de eso trataba de evitarlos a los dos, casi siempre iba con Anwar a las fiestas, pero lo más alejado posible, bebiendo con los demás o bailando con quien fuera, algunas veces Tony intento acercársele, pero el solo le daba un "espera" y salía de ahí lo más rápido posible, tal vez fuera lo mejor, así nadie saldría completamente herido. Michelle ya lo detestaba, pero parecía agradecer que al menos huyera de ellos y se mantuviera al margen. Alguna veces Tony fue a buscarlo a su casa, lo que de verdad lo conmocionaba, pero siempre buscaba la excusa perfecta para evadirlo, ya fuera un ensayo de baile, estar castigado por sus padres e incluso las más tonta: estar estudiando.

En el cumpleaños de Anwar, las cosas se pusieron bastante interesantes, sobre todo después de confesarle al padre de su mejor amigo que era gay y aunque el señor se mostro neutral, no evito que siguieran siendo amigos. La fiesta no era de las mejores, pero para ser de musulmanes estrictos y recatados, la cosa iba bastante bien. Disfruto cuando Anwar se puso a bailar con una chica con la que por supuesto quería acostarse, pero las miradas vigías de su familia lo mantenían al margen. Justo cuando se había decidido a bailar, el móvil comenzó a vibrarle, no lo escuchaba por la música, pero pudo ver el nombre: Tony. No sabía si contestar o qué, pero igual imagino que seria importante, pues aun no aparecía, así que corrió a un lugar menos escandaloso.

-¡¿Tony? –grito, tratando de escucharlo.

-Se que no quiere verme, que piensas que te miento… pero por favor, dame una oportunidad de explicarte esto. –las palabras del chico sonaban reales, Maxxie imagino miles de formas de ser burlado, pero ninguna era combinada con honestidad y menos con circunstancias como esa.

-En serio, no sé qué intentes, pero… no quiero que me hagas esto. –contesto lo más tranquilo posible, pronto se sintió extraño, como si algo malo pasara.

-Max, admito que al principio pareció eso, incluso yo así lo pensé, pero ahora… creo que es diferente, que va más allá de mi control. –ciertamente la cabeza fría y calculadora de Tony tenía esa gran característica, los sentimientos quedaban en segundo plano cuando de cumplir metas se trataba, sobre todo si iba un juego de por medio.

-Tony… no quiero ser tu próximo juego. –musito con la voz quebrada.

-¡Rompí con Michelle por ti! –esas palabras lo dejaron sin habla, ¿de verdad estaba pasando? Sus esperanzas de que alguna vez tuviera algo con Tony se habían esfumado hacía mucho tiempo y ahora, así de pronto, este se había dado cuenta de lo que realmente valía el rubio. –Max… yo. –de pronto se escucho un fuerte ruido, Maxxie al principio no comprendió que estaba pasando.

-¡Tony! ¡Tony! ¡Tony! –grito una y otra vez, pero nadie le contestaba, sintió como su corazón se desgarraba y con su garganta le impedía seguir hablando, sus piernas temblaron y como pudo comenzó a recorrer el lugar, algunos de sus amigos notaron como salía de allí, aunque su semblante no era tranquilizador. Si alguien le hubiera visto de cerca en esos momentos, se habría dando cuenta que en sus ojos estaba el abismos más terrible que alguien pudiera imaginar, la desolación, el desconcierto, la preocupación, cientos de sentimientos funestos que apenas daban certeza a sus acciones.

Al salir no pudo evitar sentir que se moría, sus ojos se quedaron fijos en la imagen de Tony. Ahí estaba, recostado sobre el asfalto, de espaldas y con los ojos cerrados. El rubio se acerco poco a poco, su mirada estaba perdida, pero al mismo tiempo concentrada en el otro. Vio entonces que tenía heridas en la cabeza, sangraba de un brazo y su respiración era lenta, muy lenta.

-Dios… no… ¡Tony! –las lagrimas brotaron solas, corrió a alcanzarlo y lo subió a su regazo, golpeándolo levemente en la mejilla. –Por favor, reacciona… Tony, no me hagas esto, en serio… Tony, por favor. –estaba completamente histérico, sentía impotencia, dolor, temor, estaba destrozado. –Vamos, se que estas bien… -sonrió con miedo. –Solo fue un golpe… nada mas… estarás bien, ¿verdad?... ¿Tony? –las preguntas parecían ilógicas, Tony no reaccionaba, solo seguía sangrando, así que tratando de controlar sus nervios, busco el móvil y marco rápidamente un numero, apenas entendió cuando una mujer le contesto "emergencias", porque ya estaba dando todos los datos posibles, su ubicación, el estado de su amigo, el tipo de emergencia. No le importo el orden en que hablaba, ni las sugerencias de la mujer para que se calmara, lo único que quería era ver a Tony despierto.

Continuara…